Recurso Judas
Por
Marcelo Mellado
Artes y Letras de El Mercurio, domingo 23 de abril de 2006.
Borges, era que no, tiene hace mucho rato resuelto el dilema mediático
inaugurado por la reivindicación de Judas, emprendida por ese
pensamiento blando que produce literaturas predecibles con esa pasión
gnóstica por el saber de elegidos que atesoran una verdad que
los privilegia. Da igual el contenido de seudo polémicas, lo
que nos interesa en este caso
es que Judas sea un pretexto para la voluntad y economía de
la ficción. Y por ahí se nos cuela el borgiano Borges.
El relato "Las tres versiones de Judas" no sólo recrea
al personaje, sino que lo convierte en delirio redentor. Y ahí
nos topamos con esta operación inaugurada por esta empresa
narrativa, sustentada en las paradojas producidas por la ficcionalización
de las discursividades clásicas, sometidas a una torsión
figurativa, asentada, además, en la ironía y en una
reformulación de la imagen poética. Sólo el recurso
de la ficción es capaz de resolver misterios tan cruciales
como el de la traición funcional, leída como oblicuidad
estratégica de la salvación. El relato borgiano recrea
una antiépica redentora que nos libra del dogma y del canon,
es decir, del mal que sería, en este contexto, un producto
degradado de la voluntad de verdad.
Sí, estamos ante una especie de fundamentalismo de la ficción,
aunque habrá que admitir que este voluntarismo ficcioso, correspondería
a un ajuste de cuentas con las, a veces, arrogantes ciencias de la
cultura, por su incapacidad de generar instrumentos analíticos
eficaces, o que no han resultado tan precisos al momento del juicio
y la valoración objetual, como puede serlo una metáfora
o una imagen, surgida de un texto poético. La efectividad analítica
de la ficción debe ser evaluada permanentemente por una necesidad
de la economía cultural.