HABÍAMOS DADO MÁS DE MIL
ÓRBITAS
Habíamos dado más de mil órbitas
sobre el
mar sin haber jamás arribado
a ningún cabrón puerto
Coritani
nos traía por mar perdidos
algún tiempo
para después
dormirse
y dejarnos otra vez perdidos
No quedaba un solo
Harrier a bordo
y las cargas de armamentos y
alcohol
arrojadas al mar por unas rocas
que eran como olas
varadas
Ma Coritani hacía detener el viento
para salir a
guerrear a cubierta
pero amodorrado por el rocío y el
sueño
veía nubes que se hundían en el mar
Entonces alucinó
hundir el portaaviones
hasta la mitad, hasta dejar
flotando
sólo las gigantescas velas en cubierta
para que
parecieran unas dunas de mármol
levantando una
capilla
Mientras el arsenal de agua debajo del casco
y el
mar rodeando por todos lados a la vez
hacía estremecer de
gozo
a los rapsodas druidas
porque Patresca Ossavinci de una
belleza
que mandaba a irse de lado al cielo
iba levantando
el mármol y lo socavaba
con su cuerpo hurgándole un
hombre
la ternura despiadada de un hombre
y con sus ojos
hurgándole un faro.
ARS VITAE
Teníamos fuerte afición al vino
le
rendíamos culto a los racimos de uva
y éramos arrogantes,
crédulos
pendencieros
Preferíamos la muerte
a perder la
libertad
y llevábamos la alegría del amor
hasta las puertas
del infierno
hasta desafiar a la misma muerte
desnudándonos
en pleno combate
o agrandándonos las heridas recibidas
Y si
veíamos en peligro la vida
de nuestras mujeres y la
nuestra
nos dábamos muerte por gusto continuo
Y éramos tan
arrebatados en la guerra
que jamás actuábamos de acuerdo a un
plan
No conocíamos ni la humildad
ni la caridad, ni la
abnegación
ni la dulzura
Éramos serios y semifabulosos
y
adorábamos a nuestras esposas
que adoraban el falo y el
oro.
LEVANTAMOS UN FARO
Levantamos un faro en medio del mar
un faro de paredes de
papiro
que usábamos para guardar los vinos
y para echarnos a
beber con mujeres
pero no hacíamos nada para la
posteridad
Una noche que intentamos dar Macbeth
nos
demorábamos meses en darla
y se nos olvidaba en qué
íbamos
Habíamos levantado un faro en el mar
para no hacer
nada en la vida
y gozar desnudos y con mujeres
Ma a veces
maravillados por un Mirage
por una clona que nos hacía los
ojos
asaltábamos a la sexta flota española
y promovíamos
graves desórdenes bajo cubierta
Pero no hacíamos nada grande la
verdad
Abusábamos del amor
del ocio y del porvenir
y
bebíamos hasta moverle el piso al mar.
BANQUETE FRATERNO
Domingo noche a
la comida privada
que diseñamos con el canciller de
Ratzi
bajo un toldo en el desierto de Al Bumba
y los dos
solos como mesas de arrimo
y con nuestros gorros de
Armani
fue de una ociosidad acongojante:
Mire me dijo, "y si
quiere salir vivo
de aquí mejor escúcheme. Nuestra
religión
no es un baile. No es una balsa de perdidos
en el
mar, ni un manicomio de adivinos.
Su estructura profunda e
inamovible
no es libertaria, sino sacramental
y por lo
tanto, jerárquica, ¿me sigue?"
Así en ese tono me hablaba,
Luchino
y me salía con implantes así como éste;
"Nuestros
dogmas no son murallas
que nos impiden ver
sino ventanas
abiertas al infinito".
Así igual seguía hablándome,
Luchino
mientras yo chupaba mi Bellaterra
con uvas rosadas y
quesos hediondos
"Nuestra liturgia no es una farándula
no es
una pesadumbre que solicite
a Teresas tetonas ni a
desvergonzados
Nuestra liturgia no vive de escalofríos
y
sorpresas, de ocurrencias cautivadoras
sino de repeticiones
solemnes".
Así seguía mientras yo seguía bebiendo
hasta que
lo calmé en un momento dado
y le dije: las brevas van una
maravilla