Momentos
esenciales de la poesía chilena (1)
Enrique Lihn
(En varios autores, Panorama de la
actual literatura latinoaméricana,
La habana, Casa de las
Américas, 1969)
Hace algún tiempo, por
encargo, empecé a reunir una serie de notas para escribir, destinado a
una enciclopedia, un trabajo sobre la poesía chilena y, en ese
momento, me di cuenta en realidad que no tenía yo el menor interés,
sobre todo de abarcar el siglo XIX, que es de una pobreza
verdaderamente franciscana en el campo de la poesía y de la literatura
también. Esta es más interesante. Y ahora, después de escuchar a Jorge Edwards hablar sobre ciertos escritores del siglo
XIX, o de principios de este siglo, me parece estar de acuerdo con él
en el sentido de que la literatura poética ha ido surgiendo
especialmente a partir de los años 20 de este siglo hasta constituirse
en una expresión poética de primera magnitud en Chile, con respecto
además de los demás países latinoamericanos, en tanto que la prosa o
la literatura narrativa, digamos, ha tenido que luchar por
constituirse como una literatura propiamente tal.
….. En verdad, las
grandes figuras de la poesía chilena de este siglo, entendemos por
grandes figuras a las figuras de la primera vanguardia poética, es
decir, Gabriela Mistral, Huidobro, Pablo de Rokha, o Pablo Neruda, no
tienen sus pariguales en el campo de la narrativa por esta cualidad
que señalaba Jorge, en el sentido de que nuestra poesía verdaderamente
ha descubierto el lenguaje como una forma de expresión, de
participación, de comunión con el mundo, no ya como un mero sistema
formalista destinado a presentar los contenidos en el lenguaje como en
una vitrina.
….. A mí me ocurre,
y en general a los escritores que hablan de literatura les ocurre, lo
que le sucede desgraciadamente a un crítico chileno que se llama
Hernán Díaz Arrieta, quien publicó hace algunos años una llamada
Historia personal de la literatura chilena. El título de esa obra es
una especie de desafío, en el sentido de que él asume una posición
totalmente subjetivista para juzgar a la literatura. Esto que es un
inconveniente y una falacia desde el punto de vista de la crítica
literaria, al ser lo que es Alone, un crítico impresionista y
arbitrario, es algo que les ocurre a los escritores cuando hablamos de
nuestra literatura.
….. Yo
necesariamente cuando tiendo la mirada hacia el panorama de la poesía
chilena, sólo me interesa destacar lo que considero algunos momentos
esenciales dentro de ese panorama, y no me interesa lo demás, no me
detengo a observar lo demás.
….. Es decir, que
es un punto de vista más o menos subjetivista también, y voy a tratar
de aclarar las razones por las cuales yo adopto ese punto de vista y
ver hasta qué punto esas razones son personales y hasta que punto
corresponden también a una visión que es la que me interesa presentar:
la visión del poeta, o del productor de poesía, del lector de poesía,
que se enfrenta con una tradición o con una presunta tradición y trata
de rescatar de esa tradición: la tradición viva de la poesía chilena.
Eso es lo que me interesa a mí destacar. También como una manera de
definirse por oposición o por identidad con esa
tradición.
….. Ahora, a mí me
parece que hablar unilateralmente de poesía chilena, de poesía
peruana, de poesía argentina como mundos aislados dentro del contexto
cultural actual de Latinoamérica, es un error, una limitación que uno
debe asumir conscientemente.
…. En verdad, se ha
descubierto en la medida en que se han desarrollado los contactos
interamericanos, en la medida en que hemos superado hasta cierto punto
lo que se llama balkanización cultural, hemos descubierto y hemos
redescubierto épocas de nuestras literaturas, de la literatura de cada
uno de nuestros países, en las cuales se trabaja separadamente,
aisladamente, sin tener un contacto entre esas literaturas,
desconociéndolas. Se trabajaba en un sentido bastante homogéneo,
partiendo más o menos de las mismas premisas, partiendo de la misma
asimilación, de las mismas corrientes literarias europeas que actuaron
más o menos simultáneamente sobre cada uno de estos campos separados
de nuestra literatura.
….. De manera que,
a mi modo de ver, el momento de las culturas nacionales en
Latinoamérica fueron en cierta manera el producto de una enajenación,
de una incapacidad de intercomunicación entre los países
latinoamericanos que no solamente afecta a Latinoamérica en el campo
cultural, sino también en el político, económico, social. Es a partir
de esta limitación que arranca la tendencia de los escritores, o de
los mismos estudiosos de la literatura de nuestros países, a revelar
el momento nacionalista de sus respectivas literaturas, a poner el
énfasis en el aspecto nacionalista de esas
literaturas.
….. En esto también
tiene que ver la influencia generalizada que ejercieron sobre América
Latina determinadas concepciones del fenómeno literario, entre las
cuales hasta los años veinte en adelante, el naturalismo, una
concepción naturalista de la literatura en el sentido de que la
literatura es expresión del momento, del medio, de la raza. Esa
concepción siguió actuando sobre la literatura y sobre la poesía
latinoamericana y también sobre la teoría literaria, hasta muy entrado
este siglo.
….. El criollismo,
para decirlo en términos muy generales, esta concepción de la
literatura como articulada a la realidad racial, a la realidad étnica,
a la realidad geográfica, si bien fue un proyecto de liberación
cultural respecto de las influencias foráneas -esto que también se
llamó el americanismo- arrastraba sedimentos apropiados para el
cultivo de ciertas mixtificaciones, y en la órbita del americanismo
podían desarrollarse posiciones dispares. El criollismo hablaba de
expresar el alma de la raza, de la necesidad de ir a lo universal, no
exclusivamente por lo personal sino también por lo
racial.
….. Este imperativo
lo mismo podía dar pie a una literatura de reivindicación social, como
es el caso de ciertas corrientes literarias, el indigenismo, o también
podía dar pie a posiciones espiritualistas y esencialistas que se
consagraban a develar un supuesto genio de la raza por encima de las
contingencias históricas o mirando, con óptica
romántico.retrospectiva, más o menos idealizadora, hacia pasados
fabulosos o paraísos de primitividad. El americanismo ha sido también
romántico a través incluso de la poesía de la primera generación
vanguardista, la poesía de Neruda, de Borges, etc.
….. El americanismo
de ascendencia romántico-naturalista, en que el tema de la naturaleza
americana es el eje en torno al cual gira la producción literaria,
podría decirse que hizo incluso de la naturaleza americana, extremando
ese punto de vista de aproximación de la naturaleza, y esto
particularmente en el campo de la poesía, un estilo, frente al cual
empezamos a mantenernos en un estado de alerta.
….. Hace algunos
días escribí a este respecto una nota para un catálogo (2) de la
exposición de La Habana, la colección de grabados que hay aquí en la
Casa de las Américas, en que me referí a este asunto, y dije que la
naturaleza americana llegó a convertirse en un mito del que se pueden
entresacar elementos de una retórica reaccionaria: la idea de una
naturaleza abisal -la del séptimo día de la creación la llamó el conde
Keyserling- medio divina y devorante, contra la cual nada puede el
hombre, y la de una naturaleza humana que se corresponde con la
violencia del mundo natural del séptimo día de la creación. Es una
concepción que se articula con este criollismo o con este americanismo
centrado en nociones relacionadas con la raza (3) y la geografía como
elementos fundamentales de la creación poética.
….. Es a mi modo de
ver una concepción del fenómeno literario que eventualmente puede
olvidar que todos nuestros males sociales, políticos y culturales,
proceden más bien de una lucha del hombre contra el hombre o de la
configuración de sistemas políticos atrasados.
….. En unas cuantas
piezas narrativas latinoamericanas justamente célebres, como La
vorágine, de José Eustasio Rivera, o los relatos de Horacio
Quiroga, se destaca como momento esencial del drama humano la batalla
perdida del hombre contra la naturaleza abisal, del séptimo día de la
creación, como decía el conde de Keyserling. No se puede dudar de que
existe una base objetiva para crear este tipo de americanismo
literario centrado en la naturaleza.
….. Según entiendo,
hoy día es posible encontrar en Hispanoamérica lugares como el
Casanare, que describe José Eutasio Rivera en La vorágine,
esas selvas vírgenes y esos espacios dantescos en que la naturaleza
reina como una divinidad devorante. Lo que en definitiva nos parece
una falacia naturalista romántico-criollista es hacer de la naturaleza
la medida del hombre, o la reducción del hombre a la condición de un
elemento más del paisaje, devorado o minimizado por éste, y en
cualquier caso determinado por el mismo. Así, en Chile, Mariano
Latorre -era a la vez que novelista profesor de literatura- habría
extremado este criterio naturalista, digamos, o de ascendencia
naturalista, hasta el punto de trazar una especie de mapa geográfico
de nuestra literatura: es decir, que a tal región correspondía tal
hombre y a tal hombre correspondía tal estilo o tal modo de expresión.
Una especie de polarización o de atomización de esta noción más o
menos naturalista con que se enfrentaban los curiosos de la literatura
y los creadores de la literatura.
….. La relación del
hombre con la naturaleza, relación de orden mística o materialista, el
llamado telurismo americanista, todos éstos son temas de tratamiento
obligado cuando se habla de poetas del tipo de Gabriela Mistral o
Pablo Neruda, y en general lo que nosotros entendemos por los modernos
clásicos de nuestra poesía, es decir, por las grandes figuras que
aparecieron alrededor, ya dije, de los años veinte, que se ha dado en
llamar también a este grupo el primer grupo de la vanguardia poéica
latinoamericana. Este grupo, en el cual están Neruda y la Mistral,
terminó también por volver a la naturaleza americana como a una gran
fuente de consulta poética. La generación de la primera vanguardia
hizo del hombre americano y de la naturaleza americana un estilo, una
poética. Neruda y Vallejo "heredaron" de otra parte la preocupación
social y política del modernismo, pero sin las oscilaciones de éste y
sus incongruencias ideológicas.
….. Es decir, que
los nuevos tiempos se encargaron de imponer el marxismo y de presentar
bajo otra luz el tipo de prosperidad de que se dice gozaba América
durante el auge del modernismo.
….. El americanismo
de la Mistral, que como el de Neruda y el de Vallejo, es de
ascendencia romántica, procede (todos ellos proceden y, especialmente
Gabriela Mistral, de una manera mucho más directa) del modernismo y de
esa preocupación americanista del modernismo. Es el caso de la
Gabriela Mistral, que es una poeta aislada en el contexto de la
literatura chilena. En ella se magnifican una serie de cualidades de
la gran poesía latinoamericana de todos los tiempos, su actitud
neorromántica, relacionada con el descubrimiento de la naturaleza y
con la penetración a través del lenguaje, o con la creación de un
lenguaje capaz de develar esta naturaleza y este ser americano,
culminó en una especie de cosmogonía basada en reminiscencias
literarias, evocaciones mitológicas, creencias cristianas y religiones
o supersticiones aborígenes.
….. Este desenlace
o esta posición a la que llega Gabriela Mistral a través de una obra
vasta, compleja, es la acostumbrada solución religiosa que está en la
base, como una de las opciones posibles, de una concepción romántica
del mundo, la que se encuentra -según afirmación de un crítico chileno
que se llama Jorge Elliot- "detrás de todos los impulsos culturales de
Latinoamérica desde los días de la independencia".
….. Voy al fondo de
mi punto de vista, para abreviar, aunque sea corriendo el riesgo de
esquematizarlo brutalmente.
….. Creo que si
nuestra generación -y entiendo por nuestra generación a los escritores
que en Chile empezamos a hacer literatura poética alrededor de los
años cincuenta, inmediatamente después de la llamada generación del
38, que mencionó Jorge Edwards en la que están los surrealistas y
algunos poetas de tipo religioso -, creo que si nuestra generación
fracasara poéticamente ello podría deberse (y se debe en parte en el
caso de Chile) al empeño de repetir o permanecer en la órbita
americanista, romántico-naturalista y criollista en que giraron los
grandes poetas neorrománticos o los grandes poetas de la primera
vanguardia. Ni el alma de la raza o, si se quiere, del hombre
americano, ni la naturaleza son nuestras preocupaciones definitorias,
sino más bien el hombre mudable, existencial que padece en
Latinoamérica mucho menos ya entre los brazos de espantosas
divinidades telúricas, devoradoras y fatales, que en curso de una vida
amenazada permanentemente por la implenitud, la frustración y el
fracaso individuales y colectivos.
….. Vemos en estos
peligros antes la mano del hombre, repito, antes la mano del hombre y
de los sistemas que el hombre a constituido, que los de la naturaleza.
Y ni la identificación romántico-panteísta y materialista con la
naturaleza, tal como se dio en el Neruda de Residencia en la tierra,
ni la identificación mística en el alma de América, tal como se da en
Gabriela Mistral, constituyen opciones atrayentes desde el punto de
vista de la vida y de la poesía a nuestra
generación.
….. El propósito
universalista de una nueva literatura poética latinoamericana -si es
que se puede hablar positivamente de una nueva poesía latinoamericana-
sería la de expresar o la de configurar poéticamente una imagen
analítica, una visión crítica del hombre; y del hombre en un mundo
histórico de situaciones perfectamente concretas y determinadas en
cada caso, que actúan sobre él y sobre las cuales él actúa, que lo
enajenan y de las que trata de desajenarse, con o sin éxito, pero de
las que es preciso rendir cuentas, dar un
testimonio.
….. Yo diría que ir
a lo universal significa ahora más notoriamente que nunca definir, o
simplemente describir desde adentro una situación histórica entendida
en su doble cara individual y colectiva, y naturalmente crearla y
hacerla vivir plenamente en el lenguaje.
….. Contodas las
preocupaciones del caso habría que hablar de una progresiva
cancelación, desde el modernismo, pasando por las viejas promociones
vanguardistas hasta nuestros días, de ese romanticismo que se
encuentra detrás de todos los impulsos culturales de Latinoamérica
desde los días de la Independencia, en beneficio de una poética más y
más realista. No se puede dejar de emplear esta noción que es
infinitamente equivoca. La situación del individuo en el mundo social
es lo que importa antes que la del hombre americano en la naturaleza
americana, términos o instancias expresivas a las que les debemos una
gran poesía, pero que han llegado a manipularse como cartas marcadas
en una dimensión pseudopoética, abstracta, irrealista y genéricamente
inexpresiva, como es la poética o la poesía que han escrito los
epígonos y los continuadores de estas grandes figuras todavía
románticas o neorrománticas, que son los poetas mencionados ya:
Mistral y Neruda.
….. El
universalismo romántico americanista no es, pues, la tarea de nuestra
generación. Y visto con perspectiva histórica, los representantes de
esa actitud universalista romántica y americanista se ofrecen
majestuosamente a la vista, pero a la manera de cimas cordilleranas
amenazadas por la erosión y por grandes grietas. Lo que se observa son
las incongruencias, las contradicciones, las debilidades de los
grandes estilos americanistas.
….. En el caso de
Neruda, por ejemplo, que es la figura exponente máxima en canto
general, de la vertiente social y política del gran estilo americano,
se puede advertir un cierto modo del fracaso que conlleva el intento
de transmutar, en suma, la lírica en épica. Para decirlo groseramente:
el supuesto yo colectivo de Neruda suena las más de las veces como una
inflación del yo subjetivo, neorromántico o de ascendencia
romántico-modernista-simbolista. Por mucho que Neruda haya vulgarizado
su lenguaje en una dirección populista, ese lenguaje no de ja de ser
el lenguaje de un poeta personal, no deja de ser un lenguaje o un
estilo literario, de exclusivas combinaciones lingüísticas, y en lo
esencial apartado tanto de la impersonalidad del habla como de los
momentos de tensión y condensación expresiva de la
misma.
….. Neruda siguió
siendo, a pesar suyo, después de su adhesión al racionalismo marxista,
un neorromántico íntimamente más ligado a la magia que a la lógica, al
mito que a la realidad, al subjetivismo fragmentario y caótico, que al
yo colectivo, ordenador y totalizador al que aspira a identificarse
como poeta político y épico.
….. Creo que para
nuestra generación, lo que llama el poeta salvadoreño Roque Dalton,
"el pasado verbal estremecedor de Neruda", sigue estando en su
Residencia…, y ello según el consenso más y más unánime de
los nuevos poetas marxistas o no marxistas. Fue en la Residencia en la
tierra donde dio Neruda el tono único e intransferible de su poesía.
No importa que para llegar a éste saqueara a su paso a uno y mil
poetas. De la naturaleza americana, Neruda hizo un estilo en
Residencia… y las posteriores. Bien entendido, de la naturaleza vista
como una óptica en la que se clarifica e interioriza el romanticismo
latinoamericano.
….. En la
caracterización de ese estilo han acertado tanto los críticos
nerudianos como los antinerudianos. Juan Larrea -que de impugnador de
lo que él llamó el surrealismo de Neruda, pasó respecto de éste, con
los años al plano de una enemistad declarada frenéticamente por ambas
partes- hizo en otros tiempos el reconocimiento crítico de la
Residencia: "Todos los ismos -dice- que conocían a la sazón
boga en Hispanoamérica han ido siendo poco a poco desbancados por esa
ululación angustiosa de lo informe, que se resuelve en una espesa
elocuencia desordenada y monótona como las inudaciones. Como ellas, su
corriente arrastra un sinfín de objetos arrancados a su coherencia
natural, dejando a su paso una impresión de arbitrariedad,
desesperación y catástrofe".
….. Lo que a
nosotros nos interesa respecto a la historia de la poesía
latinoamericana, antes en calidad de productores o gustadores de la
poesía que como eruditos o historiadores y críticos objetivos de la
misma, es medirnos con la historia viva de esa poesía, entresacando
para ello las figuras significativas, los momentos
culminantes.
….. Repito que
estimo una limitación, de la que personalmente no me puedo sustraer,
el enfocar este problema desde un ángulo nacional. Pero no dejo de
pensar, y habrá quienes me acompañen en esto, que aproximadamente
después de los años veinte la poesía chilena es lo suficientemente
importante e influyente como para aventurar, a partir de ella, una
idea de desarrollo poético de América Latina, al menos desde el
neomodernismo hasta nuestros días.
….. El caso de la
poesía chilena antes de la aparición de Gabriela Mistral, Pablo
Neruda, Vicente Huidobro es, como se ha dicho y repetido muchas veces,
el caso de un desarrollo atrasado con respecto de la poesía de los
restantes países de América latina. Es decir, no se dieron en Chile
figuras románticas ni poetas modernistas que sea indispensable
examinar por separado al estudiar estas corrientes literarias. Esa
deficiencia se compensó, en cambio, con creces, con los poetas
nombrados. Y de paso, se echó abajo el criterio novecentista de un
Menéndez y Pelayo, conforme al cual nuestros progenitores vascongados
nos habrían transmitido un carácter práctico, sesudo, poco inclinado a
idealidades, es decir refractario a lo que este caballero entendía que
eran los presupuestos de la creación poética.
….. De Vicente
Huidobro tendría que decir unas palabras. Primeramente en el sentido
de su importancia como adelantado de las vanguardias artísticas
latinoamericanas. Luego porque todavía tiene algo que decirnos; y otro
tanto porque nuestra propia definición como poetas puede surgir por
oposición a su teoría, la llamada teoría del creacionismo, a través
del examen del relativo y apasionante fracaso de esa teoría en la
praxis poética del propio Huidobro.
….. Del poeta
Heberto Padilla son estas líneas en las que se expresa, a la vez que
la atracción que todavía ejerce sobre nosotros la utopía huidobriana,
una lúcida impugnación de esa utopía. Algo así como la negación del
creacionismo. Dice Heberto Padilla recordando la poética de Huidobro:
"No pudimos hacer florecer la rosa en el poema: la dejamos en el
jardín, que es su lugar natural".
….. Huidobro es un
poeta que conviene releer, es una de las personalidades poéticas, en
cierto modo, más incongruentes de nuestras vanguardias, de nuestra
gran poesía latinoamericana. Y esto quizás convendría estudiarlo,
precisarlo, pues experimentó en carne propia la fricción y la
interrelación de dos mundos: América y Europa. Es una especie de
puente aéreo (Véase al respecto, Vicente Huidobro, Escritos
dispersos, Lom, 1977, donde la madre del poeta, en su
correspondencia con él, recoge la tensión existente que le provocaban
ambos mundos culturales. Nota de Germán Marín),
extremadamente frágil y peligroso, casi una cuerda floja tendida entre
dos mundos. Su norte y guía -puerto y no refugio- fue el París de
entre guerras, el de una segunda "belle époque", aunque lo conoció
también en plena guerra del catorce. Y el "galicismo mental"
modernista, el afrancesamiento snobista, y hasta la condición de
meteco latinoamericano, adquirieron en él proporciones fantásticas. Se
le atribuye, por ejemplo, una frase con la que habría celebrado el
triunfo en Chile del Frente Popular en 1938: "Estoy orgulloso de este
triunfo. Siempre he dicho que Chile es mi segunda
Patria".
….. Huidobro fue
una especie de nuevo rico cultural y habría podido morir de
intoxicación. Pero al menos da la impresión de que prefería coger las
ideas que estaban en el aire con la habilidad y la ligereza de un
deportista o de un diletante, y el resultado de esta higiene y de esta
superficialidad es que su obra parece ser, y es en gran medida, la de
un poeta espontáneo y original, aun si se descuentan o más bien si se
entienden bien sus contactos discipulares y la influencia que
ejercieron sobre él la poesía y el arte europeo de su
tiempo.
….. En este punto
él prefería el papel de acreedor al de deudor. Y padeció lo que
tampoco parece haber sido una singularidad en el período heroico del
arte y de la poesía moderna: de un prurito de originalismo agudo. En
último término, para él nunca había habido "un solo poeta en toda la
historia de nuestro planeta". Con la sola excepción del poeta
creacionista capaz de "hacer un poema como la naturaleza hace un
árbol".
….. "El poema
creado -dice él- en todas sus partes como un objeto nuevo"; y como
vivía en Europa, el auge y el ascenso de la técnica en los países
industrializados, estimaba que lo realizado en la mecánica también se
ha hecho en poesía, y que los hechos nuevos, los poemas creacionistas
que debían agregarse a los hechos del mundo nacidos en el seno de la
naturaleza debían enfilarse con los hechos nuevos nacidos de la cabeza
del hombre; "un barco a vapor, un auto, un
aeroplano".
….. Esta rivalidad
de Huidobro con la naturaleza tiene algo de una comedia del absurdo,
pero si se piensa en los estragos que ha hecho el realismo mal
entendido o aún bien articulado teóricamente -el arte como el reflejo
artístico de la realidad objetiva- puede contarse a Huidobro entre
quienes abrieron y explotaron la cantera en la que trabajamos bajo el
signo de la libertad creadora, del arte como elemento constitutivo y
formador de la realidad.
….. Frente a estos
tres poetas mencionados -Neruda, la Gabriela Mistral y Vicente
Huidobro-, que son los exponentes mayores de nuestra primera
vanguardia artística, frente a ellos empieza verdaderamente a
desplegarse un desarrollo dentro de la poesía chilena que conduce a
una figura de la generación del treinta y ocho, la de Nicanor Parra,
un exponente del mayor interés de esa generación, aunque en verdad no
la represente en absoluto, tanto porque Nicanor Parra es un poeta
ferozmente individualista, como porque esa generación - a la que se
refirió también Jorge Edwards- en realidad no tiene una fisonomía
propia y resulta tan difícil definirla y describirla, por los mismos
motivos como resulta difícil definir y describir la generación del
cincuenta.
….. En esa
generación del treinta y ocho están, por ejemplo, los surrealistas
criollos que formaron un grupo que se llamó Mandrágora, que era una
filial del surrealismo internacionalista, una filial del grupo de
André Breton. Y al mismo tiempo, junto a ellos, hay poetas que
derivaron, en oposición cerrada con la ideología materialista que
sustentaba el surrealismo, hay poetas que derivaron hacia una poesía
metafísica o de orden religioso. Al mismo tiempo, en esta generación
hay escritores de extracción popular como estos novelistas a los que
se refirió Jorge Edwards, que son testigos de toda una serie de
conmociones dentro del mundo social chileno y que, como en el caso
citado de Nicomedes Guzmán, no atinaron a ser verdaderamente
escritores populares, sino más bien hicieron una literatura de tipo
populista, una literatura decorativa y verbal.
….. Es decir, que
esta generación es una especie de "olla de grillos" en la que se
encuentran las posiciones ideológicas y los caracteres literarios más
dispares.
….. Ahora, a mí me
parece que la figura relevante, aunque no sea representativa en el
sentido de que no hay un grupo homogéneo que representar, es Nicanor
Parra, mientras que en esta generación hay poetas muy importantes como
Braulio Arenas, que fue el jefe de este grupo surrealista, como
Gonzalo Rojas, o como el poeta Eduardo Anguita.
….. A mí me parece
que la antipoesía, que es el término que ha hecho circular Nicanor
Parra para definir u poesía, es una cancelación, en principio, del
romanticismo o de los resabios románticos y modernistas y simbolistas
que todavía improntaban [sic] la producción de "las grandes figuras
emocionales", como las llama Jorge Elliot -el crítico chileno
mencionado- a los neorrománticos y americanistas del tipo de Neruda y
de la Mistral y hasta el mismo Huidobro.
….. La poesía de
Parra, o la antipoesía, se presenta en parte como un intento d
incorporación de la poesía a la realidad, o viceversa. Frente al
lenguaje personal, al lenguaje literario de poetas como Huidobro y
Neruda, frente a esa literatura en último término personalista y
fundada lingüísticamente en combinaciones, en una alquimia verbal muy
particular, las primeras reacciones de Parra son las de irrumpir en
nombre de la realidad de la poesía, la de impugnar esa poesía
personalista y grandilocuente o retórica, como la llama él, desde el
punto de vista de una suerte de realismo que él combina con su
conocimiento y con su práctica de la poesía popular.
…… En eso de
rechazar todos estos mitos o semimitos americanistas a los que nos
hemos referido, no hay en esa poesía una exaltación cosmogónica de la
naturaleza americana, ni una búsqueda esencialista del hombre
americano, sino más bien es una poesía de tipo realista en que
desaparece la figura misma del poeta, la figura romántica del poeta, y
es sustituida por un verdadero personaje que ha ido creando Nicanor
Parra a lo largo de su trabajo literario, que e el antipoeta, una
especie de hombre mediano, el hombre medio, sin cualidades
particulares, que actúa en un mundo de situaciones más o menos
absurdas y caóticas como una manera de impugnar y de presentar la
realidad al desnudo, a la luz del absurdo.
….. La antipoesía
se ha desarrollado a través del mismo Parra y de la influencia que ha
ejercido Parra sobre nuestros poetas menores que él, e incluso en un
nivel ya latinoamericano -Nicanor ha viajado por gran parte de
nuestros países y su obra es conocida en todos ellos y ha ejercido
influencias positivas sobre los poetas jóvenes- ha llegado a
desarrollarse en un sentido que podría parecer inesperado, si se
piensa que sus primeros tanteos fueron en el sentido de incorporar a
la realidad y de enfrentarse a la poesía de sus mayores con un
criterio realista.
….. Es decir,
finalmente, los antipoemas, a través de los cuales él presenta las
contradicciones y el carácter asfixiante de la realidad, se van
convirtiendo poco a poco en una visión del mundo, que, como señala un
poeta, que podría decirse discípulo suyo, Federico Schopf, el mundo de
los antipoemas se convierte en el mundo de la enajenación absoluta; el
ser humano no es relativo a nada, su diálogo es con la ausencia o un
conjunto de máscaras. La constatación de esta soledad conduce a la
desesperación y al delirio. Sin mucha dificultad podría concedérsele
que el carácter infernal de la existencia reside en su falta de
sentido.