Proyecto Patrimonio - 2005 | index | Marco Aurelio Rodríguez | Autores |...................


DON QUIJOTE O EL NARCISO IMPERFECTO


Marco Aurelio Rodríguez
En ROCINANTE, abril de 2005

"Tú mismo te persigues,
narciso surtidor,
tú mismo eres la fuente,
el agua y el rumor
que corren por el mundo
siempre".

(Armando Rubio)

Es verdad. Cada uno de nosotros está condenado (no sé si será este el término aconsejable) a ser un Narciso. Porque la vida para el hombre es un espejo donde se consagran todos los susurros de su adentro para una posterior convergencia espiritual.

Pero: ¿Cuáles son las imágenes más diáfanas? ¿Cuáles son las verdaderas?... Narciso, al proyectar su ser autovalorado (decir "sobrevalorado" es caer en un juego de aprensiones interpretativas), cual autoestimación de todo individuo, en las tranquilas aguas de una fuente, obtuvo una respuesta: él y las consecuencias de su proyección confluyeron a un estado de pureza conllevadora de una trascendencia real y hermosa, como real y hermosa es la flor del narciso.

Las aguas siempre han tenido un simbolismo poderosamente vital, incluso en otras culturas son indicación de "gran paso", de "camino trascendente". Narciso se refleja en aguas tranquilas (en una fuente), lo que se podría interpretar como una vida serena, carente de obstáculos, aunque la vida -en verdad- no siempre se nos muestre tan perfecta. Se olvida, por lo demás, que cuando Narciso completa su imagen con su propio ser (cuando se "ahoga"), florece a orillas de esa fuente una hermosa flor amarilla, la llamada flor de narciso.

Esta circunstancia mitológica puede tener variaciones, mínimas o no tanto. Miles pueden ser los resultados. Y su aplicación a la literatura es evidente.

Ejemplos sobran.

Don Quijote es una elevada metáfora humana. Llegó éste a un momento (diferente en cada uno de nosotros) en que la vida se presenta como un necesario medio de expresión. Porque hay el recodo existencial en que el ocio pasivo es falaz compañero, y el hombre precisa dejarlo. Es así como la vertiente caballeresca impresiona y estimula a Alonso Quijano, que se dará a la búsqueda de su Quijote, aprendiz de caballero andante. Su anacorético carácter necesita compañía sincera, aventura enriquecedora, vivir ansiosamente para rescatar al hombre que hay en él. Será ese el cauce que él elige como verdadero, y es, este, concreto: cada ser vive su propia verdad. Cada espíritu configura un juego ideal y subjetivo que debiera ser siempre digno de respeto. Pero continuamente fulgen ojos enceguecidos de tosquedad (de vulgaridad) que no comprenden la esencia de una búsqueda personal; ven sólo lo ingenuo o lo extravagante o lo ridículo; ven nada más que lo superficial: es así como lo simple se les revela como locura o desviación de la norma, puesto que se les desvía la brújula de las convenciones y de la cotidianeidad.

Don Quijote es incomprendido por todos. Y este sentimiento, finalmente, lo hizo sospechar que su búsqueda fue un recurso equivocado, que su vida en conjunto no fue positiva. Muere con este convencimiento.

Este narciso manchego caminó por los polvorosos senderos castellanos sin encontrar esa fuente donde se diera la mímesis catártica, aquella que nos hace eternos.

Un ser, sin embargo, sí llegó a comprender lo vivencial en Don Quijote. Este fue Sancho Panza, el único que verdaderamente se asomó a las aguas vitales del Caballero de La Triste Figura y, con una visión muchas veces intuitiva o sui generis (pero nunca tosca), con humildad, ingenuidad e ingenio, se encuentra reflejado en esa felicidad que todo el mundo añora como una ínsula en medio de las aguas de la soledad existencial.

En cuanto a la trascendencia de Don Quijote, su búsqueda, a pesar de todo y de todos, fue de resultado enriquecedor, pues vivió "su" vida. Y la riqueza de esa su vida es la que sublima su capacidad y su accionar y -valga la paradoja- rebaja, nos rebaja a todos los que en algún momento nos reímos de ese enjuto hombre que aún vive cual alongado y solitario fantasma. Como una flor que rechaza el marchitarse.


 

 


Proyecto Patrimonio— Año 2005 
A Página Principal
| A Archivo Marco Aurelio Rodríguez | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Don Quijote o el Narciso imperfecto.
Por Marco Aurelio Rodríguez.
Rocinante, Abril de 2005.