Escritor visitó Feria del Libro de
Ovalle
Germán Marín, el anticonsumista
en El Día, 16
de febrero de 1999
0VALLE.- Germán Marín se parece al
actor Julio Jung. La voz, las canas, la manera de hablar son
similares. El sentido del humor también. Claro que el rostro de Marín
no es tan caricaturesco como el del actor. Las semejanzas terminan
ahí.
... Mientras Jung es un hombre conocido por la
masa, actuando en películas, algunas teleseries y programas
humorísticos, Germán Marín, el escritor, poco tiene que hacer en
cuanto a popularidad en su área, ya que hay un grupo de sus pares
chilenos que le lleva demasiada distancia al respecto.
... Pero le da lo mismo. De hecho, para los
avezados en leer, Marín (nacido en 1934, por largos años en España y
autor de “Círculo vicioso”, “Las cien águilas”, “El palacio de la
risa” y “Circo en llamas”) es algo parecido a un escritor de culto. El
estuvo en la Feria del Libro de Ovalle, inaugurada el jueves pasado,
siendo la primera luminaria de las letras que desarrolló actividades
en la muestra.
Usted dijo que no hay en Chile un movimiento literario, que
sólo se puede hablar de ciertas corrientes. ¿Está en alguna de ellas o
es una producción particular?
...
-“No, yo creo que sería demasiado pretensioso y descarado hablar de mí
como (en tono grandilo- cuente) un hombre que está solo, escribiendo
de cara al desierto. No hay escritor que pueda decir eso ... sobre la
mano de un escritor está la mano de otro escritor y de otros
escritores. Muchas veces, me incluyo, un escritor es la suma de
influencias, de lecturas. No creo que exista una pureza real. Sería
descarado decir que escribo a solas y de espalda al mundo. Imposible.
Escribo a partir de la vocación personal, pero también a través de una
cultura determinada”.
Se dice que los libros que más se
venden son los que tienen la portada más parecida a una caja
debombones, bonita y cuidada. ...
... -“Coincido
con la imagen que da usted. Esos libros son expresión de un consumo y
muchas veces poca relación guardan con la literatura. Son una
demostración del poder del mercado y de la apetencia de dinero. Usted
me nombra a Marcela Serrano como ejemplo de eso ... indudablemente,
claro. Ella pertenece a la gente que todavía no sabe unir el sujeto
con el predicado y de ahí no puede salir nada bueno. Esas personas
hacen artículos de consumo anual, que después de un año o dos, no
sirven para nada y terminan siendo lo que eran originalmente: papel
con tinta, nada más”.
¿No es esta feria también un vehículo
de consumo, a menor escala quizás?
... -“No, yo creo que es cosa de mirar cosas como
esa (apunta a una señora de polera y chalas que lleva a dos niños de
la mano y que observa con curiosidad un libro, en uno de los stands de
la muestra). Se trata de un público más bien modesto, precario
económicamente, que no puede practicar el consumo descarado. Yo creo
que este público es mucho más puro, no está atrapado por la publicidad
y los grandes medios. La precariedad de Ovalle y las muchas ciudades
así que hay en Chile los salva del consumismo literario; hay una
aproximación más genuina no sólo al mundo literario, sino que al mundo
real”.
Enrique Lafourcade se ha referido a la masa de chilenos como
algo inopinante, que la mayor parte de la juventud está en un proceso
de embrutecimiento y que el libro es una de las mejores vías de
salvación.
... -“El descerebrado es
él, aparte de que es un oportunista. El puede decir todo lo que
quiera; es un señor de lengua venenosa y que se envenena él mismo ...
basta mirarlo. Yo respeto a mi prójimo y lo califico mirándolo a la
cara, enmarcándolo en un contexto. Lo otro, lo de él, eso es matonería
de esquina. Que se preocupe de hacer algo bueno
escribiendo”.
¿Queda algo después de que la feria termina? En términos de
difusión, ¿hasta dónde son calculables las consecuencias de muestras
de este tipo?
... -Difícil es medir
el impacto. Indudablemente lo que ocurre con mayor frecuencia es que
una mamá que va pasando le compre un librito a uno de sus hijos. Eso
ya es bueno, en la medida que exista una proyección hacia otras cosas
mayores después. Y aún así, por sí solo, ese hecho es positivo. Bajo
ningún punto de vista hay un anonimato de una feria como ésta en una
ciudad como ésta”.