LA 
SOLEDAD EN LA POESÍA DE DENISSE VEGA,
 
UNA 
ENTREVISTA A LA POETA JOVEN PERUANA, QUE DICE QUE:
 "Escribir es mejor 
que ir al médico, una iglesia, hablarse frente al espejo…"
Por 
Leoncio Luque Ccota*
Cuándo 
me puse a leer "Generación del 2000?" - Muestra de poesía 
joven, (excelente edición de paso) que los amigos de Claroscuro me entregaron 
como préstamo, el día 12 de agosto, al final del Taller de Poesía 
al Aire Libre. Me quede con la sensación de haber encontrado un libro significativo 
que contenía una poesía fresca por la edad de los seleccionados 
en su mayoría. Una antología que, para mí, marca un derrotero 
en la poesía peruana, como fue con: "Los nuevos" de Cevallos, 
"Estos trece" de Oviedo o "La última cena", 
en los ochenta, publicado por Asalto al cielo editores, respectivamente; pero 
que en los noventa, no creo haber leído una muestra generacional que signifique 
una muestra del amplio espectro de sus integrantes. Cuando leo "Generación 
del 2000?", me detengo en especial en la poesía de Denisse 
Vega Farfán (Trujillo, Perú, 1986). Estudiante de Derecho en 
la Universidad César Vallejo de Chimbote. Premio "Poesía a 
Vallejo" por la UCVCH. Autora del poemario EURITMIA (2005), que me 
atrapa y despierta en mi, esa sensación de goce estético y fresco 
que hace tiempo no sentía y que se trasladaba interiormente, carcomiéndome 
esos vacíos existenciales en que me debato para dialogar con la Poesía. 
Por esos detalles, me contacto con Denisse y solicito otros poemas con la única 
salvedad de leer más sobre la soledad que hilvana su poética y que 
todos como tema recurrente guardamos, pero que a veces se nos escapa y late en 
el mundo, nada más huidizo e indefinible que bajo la máscara de 
su propia ceremonia y contemplación. Yo creo que hablar de Denisse es tan 
sólo poner de manifiesto lo que ella dice de sí misma. Es tratar 
de buscar lo que ella expresa cómo es la vida a través de esta entrevista, 
y nos entrega algunos poemas que ella nos cede, con una madurez inusitada "En 
nombre de los perdidos que se glorian..." de poeta. 
***
- 
Denisse, tú eres la poeta más destacada y joven de la antología: 
Generación del 2000?, muestra de poesía joven, conjuntamente 
con Pamela Lozán Béjar ¿cómo te ubicas frente a tus 
compañeros de ruta? 
- Gracias, eres muy amable con tu comentario. 
No obstante, no dejo de valorar otras voces incluidas en la Antología. 
¿Cómo me ubico frente a ellos?, pues sencillamente como una joven 
que en la poesía ha descubierto un fondo trascendente, y no puede contener 
lo que virtuosa y famélicamente se le alborota en los dedos. 
- 
¿Cómo nació exactamente tu interés por la escritura 
poética? 
Antes de pasar al fondo de tu pregunta, me gustaría 
manifestarte que mi interés por escribir en sí (fuera de que si 
fue o no poesía lo que hice), lo motivó mi madre. Como te comentaba, 
nací y viví en Trujillo hasta los siete años, época 
por la que falleció mi abuela que me criaba mientras mi madre trabajaba 
aquí en Chimbote. Su ausencia era lo que me hacía escribir sobre 
cualquier papel que encontraba, llegaba al punto de desarmar las cajas de los 
medicamentos  de 
mi abuela para escribirle. Claro que lo que escribí no fueron versos, de 
eso estoy segura, digamos que volcaba emociones, pensamientos que me hacían 
estar cerca de alguien que estaba distante y que sólo veía los fines 
de semana. Eso para mí era algo mágico, algo que no se podía 
comparar con otra experiencia. Ella despertó eso, y en cierto modo se podría 
decir que aquello también fue poesía.
de 
mi abuela para escribirle. Claro que lo que escribí no fueron versos, de 
eso estoy segura, digamos que volcaba emociones, pensamientos que me hacían 
estar cerca de alguien que estaba distante y que sólo veía los fines 
de semana. Eso para mí era algo mágico, algo que no se podía 
comparar con otra experiencia. Ella despertó eso, y en cierto modo se podría 
decir que aquello también fue poesía. 
Ahora, ya entrando 
al fondo, considero que mi móvil principal en cuanto a la escritura poética 
fue la necesidad de construirme mundos mejores o felizmente habitables con palabras. 
"Al fin estás cansado de este mundo viejo", diría 
Apollinaire; o lo que en palabras de Rimbaud sería: "no la búsqueda 
del cielo azul de los parnasianos, sino el abismo sin fondo de lo desconocido". 
Esto último justamente era siempre lo que me jalaba, quería saber 
lo que sentía, lo que había detrás de lo aparente, quería 
intensificar la profundidad de lo que vivía, darle saltos altos a mis angustias. 
Era una necesidad más allá del cuerpo y del alma, algo que bullía 
y pugnaba por ser expectorado. Esto comenzó en la secundaria. Recuerdo 
que en los salones del C.E. "Salazar Bondy" (que fue el colegio donde 
estudié) me emocionaba con los versos de Storni, Vallejo y 
Octavio Paz. Llegando a casa me ponía a escribir, un papel en blanco 
siempre fue mi mejor fiesta. Aún conservo en algún armario los cuadernos 
que llené con mis balbuceos, con mis exploraciones ingenuas que no reparaban 
en atarse al papel en forma de nudos abultados o piezas rústicas, como 
toda principiante. Poemas eso sí, con una pronunciada veta amorosa, y conservando 
esa actitud de rebeldía hacia lo que, en palabras de Ojeda es "el 
temor de un mundo ajeno a los sentidos". Etapa incipiente, en la que ahora 
reparo, tal vez fue necesaria, para lo que posteriormente iba a crear con más 
seriedad y consistencia. Posteriormente el contacto con una mejor biblioteca me 
hizo conocer nuevos autores, que incrementaron mis ganas de seguir escribiendo, 
ser más pulida y exigente con mis escritos; y darme cuenta que la poesía 
me acompañaría para siempre. 
- Yo 
creo que toda poesía es más o menos autobiográfica o testimonial, 
¿cómo se fue constituyendo tu primer libro Euritmia (2005)? 
¿Te acuerdas de cómo surgen tus primeros poemas para este libro? 
- Efectivamente, Euritmia (2005) es cien por ciento testimonial. 
La constitución de este libro fue vertiginosa, lo empecé a escribir 
en ese mismo año por el mes de Febrero, en tres meses tenía el libro 
listo, y se extendió a dos meses más por las correcciones. Estos 
poemas los escribí en las calles de Chimbote, en el Malecón Grau, 
en la playa, en el colectivo, en plena plaza, en un café, a veces esperando 
cola en el Banco o a mitad de mis clases de Derecho en la universidad. Yo quería 
eso justamente, que los versos de ese poemario se escribieran en lugares espontáneos, 
sabía que lo que tenía que escribir no fluiría entre cuatro 
paredes. Fue una experiencia maravillosa, el contacto con lo de afuera me ayudó 
mucho; también como el apoyo del poeta Ricardo Ayllón, un querido 
amigo que le hizo algunas observaciones a mis textos y del que aún estoy 
muy agradecida. Los móviles de Euritmia fueron mi hogar de Trujillo 
en La Mar, en donde viví los mejores años de mi infancia, el deseo, 
la pasión, el desencanto, la soledad; pero sobre todo el tránsito 
amatorio con un "alma gemela". Hay también uno que otro atisbo 
erótico. 
- ¿La creación poética, 
es un oficio como cualquier otro, o es distinto? 
- No, claro que 
no es un oficio como cualquier otro. Tal vez podamos encontrar ejes, puntos similares 
como la disciplina, la continuidad, la perseverancia. La poesía requiere 
de una sensibilidad que no cualquiera tiene la aptitud de desarrollarla, es decir, 
ciñéndonos al aspecto de la escrituralidad. Ya que también 
soy de la idea de que hay gente que no escribe y sin embargo con sus actos hace 
poesía; porque poesía no es solamente lo que leemos en los libros. 
Recuerdo que en alguna ocasión oí al poeta Marco Martos decir en 
alguna conferencia, que el poeta es un hombre poseído por el espíritu 
de la lengua; pensamiento con el cual estoy completamente de acuerdo. La creación 
poética traspasa el filtro de lo mundano y desemboca en lo abisal, toca 
el limen de lo verdadero. Existen unos versos del poeta Roberto Juarroz, 
que recuerdo haber leído en múltiples ocasiones antes de escribir 
un poema: "no se trata de hablar/ ni tampoco de callar: / se trata de abrir 
algo/ entre la palabra y el silencio"; hermoso ¿no?; y esa no es una 
tarea como cualquier otra. 
- ¿Cómo 
ves las relaciones entre el poeta y el mundo?
- El poeta necesita 
del mundo, motor de su inspiración, oxígeno de sus escritos; pero 
considero que ahora más que nunca el mundo necesita del poeta, y no sólo 
de él, de todo lo que tenga que ver con el arte, frente a nuestra patente 
involución humana. Poeta como ejemplo de humanidad, de sensibilidad, de 
despierta conexión con el universo. "Todavía el hombre es 
más mono que ningún mono", fíjate esto lo dijo Nietzsche 
hace más de un siglo en Así habló Zaratustra, y dime 
tú ahora si esto ya en pleno 2006 ha variado. Por otro lado, creo que no 
nos caería mal otro Allen Ginsberg en estos tiempos de precariedad 
pacífica. 
- Yo estoy de acuerdo con lo 
último, se necesita varios aullidos ¿Crees en el poeta como ser 
elegido que tiene capacidad de predicción? 
- Creo que ese 
presupuesto ya perdió legitimidad hace mucho, es decir, en cuanto a lo 
de "ser elegido" equiparándolo a la "divinidad", para 
ser más clara. Yo no sé si la poesía elige, pero creo que 
tampoco uno la busca, de pronto la sientes. Son cosas a las que difícilmente 
le encuentras explicación, y justamente su hermosura radica en ello, porque 
no se explican, sólo fluyen. En mi caso fue así. Ahora, pienso que 
no necesariamente un poeta para considerársele como tal tenga que predecir, 
basta con que nos sacuda con su mundo, que nos muestre una realidad que nos remueva 
el piso. Pero si predice, wow! en buena hora. Aunque predecir algo a estas 
alturas en un mundo que se ha vuelto tan predecible, hum…sería anómalo. 
Pero lo que sí pienso es que el poeta siempre tiene que revelarnos algo. 
- Cuándo escribes tus poemas ¿los 
trabajas mucho o, por el contrario los dejas así, tal como salen en su 
primera versión? 
- Antes emulaba a Mozart, el cual 
no corregía ninguna partitura, claro eso era antes cuando la poesía 
no tocaba mis puertas interiores tan fuerte e insistentemente como las toca ahora. 
En ese entonces corregir un par de palabras para mí ya era demasiado. Creo 
que eso nos ha sucedido a muchos cuando empezamos a escribir. Cuando escribo trato 
de perfilar lo mejor que puedo lo que en esos instantes siento, algo así 
como si les intentara tomar una fotografía a mis emociones. Me preocupa 
mucho que el poema exprese la fuerza loca o sutil que quiera darle. Siempre me 
preocupa la cadencia, los acompasados golpes de los versos. Es por ello que luego 
de escribir un poema lo leo varias veces en voz alta para detectar una palabra 
coja o una mala disposición. 
Si hay que corregir hay que hacerlo, 
pero si no, entonces dejo que el poema empiece a respirar, a caminar, a vivir 
tranquilo. Normalmente esto último me sucede con los poemas cortísimos. 
Tampoco soy tan maniática de estar enmendando un poema, pues pienso que 
así corro el riesgo de desnaturalizarlo, de desgastar la materia con el 
que fue concebido. 
- Yo soy de los que creen que 
la poesía postula siempre a un estado utópico donde los hombres 
podamos ser hombres ¿cuál es tu utopía? 
- 
Es una utopía muy bella la tuya. Yo le agregaría a ello, el aprender 
a vivir verdaderamente, rescatar el contacto con los sentimientos reales y no 
quedarnos como estatuas ante la contemplación vertiginosa, angustiante 
y también bella del mundo. 
- En la poesía 
siempre están presentes los grandes temas universales, como el amor, la 
muerte, que no son necesariamente una experiencia. ¿Por qué en tus 
poemas hablas de la soledad? ¿Por qué este tema en especial?
- 
Me agrada la escisión que haces al decir que estos temas no son necesariamente 
una experiencia. La soledad es un tema que desde siempre me ha jalado, me ha circundado, 
la soledad desde casi todas sus aristas, como luz y como sombra. 
La soledad 
como luz, o lo que Krishna Murti quería dar a entender cuando decía 
que "hay una soledad que no es este sentimiento de soledad", y converge 
en una bendición. 
Y la otra, la soledad como sombra, aquella que a 
veces va tras de mí o de los personajes de mis  poemas 
con una hacha roja.
poemas 
con una hacha roja. 
La soledad es un bosque inmensurable donde 
puedes toparte con lobos y gacelas. Hay que aprender a andar por él, y 
eso no nos enseña nadie más que el vivir, y no lo sabe nadie mejor 
que la poesía en mi caso. 
Lo que sucede es que ahora he prolongado 
mi temática poética en este último tipo de soledad, quizá, 
entre otros motivos, lo que leo también me influye. 
Nietzsche 
decía algo así como que hay que llevar dentro de sí un caos, 
para poder engendrar una estrella rodante. Además en la creación 
poética tenemos etapas en las cuales nos aferramos a un tema en especial, 
por diversos motivos. Por ahora me siento súper cómoda hablando 
de ello, lo cual no significa que ese sea mi único tema. Ahora, lo que 
sí es innegable es que hoy más que nunca el hombre es un ser solitario 
que transita entre una multitud de soledades, es lo que sintió Baudelaire 
por ejemplo cuando afirmo "Multitud, soledad, términos semejantes". 
El uso social nos vende la imagen de independencia, cuando ello es afirmar 
que no se necesita del otro, porque "independencia" es divergente de 
"libertad". La "independencia" genera una mentalidad de autonomía 
total, casi divina, el hombre es su propio Dios. 
Anulado el otro entonces, 
el hombre se convierte cada vez más en un individuo alejado, narcisista, 
lo que acarrea el detrimento de valores como la misericordia y la solidaridad, 
la fractura de la verdadera comunicación. Pasamos de ser un emisor con 
un receptor, a un par de monólogos, cada cual apuntando por su lado. Es 
innegable que necesitamos de "el otro" por innumerables razones, pero 
cada vez nos empeñamos en evadirlo más. En este siglo la tecnología 
ha redoblado fuerzas creando un sin fin de aparatos para comunicarnos más, 
y sin embargo no sabemos hacerlo, qué tal paradoja. Qué feo ¿no?, 
yo no quiero ser parte de ello, yo intento escapar de ello, o encararlo sanamente 
aunque sea con el arte. 
Por otro lado, amo la soledad, vivo enamorada 
de ella, la soledad me ha permitido hacer un montón de cosas, escribir 
poesía por ejemplo, pintar, viajar o estudiar bastante. Mi soledad en ese 
aspecto es sagrada. 
- Volviendo a la soledad. 
Es un tema recurrente que aparece en tu poesía, que acecha, que ronda, 
que amenaza, que siempre está presente y te persigue como en estos versos 
"Los libros me enseñaron a romper la razón / en casos de emergencia 
/ la emergencia es esta soledad / corriendo tras de mí con una hacha roja" 
¿Qué libros en especial te enseñaron a romper la razón 
en casos de emergencia? ¿La soledad es para ti una obsesión? 
- 
La primera es una muy buena pregunta. Me la haces e ipso facto se me viene a la 
memoria Rayuela de Julio Cortázar, se me vienen otros, Demian 
de Hesse, La muerte en Venecia de Mann, En los extramuros 
del mundo de Verástegui, las Obras Completas de Pessoa, 
Libertad bajo Palabra de Paz, los Cuentos de Ribeyro, 
Los días pasan como caballos salvajes sobre las colinas de Bukowski, 
Donde todo termina abre las alas de Varela, Retrato de una Dama 
y otros poemas de Eliot, etc., etc., etc. Pero sobre todo Cortázar, 
que he leído sus obras desde mi adolescencia y su lúcida locura 
me ha rescatado de incontables naufragios. 
Y la soledad como una obsesión, 
no tanto así, creo que todos tenemos etapas donde nos sentimos más 
solos; y quizá lo mejor que pueda hacer en esas etapas sea escribirlas 
o pintarlas. 
- ¿Qué relación 
secreta hay entre tu poesía y la de Alejandra Pizarnik, donde ella pide 
que su soledad "debería tener alas." Y tú pides que escupa 
tu nombre? Como en estos versos: "Ahora sólo te pido soledad / que 
raudamente escupas mi nombre / mientras salgo como una polilla / por una de tus 
mangas" 
- Pues ahora dejará de ser un secreto, nooo…mentira, 
no hay secreto. Leí todas sus obras, las sigo releyendo, y no me dejo de 
maravillar, es una de mis poetas preferidas, tiene esa agresividad y elegancia, 
precisión y limpieza, oscuridad resplandeciente, esa meditación 
de la palabra sobre sí misma en sus escritos, que me mantienen fiel a ella. 
La admiro mucho y le tengo un profundo respeto. E independientemente de 
que yo escriba poesía, pues creo cualquier persona que se siente sola y 
lee algo de Pizarnik se va a sentir muy identificada, como me he sentido 
y me siento a veces. Justamente "La carencia", que es el título 
del epígrafe que tomé para "1ra. Traición a la Soledad", 
fue un poema que me remeció mucho cuando lo leí por primera vez, 
es sumamente doloroso y mágico, como un sol negro. 
Digamos que 
ambas nos hilvanó esa emergencia de empacarle sus maletas a la soledad, 
y embarcarla en el navío del naufragio sin pasaje de retorno. 
- 
"El tiempo no se depila / la soledad se pela mejor con las manos y no somos 
más que un par de abismos musicalizando / los pétreos huesos de 
la nada." Final de poema que me estremece. Quizás la soledad sea para 
tí un tema de auxilio, con respecto a qué ¿acaso el vacío 
existencial? 
- Es válida la soledad como auxilio a contraluz 
de la soledad como tormento. Hay temporadas en las que siento que todo me ahoga, 
¿y qué es lo que hago?, después de poetizarlo, me refugio 
en mi soledad como luz, y toda excusa puede llegar a ser válida con tal 
de arribar a esto. 
- ¿Tú crees que 
pueda existir una poesía completamente aislada de la realidad concreta? 
Naciste en Trujillo, y ahora vives en Chimbote, ¿en qué influye 
esas realidades en tu poesía? 
- Es difícil encontrar 
algo completamente aislado del contexto en donde uno se encuentra viviendo. De 
Trujillo conservaré siempre un gran estigma, está alternativamente 
en mis textos aunque de una forma muy disimulada y muy pocos lo noten. La relación 
con Trujillo siempre estará activa, viajo para allá, camino largas 
horas por sus calles, visito sus playas cada vez que puedo. Cada ciudad tiene 
una magia, y Trujillo tiene una incomparable a otra, demasiado especial. 
Quizá 
lo sienta tan así porque nací ahí, pero creo que aunque hubiera 
nacido en otra ciudad, Trujillo igual me atraería enormemente. Acá 
en Chimbote, el mar es algo que me jala mucho, el mar es como una gran hoja azul 
llena de poesía, cuando no puedo ir a la playa en mi bici, me doy una escapadita 
al Malecón Grau para contemplar y escuchar la cadencia de las olas. 
A 
pesar de mi apego a estos lugares, es rarísimo encontrar en mis poemas 
alguna referencia sobre ellos, y eso es porque al momento de escribir es el poema 
el que termina decidiendo, se nos termina escapando de las manos, toma el timón 
y escoge la dirección que se le antoje. Me refiero a mis últimos 
poemas claro, los que he empezado a escribir después de Euritmia, 
porque como anteriormente te señalé, ese libro tuvo mucha influencia 
de afuera, lo que no quiere decir tampoco que haya citado nombres de calles, nada 
de eso, pero en la mayoría de los poemas se siente la ciudad, el mar. 
Si 
te das cuenta hasta ahora sólo me he ceñido a un aspecto geográfico. 
Bien, pasando ahora a la realidad social, de todas maneras trastoca, sin pretenderlo 
se refleja en el poema, la poesía te abre infinitos espacios, te abre los 
ojos de los ojos, cuando te das cuenta que el noventa por ciento de lo que te 
rodea, de lo que transcurre en tu ciudad se resume a la nada, el saber que cada 
vez existe menos espacio para los sueños, para la valoración de 
los sentimientos reales y la estirpe del cuervo de Poe nos invade, sumado 
a ello el cuarto de tragedia que nos toca a cada uno, es terrible. Creo que no 
sólo acá sucede esto, sucede en todas partes, en algunas es más 
tangible que en otras naturalmente. La poesía es un exilio, pero también 
me encara en carne viva con la realidad. Ahora, cuando escribo, es como ponerle 
orden a ese caos, surge la belleza entre toda esa maraña verbal, y es esa 
belleza que se logra, lo que al final me salva. 
Escribir es mejor que 
ir al médico, una iglesia, hablarse frente al espejo, etc. Pero existen 
también veces en los que al momento de escribir no pienso que vivo en algún 
lado, ni en Trujillo ni acá en Chimbote, ni en ningún otro lugar. 
Habito el instante de lo que siento, el papel es mi ciudad y en él pueden 
suceder cosas más asombrosas de las que se ven más allá de 
las paredes de mi biblioteca. 
- ¿Por qué 
y para qué escribes? 
- Escribo porque me hace experimentar 
una libertad más allá de la libertad misma, me encuentro, me esfumo, 
reconcilio lo claroscuro, todo lo puedo, todo lo destruyo o reconstruyo con las 
palabras, puedo pisar las nubes y la tierra a la misma vez. Escribo porque existen 
zonas que sólo se descubren escribiendo, porque así lucho contra 
la marginalidad humana. 
Y escribo para vivir, sin poesía no vivo, 
'vivo' en el verdadero sentido de la palabra, sería un ser doblemente vacío, 
sin rumbo. La poesía es como si fuera mi sangre, mi templo eterno. 
- 
¿Cuáles son tus preocupaciones políticas e ideológicas? 
- La exangüe inversión educativa, esa ha sido desde 
siempre mi preocupación. La educación es fundamental para el desarrollo 
de un pueblo, tanto intelectual como espiritualmente. La educación, es 
decir, "la buena educación" es un arma de defensa, a la cual 
considero, todos sin distinción debemos de acceder. No es extravagante 
encontrar a gente que no entiende lo que lee. 
La educación es base, 
en cuanto menos ignorante es un pueblo, menos podrá ser manipulado por 
los intereses económicos del Estado. Esta es una realidad muy lamentable, 
somos un país que está en el último lugar en este aspecto, 
pasan los años y todo sigue inmutable. En cuanto a la cultura, siento que 
nos falta identificarnos más con lo nuestro para saber hacia dónde 
nos dirigimos como país. Y respecto a la literatura, el Estado debería 
participar con un auténtico compromiso, aunque pensándolo bien, 
por otro lado es mejor que no se meta con ella, porque si lo hace, la morderá. 
- ¿Cómo situarías tu poesía 
con respecto a la poesía actual y con respecto a la anterior? 
- 
Eso tendrían que decirlo los críticos, la gente que me lee, que 
sigue mi poesía. Autodenominarse en ese aspecto corre el riesgo de la parquedad 
o la exageración. Además creo que tendría que pasar esta 
década para evaluarlo mucho mejor. Ahora lógicamente todo cambio 
generacional implica un contraste, ahora con la globalización mucho más, 
el mismo poeta Pablo Guevara en el prólogo de la antología 
indica que los poetas de hoy venimos con las armas de los globalizados. Lo importante 
Leoncio, creo yo, es que la pluma no se adormezca, la imaginación y la 
sensibilidad, el compromiso serio y responsable para con la poesía se siguen 
aceitando; y ahora más que nunca en los noveles poetas. 
- 
¿Qué te gustaría a ti que se destacara de tu poesía? 
- No lo sé. Pero si alguien al leer mis poemas encuentra 
algo rescatable, magnífico; y si les sirve, si contribuye a innovar actitudes, 
despertar sensibilidad, mucho mejor. Creo que esto último sobre todo es 
lo ideal para un poeta que publica sus trabajos, cierra el círculo. 
- 
Me dices que vienes preparando un nuevo poemario, me podrías dar un adelanto 
de qué trata. 
- Bueno, no es exactamente un poemario, es 
decir, no sé si lo vaya a ser, parece que sí porque estoy encontrando 
un nexo fuerte en mis poemas inéditos desde hace un buen tiempo. Como dijo 
alguna vez Billy Collins, llegado el momento los poemas se buscan solos. 
Pues bien, parece que estos ya se están empezando a buscar. 
Las 
temáticas que circunvalan mis últimos escritos, como ya te has percatado, 
son la soledad (como luz-sombra), el vacío, la muerte, el vertiginoso túnel 
de luminiscencia; pero todo esto alternado con la flora y la fauna; las cuales 
me han remecido sobremanera en mis últimos viajes a la sierra y la selva. 
También como otros paisajes naturales que me atraen del extranjero, como 
el Río Sava en Los Alpes Julianos, o el gran lago Victoria en África; 
y los desiertos. En fin, me fascina la magia de todo elemento creado sin artificios. 
Hay una sección de poemas cortísimos, y otra con nombres de puentes, 
justo de esta nómina al que más poemas le voy escribiendo es al 
Puente Villena, quizá por el magnetismo suicida que tuvo con varios artistas, 
siempre me tiene extrañada. Abarco también las soledades de otros 
poetas, artistas y músicos. 
Sobretodo de éstos últimos, 
a los cuales les debo la motivación para haber elaborado algunos poemas 
que aprecio mucho. Y justamente, ya que hablábamos hace unos instantes 
de Pizarnik, he escrito también poemas en alusión a su soledad 
que serán incluidos en el libro. Estoy condensando todo esto aquí. 
Y lo que te comento es sólo una aproximación a lo que estoy elaborando, 
no sería conveniente por el momento charlar acerca de todos los detalles. 
Indudablemente deseo que este libro sea superior al primero, publicar 
algo inferior no tendría mucho sentido. 
- 
Algo que quisieras decir, al final 
- Sí, gracias a ti por 
la entrevista, y a la gente que le dio o le sigue dando a mis poemas un tiempo 
en su vida, en su memoria y en su corazón.
 
 

 
POEMAS
 
1ra. 
traición a la soledad 
"Yo 
no sé de pájaros, 
no conozco la historia del fuego. 
Pero 
creo que mi soledad debería tener alas." 
 Alejandra 
Pizarnik
La verdad me abraza con sus huesos de felpa
yo lanzo 
mi caña de pescar al negro río del tiempo
y extraigo un pez grandísimo:
es 
la soledad que emerge de sus aguas turbias
con una despedazada mujer apretada 
entre sus dientes
una mujer que lleva puesta la sangre como un vestido de encaje
ondeando 
sus blondas de fuego.
Las voces caminan de largo en las ruinas de lo oscuro
donde 
habito como una serpiente
pero una de ellas (la más demacrada) se detiene 
y me susurra:
"Denisse
nadie lavó tus huesos con su sangre
ni 
desató tus sogas de hielo 
se olvidaron de tocar tu campana 12 veces 
cada noche
para que amanecieras fuera de tu cárcel
de esa hospedería 
de pasillos y cuartos infinitos
donde Baudelaire y Rimbaud escriben versos
con 
los aguijones de los alacranes
y el corazón como una casa roja 
de 
solitario cuervo o gorrión
se hunde tras el tsunami."
Ah 
soledad
percudido gabán que todos se han puesto 
quédate tú!
oliendo 
el moho de tus calles
intentando cruzar los puentes del desquicio
quédate 
con los neologismos que le inventaste 
al brillo de mis ojos cada día
deja 
que lleve el amor como una insignia en el pecho
o una hermosa lágrima 
entre las manos
deja que reconstruya las facciones del ángel
que 
ya no soy.
Te digo pálida voz 
pez que se traga otros peces
que 
ya no dormiré entre tus barrotes
en esa cárcel donde antes de 
beberte como cicuta 
echaba sus raíces el crepúsculo
porque 
lo mismo sería hacerlo sobre un suelo húmedo
a la intemperie 
con el ruido de los cláxones 
y tu filuda voz gravitando en mi cabeza 
como una sonaja.
Muchos hijos tuyos he sepultado
y dime: ¿acaso 
se elevaron al cielo?
Ahora sólo te pido soledad 
que raudamente 
escupas mi nombre
mientras salgo como una polilla 
por una de tus mangas.
 
Fusión
Las 
ideas ejecutan coreografías de ballet 
en el magro salón de mi 
cabeza
mi bolígrafo como una flecha azul se estrella 
contra un muro 
frágil y pálido.
Abro puertas invisibles
merodeo pasadizos 
sin suelo
y estás aquí
debajo de todo lo que escribo
olfateando 
con desquicio el olor a tabaco
que despide cada letra
sosteniendo un paraguas 
donde se resbala el horizonte
tanteando algún utensilio con el cual 
rascar
la olla de carbón donde quedaron adheridos 
los restos de 
mi alma.
La ternura es un hilo perfectamente bordado
en cada árida 
región de tu rostro
el volumen de tu risa se balancea en el silencio
y 
pienso 
que bien podría terminar siendo sobre tu piel (si me lo propongo)
una 
sombra desmesuradamente rosa 
o algo parecido a una pieza de Chopin.
Tú
saliendo 
del papel 
de este fango blanco con raíces negras 
con un quinqué 
en la boca y un pozo rojo en el pecho
esperando la irradiación el avepez
el 
último fruto de mi árbol.
Afuera
el sol aún duerme 
tapado con periódicos 
mientras que tú y yo bailamos atados 
por 
una sóla camisa de fuerza 
en el ancho renglón de este manicomio
bailando 
como dos siameses que comparten
el mismo mentón 
la misma frente.
Lo 
que en este momento creemos que es el amor
-tal vez un pájaro de agua 
atravesando famélicamente
el cielo bermellón de nuestra sangre-
también 
baila al ritmo de un paisaje de Tilsa
que en mi vientre detona sus colores.
El 
tiempo no se depila
la soledad se pela mejor con las manos
y no somos más 
que un par de abismos musicalizando 
los pétreos huesos de la nada.
 
EMERGENCIAS
Sentada 
sobre un peldaño de locura
escucho el claxon de un tren 
corriendo 
dentro de mí 
a mil por infinito
los libros me enseñaron a 
romper la razón 
en casos de emergencia
la emergencia es esta soledad 
corriendo tras de mí con una hacha roja
mi corazón viendo 
todo detrás
de unas gafas oscuras
el vahído de la tierra atropellando 
a los viandantes
los viandantes atropellando los dones de la tierra
la mano 
del tiempo llevando un filudo garrote
flagelándome
como un ciego 
caballo que me derrumba
el vetusto catre del cielo 
donde nada de mí 
ha de acostarse
la melodía del vacío tan sonora
tan turbia
encarándome
encarando 
esta voz tan pequeña
como los labios donde derramé 
mis primeros 
cantos
ya no más la infancia rosada
el mundo descalzo que cabía 
en mis gavetas
el amor navegando como un juguete de goma
no encontraré 
jamás el archivo 
donde guardé mi sonrisa
tan sólo 
estas vísceras de un aire
que ya no respiro
esta sorda verdad
donde 
se monta mi corriente
este verbo despeinado 
contra las huestes del extravío
vida 
vuelve a entrar por mis pies
sin el galope de tu música muerta
vida 
descósete y vuélvete a hilar 
con otros hilos menos profanos
más 
resistentes
mientras tanto 
nostalgia erguida
primitiva incolora mujer
corazón 
humeante
entre los fresnos de tus pulmones 
mientras tanto 
pluviales 
versos escribiéndose
aunque el horizonte y estas horas de concreto
se 
despeñen.
 
Pizarnik 
He hallado 
a la vida mezclada
Entre los colores de la muerte
Al amado entre los rojos 
violentos 
De un canto vacío 
Nadie sabe que las últimas bocinas 
Que se oyen en las calles 
Son las de mi corazón
Que existe una 
piedra que extiende los brazos
Para abrazar el ardiente musgo de mi aliento
Nadie 
me ve cabalgando desnuda 
Sobre el lomo tibio y esmeril de la poesía 
Cuando el silencio me dispara en la boca
Y el horror vomita mi luz ensangrentada
Con 
los molidos cráneos de mis sueños.
 
Brújula 
dormida
Se derrumbaron los castillos de seda
Donde el dragón 
era sólo un cuadro oblicuo
Cubierto con abandono en el fondo de la sala
Ahora 
el dragón agita su áspera cola 
....... 
Su brasa se vuelve oxígeno de mi cuerpo
...... 
.. .... Y mi cuerpo oxígeno del dolor
Huelo la tarde descompuesta
Que 
brama en el jardín
Converso con los labios robustos que se abren en 
el limo
Vocalizando una tóxica dulzura
Y pequeños cipreses 
derruidos como niños calcinados
Que la inercia descascara de sus rancios 
vagidos de victoria
Jamás leída jamás lograda
Contra 
la oblonga llamarada del dragón
 ...... ........ 
... .. ..... Los prefiero
...... ........ .............. 
.. ..... Su silencio es menos obsceno que la verdad
 ...... 
........ .............. .. ..... Menos tullido que la duda
Yo les hablo 
Con agonía de delfín en el río
De mujer ante los pies 
morados de su hijo muerto
De Nietzsche ante los ojos vaciados del mundo
Mientras 
el dragón -pródigo de arrecifes-
De soslayo me vigila
Yo 
converso amistosamente 
Con el espasmo que explota y vuelve a nacer en mi corazón 
Hasta con el último hongo de la náusea
Mientras él 
engulle sin mesura 
Mares ...ciudades 
Soleadas 
plazuelas del tiempo
Puentes hacia la fantasmal sabiduría 
Ficciones 
de un lenguaje mejor hablado 
Desde los labios de la emancipación 
Dudando 
si soy 
Tan sólo un fantasma
O el trino del amor que aún no 
se fermenta
Así 
Cuando el flamígero colmillo del dragón 
asoma
Y su abdomen saciado de terror se ahueca aún insatisfecho
Y 
tan entusiasmado tropieza con mi hedor 
Que cree que le brotará fuego 
helado por las fauces
O las trasquiladas cabezas de todos los veranos 
Cuando 
la luz me sonríe mostrándome
Su dentadura rota 
Como si detrás 
del halo de un amor 
Se ocultara un foso
Así 
Cuando todo 
Todo
Hasta 
la tersura de mamá en el rubor del escaramujo
Se subvierte
Yo converso 
con lo que no tiene color
Aroma 
Destino
Ni un nombre por el cual llamarlo
 
SUEÑO 
MATERIAL
Y de repente mis instintos de rodillas
Dibujándome 
sin armaduras 
En medio de un círculo rojo 
El útero de la 
noche arrojó una estrella
Cerca de mi barra
Era un ángel de 
saco y corbata mirando la sequía
De su quinto vaso de brandy
O un 
nevado árbol agachado a la altura de mis senos
Con una mirada exiliada 
De alguna remota patria celeste
Casi como la mía
Pero yo 
Proveniente 
de una patria muy negra.
En la radiola empezaba a sonar
Una música 
serenamente torva
Como algo fuera de este siglo
O una jauría de interrogantes 
(que es idéntico)
Al ritmo de la soledad de sus labios inconfesos
Y 
de mi secreta manera de desearlo
Así pude ver los rieles del tren
En 
donde mi alma solía tenderse a escuchar
Cómo agonizaban los sueños 
aún después 
De haber sido enterrados bajo tierra 
O recordar 
Cómo nunca pudo habitar en otros cuerpos
Cuando mi muerte la escupía.
Faros 
de ciudades jamás habitadas
Como palabras nunca antes dichas por el 
corazón
En una pesadilla confusa
Se encendieron bajo mi pecho
"¿Extrañas 
a tu patria celeste?" 
Le pregunté
"Al igual que ustedes 
somos pájaros 
O ratas que comen pájaros"
Me respondió 
Mientras le servía el sexto vaso de brandy 
Dentro de mi boca.
 
Web: 
http://matrizmusical.blogspot.com
 
***
  
* Leoncio Luque Ccota, nació 
en Perú (Puno - Huancané) el 02 de abril de 1964. Siguió 
estudio de Economía en la Universidad Nacional del Callao (1985) la misma 
que abandonó un año después, para seguir estudios de Educación 
en la especialidad de Lengua y Literatura en la universidad Federico Villarreal. 
Publicó los poemarios Por la identidad de las imágenes (1996), 
En Las grietas de tu espalda (2001) y Crónicas de Narciso 
(2005). Actualmente estudia la Maestría en la Universidad Nacional Enrique 
Guzmán y Valle (La Cantuta). 
Blog: 
 http://noblekaterba.blogspot.com/ 
http://cronicaskaterbianas.blogspot.com/ 
E-mail: leoncioluque@hotmail.com