En una barraca, cerca de Nueva York,
el martillero liquidó el saldo de su negocio -un stock de fotografías
antiguas- ofreciéndolas a gritos ........................... en medio de la risotada
de todos: "Antepasados instantáneos", por unos centavos Esos
antepasados eran los míos, pues aunque los adquirí a vil precio no
tardaron, sin duda, en obligarme a la emoción ......................................................ante
el puente de Brooklyn como si Manhattan, que se enorgullece ............................................................
de volatilizar el pasado conservándolo en el modo de la instigación a
desafiarlo fuera mi ciudad natal y yo el hijo de esos antiguos vecinos
de los que la voz gutural hace irrisión, y el
martillo.
No
me voy de esta ciudad sin haber amado aquí a la mujer que conocí y no
conocí ni haber agotado ....................................................................................
la vida conyugal reflotando en el negocio de plantas o
antigüedades.
La
isla dispone de fantasmas artificiales con que llenar los huecos de la
contra-historia Ellos ocupan en la memoria, con la naturalidad que ésta
se perite en relación a la nada el lugar de los verdaderos ausentes:
caras que vi en las bouffoneries del Soho .......................................directement angeliques: esas muchachas caídas de la luna a
la nieve vestidas de pierrot y sus acompañantes andróginos fueron y
no fueron mis amigos de juventud Se congelan lágrimas que son de
frío pero que memorizan, asimismo, a John Lennon Reconozco la nieve
de antaño, que cae sobre Blecker Street en este día
acrónico mientras se hace de noche a la velocidad simultánea del vuelo
de un murciélago y pasan películas de mi tiempo en mi
barrio.
Como si me retuviera algún negocio en la ciudad veo a Cary Grant
e Irene Dunne que acaban de morir en una vieja comedia víctimas del
capricho de uno de los primeros automóviles deportivos ................... ( la máquina del glamour
) Sigo sus apariciones y desapariciones -una cita de Meliès en la
magia blanca y sonora de Hollywood- la sorpresa de esta pareja se
espejea en ellos- los transparentes- por gracia del
celuloide.
Como mis propios fantasmas, esos figurines inverosímiles evocan,
de manera en sí misma realista, alguna época acrónica de lo
imaginario Son los antepasados instantáneos de los deseos que
provocan en la inocencia total de sus reencarnaciones o
desplazamientos desde su absoluta lejanía en blanco y negro El beso
final no ocurre en la pantalla sino entre la pantalla y la media luz de
la sala un corte insubsanable en que se juntan y se besan el presente y
el pasado: labios incompatibles que ninguna comedia puede
reunir.
Lo
que me ata a la ciudad es todavía más irreal que ese beso blanco, que
connota glamour, escrito en la luz centelleante ( el placer del ojo en
el paraíso de la visión artificial ) Haciendo el reconocimiento de cómo
es lo que no es ......................hic el nunc, en el Blecker Cinema Esta ciudad no existe
para mí y yo no existo para ella allí, en ese punto en que los tiempos
convergen bajo la especie de la Duración Existe para mí, en cambio, en
la medida en que logro destemporizarla .............................desalojarla por unos contrasegundos, de la convención que
marca el reloj con sus pasitos de gato en la rutina del
living Trabajo que Hércules no se soñaba ..................................................................en franca competencia con la Meditación Trascendental Si
yo lo consiguiera, sentiría apoyarse desaprensivamente en mi brazo ( el de
Cary Grant ) la mano enguantada pronta a desaparecer, de una
muerta: ..................................................................Irene Dunne -frisson nouveau- y entre la pantalla y la
media luz de la sala ( borrado ya del tiempo el día de mi
partida: ...........................................................................dos de enero de mil novecientos ochenta y uno ) Se
tocarían ( no ) como para cualesquiera de los espectadores -gatos
descongelados en el invierno de Nueva York- pasado, presente y
futuro en una unidad de medida que reúna esos tiempos incompatibles
para ellos y para mí, pero no para ellos: los veros vecinos de Washington
Square. A diferencia mía ellos permanecerán, de hecho, en la ciudad,
con el aval de sus antepasados ............................................a quienes, a lo mejor, pusieron en subasta por unos
centavos y que yo mismo adquirí en una
barraca.
De una memoria de la que mi memoria se hace cargo en la
borrada fecha del dos de enero, mi cuerpo tomará el avión para hacer, en
los meros hechos, de algunas ..........................................calles cuyos nombres ya no recuerdo y de ciertos rincones
que nadie volverá a ver recuerdos sin objeto ni sujeto Eso en lo que
concierte a mi cuerpo, mientras el invisible ciudadano de esos
rincones ....................................................y esas calles tan innotorio como lo son, al fin y al
cabo, entre sí diez millones de habitantes seguirá aquí, delegado
por la memoria que llega a la aberración y toma entonces no sólo la
forma de mi sombra: mi existencia hecha de algo que se le
parezca Ese doble abrirá en mí un hueco que yo mismo no podría llenar
con las anotaciones de mi diarios de viajes No me proporcionará los
estímulos a los que .....................................................necesite responder cuando me pregunten en mi pueblo por la
Megalópolis Vivirá en mí de
ella, simplemente, como el huésped del mesonero coadyuvando a que mi vida
sea una versión del discours sur le peu de realité Porque la
realidad estará allí donde ese ............................parásito del
ser se pasee gozando de su inanidad en tanto miseria
sonora de estos versos y más allá del lenguaje y de la vida que me
sustraiga mañana .............................cuando como un cuerpo sin la mitad de su alma despojado
del terror que fascina, habite en cualesquiera de esas
medio-ciudades, ..............................defectuosas copias de Manhattan y, por lo tanto, ruinas
-nuestros nidos- antes, después y durante su construcción algunos de mis
puntos de destino ...............................cuando me
vaya y no me vaya de
aquí.
( de Pena de extrañamiento, 1986 ) imagen: detalle, Guillermo Nuñez, pintor Chileno.
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