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RODRIGO LIRA, POETA
POST-MODERNO
La poesía
de Rodrigo Lira es uno de los acontecimientos literarios más
importantes en la poesía chilena de fin de siglo. Muerto
prematuramente, no publicó ningún libro y su obra se dispersó en
panfletos, hojas de poesía y una que otra presentación pública. Pese
a ello, su influjo en el desarrollo de la lírica chilena es
fundamental. El presente estudio procura definir los diferentes
códigos utilizados por Lira en la construcción de su discurso
poético y las distintas líneas temáticas que configuran su universo
cosmológico, antropológico y
teleológico.
Por
Jaime Blume
Sánchez en Literatura y Lingüística Nº 7,
1994.
1. PRESENTACIÓN
Frente al desafío
de determinar las características postmodernas de la poesía chilena de
fin de siglo, trabajo que recién
se inicia, imposible no remitirse a Rodrigo Lira, poeta que a nuestro
juicio encarna como pocos dicha condición postmoderna.
Los
argumentos más frecuentemente esgrimidos para fundamentar tal
afirmación sonde carácter preferentemente formal. En ese sentido se
han estudiado los códigos que Lira utiliza, por ejemplo, en
"Angustioso caso de soltería ", poema que inaugura su
"Proyecto de Obras Completas". Ello ha permitido establecer un
repertorio de marcas escritúrales que pertenecen de lleno al universo
postmodemo de la poesía.
Pero no son sólo dichos rasgos
formales los que hacen de Lira un poeta postmodemo. Existe también un
rasgo temático de gran importancia que apunta en la misma dirección:
la sobrevaloración del yo y su simultánea degradación. Ello queda en
evidencia en dos poemas referidos al Topo.
El presente trabajo
buscará, en primer término, hacer el registro de las características
formales de la poesía de Lira, para detenerse luego en el análisis del
yo del poeta, eje temático central de su discurso
postmodemo.
2.
ANGUSTIOSO CASO DE SOLTERÍA, FORMA DE LA
POSTMODERNIDAD
2.1. Estructura del poema La voluntad
desmitificante del poeta no excluye un discurso de fuerte tramado
lógico como es el que brilla en este poema. Podemos así distinguir en
él cuatro secciones claramente determinadas. La primera está destinada
a la presentación del hablante lírico, un tal Juan Esteban Pons
Ferrer, historiador y arqueólogo, ingeniero de futuros utopizantes,
artífice de la palabra, de 36 años y hastiado de "experimentarse a
si mismo como huna hentidad hincompleta ".
La segunda
sección plantea notoriamente cuatro considerandos que justifican la
decisión de publicar un "poemanuncio": cierre de una agencia
matrimonial, acontecimientos históricos determinados, aumento de la
radioactividad y otros males, y la situación ambiente. Dicho
"poemanuncio" reviste todas las características de un
desorbitado aviso económico similar a los que aparecen en diarios y
periódicos.
La tercera sección es el anunciado
"poemanuncio" en el que luego de explicar el porqué de su
presentación al público plantea la "suma urgencia" de contratar
una "niña de mano" que reúna determinadas características, no
siendo obstáculo para el convenio la carencia de méritos curriculares.
A la hora de definir a la postulante, se privilegian los atributos de
belleza, la tricerebración, la respuesta sexual rápida, la edad (entre
20 y 30 años) y el hecho de que sea "hija, hoja y ojos". Se ofrece a
cambio un paquete de recompensas que conjuga el sueldo con el
desprendimiento ("pan y cebolla"), el programa político con la
oración mariana o el canto popular ("techo y abrigo"; "alma,
corazón y vida"), y el posible matrimonio con la postulante, cuya
ficha preferentemente física queda al desnudo en once
enunciados.
La cuarta sección, con la que el
"poemanuncio" se cierra, indica el domicilio al cual pueden
referirse las candidatas interesadas y las modalidades para establecer
contacto.
2.2. Los
códigos Además de las secciones indicadas en el número anterior,
responsables de la estructura discursiva del poema, otro elemento
esencial del texto es el repertorio de códigos utilizados por el
autor. Veamos algunos.
"Angustioso caso de soltería"
lleva como epígrafe una conocida cita de Alonso de Ercilla, de fuerte
corte renacentista. Si comparamos la delicadeza de tales versos
("No las damas, amor, no gentilezas/ de caballeros canto
enamorados") con el título del poema ("Angustioso caso de
soltería") podremos fácilmente caer en la cuenta de que uno de los
códigos utilizados por el autor es la mezcla alborotada de
refinamientos renacentistas con desarrollos poéticos de marcado matiz
malicioso. La voluntad ruptural queda a la vista y el "ars
amandi" del conquistador se ve suplantado groseramente por la
"palabrita amor", a la que "le han corrido demasiado
mano". Se trata, como vemos, de un claro caso de iconoclastia
moral y textual.
Otro código al que Rodrigo Lira acude es el de
juntar en uno solo citas de otros textos, como si se tratara de un
"pot pourrie" demencia!, pese a la extrema funcionalidad
significativa de dicho procedimiento. Buen ejemplo de ello lo
encontramos en lo que el "poemanuncio" ofrece a la niña de mano
que acepte el puesto: buen sueldo (léxico propio del aviso económico);
pan y cebolla (versión abreviada del dicho popular "contigo pan y
cebolla"); techo y abrigo (expresión sintética de la consigna
electoral del candidato a la presidencia de la República del año 38,
don Pedro Aguirre Cerda); alma, corazón y vida (estribillo y nombre
del tradicional vals peruano de Adrián Flores, tal vez tomado de la
oración mariana "Bendita sea tu pureza"'), y disposición a contraer
matrimonio (lugar común dentro del Correo del Amor de varios diarios
nacionales). A las ya mencionadas cunas textuales se agregan otras que
remiten a Ercilla ("fértil y señalada provincia"), a un Churchill
claramente intervenido ("semen, sudor y lágrimas") y al director de
cine, el sueco IngmarBergman ("'gritos y susurros", título de una de
sus más famosas películas). El efecto que a nivel de composición
poética produce semejante enredo es uno de los rasgos que mejor
tipifica la obra de Lira.
Un tercer código presente en el poema
que estamos analizando es la inclusión de expresiones pertenecientes a
distintos idiomas, lo que obviamente establece de partida barreras que
limitan el círculo de lectores posibles. Las distintas fórmulas
utilizadas para designar a la niña de mano que se quiere contratar (
garota, menina, ragazza, donna-mobile, filie, femme, girl, geisha,
woman, fraulein) y las frases hechas tomadas del latín, del
inglés, del francés o del alemán (id est, a priori. However. Ph.
D.s are encouraged to apply; in her twenties: l'amour: oder eine
fraulein) son hasta tal punto recurrentes que logran dar al
discurso poético de Lira una tonalidad inconfundible.
En el
mismo ámbito de las particularidades textuales, la circulación fluida
por los distintos estratos culturales del idioma castellano da forma a
un cuarto código utilizado por el poeta. La terminología científica se
une a la antropológica biológica en un alarde de dominio de amplios
horizontes culturales (el aumento de la radioactividad en la
biosfera/ de los gases propelentes en la ionosfera; posición relativa
a la atracción gravitacional; posición supina o de cúbito dorsal,
tricerebrado). A los dichos hay que agregar los préstamos tomados
de otros sistemas lingüísticos, como lo son. por ejemplo, el
sociológico (en qué hilera de la pirámide social) el
arquitectónico (ladrillos que la construyeron), el cibernético
(raro computador... atiborrado de información./ programado...)
y el agroindustrial (cepas de Yogurt (que) pueden cultivarse de un
modo adecuado).
El chiste
lingüístico forma parte de un quinto código, cuya característica
genérica sería la del humor. Ello le permite al autor decir en broma
lo que siente muy en serio. Las fórmulas festivas pasan a ser vehículo
inesperado de concepciones muy profundas. En esta línea, la
aliteración, figura retórica de tipo morfológico consistente en la
reiteración de sonidos semejantes (Márchese, 1986:21), da paso a un
verdadero "calambour", como el que se registra al comienzo del poema.
Allí el papagayo se transforma en una "rara especie de pájaro
parlante de gayo a rayas". Pero el artificio no sólo busca el
malabarismo verbal sino que se orienta a llamar aparatosamente la
atención sobre la menguada condición humana del
autor:
"hastiado y harto -y harto- de experimentarse a sí
mismo como huna hentidad
hincompleta"
Un nuevo código,
el sexto, es el que se refiere a la impalpable presencia de lo
religioso, ámbito que Lira maneja en forma voluntariamente grotesca, y
desestabilizadora. Un rastreo atento de las marcas religiosas impresas
en el poema permite establecer que el autor se mueve en la órbita de
la cultura cristiano occidental, pese a su clara neutralidad dogmática
y a su irritante desparpajo ético. El temporal que eventualmente
desarboló el barco de la fe militante deja a la deriva los restos de
un naufragio cuyas astillas conviene rescatar. Se habla en el poema de
un "San Aldous Huxiey", de una "fe de bautismo" y de una
"Hija de Hombre: hermana más que hija, del Hijo del Hombre". En
términos más alusivos podemos consignar el recuerdo borroso de una
oración marina ("alma, corazón y vida") y el esbozo
agresivamente escandaloso de un cáliz ("cuerno",
"cacho"), rebosante de "semen, sudor y lágrimas" y
"un resto de sangre". Pese a no ser muchos, los elementos
anotados dejan al descubierto una pista de lectura hermenéutica que
procuraremos recorrer más adelante.
El poema que estamos
analizando deja la sensación de estar inmerso en la realidad
cotidiana. El lenguaje utilizado (anda po donde nadie lo llama: muy
rayado; para todo servicio; niña de mano; tipa, perica, galla;
llapa; un cacho; le han corrido demasiado mano), la alusión a
elementos propios del paisaje urbano de !a capital (agencia
matrimonial; El Mercurio; Avda. Grecia; comuna de Nuñoa) y la
oscura amenaza de la dictadura como marco histórico reconocible
constituyen las coordenadas de un discurso poético que, marcado por la
contingencia, materializa un tipo de comunicación lingüística
vinculada con la jerga surgida en el Pedagogico de la
Universidad.
El tiempo y el
espacio de "Angustioso caso de soltería", así como la forma
literaria que presenta, dan cuenta de una visión de mundo condicionada
por el aquí y el ahora del Chile de los ochenta. Este compromiso entre
el poema y la vida de la sociedad que le da origen aparece como el
séptimo código utilizado por Lira. Se trata, como vemos, de un caso
evidente de "poesía de situación" o de "testimonio de
circunstancia".
Para cerrar este capítulo
conviene referirse al octavo código elaborado por el poeta, que
corresponde a la relación hombre/mujer que el poeta analiza en su
obra. Al respecto, el planteamiento de Lira sigue un camino de fácil
análisis. La descripción física de la mujer y los condicionamientos
psicológicos que deben caracterizarla son elementos que encuentran su
correlato en idénticos atributos presentes en el varón, siendo la
urgencia sexual de este último y la capacidad de respuesta de aquella
los factores más relevantes. Lo perentorio del deseo del protagonista
empobrece la imagen de mujer que el poema proyecta, privilegiando
atributos carnales por sobre otras consideraciones más depuradas. A la
postre, la mujer pierde su valor de persona y pasa a ser un simple
instrumento de satisfacción sexual.
Con lo hasta aquí dicho
estamos en condiciones de resumir los códigos a los que Lira acude
para estructurar el poema que inaugura su proyecto de obras
completas:
-mezcla de
refinamientos con desarrollos maliciosos casi procaces -recurso
generoso a citas literarias y a personajes y situaciones
interpolados -uso de varios idiomas -manejo de jergas de
diversos ámbitos -recurso al humor, la contradicción chocante y
el juego verbal -referencia intertextual a lo religioso -la
contingencia histórica como referente coyuntural y
literario -relación carnavalesca entre el hombre y la
mujer
Nos hemos detenido
en la consideración y análisis de los distintos códigos que configuran
el discurso poético de "Angustioso caso de soltería" por
estimar que dichos códigos tipifican la totalidad de la obra de Lira.
Ello nos exime de repetir una y otra vez lo que está planteado en
forma ejemplar en este primer poema y nos abre la posibilidad de
centramos más libremente en ciertos temas fundamentales del
pensamiento del autor, especialmente el que se refiere a la
determinación del YO del poeta y su posterior
disolución.
3. EL YO DEL
POETA: TOPOLOGÍA DEL POBRE TOPO
El poema titulado
"Topología del pobre topo" está concebido en dos tiempos: (i)
Tranquilo el Topo -trabalenguas en ritmo de REdoble- par Le Rouge
(Antonio de la Fuente), y (ii) Ulterior Desdibuje: contribución
zoo-oto-lógica al Trabalenguas del Topo, par Le Noir (Rodrigo Lira).
Veamos qué sorpresas nos deparan estos textos en la línea del
perfílamiento del YO del poeta.
3.1. Tranquilo el
Topo 3.1.1. Texto
TRANQUILO EL TOPO Trabalenguas en ritmo de
REdoble/-
Tormentoso el
Topo tiembla: tiene tristeza: atronó, un poco. El Topo no tiene
comida: dinero tiene tampoco. Pero tiene taller Tiene
Taller:
en las tardes talla tornea tañe tararea -atrona un poco. El Topo
se empecina se desmide se tropieza: se tropieza el Topo
repta -tiene anatomía- atrona un poco.
Siente el Topo
la latitud del monte Tupungato, su tosca fosca topo
grafía: su altitud. Trepa entonces este monte tan
campante (todo esto entre sus mientes -o magines- evidente: así,
monta hasta elefantes). Entremedio entabla con sus sombras
tristes teatros decadentes: ¿tendrá el Topo en sus sitios sus
tornillos o en su testa trae tejas sueltas, y en sus patas rotos
los tobillos? Entretanto, se interroga, se entretiene, estudiando
harto su Antropo Logia -triste trópico es el habitat del Topo, su
típico tópico- tapizando su entramado de tratados, combatiendo
con un cúmulo de dudas, tragándose eméritas gordas ruedas de
carreta. ............... Toma notas el
Topo, las anota en su libreta.
Tienta el Topo, intenta,
trata, trata de- de pronto tronase altanero, tiene lengua de
taladro, la trompa se le solivianta, se destempla el Topo -ya era
tiempo-, se atraganta: atrona un poco.
Tonto el topo, terco, lerdo: torea, arrastra el poncho: le
tiran tierra, melones: le dan tirones, le pisan los
talones... Tiembla el Topo, palidece, siente vértigos, ortigas en
los interiores, tenazas en los intestinos. Torpemente trata el
Topo, trastabilla: le escupen en su escudilla, le tienden
trampas, lo contagian con ladillas... nuevamente .................................................................................................
atrona un poco.
Toca el Topo entonces trémulas trompetas,
urde burdos subterfugios en subterra -su refugio-: siente
tambores y destrozos y tragedias y tornados y tumultos trama el
Topo entonces trombas muy tremendas de Topos desterrados en
en .....................................................................................................
sordecedoores ......................................................................................................
retoornos...
Trata el Topo: tiene Taller: trabaja miércoles y
jueves, transpira duro. Tapa el Topo su destete trama el Topo su
destape tiene traumas, tristes trancas, tiernas teorías, tenues
utopías: trepida el Topo, se tropieza, trastabilla (se da al
traste): tiene tristeza. Tiembla, el Topo. Toma una
decisión -toma firmemente una decisión): atrona un
poco.
3.1.2.
Análisis A primera vista, el texto arriba transcrito proyecta una
estructura carnavalesca, cuya expresión formal más evidente es el
juego de sonidos y palabras. Se trata de una seguidilla de
aliteraciones que junto con crear la atmósfera de sonorización propia
de este recurso estilístico repercute en el significado mismo del
poema. El verso inicial es, en este sentido, altamente ilustrativo:
"Tormentoso, el Topo tiembla: tiene tristeza: atrona un
poco" (104).
El conjunto léxico conformado por los términos
tormentoso, tiembla, tristeza y atrona no sólo sirve para rodear la
figura del Topo con un collar de conceptos negativos, sino que,
además, para subrayar las relaciones entre las palabras, que ven
potenciada su capacidad significativa con la retórica morfológica de
los sonidos semejantes.
Entrando más a lo hondo y atendiendo a
la organización lógica del discurso, es posible reconocer cuatro
tiempos de distinta densidad poética. El primero apunta a definir la
actitud inicial del Topo: reseña de lo que tiene y no tiene, temor a
ser un desquiciado y aprendizaje de la realidad personal y
circundante. El segundo tiempo se refiere al ejercicio poético del
Topo, marcado por una cierta desorientación inicial ("Tienta el Topo.
trata, trata de... ") y por una consecuente arremetida iconoclasta
("... tronase altanero, tiene lengua de taladro, la trompa se le
solivianta...; torea, arrastra el poncho" "). El tercer tiempo destaca
la reacción que su embate poético provoca en las víctimas de la
acometida: "le tiran tierra, melones; le dan tirones, le pisan los
talones...". Cierra el poema el cuarto tiempo, reflexión de alto
voltaje lírico en la que el Topo asume la responsabilidad de su
propuesta poética en términos de máxima violencia, acción que en lo
personal lo deja sumido en la tristeza, y en lo poético, dueño a la
vez de una robusta decisión y de un magro producto
literario:
"Toca el Topo entonces trémulas trompetas, urde burdos
subterfugios en subterra -su refugio-; siente tambores, y
destrozos, y tragedias, y tornados, y tumultos trama el Topo
entonces trombas muy tremendas de Topos desterrados enén
sordece- ................................................
doores retoornos...! Trata el Topo: tiene Taller; trabaja
miércoles y jueves, transpira duro. Tapa el Topo su destete
trama el Topo su destete tiene traumas, tristes trancas,
tiernas teorías, tenues utopias; trepida el Topo, se
tropieza, trastabilla (se da al traste): tiene
tristeza. Tiembla, el Topo. Toma una decisión -toma firmemente
una decisión): atrona un poco. (104)
Los cuatro tiempos
señalados se despliegan en el plano horizontal de la diacronía y
encuentran en él el sentido lógico de su desarrollo. Pero cabe además
otra lectura, que ocurre esta vez en el plano vertical de la
sincronía. En esta alternativa queda al descubierto el tema central
del YO y su identidad, determinada por sus posesiones (tristeza,
taller, anatomía, habitat, libreta, lengua de taladro, escudilla,
refugio) sus carencias (comida, dinero) y sus acciones
(atronar, tallar, tropezar, reptar, sentir, montar elefantes,
interrogarse, estudiar su Antropología, tapizar su entramado de
tratados, combatir con un cúmulo de dudas, tomar notas, destemplarse,
tratar, trastabillar, tocar trompetas, urdir subterfugios, tramar
trombas muy tremendas, trabajar y transpirar duro, tapar su destele,
trepidar, tropezar, temblar, tomaruna decisión). Detrás de esta
nebulosa generada por el caos literario queuna mezcla tan explosiva de
elementos provoca, surge la patética figura del Topo, imagen icónica
del autor, con todas sus tareas psicológicas ("¿Tendrá el Topo en
su sitio sus tornillos o en su testa trae tejas sueltas?"), sus
deprivaciones ("tiene traumas, tristes trancas") y su quehacer
improductivo ("tragándose enteritas gordas ruedas de carreta").
Difícil concebir imagen más conmovedora que la de este Topo, despojado
de todo atributo positivo ("Tonto el Topo, terco, lerdo... "),
tembloroso, trastabillante, triste y maltratado por los demás:
tropezar, temblar, tomar una decisión. ("le escupen en su
escudilla, le tienden trampas, lo contagian con ladillas..."). Una
vez más este Job de la literatura que es Rodrigo "Topo" Lira rescata
de las honduras de su ser los restos de un naufragio desastroso y los
expone a la vista morbosa de los espectadores, en un alarde de casi
obsceno exhibicionismo.
3.2.
Ulterior Desdibujo. Contribución zoo-et-lógica al trabalenguas
del Topo
3.2-l.Texto
ULTERIOR
DESDIBUJO contribución zoo-et-lógica al trabalenguas del
Topo
El Topo es un bicho ciego, .......... mas bien sucio, extremadamente
necio, torpe y lento. .......... Es un
bicharraco raro, parrandero, repelente y recatado.
El Topo es
un pobre diablo .......... de índole
subterránea: .......... si sube a la
altura del suelo .................. se
apuna. El muy tunante hace túneles en el subsuelo: los cava en
labores de zapa. Se pasa metido en su cueva con las persianas
echadas: el mundo externo .............................................
lo abruma. A las ene ............................................
aún no sale de la cama.
Este mamífero estúpido,
no vidente y desgraciado se come las uñas se mesa las
barbas aulla a la luna, al mediodía del día viernes almuerza
pescado.
Cuando es guagua saca leche de las tetas de su
madre, tiene flatos y diarreas: mas poco más tarde el
estómago que el Topo lleva en su guata se va acostumbrando a los
plátanos, y hasta al maní confitado y, cuando le sobreviene a
cada momento algún otro contratiempo inesperado, ................................... bebe caldo
de cabeza para poder calentársela -podrían resfriársele el seso,
el cerebro y el encéfalo En cuanto a en vistas a enfriarse su
zonza sesera -si la mano se le pasa- se compra en algún astillero
un barquillo con helado.
El Alma del Topo se abruma
cuando afuera de su cueva está nublado. Cuando hace Resfriado, se
suena los Mocos con un Pañuelo morado. Quand il fau jou bon,
el Topo se siente y vivencia a sí mismo como una fruta de
Tuna. Se marcha a los Cerros los días nublados, pese al
precio de los Bases y al paso pesado del Mando, que lo tiene tan
cansado.
No importa que la Perdiz críe Cola, o el Cerdo
Plumas: el Topo nunca será un Astronauta, Ergo, que en la
Luna lluevan Piedras de repente es algo que al Topo lo tiene sin
ningún cuidado. El Topo es un bicho ciego: no hay que exigirle
Razones, o pedirle Sacrificios. Compromisos o Tomas de
posiciones. El Topo ve muy poco más allá de sus Narices: tiene
menos de dos dedos en la frente: en su Frente sólo tiene
Arrugas, es un animal limitado. Le va pésimo en las Pruebas de
Aptitudes Matemáticas; no manipula la Regla ni el Abaco, no mide
ni cuenta, no resta, ni suma, ni eleva a potencia. Su
operatividad lingüística es un cuchillo de plástico. El Topo
mismo y entero es un ............................... hacha
de madera, es un ladrillo de espuma, ............................... es una sopa de
helado, es un neumático flaccido.
Que sepa diferenciar
a Lamartine de Villon, al Andrea Chénier del André Gide del Abbé
Prévost, a Céline de Valéry, o a Villiers de L 'Isle-Adam de la
Brin Villers del Conde de Lautreamont, es una cosa posible, si
bien los hombres de Ciencia concuerdan en que la presencia
hipotética de tal eventual fenómeno no se encuentra por ahora en
el Intelecto o la Mente del Topo claramente demostrada por la
Ciencia; por demás, siguiendo a Descartes -y aunque el plural
latino de res sea rei -en cuanto a sus digamos, reses -cosas, o
presas-: la cogitans no cacha nada, y la extensa poco
abarca y poco aprieta.
3.2.2. Análisis Estamos, a no dudarlo, frente a una de las
aventuras poéticas de Lira mejor logradas. El recurso a la aliteración
reiterativa, ya detectada en el poema anteriormente estudiado, es
reemplazado ahora por un brillante abanico de combinaciones rítmicas
diversas, lo que hace del flujo poético un verdadero surtidor de
variadas cláusulas métricas, de segmentos discursivos dispares, de
ordenaciones prosódicas inesperadas y de pausas y síncopas acentuales
pocas veces vistas en un mismo discurso.
En el poema que
comentamos, la presencia musical es tan importante como el contenido
ideológico del cual es vehículo. Pero la música exige una letra, que
en este caso es una expresión más de la furia autodestructiva que
viéramos presente en el poema anterior. El Topo es físicamente poco
agraciado (ciego, sucio, repelente), sin muchas luces
(estupido, podrían resfriársele el seso, el cerebelo, el cerebro y
el encéfalo: animal limitado) y escasamente dotado para las
matemáticas (no mide ni cuenta, no resta, ni suma, ni eleva a
potencia). Patológicamente flojo ("A las ene aún no sale de la
cama"), su quehacer discurre entre "comerse las uñas", beber
"caldo de cabeza", acicalarse para salir de noche y permanecer vivo
por inercia. En e! aspecto psicológico vive abrumado por las
condiciones climáticas adversas y por los resfríos. Displicente,
obstruccionista, inoperante, pesado de alma, cobarde al tiempo que
desafiante, el Topo vive permanentemente al borde del colapso. En
contadas ocasiones logra romper la espesa coraza que lo aprisiona, lo
que lo habilita para dar a luz una criatura poética de innegable
valor. Es entonces cuando el Topo muestra su real condición física y
su talento ("no es feo ni tonto"), lo que no impide que pronto
la oscuridad invada nuevamente su alma, opacando su visión de mundo en
términos tales que todo "aparece como una broma macabra,
tremebunda, de mal gusto, como un chiste de los sucios, o un
exceso". Vistas así las cosas, su destino natural no puede ser
otro que el de ser arrastrado por la corriente, herido de muerte por
los sapos o tragado por una serpiente.
Los vistos son los
pasos que Lira da para realizar el duro examen introspectivo del que
hemos sido testigos. Dicho examen deja a la vista la doble cara de una
misma moneda: un narcicismo desorbitado y un afán autodestructivo
demencial, aspectos ambos que merecen ser analizados. Partiendo por el
segundo factor (deseo de destrucción), conviene destacar un elemento
que el mismo Rodrigo Lira establece. Por un lado se sabe joven,
nada de mal parecido y razonablemente buen poeta. Por otro, necesita
descalificarse en aquello que tiene de más valioso. La contradicción
es evidente y obliga a buscar una explicación a tamaño despropósito.
Como hipótesis inicial, podría pensarse en la frustración que sufre un
individuo que quiere "ser alguien "y no lo logra. Cuando tal cosa
ocurre se abre un abismo entre el sujeto y su ideal de vida.
Con frecuencia el hecho es percibido como una defección culpable,
compensada por el castigo autodestructivo que el sujeto se aplica a si
mismo. La descalificación subsiguiente (no significo nada para nadie,
no soy nada ni valgo nada) equivale a una especie de suicidio
psicológico, pena que el sujeto se impone en pago de su culpa.
Emparentada con esta furia autopunitiva está la conducta paradójica
del que escoge justamente lo contrario de lo que anhela. La causa
de semejante actitud habría que buscarla en el temor de no alcanzar lo
deseado. lo que estaría a la raíz de una incertidumbre intolerable,
ambigüedad que el sujeto define por el camino de la opción negativa.
En esta línea, el caso de Lira es aleccionador. Como quiera que la
opción positiva (juventud, buena presencia, talento poético) se le
revela como inalcanzable, elige la instancia contraria (decrepitud,
fealdad, esterilidad poética) como un medio para romper la
indeterminación y la angustia que lleva aparejada. Justamente lo que
se teme se convierte en irresistible y obsesivo polo de atracción.
Escogiendo lo peor siempre posible se logra romper el cerco creado por
la incertidumbre y el miedo de no poder alcanzar el ideal de vida,
soñado pero inaccesible. Bajo signos tan contradictorios se
materializa, aunque parezca increíble, el deseo de autoconservación y
desarrollo (Cf. J. Nuttin, 1962:252 ss). Creemos no andar muy
descaminados si afirmamos que en los poemas del Topo que estamos
comentando se da esta doble opción de saña autodestructiva y elección
de lo peor, símbolos invertidos del deseo de autoconservación y
crecimiento. Esto último nos lleva a investigar el carácter narcisista
que se esconde bajo tan demoledoras conductas poéticas.
En
términos generales, el narcicismo es descrito como la libido que se
dirige al propio ego (ibid.. 82). Es obvia la referencia al personaje
de la mitología griega llamado Narciso, bello joven insensible al amor
de la ninfa Eco. Enamorado de su propia imagen, que una fuente de agua
reproduce, muere al intentar en vano besarla. Némesis lo transforma en
la flor que lleva su nombre. Tomando pie del personaje mítico, el
psico-análisis define el narcicismo como "una fijación afectiva a
uno mismo, que se traduce en una inversión de la libido sobre el
propio sujeto". Siendo una etapa normal en el desarrollo del niño,
"en el adulto representa un regreso a una fase arcaica del
desarrollo" (Morfaux, 1980: 232).
En !as definiciones de
narcicismo arriba consignadas interesa subrayar el factor de fijación
en el sí-mismo del sujeto, lo que determina una autorreferencialidad
afectiva avasallante, similar a la que encontramos presente en Rodrigo
Lira. En los dos poemas del Topo, objeto de nuestro estudio, campea
una relación muy fuerte entre el hablante lírico, identificado
absolutamente con el autor, y el sujeto sobre el cual recae el largo
discurso analítico. Con ello, el triángulo conformado por el poeta, la
voz lírica y el Topo se refunde en un solo personaje, suma y síntesis
de una polaridad de tan alto poder de atracción que impide el
despliegue de los distintos actantes. A la postre, autor, voz lírica y
sujeto poético se disuelven en este increíble narciso que es Rodrigo
Lira, viejo cómico de la lengua que no tiene otra obra en su
repertorio que esta de desollarse vivo y mostrar al público sus
lacerías.
Apurando un poco
más el análisis, el comportamiento errático que los mismos textos
insinúan acusa un verdadero trastorno de la personalidad del autor. La
necesidad compulsiva de llamar la atención, la sobrevaloración de la
propia importancia, la acentuación de todo aquello que distingue al
poeta de los demás y lo convierte en el protagonista de un pequeño
drama burgués representado a todas horas, el
histrionismo intemperante, la constante mención autorreferida a su
quehacer literario, la evaluación exagerada de los logros, fracasos y
dificultades, el permanente recuerdo de los propios problemas, el
desvarío fantasioso que oculta bajo juicios negativos un ansia
irreprimible de éxito, brillo y reconocimiento, la necesidad exagerada
de ser tomado en cuenta y admirado, el sufrimiento expresado en rabia,
vergüenza o sentimiento de inferioridad cada vez que es enjuiciado
negativamente, la proclividad a desvalorizarse y otros rasgos
similares que la psicopatología analiza se dan en forma paradigmática
en Rodrigo Lira y en estos dos poemas dedicados al estudio del Topo
(Cf. Gomberoff y Olivos, 1986: 160-161). Imposible tratar de entender
la poesía de nuestro autor sin tener en cuenta esta intravaloración
del sí mismo, punto de partida de todas sus indagaciones
poéticas.
BIBLIOGRAFÍA Lira,
Rodrigo: Proyecto de obras completas. Santiago.
Mirga/Camaleón, 1984. Gomberof, L. y Olivos, P.: Manual de
Psiquiatría. Santiago. Mediterráneo, 1986. Morfaux,
Louis-Marie: Diccionario de Ciencias Humanas,
Barcelona,Grijalbo, 1985. Nuttin, Joseph: Psychoanalysis
Personality, New York, Mentor-Omega Book,
1962.
Jaime Blume Sánchez es profesor de Castellano
(Universidad Católica), Orientador Vocacional (Universidad
Católica) y Dr. en Filosofía/Literatura (Universidad de
Chile)
Ha estudiado en las Universidades de Georgetown,
Arizona, Harvard y Regensburg. Es autor de "Un prólogo y
tres autores", Edit. Aconcagua. (Premio "Jaime Eyzaguirre",
de la Hispanidad); Aproximaciones estéticas a la literatura
chilena: Colección Aisthesis: Cultura mítica de Chiloé,
Arteche: Fuga a dos veces, (Premio "Gabriela Mistral" I.
Municipalidad de Santiago); Wenuleufü, camino al cielo,
Caminos de la crítica literaria contemporánea. Huercún: El
mensaje de los cuentos mapuches, Poesía en el
límite.
Es profesor del área de teoría literaria en la
carrera de Castellano de la Universidad Católica Blas Cañas.
En la Universidad Católica de Chile enseña en el
departamento de Estética y es secretario académico de la
facultad de Filosofía. Además es sub-director de la revista
Aisthesis.
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