Poesía
de Lorenzo Peirano
"RESPIRANDO
CALLEJONES"
Por
Ramón Díaz Eterovic
Punto Final, 30 de junio de 1990.
La poesía sin duda es el género
más vigoroso de nuestra literatura. Pese a su esquiva suerte
editorial,
y al hecho de que sus lectores parecen cada día menos, ella se desarrolla
y renueva a través de voces inéditas que llegan a sumarse a las
de poetas mayores como Neruda, Mistral, Lihn, Teillier o
Gonzalo Rojas. La continuidad de la poesía chilena es un fenómeno
que no deja de asombrar y que, desde luego, necesita los causes editoriales para
su encuentro cabal con el grueso público. Varias promociones de poetas
se formaron en medio del silencio cultural que pretendió imponer la dictadura
y es necesario pensar en la difusión amplia de sus trabajos, porque en
ellos está el reflejo más nítido de nuestra historia inmediata
y en su conjunto recrean el sentimiento colectivo.
"Respirando
Callejones" de Lorenzo Peirano (Ediciones Literatura Alternativa),
es el primer y certero paso de un joven autor en el difícil arte de la
expresión poética. Peirano (1962), al igual que otros poetas , había
dado a conocer parte de su producción en revistas artesanales y durante
los años 1985 y 1986 animó la edición de la hoja de "El
Bastardo" que, modestamente, dio a conocer algunas buenas selecciones de
poemas.
"Lúcido
pero cercado por la alquimia
Lúcido pero con grietas sobre mi"
dice
al comienzo de uno se sus textos. Dos versos que bien pueden servir de síntesis
para la presentación de este poeta que da muestras de un rico oficio, aquilatadas
lecturas, y una visión de mundo que lo lleva a explorar los límites
marginales de la existencia cotidiana.
La miseria, el desencanto y la muerte
son temas recurrentes en la poesía de Lorenzo Peirano. Desde una busqueda
interior su voz se transforma en una recreación del medio que lo rodea,
y se hace protesta, reencuentro con el pasado, explicación para una existencia
que nos tiene atónitos y desamparados.
"Si
nos desentendemos de los gritos
un grito enorme nos remece
si nos desentedemos
del dolor
un dolor oscuro nos perfora"
reclama Peirano en su recorrido marginal, pidiendo reahecer la vida desde los
mismos espacios en que se le niega. Un grito airado y descreído a la vez,
que de algún modo recoge una voz plural, la de muchos jóvenes que
han visto y ven pasar la vida sin nada a qué acogerse, o identificarse.
"Respirando
Callejones" es el resultado de un trabajo meditado. Carece de los errores
comunes a los poetas noveles que se atropellan para dar a conocer sus primeros
textos. Muestra a un poeta seguro que busca la trascendencia , más allá
de la simple protesta o el retrato existencial. Sus poemas tienen esa intención
última de todo poeta, la de iluminar más que reproducir la realidad.
NOTAS
LITERARIAS
RESPIRANDO
CALLEJONES
Poemas
de Lorenzo Peirano
Ediciones Literatura Alternativa, Santiago, 1990.
Manuel Francisco Mesa Seco
El
Heraldo, Linares, 13 de enero de 1991.
El solo título
del libro nos habla de una literatura de denuncia: " escupo/en las maniobras/
Escupo/en los principios/escupo en ciertos libros/Y escupo despacio/como escupe
un caballero". Se trata de un poeta joven que tiene mucho que decir. Está
su verbo lleno de interrogantes. Su discurso es vehemente sincero, atropellador,
contestatario, analítico, cuestionador. Vale por su ambición: "yo
soy el hijo de Kafka/que sigue presente /en cada ciudad de hierro y azufre/en
cada estridencia de papelesterribles"… "La tristeza que en el fondo
a nadie pertenece/la única y feliz tristeza/ indicada para la creación/el
suicidio y la blasfemia".
Peirano ve un mundo mal hecho. Inhumano.
Indigno. Pero abriga en su profundidad una esperanza. Quisiera cambiarlo pero
se desmoraliza: "Ya no dedicaré mis poemas/así como la
noche
no dedica sus tormentas/…No, ya no dedicaré mis poemas,/así como
las piedras no
dedican su abandono,/así como los muertos no dedican
su tristeza".
Una cita de T. S. Eliot, tal vez lo interpreta plenamente:
"….todo poema es un epitafio".
Nos encontramos con poemas estremecedores
como el dedicado a Cesare Pavese: "La muerte tuvo tus ojos/y los gatos lo
supieron/la muerte tuvo tus ojos/pero no tus versos"… Y este pequeño
gran poema:"He presenciado incontables funerales/donde los ataúdes
pesaban más que Dios".
Poesía desbordada, torrentosa,
volcánica. Las palabras se le hacen pocas a Peirano, buscando su identidad,
su autoanálisis. Tiene poder para superarse y para pasar los túneles:
"Hay padres de familias que rompen sus arterias/e hijos que caen para siempre./
Yo soy un hijo que ha caído,/y soporto los motores /y me entrometo en el
comercio/de los aguaceros y sus gritos".
Respirando Callejones
es un texto desafiante, un buen testimonio de una poesía anhelante que
rompe lo establecido para iniciar el vuelo.