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Y AHORA, ¿QUE HARE?: LEERE
POESIA MALU
URRIOLA
Por María
Luz Moraga
En Rayentru, año 4, Nº11, julio de
1996.
Malú
Urriola, Santiago, 1967. Obras: Piedras Rodantes, Editorial
Cuarto Propio, 1988; Dame tu sucio amor, Surada/Poesía, 1994.
Desde muy joven, Malú Urriola
incursiona en la poesía. A los 21 años es becaria en la Fundación
Pablo Neruda y en su primera publicación poetiza desde su interior
desdoblando personalidades, logrando una interconexión entre la
hablante lírica y la autora. Una u otra se instalan cómodamente en un
gran escenario, los tejados donde sus habitantes -los gatos-, dueños
absolutos de esos territorios, son dramáticamente humanos. Esta voz
lírica es visionaria y lúcida:
"estamos confundidos en el texto desconstruyendo
gestos y muecas rascándonos echando gente por la
borda del barco piñufle que comandamos". (pág.
37)
Sobreviviente de
un mundo convulsionado en que recrudece el nihilismo, la hablante lo
sabe y lo dice. ¿Para qué engañarse? Compases de Rock & Roll
olores a yerba "mala" y sabores de tragos fuertes y amargos, así es el
mundo de la poesía.
"Hey,
malú, nace una estrella nadie quiere el nóbel pero se
mueren de sólo pensarlo los poetas se odian toman
juntos pero se odian a quien le importa que se
maten que se tengan pica hasta la
muerte..." (pág.
45)
Piedras
Rodantes es un texto logrado dentro del discurso femenino post
70. Dame tu sucio amor obtuvo Mención Honrosa, muy bien
otorgada, -a nuestro juicio-, en la desiganación del Premio Municipal
de Literatura 1995.
La autora
incursiona aquí en una suerte de apocalípsis, con un lenguaje poético
cuya opción es la prosa. "Esta noche lo probaré todo, el naipe dice
que moriré pronto, como una anciana recorrida por la ausencia del
deseo... han sido días extraños, llenos de lágrimas, rozando los dedos
en mi entrepierna, esta noche acabará mi agonía, me he intoxicado de
mentiras." (pág. 15)
Encontramos la
alienación y la culpa en frases terribles porque corresonden a lo que
la gente no quiere ver. "Así me hallarás, cortada por los metales
punzantes/ igual que una ramera/ con un mal olor en el
corazón." (pág. 40)
La alienación se
presenta como ayuda a la sobrevivencia y da lo mismo el lugar del
abandono porque la impresión es que ya nada peor podrá suceder.
"Déjame acá, en esta orilla de la ciudad/ nadie se atreverá a
tenerme". (pág. 50)
El lector va de
sorpresa en sorpresa hasta encontrar en la página 58, casi en medio
del poemario, el mini-cuento - poema "El Cemento" donde una pareja de
desconocidos, "breve imagen del abandono", logra la ansiada
comunicación lúcida. El texto maneja una escritura fuerte,
fundamental, firme, hermosa, a pesar de que la voz lírica nos diga
"Esta madrugada quiero ir a dormirme con la fealdad", página 66.
Porque es justamente en el enfrentamiento con lo desconocido, con lo
no hermoso donde podemos seguir a nuestra voz interna, -no la del ego-
y dejar morir nuestras propias fealdades.
* * * * *
POESIA DE
MALU URRIOLA
De
Piedras Rodantes, 1988
Ed. Cuarto Propio. Ed. Surada,
2001
GATOS
I
Los gatos
chicos a veces mueren apretados en el hocico de una
perra y parece que juegan y mueven la colita pero se
están muriendo. Hacen globitos con la sangre mientras la
lengua arranca y un sol lúdico tironea su sombra. El
gatito se inclina proyectando desde los ojos una noche que
se desmenuza que cae en pedazos toda roñosa y el cucho
reventándose trata de alcanzar un sol que se inclina que
cae en una noche pataleante entonces hace como si se
ahogara mientras fermenta la noche en un día lleno de
sol que cae duro en los techos en sus ojos vidriosos y
el gato es extinguido sacado fuera de lo real.
IV
Hey, malú, asume la vida de gato que
te toca saltar de techo en techo porque ni siquiera un poco
de sol los hará volver porque no nacimos para dar pero
tampoco para recibir hay que asumir el costo te estás
chalando nada te llena y el hastío te agarra de
espaldas por eso le seguimos el juego a los imbéciles y
corremos en esta carrera de equinos de mala sangre cuando
el poeta canta su bar cecil y Dios le guiña un ojo y por
el otro le cae un goterón de tinto de aburrido tinto. Hey,
malú, nace una estrella nadie quiere el nobel pero se
mueren de sólo pensarlo los poetas se odian toman juntos
pero se odian a quién le importa que se maten que se
tengan pica hasta la muerte total, de todas maneras no
tenemos quien nos abrace porque los gatos se retiran de
noche quién sabe dónde. Hay que asumir, pendeja que
estás sola que te bailas un rock para quitarte las ganas
–tú sabes de qué– porque de tanto perraje patriarcal
trompeteado estás hasta la tusa y ellos siguen tirándose a
partir prejuiciados amablemente discrepantes hey, malú
una raja, qué te importa si ni siquiera encuentras algo que
te importe por eso callas y luego ríes porque nadie te
llena el hoyo, ni el vino ni los machitos ni mirar sus
traseros sin forma no te queda más que caminar borracha y
llegar borracha a tu home piedrita mendiga
XI
Lo
estropearon todo, baby y te bailas un rock de malas
ganas porque ellos quieren verte reventar de
noche ebria sin hablar con nadie y de día se lo pasarán
pateando gatos es entretenido verlos pavonearse con sus
chascas y ropitas excéntricas pretendiendo volver al divino
tesoro qué va, son iguales a los demás las grandes
lumbreras del mundo devorando ratas en las
bibliotecas bebiendo de noche en algún bar snob de algún
barrio snob y salir snobmente borrachos trágate esa vaga
sensación de techos despoblados, pendeja y ve a
emborracharte hasta que revientes con tus amigos
oligofrénicos a quién le importa que el último gato gris
se aleje en medio de los cachureos del techo y que a lo
lejos Bob Dylan gima “like a rolling stone”.
XII a angélica
saldaña
Hace tanto
tiempo, querida amiga acá los poetas mienten y tus ojos
son ya un par de gorriones que se fornican no sé
dónde reniego de la poesía y todas esas vanalidades la
mistral ha muerto neruda ha muerto lihn ha muerto sólo
quedamos los necios. Recuerdas cuando nos
emborrachamos amparadas por una chimenea medio loca tú,
estás allá ahora, recordándolo todo con un suave dejo de
melancolía la puta melancolía que has guardado largo
tiempo en el anonimato y un sol turístico cae sobre tu
rimbombante isla en el Mediterráneo mientras acá el sol
pega sobre cientos de cabezas hastiadas. Ah, querida
mía los seres somos tan maleables de ahí la distorsión a
la que Hugo intentó someter el alejandrino.
de Dame tu sucio
amor, 1994 Ed. Cuarto Propio.
Ed. Surada, 2001.
Todas estas
mujeres salen cubiertas de pieles de la ópera, yo escucho a Jessie
Normansemidesnuda, bebiendo un poco, escribiendo estas
cosas que no sé qué son, ni para lo que podrían servir, salvo para
otros que están como yo aburridos, sin hacer más que leer o arrojarse
en una butaca a ver un buen film, no intento conmover a nadie, la
jubilosa masa de gente recorre el centro, y sus ropas cambian de color
bajo los innumerables letreros, yo descanso de ellos en este
apartamento sin ninguna compañía. Desde la ventana los veo caminar
enmudecidos por el tráfico y la música de los clubes nocturnos, un par
de muchachos cantan un viejo bolero a la entrada, una fina lluvia
comienza a caer. Este es mi futuro, mi tremenda soledad.
En sus adaptadas
caras los años pasan sin perdón, es mi fastidio lo que los mantiene
vivos, si no los viera felices cuando el tiempo se invierte, pensaría
que la vida ha sucumbido, por suerte ha pasado la hora, mientras la
lluvia cae más gruesa, la calle ha quedado sola, cojo del frasco un
par de pastillas y me hecho a dormir.
Santiago en ruinas, abril de
1992
No
necesito nada más esta noche, No quiero oír viejas anécdotas
de poetas. No sé si veré el futuro, si al menos lo veré
pasar por estos ojos.
Espero en la
única gloria de los castrados. Me abandonaré al
silencio, como un criminal abandona las armas y el
placer de la sangre.
Me perdí en
Buenos Aires, ebria, me hallaron en un Bunker, bailando en
medio de travestis, un hombre pensó que yo era un muchacho,
salimos a la calle a tomar unas cervezas, me habló de su
amado por horas, me dijo que lo golpeaba, que cuando quizo
matarlo él le beso su trasero, luego habló de unas luces que
ve al cruzar la calle de San Telmo, un viejo barco que lo
llevó una noche a un extraño lugar. Deslizó su mano hasta
tocar la mía.
nos
parecíamos a una breve imagen del abandono.
Cuando quedo
a solas, en la oscuridad de este apartamento, la silueta de
una mujer cuelga del cuello, ya no puedo hacer lo que me
pides, no puedo escupir aquello que mi locura
ha abandonado.
Cógeme del
pelo, no evitarás que estrelle la cabeza contra la muralla,
éste es el único y regio fin del estrellato, estrellar
la propia estrella, raspar las cáscaras de la pared con la
boca, no puedes perderte esto...
No puedes
dejar de ver el fondo de este pozo.
De Hija de perra
Editorial Cuarto propio, 1998.
Editorial Surada 2001.
Pasé el sábado
tumbada, fumando y leyendo, otra vez perdiendo el tiempo, tú sabes que
el tedio me hace leer mucho y perder mucho el tiempo, me quedé pegada
mirando al techo como una idiota, trivializada como una idiota, porque
sólo una idiota puede espantar esta pena, no quería oírte, no quiero
escucharte... me hace bien quedarme sorda, me hace mal, me saco el
brazo para calmarme, lo tiro sobre la cama y me calmo, no sabes cómo
me calmo, porque sin este brazo no soy nadie, nadie, sin este brazo
soy la pobre inútil que quisieras ver, sé que desearías verme sin este
brazo, sería tu triunfo que me quedara muda y no te hablara, y es que
no te hablo, leí La amortajada sola, solita, amortajadita... entonces
no tenía esta boca, esta herida tuya sobre el lomo que no se cierra...
entonces no escribía ni era como si lo hiciese, sorda era sorda y no
hablaba de nada y no tenía nada que escribir a nadie, ni me importa si
te gusta la Bombal, ni sentía este impulso de averiarme, ni de
escribir como una bruta, porque sólo una bruta bracea contra la
corriente, sólo una bruta escribe en estos tiempos brutales, porque
soy incapaz, tosca y necia, bruta la que cree que escribiendo vive,
que escribiendo muere, bruta la que cree que un puñado de palabras
sirve para algo, porque soy bruta insisto, porque soy bruta no
entiendo, porque soy retardada, porque cada palabra que no pronuncian
mis labios me muerden como los hocicos de cien perros... quítame estos
perros, no los sueltes... arráncame las cadenas del cuello me lo
rebanan, las palabras ya no me abastecen, las palabras no sirven para
nada, para nada, ni siquiera dicen lo que querrían decir, las tuyas en
cambio son certeras, las tuyas si van a matar, matan. Los pedazos de
mí lo saben por eso te temen, por eso te desean. Me arruinan, sabes
que las palabras me arruinan, me están revolviendo entera, les temo,
les temo tanto como a la ausencia de palabras, el temor es inmóvil, el
temor se parece al tedio, como si estuvieran unidos de la misma
cabeza, ejecutan la misma telemetría, por eso cuando no escribo, leo,
y cuando no leo, hablo, y cuando no hablo, sueño... no me dejes a
solas con este tedio, a la deriva muda de este tedio... a la diestra y
siniestra del tedio.
***
Afuera daba
vueltas un farol rojo y el letrero se caía a pedazos como de boite de
mala muerte, como si fuésemos a estrellarnos contra la muerte, el
hombre sacó una pequeña llave. Ladraban los perros, y el hombre nos
condujo hasta un cuartucho que no volveríamos a ver, encendimos la tv
y unos porros, luego me fumé un cigarro detrás de otro, uno detrás de
otro y te contemplé hablar y hablamos del cuartucho, de la cojera del
hombre, nuestra propia cojera, de la noche que corría con una prisa
extraña, las nubes pasaban rápidas, azulosas, violáceas, como golpes
de la vida, como si nos fuésemos a golpear contra la vida, el hombre
trajo dos cafés que se enfriaron sobre el velador, en un rincón del
cuarto quedaban los restos de una fiesta que otros dejaron, qué ganas
de tomarme un trago, te dije, tú te acercaste lentamente, al contrario
de las nubes, al contrario de la noche que corría aprisa, al contrario
de los perros que no dejaban de ladrar, de vez en cuando se callaban,
y se callaban hasta que las luces de un automóvil se estrellaba contra
los vidrios y encendía el cuartucho que dejaba ver tu cuerpo y luego
venían las sombras que te cubrían, lejos de casa, tan lejos de casa y
en la radio con las pilas medio muertas la Janis cantaba bye, bye,
baby.
***
Cuando no
estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no
sentir esta falta... daría un brazo, pero no el brazo con el que
escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me
deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que
aprieta mi vientre, el que hunde su mano en mi garganta para que las
palabras salgan, porque mi brazo sabe que las palabras son como trozos
de carne que me atoran, si no tuviera este brazo tampoco podría
hablar, porque este brazo es mi lengua, con este brazo puedo decir lo
que la lengua se calla, podrían cortarme la lengua pero no el brazo,
por eso no siento ningún miedo cuando tengo la lengua dentro de tu
boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este brazo. Con este
brazo me sostengo, con este brazo lucho cada día. Cuando me pierdo es
este brazo quien me encuentra, cuando me desespero es este brazo quien
me calma, este brazo es mi memoria, este brazo es quien me saca a
flote, quien jala de mí, quien me aturde para arrastrarme hasta la
orilla, este brazo se compadece de mí más que nadie, me saca el agua
que he tragado, me golpea el corazón para que ande, si no fuera por
este brazo no sé qué sería de mí, por eso sigo a mi brazo, porque este
brazo es capaz de encontrar lo que yo no hallo, por eso es él quien
escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las palabras
necesarias, en cambio mi brazo es exacto, porque mi brazo sabe que si
no soy capaz de resistir, que si me agoto de ver todo el tiempo lo
mismo, que si me canso de escuchar las mismas palabras idiotas,
que si me harto de ver a la misma gente como en un cinematógrafo de
barrio, que si me aburre ver con mis ojos sus ojos pajes desesperados
de fama, de una fama gris de estrella de cinematógrafo de barrio,
porque mis ojos se cansan de ver tanto, todo igual, repetido, mi ojos
se hartan tanto que se harían sal si vieran que algo nuevo pasara,
porque esta ciudad se detuvo antes que llegáramos yo y mi brazo, esta
ciudad sombría ya no se desempaña, esta ciudad es inalterable, esta
ciudad quisiese ser rubia, esta ciudad quisiese beber whisky cuando se
muere de hambre y si este brazo no fuera fuerte nos habrían arrancado
medio pedazo, pero a mi brazo nada de esto lo derrumba porque mi brazo
es ciego, mi brazo es sordo, mi brazo sólo escucha la sangre de él.
Sabe que cuando no dé más deberá tomar la empuñadura y rajar la muñeca
de mi otro brazo, sabe que aunque son pares sólo él puede hacerlo,
sabe que él será el último en abandonar, lo sabe, como sabe también
que será capaz de dejar de escribir porque escribir me daña a veces,
mi brazo sabe que escribir daña porque es él quien escribe, cuando mi
brazo escribe sabe que está doliendo, quemando, sabe que me revuelvo
toda, por eso mi brazo dejaría cualquier cosa para calmarme. Es este
brazo quien te olvida, no yo, porque mi brazo sabe que estando juntos
somos capaces de resistir tu falta, que podemos trazar tu recuerdo, en
cambio si me faltara este brazo yo me quedaría muda, me quedaría
postrada, no podría resistir, no podría, por eso no te doy este brazo
ni se lo daría a nadie, porque este brazo es el único capaz de
librarme de mí.
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