LA
SOLEDAD EN LA POESÍA DE DENISSE VEGA,
UNA
ENTREVISTA A LA POETA JOVEN PERUANA, QUE DICE QUE:
"Escribir es mejor
que ir al médico, una iglesia, hablarse frente al espejo…"
Por
Leoncio Luque Ccota*
Cuándo
me puse a leer "Generación del 2000?" - Muestra de poesía
joven, (excelente edición de paso) que los amigos de Claroscuro me entregaron
como préstamo, el día 12 de agosto, al final del Taller de Poesía
al Aire Libre. Me quede con la sensación de haber encontrado un libro significativo
que contenía una poesía fresca por la edad de los seleccionados
en su mayoría. Una antología que, para mí, marca un derrotero
en la poesía peruana, como fue con: "Los nuevos" de Cevallos,
"Estos trece" de Oviedo o "La última cena",
en los ochenta, publicado por Asalto al cielo editores, respectivamente; pero
que en los noventa, no creo haber leído una muestra generacional que signifique
una muestra del amplio espectro de sus integrantes. Cuando leo "Generación
del 2000?", me detengo en especial en la poesía de Denisse
Vega Farfán (Trujillo, Perú, 1986). Estudiante de Derecho en
la Universidad César Vallejo de Chimbote. Premio "Poesía a
Vallejo" por la UCVCH. Autora del poemario EURITMIA (2005), que me
atrapa y despierta en mi, esa sensación de goce estético y fresco
que hace tiempo no sentía y que se trasladaba interiormente, carcomiéndome
esos vacíos existenciales en que me debato para dialogar con la Poesía.
Por esos detalles, me contacto con Denisse y solicito otros poemas con la única
salvedad de leer más sobre la soledad que hilvana su poética y que
todos como tema recurrente guardamos, pero que a veces se nos escapa y late en
el mundo, nada más huidizo e indefinible que bajo la máscara de
su propia ceremonia y contemplación. Yo creo que hablar de Denisse es tan
sólo poner de manifiesto lo que ella dice de sí misma. Es tratar
de buscar lo que ella expresa cómo es la vida a través de esta entrevista,
y nos entrega algunos poemas que ella nos cede, con una madurez inusitada "En
nombre de los perdidos que se glorian..." de poeta.
***
-
Denisse, tú eres la poeta más destacada y joven de la antología:
Generación del 2000?, muestra de poesía joven, conjuntamente
con Pamela Lozán Béjar ¿cómo te ubicas frente a tus
compañeros de ruta?
- Gracias, eres muy amable con tu comentario.
No obstante, no dejo de valorar otras voces incluidas en la Antología.
¿Cómo me ubico frente a ellos?, pues sencillamente como una joven
que en la poesía ha descubierto un fondo trascendente, y no puede contener
lo que virtuosa y famélicamente se le alborota en los dedos.
-
¿Cómo nació exactamente tu interés por la escritura
poética?
Antes de pasar al fondo de tu pregunta, me gustaría
manifestarte que mi interés por escribir en sí (fuera de que si
fue o no poesía lo que hice), lo motivó mi madre. Como te comentaba,
nací y viví en Trujillo hasta los siete años, época
por la que falleció mi abuela que me criaba mientras mi madre trabajaba
aquí en Chimbote. Su ausencia era lo que me hacía escribir sobre
cualquier papel que encontraba, llegaba al punto de desarmar las cajas de los
medicamentos de
mi abuela para escribirle. Claro que lo que escribí no fueron versos, de
eso estoy segura, digamos que volcaba emociones, pensamientos que me hacían
estar cerca de alguien que estaba distante y que sólo veía los fines
de semana. Eso para mí era algo mágico, algo que no se podía
comparar con otra experiencia. Ella despertó eso, y en cierto modo se podría
decir que aquello también fue poesía.
Ahora, ya entrando
al fondo, considero que mi móvil principal en cuanto a la escritura poética
fue la necesidad de construirme mundos mejores o felizmente habitables con palabras.
"Al fin estás cansado de este mundo viejo", diría
Apollinaire; o lo que en palabras de Rimbaud sería: "no la búsqueda
del cielo azul de los parnasianos, sino el abismo sin fondo de lo desconocido".
Esto último justamente era siempre lo que me jalaba, quería saber
lo que sentía, lo que había detrás de lo aparente, quería
intensificar la profundidad de lo que vivía, darle saltos altos a mis angustias.
Era una necesidad más allá del cuerpo y del alma, algo que bullía
y pugnaba por ser expectorado. Esto comenzó en la secundaria. Recuerdo
que en los salones del C.E. "Salazar Bondy" (que fue el colegio donde
estudié) me emocionaba con los versos de Storni, Vallejo y
Octavio Paz. Llegando a casa me ponía a escribir, un papel en blanco
siempre fue mi mejor fiesta. Aún conservo en algún armario los cuadernos
que llené con mis balbuceos, con mis exploraciones ingenuas que no reparaban
en atarse al papel en forma de nudos abultados o piezas rústicas, como
toda principiante. Poemas eso sí, con una pronunciada veta amorosa, y conservando
esa actitud de rebeldía hacia lo que, en palabras de Ojeda es "el
temor de un mundo ajeno a los sentidos". Etapa incipiente, en la que ahora
reparo, tal vez fue necesaria, para lo que posteriormente iba a crear con más
seriedad y consistencia. Posteriormente el contacto con una mejor biblioteca me
hizo conocer nuevos autores, que incrementaron mis ganas de seguir escribiendo,
ser más pulida y exigente con mis escritos; y darme cuenta que la poesía
me acompañaría para siempre.
- Yo
creo que toda poesía es más o menos autobiográfica o testimonial,
¿cómo se fue constituyendo tu primer libro Euritmia (2005)?
¿Te acuerdas de cómo surgen tus primeros poemas para este libro?
- Efectivamente, Euritmia (2005) es cien por ciento testimonial.
La constitución de este libro fue vertiginosa, lo empecé a escribir
en ese mismo año por el mes de Febrero, en tres meses tenía el libro
listo, y se extendió a dos meses más por las correcciones. Estos
poemas los escribí en las calles de Chimbote, en el Malecón Grau,
en la playa, en el colectivo, en plena plaza, en un café, a veces esperando
cola en el Banco o a mitad de mis clases de Derecho en la universidad. Yo quería
eso justamente, que los versos de ese poemario se escribieran en lugares espontáneos,
sabía que lo que tenía que escribir no fluiría entre cuatro
paredes. Fue una experiencia maravillosa, el contacto con lo de afuera me ayudó
mucho; también como el apoyo del poeta Ricardo Ayllón, un querido
amigo que le hizo algunas observaciones a mis textos y del que aún estoy
muy agradecida. Los móviles de Euritmia fueron mi hogar de Trujillo
en La Mar, en donde viví los mejores años de mi infancia, el deseo,
la pasión, el desencanto, la soledad; pero sobre todo el tránsito
amatorio con un "alma gemela". Hay también uno que otro atisbo
erótico.
- ¿La creación poética,
es un oficio como cualquier otro, o es distinto?
- No, claro que
no es un oficio como cualquier otro. Tal vez podamos encontrar ejes, puntos similares
como la disciplina, la continuidad, la perseverancia. La poesía requiere
de una sensibilidad que no cualquiera tiene la aptitud de desarrollarla, es decir,
ciñéndonos al aspecto de la escrituralidad. Ya que también
soy de la idea de que hay gente que no escribe y sin embargo con sus actos hace
poesía; porque poesía no es solamente lo que leemos en los libros.
Recuerdo que en alguna ocasión oí al poeta Marco Martos decir en
alguna conferencia, que el poeta es un hombre poseído por el espíritu
de la lengua; pensamiento con el cual estoy completamente de acuerdo. La creación
poética traspasa el filtro de lo mundano y desemboca en lo abisal, toca
el limen de lo verdadero. Existen unos versos del poeta Roberto Juarroz,
que recuerdo haber leído en múltiples ocasiones antes de escribir
un poema: "no se trata de hablar/ ni tampoco de callar: / se trata de abrir
algo/ entre la palabra y el silencio"; hermoso ¿no?; y esa no es una
tarea como cualquier otra.
- ¿Cómo
ves las relaciones entre el poeta y el mundo?
- El poeta necesita
del mundo, motor de su inspiración, oxígeno de sus escritos; pero
considero que ahora más que nunca el mundo necesita del poeta, y no sólo
de él, de todo lo que tenga que ver con el arte, frente a nuestra patente
involución humana. Poeta como ejemplo de humanidad, de sensibilidad, de
despierta conexión con el universo. "Todavía el hombre es
más mono que ningún mono", fíjate esto lo dijo Nietzsche
hace más de un siglo en Así habló Zaratustra, y dime
tú ahora si esto ya en pleno 2006 ha variado. Por otro lado, creo que no
nos caería mal otro Allen Ginsberg en estos tiempos de precariedad
pacífica.
- Yo estoy de acuerdo con lo
último, se necesita varios aullidos ¿Crees en el poeta como ser
elegido que tiene capacidad de predicción?
- Creo que ese
presupuesto ya perdió legitimidad hace mucho, es decir, en cuanto a lo
de "ser elegido" equiparándolo a la "divinidad", para
ser más clara. Yo no sé si la poesía elige, pero creo que
tampoco uno la busca, de pronto la sientes. Son cosas a las que difícilmente
le encuentras explicación, y justamente su hermosura radica en ello, porque
no se explican, sólo fluyen. En mi caso fue así. Ahora, pienso que
no necesariamente un poeta para considerársele como tal tenga que predecir,
basta con que nos sacuda con su mundo, que nos muestre una realidad que nos remueva
el piso. Pero si predice, wow! en buena hora. Aunque predecir algo a estas
alturas en un mundo que se ha vuelto tan predecible, hum…sería anómalo.
Pero lo que sí pienso es que el poeta siempre tiene que revelarnos algo.
- Cuándo escribes tus poemas ¿los
trabajas mucho o, por el contrario los dejas así, tal como salen en su
primera versión?
- Antes emulaba a Mozart, el cual
no corregía ninguna partitura, claro eso era antes cuando la poesía
no tocaba mis puertas interiores tan fuerte e insistentemente como las toca ahora.
En ese entonces corregir un par de palabras para mí ya era demasiado. Creo
que eso nos ha sucedido a muchos cuando empezamos a escribir. Cuando escribo trato
de perfilar lo mejor que puedo lo que en esos instantes siento, algo así
como si les intentara tomar una fotografía a mis emociones. Me preocupa
mucho que el poema exprese la fuerza loca o sutil que quiera darle. Siempre me
preocupa la cadencia, los acompasados golpes de los versos. Es por ello que luego
de escribir un poema lo leo varias veces en voz alta para detectar una palabra
coja o una mala disposición.
Si hay que corregir hay que hacerlo,
pero si no, entonces dejo que el poema empiece a respirar, a caminar, a vivir
tranquilo. Normalmente esto último me sucede con los poemas cortísimos.
Tampoco soy tan maniática de estar enmendando un poema, pues pienso que
así corro el riesgo de desnaturalizarlo, de desgastar la materia con el
que fue concebido.
- Yo soy de los que creen que
la poesía postula siempre a un estado utópico donde los hombres
podamos ser hombres ¿cuál es tu utopía?
-
Es una utopía muy bella la tuya. Yo le agregaría a ello, el aprender
a vivir verdaderamente, rescatar el contacto con los sentimientos reales y no
quedarnos como estatuas ante la contemplación vertiginosa, angustiante
y también bella del mundo.
- En la poesía
siempre están presentes los grandes temas universales, como el amor, la
muerte, que no son necesariamente una experiencia. ¿Por qué en tus
poemas hablas de la soledad? ¿Por qué este tema en especial?
-
Me agrada la escisión que haces al decir que estos temas no son necesariamente
una experiencia. La soledad es un tema que desde siempre me ha jalado, me ha circundado,
la soledad desde casi todas sus aristas, como luz y como sombra.
La soledad
como luz, o lo que Krishna Murti quería dar a entender cuando decía
que "hay una soledad que no es este sentimiento de soledad", y converge
en una bendición.
Y la otra, la soledad como sombra, aquella que a
veces va tras de mí o de los personajes de mis poemas
con una hacha roja.
La soledad es un bosque inmensurable donde
puedes toparte con lobos y gacelas. Hay que aprender a andar por él, y
eso no nos enseña nadie más que el vivir, y no lo sabe nadie mejor
que la poesía en mi caso.
Lo que sucede es que ahora he prolongado
mi temática poética en este último tipo de soledad, quizá,
entre otros motivos, lo que leo también me influye.
Nietzsche
decía algo así como que hay que llevar dentro de sí un caos,
para poder engendrar una estrella rodante. Además en la creación
poética tenemos etapas en las cuales nos aferramos a un tema en especial,
por diversos motivos. Por ahora me siento súper cómoda hablando
de ello, lo cual no significa que ese sea mi único tema. Ahora, lo que
sí es innegable es que hoy más que nunca el hombre es un ser solitario
que transita entre una multitud de soledades, es lo que sintió Baudelaire
por ejemplo cuando afirmo "Multitud, soledad, términos semejantes".
El uso social nos vende la imagen de independencia, cuando ello es afirmar
que no se necesita del otro, porque "independencia" es divergente de
"libertad". La "independencia" genera una mentalidad de autonomía
total, casi divina, el hombre es su propio Dios.
Anulado el otro entonces,
el hombre se convierte cada vez más en un individuo alejado, narcisista,
lo que acarrea el detrimento de valores como la misericordia y la solidaridad,
la fractura de la verdadera comunicación. Pasamos de ser un emisor con
un receptor, a un par de monólogos, cada cual apuntando por su lado. Es
innegable que necesitamos de "el otro" por innumerables razones, pero
cada vez nos empeñamos en evadirlo más. En este siglo la tecnología
ha redoblado fuerzas creando un sin fin de aparatos para comunicarnos más,
y sin embargo no sabemos hacerlo, qué tal paradoja. Qué feo ¿no?,
yo no quiero ser parte de ello, yo intento escapar de ello, o encararlo sanamente
aunque sea con el arte.
Por otro lado, amo la soledad, vivo enamorada
de ella, la soledad me ha permitido hacer un montón de cosas, escribir
poesía por ejemplo, pintar, viajar o estudiar bastante. Mi soledad en ese
aspecto es sagrada.
- Volviendo a la soledad.
Es un tema recurrente que aparece en tu poesía, que acecha, que ronda,
que amenaza, que siempre está presente y te persigue como en estos versos
"Los libros me enseñaron a romper la razón / en casos de emergencia
/ la emergencia es esta soledad / corriendo tras de mí con una hacha roja"
¿Qué libros en especial te enseñaron a romper la razón
en casos de emergencia? ¿La soledad es para ti una obsesión?
-
La primera es una muy buena pregunta. Me la haces e ipso facto se me viene a la
memoria Rayuela de Julio Cortázar, se me vienen otros, Demian
de Hesse, La muerte en Venecia de Mann, En los extramuros
del mundo de Verástegui, las Obras Completas de Pessoa,
Libertad bajo Palabra de Paz, los Cuentos de Ribeyro,
Los días pasan como caballos salvajes sobre las colinas de Bukowski,
Donde todo termina abre las alas de Varela, Retrato de una Dama
y otros poemas de Eliot, etc., etc., etc. Pero sobre todo Cortázar,
que he leído sus obras desde mi adolescencia y su lúcida locura
me ha rescatado de incontables naufragios.
Y la soledad como una obsesión,
no tanto así, creo que todos tenemos etapas donde nos sentimos más
solos; y quizá lo mejor que pueda hacer en esas etapas sea escribirlas
o pintarlas.
- ¿Qué relación
secreta hay entre tu poesía y la de Alejandra Pizarnik, donde ella pide
que su soledad "debería tener alas." Y tú pides que escupa
tu nombre? Como en estos versos: "Ahora sólo te pido soledad / que
raudamente escupas mi nombre / mientras salgo como una polilla / por una de tus
mangas"
- Pues ahora dejará de ser un secreto, nooo…mentira,
no hay secreto. Leí todas sus obras, las sigo releyendo, y no me dejo de
maravillar, es una de mis poetas preferidas, tiene esa agresividad y elegancia,
precisión y limpieza, oscuridad resplandeciente, esa meditación
de la palabra sobre sí misma en sus escritos, que me mantienen fiel a ella.
La admiro mucho y le tengo un profundo respeto. E independientemente de
que yo escriba poesía, pues creo cualquier persona que se siente sola y
lee algo de Pizarnik se va a sentir muy identificada, como me he sentido
y me siento a veces. Justamente "La carencia", que es el título
del epígrafe que tomé para "1ra. Traición a la Soledad",
fue un poema que me remeció mucho cuando lo leí por primera vez,
es sumamente doloroso y mágico, como un sol negro.
Digamos que
ambas nos hilvanó esa emergencia de empacarle sus maletas a la soledad,
y embarcarla en el navío del naufragio sin pasaje de retorno.
-
"El tiempo no se depila / la soledad se pela mejor con las manos y no somos
más que un par de abismos musicalizando / los pétreos huesos de
la nada." Final de poema que me estremece. Quizás la soledad sea para
tí un tema de auxilio, con respecto a qué ¿acaso el vacío
existencial?
- Es válida la soledad como auxilio a contraluz
de la soledad como tormento. Hay temporadas en las que siento que todo me ahoga,
¿y qué es lo que hago?, después de poetizarlo, me refugio
en mi soledad como luz, y toda excusa puede llegar a ser válida con tal
de arribar a esto.
- ¿Tú crees que
pueda existir una poesía completamente aislada de la realidad concreta?
Naciste en Trujillo, y ahora vives en Chimbote, ¿en qué influye
esas realidades en tu poesía?
- Es difícil encontrar
algo completamente aislado del contexto en donde uno se encuentra viviendo. De
Trujillo conservaré siempre un gran estigma, está alternativamente
en mis textos aunque de una forma muy disimulada y muy pocos lo noten. La relación
con Trujillo siempre estará activa, viajo para allá, camino largas
horas por sus calles, visito sus playas cada vez que puedo. Cada ciudad tiene
una magia, y Trujillo tiene una incomparable a otra, demasiado especial.
Quizá
lo sienta tan así porque nací ahí, pero creo que aunque hubiera
nacido en otra ciudad, Trujillo igual me atraería enormemente. Acá
en Chimbote, el mar es algo que me jala mucho, el mar es como una gran hoja azul
llena de poesía, cuando no puedo ir a la playa en mi bici, me doy una escapadita
al Malecón Grau para contemplar y escuchar la cadencia de las olas.
A
pesar de mi apego a estos lugares, es rarísimo encontrar en mis poemas
alguna referencia sobre ellos, y eso es porque al momento de escribir es el poema
el que termina decidiendo, se nos termina escapando de las manos, toma el timón
y escoge la dirección que se le antoje. Me refiero a mis últimos
poemas claro, los que he empezado a escribir después de Euritmia,
porque como anteriormente te señalé, ese libro tuvo mucha influencia
de afuera, lo que no quiere decir tampoco que haya citado nombres de calles, nada
de eso, pero en la mayoría de los poemas se siente la ciudad, el mar.
Si
te das cuenta hasta ahora sólo me he ceñido a un aspecto geográfico.
Bien, pasando ahora a la realidad social, de todas maneras trastoca, sin pretenderlo
se refleja en el poema, la poesía te abre infinitos espacios, te abre los
ojos de los ojos, cuando te das cuenta que el noventa por ciento de lo que te
rodea, de lo que transcurre en tu ciudad se resume a la nada, el saber que cada
vez existe menos espacio para los sueños, para la valoración de
los sentimientos reales y la estirpe del cuervo de Poe nos invade, sumado
a ello el cuarto de tragedia que nos toca a cada uno, es terrible. Creo que no
sólo acá sucede esto, sucede en todas partes, en algunas es más
tangible que en otras naturalmente. La poesía es un exilio, pero también
me encara en carne viva con la realidad. Ahora, cuando escribo, es como ponerle
orden a ese caos, surge la belleza entre toda esa maraña verbal, y es esa
belleza que se logra, lo que al final me salva.
Escribir es mejor que
ir al médico, una iglesia, hablarse frente al espejo, etc. Pero existen
también veces en los que al momento de escribir no pienso que vivo en algún
lado, ni en Trujillo ni acá en Chimbote, ni en ningún otro lugar.
Habito el instante de lo que siento, el papel es mi ciudad y en él pueden
suceder cosas más asombrosas de las que se ven más allá de
las paredes de mi biblioteca.
- ¿Por qué
y para qué escribes?
- Escribo porque me hace experimentar
una libertad más allá de la libertad misma, me encuentro, me esfumo,
reconcilio lo claroscuro, todo lo puedo, todo lo destruyo o reconstruyo con las
palabras, puedo pisar las nubes y la tierra a la misma vez. Escribo porque existen
zonas que sólo se descubren escribiendo, porque así lucho contra
la marginalidad humana.
Y escribo para vivir, sin poesía no vivo,
'vivo' en el verdadero sentido de la palabra, sería un ser doblemente vacío,
sin rumbo. La poesía es como si fuera mi sangre, mi templo eterno.
-
¿Cuáles son tus preocupaciones políticas e ideológicas?
- La exangüe inversión educativa, esa ha sido desde
siempre mi preocupación. La educación es fundamental para el desarrollo
de un pueblo, tanto intelectual como espiritualmente. La educación, es
decir, "la buena educación" es un arma de defensa, a la cual
considero, todos sin distinción debemos de acceder. No es extravagante
encontrar a gente que no entiende lo que lee.
La educación es base,
en cuanto menos ignorante es un pueblo, menos podrá ser manipulado por
los intereses económicos del Estado. Esta es una realidad muy lamentable,
somos un país que está en el último lugar en este aspecto,
pasan los años y todo sigue inmutable. En cuanto a la cultura, siento que
nos falta identificarnos más con lo nuestro para saber hacia dónde
nos dirigimos como país. Y respecto a la literatura, el Estado debería
participar con un auténtico compromiso, aunque pensándolo bien,
por otro lado es mejor que no se meta con ella, porque si lo hace, la morderá.
- ¿Cómo situarías tu poesía
con respecto a la poesía actual y con respecto a la anterior?
-
Eso tendrían que decirlo los críticos, la gente que me lee, que
sigue mi poesía. Autodenominarse en ese aspecto corre el riesgo de la parquedad
o la exageración. Además creo que tendría que pasar esta
década para evaluarlo mucho mejor. Ahora lógicamente todo cambio
generacional implica un contraste, ahora con la globalización mucho más,
el mismo poeta Pablo Guevara en el prólogo de la antología
indica que los poetas de hoy venimos con las armas de los globalizados. Lo importante
Leoncio, creo yo, es que la pluma no se adormezca, la imaginación y la
sensibilidad, el compromiso serio y responsable para con la poesía se siguen
aceitando; y ahora más que nunca en los noveles poetas.
-
¿Qué te gustaría a ti que se destacara de tu poesía?
- No lo sé. Pero si alguien al leer mis poemas encuentra
algo rescatable, magnífico; y si les sirve, si contribuye a innovar actitudes,
despertar sensibilidad, mucho mejor. Creo que esto último sobre todo es
lo ideal para un poeta que publica sus trabajos, cierra el círculo.
-
Me dices que vienes preparando un nuevo poemario, me podrías dar un adelanto
de qué trata.
- Bueno, no es exactamente un poemario, es
decir, no sé si lo vaya a ser, parece que sí porque estoy encontrando
un nexo fuerte en mis poemas inéditos desde hace un buen tiempo. Como dijo
alguna vez Billy Collins, llegado el momento los poemas se buscan solos.
Pues bien, parece que estos ya se están empezando a buscar.
Las
temáticas que circunvalan mis últimos escritos, como ya te has percatado,
son la soledad (como luz-sombra), el vacío, la muerte, el vertiginoso túnel
de luminiscencia; pero todo esto alternado con la flora y la fauna; las cuales
me han remecido sobremanera en mis últimos viajes a la sierra y la selva.
También como otros paisajes naturales que me atraen del extranjero, como
el Río Sava en Los Alpes Julianos, o el gran lago Victoria en África;
y los desiertos. En fin, me fascina la magia de todo elemento creado sin artificios.
Hay una sección de poemas cortísimos, y otra con nombres de puentes,
justo de esta nómina al que más poemas le voy escribiendo es al
Puente Villena, quizá por el magnetismo suicida que tuvo con varios artistas,
siempre me tiene extrañada. Abarco también las soledades de otros
poetas, artistas y músicos.
Sobretodo de éstos últimos,
a los cuales les debo la motivación para haber elaborado algunos poemas
que aprecio mucho. Y justamente, ya que hablábamos hace unos instantes
de Pizarnik, he escrito también poemas en alusión a su soledad
que serán incluidos en el libro. Estoy condensando todo esto aquí.
Y lo que te comento es sólo una aproximación a lo que estoy elaborando,
no sería conveniente por el momento charlar acerca de todos los detalles.
Indudablemente deseo que este libro sea superior al primero, publicar
algo inferior no tendría mucho sentido.
-
Algo que quisieras decir, al final
- Sí, gracias a ti por
la entrevista, y a la gente que le dio o le sigue dando a mis poemas un tiempo
en su vida, en su memoria y en su corazón.
POEMAS
1ra.
traición a la soledad
"Yo
no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero
creo que mi soledad debería tener alas."
Alejandra
Pizarnik
La verdad me abraza con sus huesos de felpa
yo lanzo
mi caña de pescar al negro río del tiempo
y extraigo un pez grandísimo:
es
la soledad que emerge de sus aguas turbias
con una despedazada mujer apretada
entre sus dientes
una mujer que lleva puesta la sangre como un vestido de encaje
ondeando
sus blondas de fuego.
Las voces caminan de largo en las ruinas de lo oscuro
donde
habito como una serpiente
pero una de ellas (la más demacrada) se detiene
y me susurra:
"Denisse
nadie lavó tus huesos con su sangre
ni
desató tus sogas de hielo
se olvidaron de tocar tu campana 12 veces
cada noche
para que amanecieras fuera de tu cárcel
de esa hospedería
de pasillos y cuartos infinitos
donde Baudelaire y Rimbaud escriben versos
con
los aguijones de los alacranes
y el corazón como una casa roja
de
solitario cuervo o gorrión
se hunde tras el tsunami."
Ah
soledad
percudido gabán que todos se han puesto
quédate tú!
oliendo
el moho de tus calles
intentando cruzar los puentes del desquicio
quédate
con los neologismos que le inventaste
al brillo de mis ojos cada día
deja
que lleve el amor como una insignia en el pecho
o una hermosa lágrima
entre las manos
deja que reconstruya las facciones del ángel
que
ya no soy.
Te digo pálida voz
pez que se traga otros peces
que
ya no dormiré entre tus barrotes
en esa cárcel donde antes de
beberte como cicuta
echaba sus raíces el crepúsculo
porque
lo mismo sería hacerlo sobre un suelo húmedo
a la intemperie
con el ruido de los cláxones
y tu filuda voz gravitando en mi cabeza
como una sonaja.
Muchos hijos tuyos he sepultado
y dime: ¿acaso
se elevaron al cielo?
Ahora sólo te pido soledad
que raudamente
escupas mi nombre
mientras salgo como una polilla
por una de tus mangas.
Fusión
Las
ideas ejecutan coreografías de ballet
en el magro salón de mi
cabeza
mi bolígrafo como una flecha azul se estrella
contra un muro
frágil y pálido.
Abro puertas invisibles
merodeo pasadizos
sin suelo
y estás aquí
debajo de todo lo que escribo
olfateando
con desquicio el olor a tabaco
que despide cada letra
sosteniendo un paraguas
donde se resbala el horizonte
tanteando algún utensilio con el cual
rascar
la olla de carbón donde quedaron adheridos
los restos de
mi alma.
La ternura es un hilo perfectamente bordado
en cada árida
región de tu rostro
el volumen de tu risa se balancea en el silencio
y
pienso
que bien podría terminar siendo sobre tu piel (si me lo propongo)
una
sombra desmesuradamente rosa
o algo parecido a una pieza de Chopin.
Tú
saliendo
del papel
de este fango blanco con raíces negras
con un quinqué
en la boca y un pozo rojo en el pecho
esperando la irradiación el avepez
el
último fruto de mi árbol.
Afuera
el sol aún duerme
tapado con periódicos
mientras que tú y yo bailamos atados
por
una sóla camisa de fuerza
en el ancho renglón de este manicomio
bailando
como dos siameses que comparten
el mismo mentón
la misma frente.
Lo
que en este momento creemos que es el amor
-tal vez un pájaro de agua
atravesando famélicamente
el cielo bermellón de nuestra sangre-
también
baila al ritmo de un paisaje de Tilsa
que en mi vientre detona sus colores.
El
tiempo no se depila
la soledad se pela mejor con las manos
y no somos más
que un par de abismos musicalizando
los pétreos huesos de la nada.
EMERGENCIAS
Sentada
sobre un peldaño de locura
escucho el claxon de un tren
corriendo
dentro de mí
a mil por infinito
los libros me enseñaron a
romper la razón
en casos de emergencia
la emergencia es esta soledad
corriendo tras de mí con una hacha roja
mi corazón viendo
todo detrás
de unas gafas oscuras
el vahído de la tierra atropellando
a los viandantes
los viandantes atropellando los dones de la tierra
la mano
del tiempo llevando un filudo garrote
flagelándome
como un ciego
caballo que me derrumba
el vetusto catre del cielo
donde nada de mí
ha de acostarse
la melodía del vacío tan sonora
tan turbia
encarándome
encarando
esta voz tan pequeña
como los labios donde derramé
mis primeros
cantos
ya no más la infancia rosada
el mundo descalzo que cabía
en mis gavetas
el amor navegando como un juguete de goma
no encontraré
jamás el archivo
donde guardé mi sonrisa
tan sólo
estas vísceras de un aire
que ya no respiro
esta sorda verdad
donde
se monta mi corriente
este verbo despeinado
contra las huestes del extravío
vida
vuelve a entrar por mis pies
sin el galope de tu música muerta
vida
descósete y vuélvete a hilar
con otros hilos menos profanos
más
resistentes
mientras tanto
nostalgia erguida
primitiva incolora mujer
corazón
humeante
entre los fresnos de tus pulmones
mientras tanto
pluviales
versos escribiéndose
aunque el horizonte y estas horas de concreto
se
despeñen.
Pizarnik
He hallado
a la vida mezclada
Entre los colores de la muerte
Al amado entre los rojos
violentos
De un canto vacío
Nadie sabe que las últimas bocinas
Que se oyen en las calles
Son las de mi corazón
Que existe una
piedra que extiende los brazos
Para abrazar el ardiente musgo de mi aliento
Nadie
me ve cabalgando desnuda
Sobre el lomo tibio y esmeril de la poesía
Cuando el silencio me dispara en la boca
Y el horror vomita mi luz ensangrentada
Con
los molidos cráneos de mis sueños.
Brújula
dormida
Se derrumbaron los castillos de seda
Donde el dragón
era sólo un cuadro oblicuo
Cubierto con abandono en el fondo de la sala
Ahora
el dragón agita su áspera cola
.......
Su brasa se vuelve oxígeno de mi cuerpo
......
.. .... Y mi cuerpo oxígeno del dolor
Huelo la tarde descompuesta
Que
brama en el jardín
Converso con los labios robustos que se abren en
el limo
Vocalizando una tóxica dulzura
Y pequeños cipreses
derruidos como niños calcinados
Que la inercia descascara de sus rancios
vagidos de victoria
Jamás leída jamás lograda
Contra
la oblonga llamarada del dragón
...... ........
... .. ..... Los prefiero
...... ........ ..............
.. ..... Su silencio es menos obsceno que la verdad
......
........ .............. .. ..... Menos tullido que la duda
Yo les hablo
Con agonía de delfín en el río
De mujer ante los pies
morados de su hijo muerto
De Nietzsche ante los ojos vaciados del mundo
Mientras
el dragón -pródigo de arrecifes-
De soslayo me vigila
Yo
converso amistosamente
Con el espasmo que explota y vuelve a nacer en mi corazón
Hasta con el último hongo de la náusea
Mientras él
engulle sin mesura
Mares ...ciudades
Soleadas
plazuelas del tiempo
Puentes hacia la fantasmal sabiduría
Ficciones
de un lenguaje mejor hablado
Desde los labios de la emancipación
Dudando
si soy
Tan sólo un fantasma
O el trino del amor que aún no
se fermenta
Así
Cuando el flamígero colmillo del dragón
asoma
Y su abdomen saciado de terror se ahueca aún insatisfecho
Y
tan entusiasmado tropieza con mi hedor
Que cree que le brotará fuego
helado por las fauces
O las trasquiladas cabezas de todos los veranos
Cuando
la luz me sonríe mostrándome
Su dentadura rota
Como si detrás
del halo de un amor
Se ocultara un foso
Así
Cuando todo
Todo
Hasta
la tersura de mamá en el rubor del escaramujo
Se subvierte
Yo converso
con lo que no tiene color
Aroma
Destino
Ni un nombre por el cual llamarlo
SUEÑO
MATERIAL
Y de repente mis instintos de rodillas
Dibujándome
sin armaduras
En medio de un círculo rojo
El útero de la
noche arrojó una estrella
Cerca de mi barra
Era un ángel de
saco y corbata mirando la sequía
De su quinto vaso de brandy
O un
nevado árbol agachado a la altura de mis senos
Con una mirada exiliada
De alguna remota patria celeste
Casi como la mía
Pero yo
Proveniente
de una patria muy negra.
En la radiola empezaba a sonar
Una música
serenamente torva
Como algo fuera de este siglo
O una jauría de interrogantes
(que es idéntico)
Al ritmo de la soledad de sus labios inconfesos
Y
de mi secreta manera de desearlo
Así pude ver los rieles del tren
En
donde mi alma solía tenderse a escuchar
Cómo agonizaban los sueños
aún después
De haber sido enterrados bajo tierra
O recordar
Cómo nunca pudo habitar en otros cuerpos
Cuando mi muerte la escupía.
Faros
de ciudades jamás habitadas
Como palabras nunca antes dichas por el
corazón
En una pesadilla confusa
Se encendieron bajo mi pecho
"¿Extrañas
a tu patria celeste?"
Le pregunté
"Al igual que ustedes
somos pájaros
O ratas que comen pájaros"
Me respondió
Mientras le servía el sexto vaso de brandy
Dentro de mi boca.
Web:
http://matrizmusical.blogspot.com
***
* Leoncio Luque Ccota, nació
en Perú (Puno - Huancané) el 02 de abril de 1964. Siguió
estudio de Economía en la Universidad Nacional del Callao (1985) la misma
que abandonó un año después, para seguir estudios de Educación
en la especialidad de Lengua y Literatura en la universidad Federico Villarreal.
Publicó los poemarios Por la identidad de las imágenes (1996),
En Las grietas de tu espalda (2001) y Crónicas de Narciso
(2005). Actualmente estudia la Maestría en la Universidad Nacional Enrique
Guzmán y Valle (La Cantuta).
Blog:
http://noblekaterba.blogspot.com/
http://cronicaskaterbianas.blogspot.com/
E-mail: leoncioluque@hotmail.com