Días grises están en pupilas irritadas y en el
espacio una noción de
tiempo inconsecuente y el silencio no dice nada y en la ventana
aquella tarde día como hoy deshaciéndose muy lento
y alguien pensó
es otoño y el gris fue la oscuridad que aclaró
sin que llegara la luz y
más allá la esquina que todos conocen y al dar
la vuelta otra vez al
gris caminar es inútil todo se ve igual el día
el calendario gris y el
espacio algo vacío frío y las manos heladas y
el lápiz cae y la mano
es torpe como la letra que se alarga en la línea y que
dice ésta es lo imposible y regresa al gris los brazos
sobre la mesa se apoyan en los
codos y hay tristeza en el color y dolor recuerdos anhelos de
ser lo
que no puede ser sólo el gris y allí detrás
el esfuerzo sobre el vacío supuesta noción de
ser más allá del mundo fragmentado de lo
imposible gris en el cuadro mancha en la pared en la ventana
en los cerros y se pregunta par qué se vive hacia dónde
cuándo y acaso al hablar oler la flor el pan hay algo
como un si más siempre la nostalgia todo es no negación
de nada donde no hay nada que negar ni decir
sólo el gris imagen deshaciéndose perdiéndose
escapando de nada el
gris acá allá hoy ayer hace siglos pensar es oscuro
y no pensar huir olvidarse de nada se sentir imaginar creer
si se cree ver en el
esplendor de la niebla el silencio las palabras que huyen del
libro
porque el libro cual la fuerza del viento se empina sobre la
falda del
cerro y vuela y lleva su sentido y acusa el revés sobre
el revés de lo
posible que late sobre la hoja blanca y dice julio es un mes
indeciso
no trae nada y los pies mojados en el agua son blancos como
el
dolor y surge una duda pues el escritor dice no sé qué
es esto acaso
una línea que se enreda en el tiempo sin poder detenerse
y echarse a
volar al espacio sin nombrar la palabra cielo pues allí
la duda se transforma en transparencia equívoca gelatina
sin color que inunda el cerebro en la hora en que el sol alumbra
sin calentar las manos que duelen de frío y es inútil
decir el texto se detendrá al fin pero la mano
fría no se detiene y continúa huyendo por laderas
azules porque la
noche ha comenzado a dibujarse y sueños quieren irrumpir
en algún lugar del cuerpo y la mano palpita temprano
y el lápiz remolón se
resiste porque no es tiempo de andar y apenas ayer- no hoy-
una
burbuja lejana el sueño que sueña y lo rosado
perderán su matiz y se llenarán de puntos suspensivos
y acaso comenzará a Caer en el olvido
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