LA
TIRANA I
(ME SACARON POR LA CARA )
Yo, La Tirana, rica y famosa
la Greta Garbo del cine
chileno
pero muy culta y calentona, que comienzo
a decaer, que
se me va la cabeza
cada vez que me pongo a hablar
y hacer
recuerdos de mis polvos con Velázquez.
Ya no lo hago tan bien
como lo hacía antes
Antes, todas las noches y a todo
trapo
Ahora no.
Ahora suelo a veces entrar a una
Iglesia
cuando no hay nadie
porque me gusta la luz que dan
ciertas velas
la luz que le dan a mis pechugas
cuando estoy
rezando.
Y es verdad, mi vida es terrible
Mi vida es una
inmoralidad
Y si bien vengo de una familia muy conocida
Y si
es cierto que me sacaron por la cara
y que los que están afuera
me destrozarán
Aún soy la vieja que se los tiró a todos
Aún
soy de una ordinariez feroz.
LA TIRANA II
(ME VOLE LA VIRGEN DE MIS PIERNAS)
Me caía a la cama rosada de su madre
la cama pegada a la
pared del baño
Me caí con velos negros en ambos pechos
cada
uno entrando a su capilla ardiente
Yo soy la hija de pene, un
madre
pintada por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
Mi
cuerpo es una sábana sobre otra sábana
el largo de mis uñas del
largo de mis dedos
y mi cara de Dios en la cara de Dios
en su
hoyo maquillado la cruz de luz:
la que se la suben de ahí, la
D.N.A.
la marginada de la taquilla
la que se la están pisando
desde 1492
Pero mi cara ya no está más a color
está en mi
doble más allá enterrado
con todos mis dedos y mis dientes en la
boca
Yo soy Howard Hughes el estilita
me volé la virgen de mis
piernas
había pensado tanto en mí misma.
LA TIRANA III
(PULL DOWN THY VANITY)
Deja de mirarte por alguna vez en el cielo
y sácate ese
sombrero elegante, Velázquez
porque te voy a hablar de
amor
Eres un brillante ramplón y un sabio
Tal vez el último
que haya tocado el alma
de esta pandilla, de estos pajes que
hablan
y caen aquí en este salón encantador
Porque dime, ¿en
qué otro salón,
sobre qué otra alfombra,
podría haberse
juntado tanta mediocre notabilidad?
Que no saben ni lo que es la
gran vida
ni un antiguo pebetero de cloisonné
ni un buen polvo
lleno de ternura
Velázquez, por favor, echa a los mozos
Porque
como ya sé que me has abandonado
y que piensas robarme toda mi
plata
No te quedes con todo, no seas tan duro
déjame por lo
menos tu vanidad
Deja a un lado tus modales de chambelán
y
escúchame que ya no voy a hablar más
El amor que yo llevo adentro
es terrible
es como arrasar viento y conmover despojos
se va
acercando a los ojos de Dios
va levantando un vuelo de Juicio
Final
y se va haciendo tan grande, tan adverso
que ya no hay
cómo echarlo abajo
No se te ocurra intentarlo, Velázquez
Nos
aplastaría a todos.
LA TIRANA IV
(HOTEL VALDIVIA)
No quiero hablar del medio papelón
Velázquez. Perdóname,
pero no había
nadie. No fue nadie a tu estreno
cuando te
arrendaste el Hotel Valdivia
para restaurar la Inquisición de
Lima
que te quedaba más cerca
y complacer así a tu
Iglesia.
Nos recibiste subido en el techo copiado
a la pata al
cola de Miguel Angel
Y te tirabas desde allá arriba
a hacer
volar la pieza principal
de los Reyes Católicos.
Estaban tus
peores amiguitas
La Pío Nono, La Carla y la Reina María
Así
fue que tu amigo el prelado buenmozo
que merodeaba por el
sector
se persignara como el mar
La media fiesta, Rodríguez,
los pocos invitados
que iban llegando volaban por los
salones
porque los cuerpos iban en el aire,
Velázquez
agarrando lámparas y gritando amor
a los ataques
inmisericordes de tus perros
No sabíamos cómo monjas salir de
ahí
Y ya estábamos pensando en dar la muerte
cuando te vino un
fuerte bajón a la cara
y se te ocurrió echar a volar a la
mamá
mente fuera de aquí, y verla paseándose
desconsolada por
los pasillos del hotel.
LA TIRANA V
(NICOLAU EIMERIC)
Fue feroz cuando tu enemigo máximo
el más célebre y
perverso de los católicos
el jefe máximo, el más perro de la
religión
chilena entró a tu casa en solemne
ceremonia
buenmozo, con sus negras vestiduras
y acompañado por
Olivares. Fue impresionante
todos tus invitados lloraron al
verlo
Entonces le ofreciste tu sofá de Boeri
y mandaste
prender los candelabros
para darle más cabeza al ambiente
Le
presentaste a la Alessandra Mussolini
por si acaso conseguías
perturbarle el alma
y por poco no se te acaba la fiesta
porque
había que tener cojones
para irse a meter ahí después de
todo
y uno que como tú conocía al demonio
Te costó mucho
mantener la calma
entre tu familia, habián varios que
ya
querían echárselo. Pero estuviste seco
al darles de una
pasada, con los Aulenti
yéndose para atrás por las paredes
del
medio salón, porque se trataba de no tocarlo
y porque no podías
dejar que la cruz
se te fuera de las manos en ese momento
Me
oyes Velázquez? Te estoy hablando.
NUESTA VIDA Y ARTE
i
CASTRATI
Haber sido unos grandes copiones
Fue lo nuestro. Copiamos
en ediciones Urtext
Y lo poco que hicimos, lo hicimos
A
expensas de habernos volado la cabeza
Que se nos moría de
hambre.
Quisimos ser iconoclastas mitómanos
Lenguas desatadas del
porvenir
Pero se nos pasó algo peor:
Seguimos los terribles
dictados
De la tontona crítica oficial
La que, con sus buenos
oficios
Nos convirtió en perros falderos
Respetuosos de una ya
larga tradición
Que venía recién saliendo del horno.
La
eunuca, que no hace muchos años
Suprimió las peleas de
gallos
Siendo que éramos gallos de pelea.
También no, nuestra monja superiora
Que sabía mucho de
vida y arte
Inventó la homilía chilena contemporánea
Y nos
dijo que la papa había que buscarla
En las grandes obsesiones
religiosas
De los viejos místicos malditos.
No hay que
olvidarse que al ateo Borges
Lo agarró la Inquisición un mal
domingo
Y le dio cuatro latigazos en la espalda
Contra eso no
había nada que hacer
Y entonces todo acto creador
Nos produjo
un aburrimiento muy nuevo.
Así, nuestra vida y arte acabó afuera:
El pianista
norteamericano Arrau
Los franceses Matta y Raoul Ruiz
El
neurocirujano panameño Asenjo
El autopoieta Humberto
Maturana
El parisino Marqués de Cuevas
Y otras pastas muy
cojonudas.
Pero no se aflijan mis doctos perros
Y chupemos juntos de
este gran bombo
Aquí esta noche en el Teatro Municipal.
Pasa,
pasa Derrida, estás en tu casa
Aquí no nos cuesta nada hacernos
famosos.
ii
DOLCE CUORE
A ESTE DEJAMELO A MI
VELAZQUEZ
Pero te advierto una cosa, Mister Sotana
Le vamos a poner
más color al gallinero
Y te voy a dar bien de comer esta
noche
Yo, la más Peckinpah de este Convento
Te la estoy dando a pedir de boca
Pero no como carne a los
leones
Sino como carroña a los cuervos
Te pondré la otra mejilla y mucho más:
Haré todos los
arreglos
Para que no perdamos contacto
A lo largo de la
Historia
Después te regalaré el más intenso paisaje
Que tú escojas
a la entrada del inferno
Ahí estaré esperándote con mis
fiestas
Con mi estrella brutal encendida como un faro
Y con
mis Sea-Harrier que te escoltarán
Rodeados de ángeles hasta mi
carpa
Va a ser un encuentro muy duro, Georgie Boy
Pero nos van a
sobrar las llamas
iii
LECTURAS NEGRAS
Ricardo III, Charles Manson
Ludovico el Moro,
Zapata.
Mis amores inmisericordes
Y más malos que la
sangre.
Mis superhéroes de la cultura
Que tanto amé y
admiré.
Los drugos que echaron por tierra
Nuestra noble ilusión de
la raza:
El hombre no era un noble salvaje
Sino un salvaje
innoble, muy lejos
De la mentira romántica de
Rousseau.
¿Me están oyendo filósofos religiosos
Hombres santos
desconcertados por la luz
Que contemplan el mar y piensan
cruzarlo?
Perdonen que me ponga tan hocicón
Pero ¿qué es lo
que ha unido Dios
Que no lo haya separado el hombre?
Estamos saturados de sueños
Y hambreados de
saciedad.
Pero algunas mentes de aquí
Todavía son como el
calíz:
Ellas viven tan arriba
Que bien pueden olvidar el
valle.
EL ANTIGUO TESTAMENTO CHILENO
|
(De "Del diluvio en Chile" del P. Diego de
Rosales que "Oyó filosofía en Alcalá y dibujó una viva
imagen de los desencantos de esta
vida |
No tienen estos indios de Chile
noticias de escritura
alguna,
sagradas ni profanas,
ni memoria alguna de la
creación
y de el principio de el mundo
ni de los
hombres:
sólo tienen algunos barruntos de el Diluvio,
por haberles dejado el Señor algunas señales
y aunque de
él no tienen noticia cierta
ni tradición,
por las señales
coligen haberle habido.
Y es que tienen muy creído
que cuando salió el mar
y
anegó la tierra, sin saber cuando
(porque no tienen serie de
tiempos
ni cómputos de años)
se escaparon algunos indios
en
las cimas de unos montes altos
que los tienen por cosa
sagrada.
Y en todas las provincias
hay algún cerro de grande
veneración,
por tener creído que en él se salvaron
sus
antepasados de el diluvio general,
y están a la mira para,
si
hubiere otro diluvio,
acogerse a él para escapar.
En el número de los hombres
que se conservaron en el
diluvio
hay entre los indios de Chile
grande variedad, que no
puede faltar
entre tantos desvaríos.
SEGUNDA
DOCENA
(Me han sacado de mi más de allá)
LA TIRANA XIII
(NADIE SABE LO QUE YO HABLO)
En el pabellón de los santos, yo La Tirana
a fuego cruzado
por las entradas
me pego la media volada de mi misma vida
Está
la cama, está el retrato de Olivares
sólo dos sábanas
transparentadas
al contacto de mi cuerpo:
llena de puntos 50
en cada esquina de salida
de mí misma la fachada del desnudo de
Dios
Me caí, estoy empantanada en la belleza
me abro hoyos
para que salga mi cuerpo
y me salgan hostias de los hoyos
Me
ven soplada por vientos que suben
ya nadie sabe lo que yo
hablo
blanca como papel apenas me ven la vida
pues me han
sacado de mi más de allá.
LA TIRANA XIV
(AD MAIOREM GLORIAM NORMAE)
Me di un baño de tina
llevada de mi biblia
me bebí los
90 grados de alcohol
me lavé el pelo con leche
me quedé unas
horas peinándome
me hice tocar abajo por primera vez
pero hay
más:
me puse algodón en los labios y los pegué
Entonces dí
vuelta la tina
y rodé por el agua contra los vidrios
intacta,
con mi cuerpo iluminado mirándome
mi pelo atascado en la cruz del
rosario
me volé la luz dándome de lleno
en el espejo blanco
sobre las sábanas de mi cama.
Ahí entró a mi misa el Demonio
mientras me hallaba en el
altar mayor
depilándome, y lavando mis heridas
enamorada a
solas
del Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
para ordenarlo
virgen de mí
mientras me tocaba de hambre la rajada
gruta.
Mi nombre es vivo en este hoyo
acabaré singular
con mi
mente en el cielo
espabilando a las profetas, a mis hermanas
Marías
Acabaré singular envuelta en mi manto de oraciones
con
mi cuerpo en mi poder
seré la desconocida acabada
una media
hostia en el cielo abierto nunca
dice Dios nadie más.
LA TIRANA XV
(LA MEDIA VIDA)
Yo me tiraba a Velázquez en su Cristo
yo la madre del
demonio español
llorando de negro sobre mis vestidos la
lágrima
Se lo soltaba yo mi pelo, mis pinturas
que tenían más
brillo en su cara
Allí en la gran cama se me paraba sola
la
media vida, la vida demente de Dios
Que el perro se lo subíamos a
mi hermana Margarita
para que se le quedara pegado blanco
Que
me tiraba a Velázquez con el dolor de mi alma
me han sacado el
cielo de la luz
sólo quedan mis brazos afuera en el
prado.