Rodrigo Lira

 
 

 

 

El transmundano rugido de un poeta de culto
El póstumo zarpazo de Rodrigo Lira

Más comentado que leído, uno de los seis tigres de la poesía del 2000 -como, según Bolaño, había avizorado Enrique Lihn- comienza su camino hacia la desmitificación con la reedición de Proyectos de obras completas, libro que por años circuló fotocopiado y que parecía destinado a ser objeto de culto hasta que, después de varios intentos fallidos, Editorial Universitaria se atrevió a republicarlo.


por Gabriel Agosin O.
en El Mostrador, 16 de Septiembre del 2003


Rodrigo Lira agotó hasta el hastío la potencialidad del lenguaje. La palabra, como a pocos, le era inagotable, pues su oficio de artesano del verbo y su espíritu lúdico lo nutrían de la fuerza suficiente para arremeter sus textos con el manierismo que lo hacen tan inasible, aún hoy a pesar de las más de dos décadas que nos distancian de su muerte.

Inclasificable, entonces. Su legado, luego, está más en el aura libertaria que cubría sus textos que en un estilo que logró construir. Como con Vicente Huidobro, la imposibilidad de asentar escuela es su propia y radical posibilidad exploratoria, pues los límites y las fronteras de la creación en Lira están en constante desplazamiento.

Fue esa particularidad lo que lo hizo destacarse por sobre el resto de su generación, y, como Roberto Bolaño escribiera en Encuentro con Enrique Lihn, Rodrigo Lira era “el mejor de todos”.

“En una carta hablaba sobre lo que él (Enrique Lihn) creía serían los seis tigres de la poesía chilena del año 2000. Los seis tigres éramos Bertoni, Maquieira, Gonzalo Muñoz, Martínez, Rodrigo Lira y yo. Tal vez fueran siete tigres. Pero me parecen que sólo eran seis. Y difícilmente hubiéramos podido los seis ser algo en el año 2000 pues por entonces Rodrigo Lira, el mejor, ya se había suicidado y llevaba varios años pudriéndose en algún cementerio o sus cenizas volando confundidas con las demás inmundicias de Santiago”.

Con la muerte de Bolaño, además de Juan Luis Martínez hace largos años, ahora quedan sólo tres de los seis tigres lihnianos. Sin embargo, estas semanas el espíritu de Rodrigo Lira ha vuelto a revolotear en el mundo de las letras. Después de años y años de intentos fallidos, el póstumo libro Proyecto de obras completas, que fuera editado por primera vez en 1984 bajo la tutela de Eduardo Llanos, Alejandro Pérez, Oscar Gacitúa y Enrique Lihn, dejó de ser, al fin, una promesa al republicarse -y como lo había anunciado El Mostrador.cl en marzo del año pasado- por Editorial Universitaria.

Un acto de justicia

La reedición no podía pasar desapercibida entre los pares del poeta que se suicidó el 26 de diciembre de 1981, día en que cumplía 32 años. Para Germán Marín, entusiasta lector de uno de los últimos poetas malditos criollos, la reaparición de Proyecto de obras completas es “un acto de justicia”, puesto que la “primera tirada no había tenido mucha circulación. Esta publicación –dice- instala al poeta Lira donde correspondía y permitirá llegar al público lector masivo”.

Y claro, como el mismo Marín sostiene, “Rodrigo Lira es un poeta muy comentado y poco leído. Por ello me parece muy bien que se desmitifique, pues ese proceso enriquece al creador al presentárselo de forma más fiel a su espíritu”.

En la misma tónica, Roberto Bolaño, cuando fue consultado por El Mostrador.cl, se refirió a Lira como "uno de los grandes poetas del Siglo XX. Se le hace justicia publicando sus textos, aunque más que para Rodrigo, que finalmente siempre le importó un carajo que se publicaran o no sus poemas, lo es para con los lectores, sobre todo los jóvenes, que van a encontrar a un poeta absolutamente contemporáneo, porque la poesía de Lira no ha envejecido un ápice. Es totalmente vigente".

Los “peros” a la reedición

Pero no todo es feliz en esta reedición. Sin afán de polemizar, Eduardo Llanos no se “explica” que esta segunda edición tenga un director, que en este caso es Roberto Merino. “¿Qué es eso? Si la edición es, en materia de contenidos, la misma que la primera, es porque seguramente les pareció satisfactoria, pertinente, pues ha habido demasiado tiempo para variarla”.

Llanos supone que la escasa mención que hace Merino en la nota para la segunda edición se pueda deber a un “olvido”, el que, más que criticar, espera que sea saldado en una futura publicación, aunque también piensa que esconde un acto de “ingratitud”, que de todos modos, dice, de ser así, “sería comparativamente menor a otros que he sufrido”.

“Roberto (Merino) podría haberlo complementado con un epílogo, porque me parece una nota muy parva. Quizás el prólogo de Enrique Lihn puede considerarse suficiente. La verdad es que ignoro cuál haya sido la motivación”.

De modo conciliador, el emplazado explica que le parecía “suficiente” con lo escrito por Lihn, que por cierto está íntegramente reproducido en la nueva edición. “Además –agrega- no me gusta meter nóminas en mis textos. Menciono, eso sí, al Cacho Gacitúa y pensé que con ello más lo de Lihn, que es un gran prólogo, era innecesario agregar más”.

Más allá de una aparente polémica, que no existe según deja entrever Eduardo Llanos, él hubiera esperado que se agregaran algunos textos inéditos, como un poema sobre la marihuana que pensó que, por el contexto de entonces, podía “desvirtuar la obra de Rodrigo”.

“No era un gran poema, pero tampoco era menor respecto a los que salieron publicados. Le di muchas vueltas a eso y sentí que lo podía desprestigiar y ser desorientador, y como no se trataba de alguno de sus 10 mejores textos, preferimos dejarlo fuera. Hace un tiempo conversé con Alejandro Pérez, a quien en su momento le causó gracia mi preocupación, y me dijo que ahora, en el contexto que la ciencia ha reivindicado a la marihuana en muchos sentidos, ese texto sería casi angelical. Le encontré razón y por eso creo que es una lástima que Roberto no lo haya incluido”.

La verdad de las cosas, es que Merino sí tuvo la intención de publicar ese y otros textos más. Lo que lo imposibilitó fue la reticencia de su madre, Elisa Canguilhem, quien dijo a nuestro diario que “de haber incluidos nuevas cosas, la crítica se habría centrado en ellas”.

A pesar de la expectativa que había generado Proyecto de obras completas, que se ha traducido en una alta demanda para un libro de poesía en Chile, tanto Merino como la madre de Lira no tienen intención de hacer un relanzamiento público. Taxativamente, Elisa Canguilhem expresa que “espero que el libro se venda, trascienda y se lea sin promoción, porque eso implica que fue Rodrigo el que tuvo los méritos para imponerse”.



 

 
 

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