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Poemas

Stefaan van den Bremt

Traducción del neerlandés:
Stefaan van den Bremt y Marco Antonio Campos

 

 

.. .. .. .. .. .. ..  

Breve descripción

Tras la Segunda Guerra Mundial, la urgencia de renovación temática y formal expresaba la premura de hacer tabla rasa de los horrores de la guerra y de volver a empezar. En Bélgica la poesía experimental pisa los talones al movimiento internacional de COBRA en las artes plásticas, a la vez que puede ser considerada como una asimilación tardía del surrealismo francés. Su punto final es el libro Oostakkerse gedichten («Poemas de Oostakker», 1955) de Hugo Claus, cuya poesía de entonces –que entretanto se ha vuelto clásica– se sitúa en el filo de la tensión entre un vitalismo muy terrestre, «animal» y una inteligencia erudita. El brote del experimento reactivó un ímpetu de restauración y resultó en los años sesenta, con sus reivindicaciones internacionales de democratización, un regreso a la realidad cotidiana, a unos temas más tradicionales y a una forma más directamente accesible. […]

En Flandes, esta poesía de la «nueva mirada» fue practicada sobre todo por Roland Jooris […]. Como en otras regiones de Europa, el movimiento neorrealista flamenca estaba estrechamente vinculada a las artes plásticas. El poeta Jooris es el portavoz de los pintores de la «Nueva Visión», como Roger Raveel, Raoul de Keyser, Etienne Elias o el holandés Renier Lucassen. Como la «nueva pintura», la «nueva poesía» se caracteriza por su manera intensa de mirar, registrar y anotar, al tiempo que paulatinamente fija su atención en unos cuantos temas: paisajes y bodegas, fotos y cuadros. Sin embargo, la reproducción «objetiva» de lo que es registrado por la mirada poco a poco dejará el campo libre a una óptica más personal, a una mirada más tendenciosa. El poema de la mirada se vuelve poema con visión, en el cual el poeta, además de evocar lo que se ve, sugiere lo que no se presenta, lo que se fue, lo que ha desaparecido. […]

Un desarrollo parecido, alejándose del neorrealismo, es lo que caracteriza la obra de Stefaan van den Bremt, un poeta que no sólo es muy activo como traductor (entre otros de Bertolt Brecht, Nicolás Guillén y Octavio Paz) y ensayista, sino también como dramaturgo y como autor de textos de cabaret y letras de canciones. Esta obra pone de manifiesto un fuerte compromiso social, pero revela asimismo una evolución que deja ver a su autor como hijo de su tiempo: gradualmente el compromiso de los años sesenta se combina con y se sustituye por una mayor conciencia del propio yo. En su poesía han prevalecido más y más los elementos personales y claramente autobiográficos. En el contexto de la poesía flamenca este poeta tiene una voz personalísima, a la vez que se siente unido a una tradición internacional de poetas como Rilke, Valéry, Max Jacob, Aragon, Neruda u Octavio Paz. En una compilación de reseñas y ensayos sobre literatura latinoamericana, titulada Mijn verbeelding is jouw slaaf niet («Mi imaginación no es tu esclava», 1982), expresó acertadamente su compromiso «personal»: el escritor, el poeta, que quiera contribuir a la emancipación humana sólo lo logrará «mediante una conciencia agudizada de la ambivalencia que hace del lenguaje, del sueño, del amor, del juego, de la imaginación, sendas fuentes de desesperación para todos los espíritus unidimensionales.» A continuación concluye que la relevancia social de un texto, en última instancia, es una cuestión de creación formal. La poesía de Van den Bremt continúa debatiéndose entre lo individual y lo social, entre emoción e intelecto.

- Anne-Marie Musschoot, catedrática de literatura neerlandesa moderna en la Universidad de Gante, en «La poesía en Flandes», prólogo a Más allá de mis manos / Siete poetas flamencos, Ediciones Colibrí, México, D.F., 2006





 

 

Una trampa en las nubes

1971 

PARA B.

Ya no era yo mismo
en ese momento. Cuando te besé,
las palabras estaban de más,
y ofreciste tu boca.

Qué grande 
tu manera de estrechar
tu cuerpo delgado contra el mío
(no hay palabras que den
la talla de esta ternura).
Un rato me olvidé de mi nombre
y temblé al oírlo 
de tus labios.

Fue como si
por un sobresalto
volviera en mí.

Ahora cuando en palabras evoco
aquel instante, me doy cuenta:
Sólo esto es indecible.

 

***

 

METAMORFOSIS

Al inclinar los amantes su rostro
con fuego el uno hacia la otra,
sus huesos se volvieron ingrávidos;
liberados del peso específico
de lo humano,
anduvieron a planear en el espacio
que abrazaban en su juego amoroso.  

Fue cuando un ángel descendía en picada,
en sigilo, con las alas abiertas.
No les hizo caso. Y toda la piel
se le volvió negra como pan quemado
al unirse la pareja.

Y un momento quedó
inmóvil: ángel caído
del cielo, súbitamente
enviado a la tierra.              

 

 

Primavera en Forest [1]
1976

 

INMOBILIARIA

La ventana
detrás de la que escribo
da a su empresa:
piedra tras piedra, lo que se construye
tapa
la vista.                                                           

Una tras otra, vigilo
con cautela mis palabras,
las vuelvo transparentes
como el vidrio de la ventana.

 

***

 

La medalla y su reverso

No lo que el panadero comenta sobre el clima,
sino lo que su pan dice en el desayuno.

No lo que el párroco predica como verdad en el púlpito,
sino adonde irá a pastar su rebaño.

No lo que difunde el matutino o el telediario de la tarde,
sino todo lo que se pasa por alto.

No lo que los poetas poetizan en poemas,
sino lo que se lee entre las líneas.

No el libro de memorias del general,
sino el punto de vista del soldado.

No la declaración después de la catástrofe
–pero no vayamos a repetirnos–.

Y nada de lo que los políticos
suelen sostener.

 

Pero tampoco los tapabocas
proverbiales (de antaño).

No la inauguración del monumento,
sino la tela que lo cubre.

 

No la sentencia de Su Señoría,
sino lo que calla
y por qué.

 

***

 

REBELDÍA

Y el juez dijo:
“Estarán separados.”
Eso dijo el juez.

Y el carcelero
abrió y cerró la celda.
Eso hace el carcelero.

Te vi venir
a través de diez puertas,
preñada por mí.

Aquí cada muro es
obsceno. Somos
indivisibles,
                              
más que antes
estamos separados                        
del juez.

 

***

 

PRIMAVERA EN FOREST

Respirando más lento o más de prisa
entre muros que a veces se contraen
o de pronto pueden ensancharse,
y sin embargo resisten la presión.
                                                      Afuera
algo que se parece a la primavera
desafía este punto de vista
abstracto e irrumpe
en el momento preciso.

Cristal y rejas y astillarmiento en
lágrimas. Aprendemos vocablos nuevos,
inauditos como nosotros, afuera, libertad.

 

 

 

Otros poemas

1980

 

VISITA A LA CASA DE RUBENS

En esta casa-monumento el Maestro moró.   

Cuando habitaba aquí, trabajó
–aun sin pintar– 
por el embellecimiento del siglo
para mayor satisfacción de
gobernadores y prelados.

Este fue su taller:
aquí la pintura entró en
la época de la manufactura.

Muchas obras suyas fueron obra
de muchos. Él corregía los planos
de obras que le eran encargadas,
instruía a sus discípulos en el arte
de la ejecución, corregía
otra vez y ponía su firma.

Por la mano de este diplomático
aun la desnudez se volvió vestimenta,
el descendimiento de la cruz una hazaña,
el sufrimiento un triunfo –una vieja

creencia que encarna voluptuosamente
en el combate contra la duda–. Con justicia
hoy se le festeja entre los nuestros
como el más sensual de los pintores.

Con los más modernos medios
instruía a su pueblo cómo
rendir homenaje al modo de ver
de los soberanos.

 

***

 

ODA AL GORRIÓN

Chusma entre los pájaros,
chusma que sale silbando y
vuelve a ráfagas como
polvareda que trina,
granuja que pelea por
cada migaja, plebe
bañándose en polvo,
vagabundo muy casero,
golfo desviviéndose
por su amigote,
insolente que hiede
los cagajones, canalla
que emprende el vuelo.

 

***

 

POÈTE MAUDIT

En la casa de su padre
hay muchos cuartos, pero
a él le tocó el más pequeño.

Y hacía versos,
obediente.

El cuarto más pequeño
tiene cuatro rincones, pero
él trazó un círculo de tiza.

Y a lo largo y a lo ancho
midió la escasez.

El círculo más pequeño
tiene circunferencia
y centro.

Luego de mí vendrá otro, 
que será más grande.  

 

***

 

EL IMPOSIBLE MAIAKOVSKI

El barquito del amor
                                   se ha estrellado en lo cotidiano.
(De la carta de adiós de Maiakovski)

Esta noche vi los restos
de un rompehielos de papel
y escuché negrísimo
el canto del cisne:
No estaba en mi juicio      
Otra vez gana el invierno
Aquí mi armadura
se estrella en el hielo

Esta noche vi la quilla
resquebrajada y la garganta
hinchada, y oí el límpido
disparo en el frío glacial.
Esta noche vi el breve
cortocircuito, la luz que
se vuelca, “el barquito del amor
que se estrella en lo cotidiano”, 

y escuché una voz
–hablaba del poeta,
y dijo lo que calla,
¡Al carajo mis huesos!
cantó amenazante.

 

***

 

BREVE FLORILEGIO

Vladimir Maiakovski no se levantó más.
Paul van Ostaijen tuvo que esconderse.
Paul Éluard abrió los ojos.       
Bertolt Brecht pudo escapar.
Nazim Hikmet fue aprehendido.
Yannis Ritsos sobrevivió a Leros.
César Vallejo murió de agotamiento.
A Mao Ze-dong, poeta, lo protegió                       
el hombre de estado. Javier Heraud cayó
en una emboscada, y contaba veintiún años.
Antonio Machado calló en Collioure.
¿Dónde canta García Lorca?
Louis Aragon sobrevivió a su amada.
Pablo Neruda murió de cáncer
muy a tiempo.

 

***

 

¿QUIÉN HABLA?

¿Quién habla de la precariedad humana
en versos preciosos?
¿Quién recuerda el delirio de los sentidos
en tono de remordimiento?
¿Quién no tapa la boca al hermano
con palabras de esperanza?
¿Quién redescubre la belleza
contando sus miserias?
¿Quién brinda allá solemnemente
y pide sacrificios?
¿Quién no solloza tras una noche
de amor?
¿Quién vuelve a contar los pies del verso
y pone el punto final?
¿Quién no corteja a la muerte
para mayor resguardo?

 

 
***

 

PRINCIPIOS

1

Esta es mi verdad.

No la verdad entera.
No la sola verdad.

La anterior está gastada,
y la nueva, rota.
 

2

¿Quién iba a separar
el bien del mal?

Dejemos pastar cabras
con ovejas.

3

También hablaríamos de la belleza.
En su ausencia

que el poeta más miope
la describa a los ciegos.

No está muerta:
impedida.

4

Y por otra parte déjennos
escribir para la posteridad.

Porque su tiempo advenga.

 

 

 

La pareja impar
1981

 

Medita sobre el amor, musa.
Estas son las palabras.

Canta el amor, poeta,
canta. Inventa de nuevo
la más vieja música.

Canta el amor
sin sonsonetes,
sin tonitos.

Gime de amor.
Y canta.

 

***

 

Vagando sin rumbo,
tomé el estrecho
de ceniza y espuma,
de aurora y rocío.

De ceniza y miga,
de vereda y pavo,
de vara y pulgada,
de garra y gato.

Vagando sin rumbo,
tomé el estrecho
de ceniza y espuma.
Quería a una mujer.

 

 
***

 

Hago rumbo al estrecho.
En tu estrecho sondo el fondo,
sondo el hondo azul marino.
Despierto el fondo del letargo.

 

***

 

Iban y venían. Eran los que daban
y tomaban. Rezaban, comían.
Poseían, invertían. Se leía. Se escribía.
Tomaban e iban. Enterados, olvidaban.

Ibas y venías. Eras la que daba
y tomaba al que toma, la que daba al que da.
A manos llenas. Yo leía. Yo escribía.
Tú ibas y dabas. Intacta, inacabada.

 

***

 

Bajo la escalera el par
de zapatos, tus zapatos, juntos.
Zapatos que echan de menos a los pies.
Zapatos que condenan el hueco.
Zapatos, que vuelven de vacío.             

 

***

 

Enjambradera
1986

 

Tocaré la trompa desde lo alto de la torre. [2]
Lejos sonará. Escucha: lejos, perdido.
En jaque me ponen con la torre. Juego
con fuego frío –el de la ira de marfil–.       


                        

***

 

Entre taludes, detrás de dunas,
al paso estrecho y al huerto
lleva la palabra, hacia       
el reino de vara y pulgada.

Al reino de gato y garra,
al huerto y al paso estrecho
lleva el camino inmisericorde.
Donde un hombre toma a una mujer. 

 

 

 

Con ojos llenos de olvido
1989

 

ACTAS

Auténticas, civiles, privadas, públicas.
Dando fe del nacimiento. De la denuncia. Actas
de notoriedad, de deferencia, impedimento, anuencia.    
Partida de matrimonio. De compra. De venta. De defunción.

1

Flores, frutas, aves y caza menor,
enseres domésticos, armas, etc., arreglos florales,
piezas de caza mayor, escenas de cocina, hortalizas,
desayunos o pasteles, bodegones de la vanidad,
naturaleza muerta con pez, copas verdes
y redondas de vidrio soplado, lo que al pasar
se para, el tintineo de cristales,                         
lo que se para y pasa, la taza de estaño,                     
el platón que respira, la cesta ebria, la suma
del déficit, el agitado mantel, la tela
tensa, la luz instantánea, la ilusión
duradera, el fulgor fastuoso del vino,
el peso justo, el equilibrio arisco,
un siglo de oro, el llamado metrónomo,
ser o no ser, una capa de barniz,
exactitud notarial, la recolección
nunca satisfactoria.

 

2

Éste es el almacén de las herramientas.
He aquí todas las herramientas del hombre:
la vajilla de cerámica, la rueda, el arado y
la escritura, el mecanismo del reloj, el telar,
el mapa y la brújula. Aquí no faltan
el sílex –que guarda rencor al hierro–,
el percusor, la recámara del primer fusil,
la camisa de fuerza y el escudo, el reloj registrador,
el potro de tortura, la medida y el peso. Y he                  
aquí la palabra, la adjunta de la cosa,
que representa y guarda todas                      
las viejas herramientas.

 

 
***

 

FÁBULA POSMODERNA

1         

¿Dónde estamos? En ningún lado. En las palabras. Ni siquiera
en su casa. Pronto cada poema es inhabitable.
Y no se narra nada y ni uno lo pone por escrito
a sabiendas del héroe.

2

El relato se sitúa en el tiempo. La fábula
toma el hilo en el momento de la verdad, imagina
cómo encontrar el camino en el laberinto,
cómo engañar al monstruo.

3

¡Y la moraleja del relato
incendia la fábula!
Entramos en imagen, sobreexpuestos.
El monstruo instruye.

 

 

 

Salteador y viajero
1992

 

EL CAMINO

Cuando Confucio muestra el Camino
al misionero errante en el Imperio Central,
y frunce las cejas por la predilección
de los guías indígenas de aquel extranjero
por senderos nocturnos y veredas sinuosas,
el jesuita comenta: “Hay un solo Camino,
pero muchas maneras legítimas
de recorrerlo.” –“¡No se ande con rodeos!”
advierte Confucio. –“¿Qué son rodeos?” 
pregunta el descaminado y se explaya
sobre casuística, necesidad y Providencia,
y sobre el desvío, a veces necesario, para llegar
al Fin Último. Confucio calla. Observa
cómo el otro, con su razón incomprensible,
en un círculo siempre más ancho, regresa
a su punto de partida.  

 

***

 

CABEZA EN ESTACA
(de Giacometti)

Así, con la boca abierta por
la sorpresa, quedaremos
aturdidos, como
el pez que, queriendo tragar aire,
se dejó pescar por el anzuelo;
tendrán que cerrarnos la boca,
sujetarnos las mandíbulas
que ya ceden, que se descomponen,
reacias,  que no comprenden – como
cabeza terca en una estaca.

 

***

 

VISTA DE TOLEDO
(El Greco)

Hoy no existe. El Tajo se atreve
a dejar de fluir. A lo largo
de un hiato, una eternidad efímera,
el judío y el moro transitan
sobre el puente que los divide
de una metáfora amurallada.
Toledo no existe. El Greco se atreve
a dejar de soñar, pese
al alboroto, al río y a la calle.

 

***

 

ALES STENAR [3]
(Kåseberga, 23.5.1991)

De costilla en costilla,
marcando el casco de una nave,
allá donde el Sund se vuelve tierra
y la vieja leyenda viento
en que sólo las piedras cuentan
cómo les fue a los que subieron
a bordo.

De costilla en costilla,
marcando el casco de la nave:
columnas. A la cubierta
columnas, maniobrando
y repitiendo la catástrofe
de escollo en escollo.

 

 
***

 

NOCHE DE TRUENO
(según la Edda)

Thor pregunta al enano lo que ocultan
tierra y noche antes de que salga el sol. Duramente
cuestiona y cuestiona, martillea con vigor
el yunque hasta que truena. Se carcajea Thor.

Thor es el que abruma. No tiene una
sino mil preguntas. Desgarrador
como un rayo, lacerándole el corazón,
así al enano le arrincona Thor.

Thor interroga al enano y a la tierra, les conmina
excavar el día antes de que salga el sol.
Por más que Thor amontona las preguntas,
nunca el enano está a su altura.

(Porque el enano responde en un idioma
usado bajo la tierra, sin una sola
palabra, impenetrable para trueno
y rayo, en su lengua casi mineral.)

Thor cuestiona y cuestiona hasta que sale el sol
y petrifica lo que no aguanta la luz del día.

 

 
***

 

AUTORRETRATO

Yo que probé el escozor     
de la mala labia, de lo inmaduro   
que se me va de la lengua y muerde
en el paladar como pimienta;            

yo que sentí de la palabra el picor 
como la blanca página,
y escribo callado como muerto,      
por tanto blanco harto;                     

yo que vi la carrera de las gallinas
sin cabeza, ¿y qué edad tenía
cuando escuché aquel latido
entrecortado del terror?

Yo que olí libros y una flor
cuyo nombre no desvelo.


 

 

 

Acervo imaginario
1995

 

ESPECTRO DE TÍA ABUELA

Está de  regreso, mírala: por allá va
rumbo al camposanto, arrastra una pierna.
Si fijo en ella la vista, mira de reojo,
si no la llamamos, si yo solo, sólo yo,
no corro a su encuentro y grito y la beso
en la mejilla gélida con la mancha parda,
y la arrastro a casa como antes, cuando
todavía no era espectro y enloquecía
de amor por mí. Ha pasado; inmóvil miro 
atrás en el tiempo, y no sé qué hacer
con ella, y conmigo, y con mi autorreproche.
Y lo que hubiera querido gritarle,
lo escribo: así distingo con más nitidez
lo que no puedo decir y lo que calla.

 

***

 

SIN TÍTULO
(sobre obra gráfica de Luc Hoenraet)

El garabato severo, el marco dúctil      
que encuadra lo borrado o marcado
con cruz para no olvidar ni revelar    
lo que significa no querer decir nada

–como la vida misma, la naturaleza,
y tan elocuente como árboles cuya
escritura tortuosa sólo es legible
para quien los desarraigue–.

Las altas copas escuchan con pudor y exigencia
lo que les sopla un viento manso y bobo                  
que frota la corteza donde le faltan ramas.

Así los recuerdos se pegan a nuestra piel.
La caricia más ruda, el deseo más penoso,
la embriaguez más sobria, la astucia final.        

 

 

 

Una mosca de alas de oro
1997

 

NACIMIENTO DE LOS COLORES

Sostenía el gris que todo era blanco
lo que no era negro, que todo era día
lo que no era noche. Los innumerables colores
residían clandestinos en la luz del sol,
que aún  no podía soportarlos.

Lo que ahora parece rojo tenía un color vino blanco.
¿El naranja? Un color de leche  integral.                  
El amarillo era blanco antiguo.
El verde, un blanco entrecano.
Y era tan claro el azul tímido.                   
El índigo emblanquecía aún.
El violeta olía a óleo.
 
Lo demás era negro. Cada noche
eran tiempos negros. Cada mar
era negro, cada selva, cada continente.
El arte era pura magia, tan negra como                 
el alma del mundo. La tinta hacía oídos sordos           
a los colores.

¿Hace falta una luz del día?,
preguntaba a veces el amanecer, o mejor dicho:
preguntaba la lluvia (llovía a cántaros).
Hasta cuando la luz del sol la atraviesa

y la pone de mil colores, 
la vuelve naranja;
su oro fresco palidece
hasta el amarillo y el verde,
luego se vuelve morado
y tiñe de índigo
un arriate de flores violetas.

El primer arco iris
salta a primera vista.

 

***

 

MOTIVO VIAJERO
(sobre una pintura de Solange Abbiati)

El motivo estaba harto
de sólo ser un patrón
en la alfombra. Anhelaba
descubrir el ancho mundo, y se fue
como zarcillo de hiedra en el
vacío. Se estiró, en busca
de una relación que no existía
más que en la alfombra. Valeroso,
el motivo se encabrita contra                
el cielo, como una pluma de casco.
Echa una mano y envuelve         
de colores y sonidos cálidos
aquella rama pendiente.

 

 

 
Mareas del habla
1999

 

VÍSPERAS

Alto y agudo como ángulo de escuadra,
el repique de la campana por las vísperas,
que ahuyenta a los grajos del campanario. 
Más agudas, más allá de los grajos,
las golondrinas habitan en el azul;
allá recogen viandas aladas
y giran, y jalan, y largan como
grumetes el cordaje inalcanzable.

 

***

Quiere ser mirlo
la cría: vuela del pico,                
cantan las alas.

 

***

Locas castañas
caen sin ton ni son
en los paseantes.

 

***

Con el estanque
sueña la garza de noche,            
de pie en el hielo.

 

***

 

MONTSÉGUR [4]

1

Ver saquear en las alturas, en una luz  
del más allá, el nido de herejes vacío,
como si las huestes de hombres de bien   
avanzaran en ropa de vacacionistas,

con mirada insatisfecha y miembros
quemados por un sol carnívoro,
ansiosos del adelanto del tesoro   
que a los ojos no se deja ver,

que el gran angular no capta.            
El nido del águila queda inexpugnable.
Los perfectos no son de este
mundo –¿y dónde habrá el otro?   
 
2

¿Y dónde habrá el otro que salva-
guarde el tesoro inaprensible
a los saqueadores? Cada pasadizo
secreto, cada subterráneo termina

en la altiplanicie de una antigua canso,       
en unos Cantos heréticos,  más allá     
del antiguo teatro de combate entre Dios
y el diablo. ¿Adónde ha huido

el trovador?  ¿Dónde está el juglar,
el amador mortalmente herido
de cuyos labios consumidos aún  hoy   
queda pendiente una amada distante?    

3

De Marcabru, de Ezra Pound, de     
Peire Cardenal, aún suena una estrofa
entre las ruinas, alto en la tonalidad
latigueante de tramontana y ventisca.

De la oscuridad y de la luz
cantan las piedras de Montségur,
de una gaya ciencia errante,  
de un trovar del que pierde,    

y de la proximidad de la lejanía
en una lengua inextirpable,
de visiones heréticas en un tono
azul, por encima de la torre más alta.
 
 
***

 

FÉLIX, POR PAUL
(Klee, 1906)

Un padre como primo segundo de Dios.
Irreversiblemente un cráneo calvo cubre      
la mirada gélida, un escepticismo
que se atenúa en el lecho de una barba.       
 
Un padre como príncipe elector, insobornable,
que elige al emperador. No por propia mano
que descansa: hecha está la obra. Las manos
de su hijo han de coronarla.                               

Un hijo como un suizo en la llanura
de una página blanca, un hijo sin
otra arma que el ojo indefenso, cuya mano  
no empuña otro cetro que la pluma, un hijo
que muere en cada rasgo:        
en su obra crea a su padre.

 

 

 

Voces de la llanura
2001

 

CUENTA ATRÁS

El hombre que nació viejo y murió niño: la edad para atrás.
(César Vallejo, Contra el secreto profesional)

Contando desde la vejez a la infancia
–otro niño problemático, nacido viejo,      
muerto joven, más solo que nunca
en esta multitud que casi lo deshace,            

mientras uñas idiotas, pelo y barbas
siguen creciéndole–. ¡A cortar y a afeitar
al que no pueda largarse a tiempo!,
se dice el empleado dentro de su levita

por orden del jefe con hocico de puerco.  
Un dolor más, y se vuelve al regazo.
Se acaba la cuenta para quien no quiere
oír y no llega a viejo: experimentará
cómo la suma disminuye a menos que cero  
de ese tiempo que se ha vivido al revés.

 

 

 

A
2005

 

CAMINO DE VUELTA
Pensando en M.S.

Y hubo un día que vino un hombre
que en su haber tenía mi lengua,        
que quitaba palabras de mi boca
y les determinaba un destino.

¿Desde ese día, a dónde quieren   
ir amblando las palabras,              
contando los pies del verso,
al paso de ambladura?

Luego vino otro hombre,
el que guiaba la lengua común,          
me puso en boca sus palabras           
que me dejaban un sabor áspero.    

Golpeaba su látigo por dos.
¡De dos en dos, y en fila!
Palabras de necio que no preguntan
si las creen los oídos,

si en ellas reparan los ojos
en el camino de aquí para allá,
de la experiencia oblicua
a un sentido retorcido.

Y un día se fue aquel hombre
que en su haber tenía mi lengua,
por el camino de las palabras,                       
el largo camino de vuelta a A.

 

***

 

PAUNAT [5]

El bastón del peregrino enraíza
aquí, se niega a ir a Santiago,
es como árbol que renace.
De par en par se abre la puerta
y las baldosas tambaleantes,
que caminan desde hace siglos, 
no quieren ya escuchar nada    
de mis zapatos gastados.
La rama del árbol se hizo bastón;
el bastón retoñó y florece;
la roca saltó en pedazos
bajo el fuego y el hierro               
del hombre, se dispersó
en baldosas –y cada baldosa se hunde
en búsqueda de la piedra, la sola que quede
intacta, íntegra.                                                                                               
                          La única piedra
que falta a la iglesia.

 

***

 

DE COSAS QUE ESTÁN ALLÍ
(sobre pinturas de Bruno Van Dijck)

1

De cosas inamovibles
que hacemos a un lado.

De cosas que allí están
fuera de nuestro alcance.

Dejan que pensar
y luego huyen

–¡no miren! ¡no miren!–
del ojo al punto de fuga. 

De cosas insignificantes,
que no tienen casi sombra,

a lejanías que se alzan
como amasijo del vacío.

 

2

Una botella que camufla el color,
con un tapón azul,

contra un blanco color roto,
irreparablemente.

¿Intratable, no retratable?     
Una botella, su camuflaje dentro,

donde cae una luz tenue,
y con un hilo de sombra.

Algo deslucido pleno de fondo,
con un tapón de cielo

y una estela de tierra.                        

 

3

Un bote con tapadera,
más cerrado que ostra.

Un estuche cuadrado,
hermético.
                             
Lo que descubres
se te escapa.

Al destaparse
queda el desgaste.  

 

4

Está allí, negro sobre blanco,
negro pálido sobre blanco sucio.

Está escrito como una letra,
un carácter en negrita.      

Está, inasequible,          
como un castillo de naipes.

Está allí como escrito
y tiembla todavía.

Está, recién pintado,
sin defensa, desamparado.

 

5

¿Vale la pena contemplarlo?
Eso está por verse.

El fisgón allí mira
y mira, y mira un bote.                      

Un bote con posos de luz                  
con un brillo extinguido.

¿Qué pincel quitará la catarata?
¿Y qué pintor astuto

se mantiene a cubierto?                                

 

6

Aún florece la planta de casa
en la retina, roja color de óxido
sobre un verde profundo. Mientras
un solo ojo, cerrado, pueda retenerla,
se queda como azalea.

 

7

Aún el iris colorea
la azalea: una grana
herrumbrosa en el blanco del ojo.
Para que pinte el pintor
lo que anticipa su pupila.

 

8

Quieta una planta de casa
en la córnea; su color rojo
se congela, olvida,
olvida que pasa. 

 

9

Recuerda que estás hecha de tierra
sacada del huerto, de su mantillo,      
y que en una luz de puertas adentro
te convertirás en humus.

 

10

Olvida, olvida ese verde viejo,
olvida cada hoja y su nervadura,
recuerda la tierra, pierde la flor,
acuérdate sólo de la raíz.

 

11

Levántate del tiesto de barro
que volverá a ser tierra,
y viste con aire, modela en luz
lo que en tu raíz amanece .                     

 

 

 

Junturas
2009

 

MADAME CHIANG

En sombra de mallas finas
se encamina Madame Chiang,
como si llevara el paso,
pasito de pie de verso,
de la baldosa a la losa;
su pekinés corretea
del olor al hedor,
de la meada a la caca;
su padre arrastra los pies
de Bruselas a Pekín
en sus recuerdos
–y en ocasiones a Tokio,
ya que Madame Chiang
tenía madre japonesa
pero no marido chino–.  
Bajo las flores del tilo
camina Madame Chiang,
y a lo chino ella planta
ambos pies en la tierra,
como si a cada paso
solicitara perdón
por no ser tilo
ni gingo ni cerezo,
por levantar los pies,
por tomar sedativos,
arrástrase en tierra extraña,
vuelve hacia un inicio              
que no es menos extraño
que en ese tiempo y allá lejos,     
va de aquí para allá,
de planta a planta del pie,
y tropieza con una sombra
que no resulta la suya.

 

***

 

ZONA DE SOMBRA

“¡No te olvides que oscurece!”
me grita una voz de cuatro años
desde la ventana abierta al jardín
donde observo la luz en las piedras
de una casa que ya no sabe
ni donde está, que ha olvidado
quiénes somos, cómo esta zona
aislada se le escapa al pueblo.

 

***

 

REENCUENTRO [6]

Sopla ahora un viento del sudeste,
el viento de la locura, según
un decir popular. Indeciso
entre el Dordoña y el Garona,
quisiera irme río abajo, hacia
donde las aguas de ambos
con ancha boca de embudo
exclaman el mar. Pero primero,
en los muelles de Burdeos,
a lo largo de edificios imponentes,
he de celebrar la gloria de la llegada
y del adiós. Desgarrado está el corazón
de quien no encuentra aquí reposo
y mire hacia atrás, de quien no pueda
escoger entre viñedos y nostalgia
o la partida hacia un tercer país
donde nadie de nosotros esté en casa.
Pero concededme la estadía y
dejadme permanecer entre lo
que perdura y funda el poeta,           
y lo que huye o quiere volver
a las tierras de la locura.

 

***

 

ALDABA

En puertas de las mansiones,
manos de muchacha vaciadas,
rostros con sonrisa espléndida.
Levanta la aldaba y déjala
caer en el soporte de bronce.
La resonancia hace arrugarse
el embaldosado del pasillo,
donde aún quedan colgados
los espejos de las felicidades
pobres de antaño. Llama
a la puerta, sigue llamando.

 

***

 

Autorretrato. Soñado

1

Sorprendido al leer,
a la caza de la letra,
creyendo de los libros
todas las mentiras que imprimen
en la retina. Culpable
de escribir, yendo tras
el sentido que no quiere
empezar ni terminar.
Furtivo cazador con
sus lámparas deslumbrantes.
Hurón de letras en
el bosque de babel.

2

Adonde lo lleva la necesidad
que carece de ley, y sigue
las huellas de una vida
que elude la mirada,
a la caza furtiva de
otra carne y otro hueso.
Voraz como el hurón
que se aferra en
un pescuezo. Culpable
de vivir en la sombra,
en su propia sombra,
entrampado en sí mismo.

 

***

 

Perseguido

En el bolsillo
un libro, todavía otro
en otro bolsillo,
y todavía un bloc de apuntes
en un bolsillo
interior. Y preguntas
que te pisan los talones,
preguntas insidiosas,
preguntas a las
que no sabes
qué contestar.
Si te pillan
y te preguntan por
los libros de
los bolsillos,
muéstrales un
libro, y otro, y
calla, pero escribe
otro libro
que termine
en un signo de
interrogación.

 

***

 

Autorretrato. Despierto

Aguzar las preguntas,
plantear la cuestión de
la culpabilidad. Aclarar
el sueño, cazador que
se esfuma a la caza de
respuestas de carne
y hueso en el bosque
del desconcierto.
Llevar al hurón
a la jaula, frotarte
los ojos. Retener
lo que el espejo lea.

 

***

 

Hasta dónde se tienden las cascadas, [7]
El pájaro lo sabe, sabe el ápice
Que no cede, lo que canta el cisne
Y lo que el semejante calla

 

***

 

El pardillo hibernal en el alambre
Canta con todo el pecho del alba
Y de un apareamiento inaudito.
No sabe qué hacer quien lo escucha. 

 

 

 

Inéditos

 

ELOGIO DE LO SUPERFLUO

Seca y algo magullada
en una luz confusa de otoño,
grande apenas como una cereza,
demasiado pequeña para la manzana
de adorno que quiere ser,
–manzanita que sobrevives a la buena
de Dios, y que el cuarto sazonas
con minúscula acidez,
al olerte saboreo el tiempo.

 

***

 

LIMO AZUL
(Pauillac, Gironda)

Desviándose río abajo hacia los vados,
la mirada se fija en la tierra aluvial.
El río se atraganta en el banco       
de arcilla y escupe un suelo salobre. Islotes
se alargan y agrandan,  se tuercen
y encogen.

Limo arriba quiere la pupila estrecharse
al mirar el pólder. Aguas abajo
un horizonte más ancho se abre paso
en el limo azul.

 

***

 

MUJER BONITA DE TLATILCO
(México, Altiplano Central, 1200-600 a. C.)

De torso esbelto, casi blanco,
de piel curtida bajo el ombligo,
con sus caderas frondosas
y entre fuertes muslos, abierta,
la grieta de un tiempo bisiesto,
nos mira fijamente y pide
a Tláloc lluvias tupidas
y un hijo de maíz; aún hoy
la mujer bonita de Tlatilco
desearía tener hombre.

 

***

 

MENSAJERO

El mensajero tarahumara corre hacia las alturas
por un paso estrecho a lo largo del abismo,
y baja hacia el barranco, y de nuevo
sube. Hace tiempo que está de camino
con su mensaje que no admite demora,
y casi no le queda tiempo para dormir:
jamás se dejará encarrilar por nadie,
no reside en otro lugar que éste, donde
la luz del día es más intensa y el aire enrarece
– lejos de aquéllos que se afincan
y viajan hasta la Barranca del Cobre
donde moran los tarahumaras.

 

***

 

MANIFIESTO EN POS DEL OLVIDO

El poeta lumpen iba a la búsqueda
de la olvidada lírica callejera;
buscaba y buscaba hasta dar con
algún trozo en el mercado de los
harapos poéticos.
                             Un lector lumpen
lo leyó, lo rescató de su memoria
harapienta: una metáfora oxidada
súbitamente logró meterse
sobre pies de verso torcidos
en la vanguardia andrajosa.

El poeta lumpen lo celebra,
y come y lee y bebe y escribe
el manifiesto más subversivo
que acto seguido se eclipsa
en un olvido andrajoso. 

 

***

 

ABRAN CAMINO A LA ESTATUA
Para Juan Manuel Roca

Abran camino a la estatua
fundida en luz de sol y lluvia.
No se le ofrenden flores,
no se demoren: ¡abran camino
a lo que no tiene sombra!

No es un jinete en las nubes
cuyo caballo se encabrita.
No echa rayos ni blande espada.
Allá se halla, sin inmutarse mira
lo que, pasajero, deberá pasar.

Se mantiene así, como
quien oye llover, plena de nuestros días,
sobre un pedestal de tierra
en los andamios del tiempo:
una estatua para Nadie.

 

***

 

PLANO

caminante no hay camino
se hace camino al andar
(Antonio Machado)

El camino a casa sigue interminable
los paseos que vienen y van

por calles que aún se atreven
a ser un plano de aquel entonces

Los dos juntos regresamos
¿Y por qué me siento tan solo?

Perseguimos a quienes llegamos a ser
A veces es como si volviera hacia

atrás en donde aún no te conozco
A veces, como si tomados de la mano,

tuviéramos que encontrar un sendero que
se ahuecara más y más y desapareciera

en una curva. El sendero a casa
llega donde estamos caminándolo

 

 

* * *

 

Stefaan van den Bremt nació en Aalst (Flandes Orienta­l, Bélgica) en 1941 y vive en Bruselas. Es poeta, traductor y ensayista belga de habla neerlandesa.

Hasta la fecha Stefaan van den Bremt ha publicado dieciocho libros de poesía. El primero salió en 1968 y fue ga­lardo­nado con el premio al mejor estreno literario en Flan­des. El último, titulado Voegwerk (Junturas), salió en junio de 2009.

In een mum van taal / Gedichten 1968-2002 (“En un puñado de palabras”, Ed. Lannoo, Tielt, 2002) recoge su obra poética desde 1968 hasta 2002.

En 2007 Stefaan van den Bremt recibió el Premio Internacional de Poesía de Zacatecas, otorgado por el Gobierno del Estado de Zacatecas, la Universidad Autónoma de Zacatecas y el Ayuntamiento de la Ciudad de Zacatecas (México).

Un libro de ensayos, titulado Mijn verbeelding is jouw slaaf niet («Mi imaginación no es tu esclava», 1982), trata de la literatura latinoamericana.

Además de escritores de habla francesa y alemana, Stefaan van den Bremt tradujo a varios autores hispanoamerica­nos (entre otros a Nicolás Gui­llén, José Le­zama Lima, Octa­vio Paz, Jaime Sabi­nes, Ramón López Velarde, Pablo Neruda, Marco Antonio Campos, Juan Gelman, Juan Manuel Roca).

La poesía de Stefaan van den Bremt ha sido traducida al español en las antologías siguientes:

- El Jardín de los Cuatro Vientos (traducciones del autor), Ediciones del Bronce, Barcelona, 1999.
- Palmo de Tierra (traducciones del autor en colaboración con Marco Antonio Campos), El Tucán de Virginia, México, D.F., 2005.
- Más allá de mis manos / Siete poetas flamencos (traducciones de Stefaan van den Bremt en colaboración con Marco Antonio Campos), Colibrí, México, D.F., 2006.
- Matando al héroe (traducciones del autor en colaboración con Marco Antonio Campos), La Cabra Ediciones, colección Alforja, México, D.F., 2008.

 

 

* * *

NOTAS

[1] En julio de 2008 volví a visitar Burdeos donde, en la primavera del mismo año, pude residir unas semanas. El poema “Andenken” (“Recuerdo”) de Hölderlin, escrito en 1803 después de su propia residencia en Burdeos, contiene el verso famoso “Was bleibet aber, stiften die Dichter” (“Pero lo duradero lo fundan los poetas”). 

[2] Este cuarteto, como también el siguiente, se inspira en un guache de Solange Abbiati.

[3] El 4 de febrero de 1974, por una supuesta complicidad con la resistencia palestina, el autor de este libro fue trasladado a un centro de detención en una división administrativa de Bruselas, que en francés se llama Forest (en neerlandés “Vorst”, palabra que quiere decir ”monarca” o, en un otro contexto, “helada”).

[4] Escrito en la torre llamada “Alte Hauptfeuerwache”, un antiguo parque de bomberos –cuyo emblema era la trompa– en la ciudad de Mannheim (Alemania), donde pude residir en la segunda mitad del año 1983.

[5] Monumento megalítico en el sur de Suecia, del cual todavía no se conoce la funcionalidad: ¿espacio funerario en memoria de un gran jefe vikingo, o una especie de calendario astronómico? Está constituido por 59 grandes rocas situadas en forma de elipse de 67 metros de longitud y unos 19 de ancho, cada una de las piedras pesa alrededor de 2 toneladas.
El estrecho de Oresund (o simplemente Sund, como se conoce tradicionalmente en español) separa la isla danesa Selandia (Sjælland) de Escania (Skåne), provincia del sur de Suecia.

[6] Lugar en los Pirineos franceses, donde se encuentra, a una altura de casi mil metros, la última fortaleza de los cátaros (secta maniquea que se extendió en el suroeste de Francia durante los siglos XI-XIII).

 [7] Pueblo con iglesia románica en el suroeste de Francia (departamento del Dordoña). En la lengua de oc Paunat quiere decir “palo (re)nato”.





 

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Poemas.
Stefaan van den Bremt.
Traducción del neerlandés: Stefaan van den Bremt y Marco Antonio Campos