LA LECTURA
Por Marcelo Mellado
Revista de Libros de El Mercurio, domingo 26 de agosto de 2007
Cada cierto rato vuelve el tema de la promoción de la lectura y se insiste en las fallas del sistema educativo. Leer, como dice Barthes, no es pasar de una palabra a otra, sino de un nivel a otro. Es, sobre todo, contar con protocolos alfabéticos efectivos. Leer es, también, estar abiertos a códigos múltiples. Es un tema formativo.
Hemos fracasado los profesores, porque no hemos sido capaces de salirnos de la literalidad y de los cánones jerarquizados, y también por una cierta forma arrogante de presentársenos la tecnología, que impone otros soportes de lecto-escritura que hay que asumir.
Estuve leyendo (mirando) con mi hija de dos años unos textos visuales, con taxonomías simples de objetos, una granja y utensilios domésticos. Un mundo modelado a escala. Y me acordé de una experiencia como profesor rural, en que recorríamos los campos con los niños, mirando y palpando los cortes en el suelo que producía una mina de cuarzo, y cortábamos y comíamos pencas y chagúales. Identificábamos árboles y pájaros. Siguiendo —leyendo— las huellas que dejan los zorros. Siempre con la culpa de que la "verdadera" educación está en el aula. Recuerdo también una discusión en un liceo que quería tener un vehículo para movilizar a los alumnos y conocer mejor la zona, y algunos propusimos que también debíamos tener una embarcación, pues estábamos a 500 metros del mar y de la desembocadura de uno de los ríos con más carga histórica del país. Las aventuras territoriales también son un modo de lectura.
La municipalización es una perversión del sistema administrativo central. Los municipios han fracasado en muchos ámbitos, incluido el cultural y educativo. Y la responsabilidad también recae en el Mineduc y en la Dibam. Propongo un plan maestro bibliotecario para regiones que tenga un fuerte impacto ciudadano, surgido de experiencias comunitarias.