Todo depende del cristal con que se mire. Porque la de Marco Antonio
Coloma podría ser una historia triste, plagada de infortunios
y truchadas del destino. Sin embargo, a los 29 años, este literato
tiene clara su película, una que ha ido construyendo a pulso
y
en la que caben otras voces jóvenes, como las cinco recogidas
en la colección Dramaturgia Chilena Contemporánea con
la que inició la semana pasada su editorial Ciertopez. Pero
partamos por el principio.
En 2000 después de trabajar en el Centro de Estudios
de Género de la U. de Chile, a Marco Antonio le quedó
clara su veta como editor. Comenzó con textos académicos,
prestando servicios a distntas universidades. Sin embargo, era necesario
expandirse, lograr una relación de "tú a tú"
con sus clientes, por lo que creó Frasis junto a María
Laura Santinelli. Todo iba bien hasta que irrumpió la crisis
allende Los Andes. "Como traíamos libros desde Argetina,
quedamos endeudados en dólares y con un stock de títulos
caros que nadie iba adquirir si podían comprar directamente
allá por un precio tres veces menor", recuerda Coloma.
Hasta allí llegó su sociedad con María
Laura. El mantendría el sello y cada quien a rascarse como
pudiera. Vino la etapa reporteril. En 2002, Francisco Martorell lo
reclutó, pasando a integrar las filas de "El Periodista",
y dos años más tarde, lideraría el grupo inaugural
de la revista "Quinta Rueda". "Para financiar el proyecto,
la empresa que soporta a 'El Periodista' (Magallanes Media) puso como
condición que la directora fuera una señora asignada
por ellos. Ahí empezaron los problemas, porque proponían
temas que eran rechazados en las reuniones de pauta. Después
empezó con que 'el señor de arriba es el que da las
órdenes', aludiendo a quien estaba tras Magallanes Media, hasta
que le dije 'que baje el señor de arriba y me explique por
qué tenemos que hacerle un homenaje a Neruda cuando lo está
haciendo todo el mundo'. Al día siguiente de entregar el tercer
número a imprenta, me despidieron".
Otra mudanza, pero esta vez con una maleta bastante más
recargada. En Frasis había publicado "Territorios en fuga"
-estudios sobre Roberto Bolaño, compilados por Patricia Espinosa-,
al que se sumaría "Cartografía de José Donoso",
de Pablo Catalán. Propuestas que se agregaban a sus encargos
como editor académico, "algo que no existía acá,
un oficio autogestionado, porque no hay postítulo en edición
como en otros países. Me fuí ganando un prestigio y
me pedían directamente los libros, con edición, diseño
e impresión incluidas".
Coloma tiene un perfil claro para Frasis: servicios de
edición para universidades y con un catálogo propio
de ensayos académicos (próximamente saldrá una
recopilación de artículos del crítico Mariano
Aguirre). Sin embargo, le rondaba el bichito del teatro, por lo que
surgió su división creativa: Ciertopez, cuya primera
colección es Dramaturgia Chilena Contemporánea. Ediciones
bien cuidadas y obras que han marcado pauta en el último tiempo
definen los cinco primeros volúmenes: "Prat seguida de
Juana", de Manuela Infante; "Santiago High Tech seguida
de La María Cochina tratada en libre comercio", de Cristián
Soto; "Perro! seguida de Lulú", de Ana María
Harcha; "Color de hormiga seguida de cuatro obras breves",
de Lucía de la Maza, y "La mujer gallina seguida de Todos
saben quién fue y Sala de Urgencia", de Alejandro Moreno.
Después vendrán títulos de Flavia Radrigán
y Alexis Moreno.
Para integrar Ciertopez, Coloma invitará a autores
desencantados con las transnacionales y que no tienen alternativas
locales que los convenzan. "Empecé con muy buenos dramaturgos,
todos menores de 30, para que esto sea casi un premio. Lo mismo busco
con la colección de narrativa. Pienso en la generación
de Marcelo Leonart, Nona Fernández, Alejandro Cabrera o Lina
Meruane, que quieren ser editados en volúmenes de calidad y
que hoy publican en grandes editoriales y al año sus libros
se venden a luca, porque los desclasifican rápidamente del
catálogo".
"Ciertopez" también le da el nombre a
la revista cultural que recogió todas las inquietudes frustradas
en "Quinta Rueda". "Nos habían desbancado de
un proyecto que era nuestro y que acabó por muerte violenta,
no natural. Después de mi salida se fue el equipo completo,
así que todos queríamos partir con algo nuevo. Pensé
en una publicación de literatura y teatro, que tomará
la contingencia, pero también que se pudiera leer en el tiempo".
De ahí que "Ciertopez" (en librerías
y por suscripción) tenga formato de libro, sea bimensual, con
buen empaste y hojas que aseguran su perdurabilidad.
Sin auspicio
Llama la atención que estas
iniciativas sean financiadas por Coloma (incluyendo el contrato de
sus autores). Quizá por ello alguien le quiso dar el premio
"El Quijote del Año". Él sabe que otros jóvenes
también apuestan en materia editorial, aunque no le queda claro
si todos están en su misma situación de carencia.
"No tengo mecenas, trabajo
estable ni casa, sólo una biblioteca enorme que no puedo vender
para financiar estos libros. Para montar un sello, necesitas una institucionalidad
comercial, lo que implica contratar un abogado, montar una oficina,
ojalá tener una secretaria. Aquí pagas el IVA, en otros
países, hasta los envíos postales están subvencionados.
Yo arriesgo el pellejo y no sólo el mío (tengo una hija).
Como editor de libros académicos estaría tranquilo,
incluso, con plata en el banco, pero me interesa la amistad y que
a mi entierro vaya mucha gente".