Editorial
Universitaria, 1995
Saludo
a la leyenda del mañana
Ludovicos
energía
de cráteres concentrados
vendaval y férreo elemento de guerra
A
tu figura la luz proyecta su destino y cede el milagro
no hay quien pueda declararse
enemigo de tu música
naciste inmenso
y más inmenso habrás
de morir
porque en tus pulmones entra todo el oxígeno del mundo
y
a tu corazón corresponde la argolla del impulso último
Eres
igual a océanos de ronca voz
a bosques y sus perfumes de árboles
orgullosos
a ríos enteros, archipiélagos
península
o roca volcánica
te pareces a todo lo que vive
como si tu corazón
concentrara un átomo especial
Yo tiendo mi mano hacia ti y saludo
tu viejo peregrinar
brindo por tu inconstancia
bendigo la irresponsabilidad
que te ha dado tanta belleza
te proclamo la sustancia de lo maravilloso
materia
y crisol de la poesía paralela
Que perpetua inquietud te asiste
como
el crecimiento del liquen o cardúmenes sin sosiego
semejante a manadas
de búfalos en trote furioso
te observo en la rueda obstinada de la vida
abriéndole
el vientre a las semillas
yendo por estrellas y desde allí al infinito
Qué
puede importar si el hombre ciego no comprende
el deseo de estar por sobre
toda realidad
Yo me adhiero a tu salto de ala abierta
y eso es más
que el entendimiento
Me anudo a las cruces de las catedrales
e igual a un
elemento divino
desde todas partes surges llevándome
¡Ah!
Ludovicos
monje guerrero del porvenir
hijo de la tierra y su propio vagabundo
contradictorio
la mirada de tus ojos traspasa el obstáculo
y aérea
como ninguna
anuda águilas eternas a tus párpados
¿Qué
puedes hacer sino atormentarte con los necios?
Ludovicos
sé ese ángel
aliado al trueno resplandeciente
coloso
enemigo de las anclas y su peso
de muerte silenciosa
Sé el solitario corazón que no cesa de luchar
Yo
bebo a tu salud, camarada místico
Por todas partes te salen imprevistos
brilla
la espada
Nunca un armisticio, una rendición
a eso llamo locura,
insensatez, desmán
y desde mi posición de espectador favorecido
aplaudo
aplaudo
así vive el espíritu exaltado
similar al potro embravecido
con el relámpago
vacilante
y aún así, arrogado a regias
tormentas
con sueños al alcance de la mano
su arquitectura estelar
comprende el imán del mundo
vivo y más vivo
con explosiones
en el pecho
histórico y absoluto
vuelto hacia el porvenir de la luz
Así,
Ludovicos
Así por siempre.
Ludovicos
Olímpico
vencedor del crepúsculo
Una día Ludovicos
siente el ímpetu del vértigo
y asciende según una geometría
implacable
hasta alcanzar la cerradura del cielo
Hay ojos que aún
vendados lo ven todo
Los imagino como persianas hacia la eternidad
He representado
el vértigo como una espiral
porque no hay nada tan atractivo
como
una serpiente para cerrar el círculo
Y desde otro plano
una
sensación imprevisible y anómala
lo atacó con la vaguedad
del absurdo
bastan dos espejos para multiplicar un error eternamente
Pero
Ludovicos sabe de la resolución de encrucijadas
Mientras el complot
se presentaba él sonreía
aquello que lo atacaba era menos fuerte
que su voluntad
y más poderoso que la resolución de su pensamiento
Mi
mejor esgrima lo efectúo con la punta de un alfiler
Ludovicos
se conduce acercándose al deleite
Hacía pensar que había
superado la dualidad de existir
refuta el insulto y su plena malignidad
con
suave oratoria y acerados argumentos
igual que toda pasión
su peligro
aumenta día a día
Hay leyes que son más bellas
en
cuanto se habla de ellas pero jamás se cumplen
Violentar la ceguera
de sus predecesores
tal voluntad acariciaba Ludovicos
Aquel día
le vimos en la terraza de El Galileo
dispuesto a desperdiciar la fracción
más hermosa del día
Dejó escurrir todas las miradas que
lo acariciaron
incluso postergó su inclusión en la historia
Amo
la distinción de ser más perfecto
No poseo otra alternativa que
disparar un dardo perfecto
El debate prueba sólo la fuerza de
los contrincantes
nunca la fineza de un rayo de sol agonizando en un beso
nunca
los óleos que el amor pinta en la memoria
Ludovicos miró con
desprecio el arte de tales púgiles
y haciéndoles reverencias
impecables a la soledad
caminó por el empedrado como si volara
alejándose
por entre la oscuridad de sórdidas callejuelas
¿Quién
puede aguardar el sonido de un verso
lanzado al impacto crucial contra las
paredes del infinito?
El valor se manifiesta cuando el hombre se detiene
al
borde de su propia muerte y sonríe
Apresar el instante en que
el amor se afirma en los labios
y la luminiscencia sagrada revienta las cerraduras
del corazón
junto a todas las propiedades del temblor y sus secuelas
la
muerte no acontece sino hasta más tarde
En el escudo de lo innombrable
se
oculta el destino con apariencias hábilmente engañosas
se viste
con las sedas del azar
y dispara un flecha preconcebida
No hay un
vuelo sin antes una ruta
No hay un beso sin antes una boca
No hay un robo
sin antes un botín
No hay destino sin antes un final
Ludovicos
ha presentido su labor
como llevado por irrefrenables impulsos
actúa
sin el consentimiento de la infamia
Y sabiendo de todos los infiernos previos
a la muerte
que le es preciso habitar al hombre
se acerca sin vacilaciones
a la realidad que fulmina
y sosteniendo su revólver descarga un envío
completo
Pero el presentimiento de que el horror del mundo es eterno
lo
impulsará a disparar el último tiro de Gracias,
No soy
una flor que se deshoja con las manos
Yo no me reúno a escondidas con
la imposibilidad de un sueño
Quien arda siempre se desbordará
de peligro
Antes se amó el duelo que figuraba la exaltación del
honor
pero la virtud de ser impecable puede volverse en contra
Se ama
lo que cautiva por su parecido a la sugerencia
y que todo se contenga en una
copa maravillosa
ya se sabe qué consecuencias devienen de los abrazos
de la locura
importa lanzarse aunque se desconozca el paracaídas
el
intento más audaz jamás sobrepasó la idea
Por ello Ludovicos
asalta el descrédito
y con velocidad arrolladora se dice:
olímpico
vencedor del crepúsculo
coronel de fuerzas más desorganizadas
que la espontaneidad
sus bolsillos contienen los enredos más fascinantes
Si
me arrastro lo hago como un leopardo herido
nunca como una serpiente en su
cacería
tales prevenciones nacen de contemplar mis juegos.
Ludovicos
Canciller
supremo de su propio reino
En este momento
Ludovicos
perpetra
una acción singularísima
desplazándose en círculos
cada vez más pequeños
reintegra a la eternidad su destino impostergable
Sumido
en la claridad de su propio pensamiento
a expensas de la inteligencia y las
angustias de la memoria
se reencuentra a sí mismo
en una visión
de la más pura temeridad
Me atormentaron con figuras espaciosas
provenientes
de los días oscuros del alma
Ahora soy tan libre que no deseo reingresar
a ninguna tragedia
Nunca antes conocí a nadie que apostara a
la perplejidad
y con asomos de locura perfecta
evitara el abrazo con la
catástrofe
Ámame porque soy y existo
y en eterna confluencia
amo lo creado
Ya no hay que dudar de su amor
fue probado como fue
probado todo lo grande
superó el mediodía batiéndose en
alas de azúcar
y como el mediodía
dividió su corazón
en el principio y su propia posteridad
Le han visto amigo de aquellas cosas
que
divierten por el brillo de su imagen
también sonrió tristemente
cuando
el mundo se tornaba amargo
Cualquier plan insuperable principia al borde
de un abismo
Yo vi como en un día un paisaje fabuloso
se convirtió
en recuerdos de aeroplano fugitivo
todo para alimentar los deseos de aflicción
de
una mirada sin respuestas
Más rápido que la caída
de una pluma
Ludovicos
despegó abriendo los brazos como alas
mientras
los puentes se doblaban para construir caminos circulares
Se le divisó
presidiario de un deseo absoluto
Interrogo el preludio de una idea nacida
sin precauciones
y advierto el enérgico paso de la sangre de una vida
Se
ha propuesto Ludovicos extenuar su amor
haciendo de él alfombra de ternuras
extremas
Amara amar con la impaciencia del mejor delito
Hasta en el refugio
más seguro no se está a salvo
puesto que en todas partes se cruzan
las líneas de los improvisto
a tensiones que son insoportables para
la constitución humana
La estupidez es el percutor de la muerte
Hay
una puerta que yo siempre abro
y canto y canto
Sé que no es
posible creer en tales resultados
Creo que la única manera de entender
una ventana
es asomarse a ella desde dentro hacia fuera
y desde afuera hacia
adentro
el paisaje debe ser hermoso en ambos casos
Si aún así
persiste el desencanto
defino la inquietud como una carrera
de preguntas
abalanzándose sobre un muro de axiomas
El golpe eléctrico
de la poesía
es capaz de recorrer una línea tendida
desde
que nace el verso
hasta el momento que se declara finalizado
por el peso
de su incuestionable sabiduría
Si la poesía vive es gracias
a la obra que se construye en ella
A un poeta lo imagino como una obra perfecta
Tantos
profesan el conocimiento
que a Ludovicos se le vienen como montañas
de palabras falsas
Todo con tal de ir más lejos en la primera impresión
Proyecto
acelerar la lucidez
en una estampida de ideas perfectas
Es más
cualquier
cita conmigo se hace también con mis ojos
y yo desbordo por todas partes
Cuento
de antemano con una visión que domino a voluntad
No exaltes la
virtud de tu mirada
es un don y así serás juzgado
Asciende
probador de sueños violentos
inocente embustero
Te he visto cruzar
la tormenta cantando
yo sé que eso es muy difícil
sin embargo,
pocos creen tal cosa
El amor de Ludovicos por la constitución soberana
de lo invisible
fue probado por cien amantes infieles y sobrevivió
Es
como los ojos cuando se agrietan con lágrimas
perfecto inclusive en
la maldad
Yo no hablo de amor
puesto que no hay respuestas para explicar
la belleza
Eso nos hace pensar
que el precoz arranque de una idea
igual a un camino
implica un esfuerzo no menor a varias generaciones
Con
pasos de bailarín sostiene una copa e indica
Todo lo que contiene
este cristal me hace olvidar
Es el peor castigo
cuando se ha amado tanto
la propia biografía
Ludovicos
se apresura a actuar sin vacilaciones
y a acometer con firmeza
sabe que no se puede ser considerado
con la necedad
impuesta en forma de cadenas
más aún cuando hay estados del alma
que ahogan
Ludovicos
premier del absurdo
fomenta sin licencia alguna
el disparate
Tengo ese aire incierto de quien vive en la bancarrota
de
ser príncipe en un país sin castillos
de buscar mujeres en tabernas
frecuentadas por rameras
Trazados todos los designios del universo
Ludovicos
comprende la propiedad indivisible
de ser tan perfecto como el mundo que lo
posee
y asiéndose al conocimiento adquirido en silencio
gira su cuerpo
llevado por el compás exacto de una rotación
extiende los brazos
a la velocidad del destino
y cierra su mirada en un momento preciso
dando
lugar a oleadas de vibraciones imperceptibles
A esta representación
de voluntad extrema
no acuden sino los iniciados en el misterio
y aplauden
la ejecución de una sinfonía tan bien compuesta
Ludovicos
despide estos sones
olvida su leyenda y la de los hombres que la inspiraron
el
contenido del mundo con el olvido se libera
y sin inmutarse siquiera lanza
frases al aire
¡Ser eterno como morir y volver a nacer!
Ludovicos
Rebelde
desde la primera luz del día
Contemplad las más
grandes locuras
como una expresión sublime del genio de la poesía
Extraviado
en ensoñaciones
Ludovicos ingiere drogas igual a caballos ebrios
sus
pupilas brillan adornadas de cometas
del alma despide el daño de la
palabra te amo
Este es Ludovicos
y no fue hecho para este mundo
habla
del espíritu del mundo y sus efectos
lo nuevo no le es extraño
su
arquitectura incorpora la diversidad y la asume
Él actúa como
si fuera un estallido permanente
coloca su oído en posición alerta
y
se apresura a registrarlo todo
No es preciso interrogarlo
Ludovicos de un
momento a otro
revelará la seriedad de sus meditaciones
Lo
concreto no puede interesarnos
quién puede impedir que esté en
el cielo y no en la tierra
yo he tenido diversas esperanzas
y también
me he despojado de ellas
no soy pues ni lo uno ni lo otro
aunque mis facultades
estén por sobre lo normal
Si hay algo que puedo decir y agregar
no
se fundamenta en la razón o busca su predominio
me importa poco pertenecer
a tal o cual grupo
yo sé que hay una idea que me liga su optimismo
así
he logrado tener ojos como estrellas
y oídos como antenas. Todo me consume
Véanlo,
yo soy más metafísico que la filosofía
puedo hacerme observar
por desconocidos
o ser aplaudido debido a la virilidad de mis pensamientos
Pero
todo eso me tiene sin cuidado
lo concreto no puede interesarnos
Ludovicos
conduce escaleras de hiedras sin paz
los sombreros de los árboles y
sus cabellos de hojas
No siempre es imponente y absoluto como el abrazo
frente
a la sonrisa del picaflor se desmorona
Escribió con los trinos de
un arrollo:
Veo todo azul
porque tal vez desee que todo habite el cielo
El
arte así multiplicado le caía esparciendo bendiciones
Ludovicos
háblanos
ahora de tu ciencia perfecta
qué plan cruza las planicies de tu inteligencia
Yo
no creo en lo cerrado sino en lo abierto
Yo no creo en la razón sino
en la locura que desmorona
Yo no creo en las ideas sino en sus estallidos
Si
me dan a escoger entre dos posibilidades
imagino una tercera y me manifiesto
a su favor
Si piden ubicarme arriba o abajo
me acomodo en la mitad sin remordimiento
alguno
ni superior ni inferior
toda categoría limita y anula lo imprevisto
Así,
cuando me solicitan estar allí yo estoy allá
si me encuentran
inteligente
me apresuro a demostrar lo contrario
imito a un mico salvaje,
saco la lengua
gimo, me subo a los árboles y doy alaridos espantosos
quienes
me halla apuesto o bondadoso
huyen aterrorizados
cuando le s relato los
goces que me produce la perversión
exhibo afiladas navajas
demuestro
mi habilidad con instrumentos de tortura
poseo miles de roles
no soy único
ni pretendo serlo
mi habilidad como conversador la demuestro fácilmente
permanezco
en hermético silencio
la personalidad debe ser flexible
Mírenme,
puedo ser filósofo o payaso
no guardo lealtad alguna con un modelo predeterminado
he
asumido la multiplicidad de mi yo
No aplaudo una pauta bien formada
o una
regla perfecta
sino a quienes violan las reglas y evaden las pautas
Es obvio
la
libertad es un principio de rebeldía
En un momento preciso
Ludovicos
concluye su solemne alucinación
su apuesta es jugar una sola vez y ganar
tiene
una fe trasatlántica
va por la vereda de enfrente saludando a su público
jactándose
de la diferencia
es preciso referirse a esta escena con gran cuidado
Ludovicos
extrae su luz del corazón de un unicornio
y con las plumas de oro de
un pavo real
construye sus alas de ángel y vuela
eterno y circular
Ludovicos
rebelde
desde la primera luz del día
no acepta una imposición igual a
bloques de mármol
a paso forzado
irrumpe en su propia leyenda
y
con aire resuelto se pronuncia:
Es obvio
la libertad es un principio
de rebeldía.
Ludovicos
Prócer
de una patria inventada en el cielo
Para ser maestro de
ceremonia de un milagro
no basta perderse en la soledad
o en el resplandor
de una personalidad atrayente
también es necesario desear el encuentro
con uno mismo
Se arriesga la vida al explorar los peldaños de un
misterio
Ludovicos al entrar en el vértice fulminante del infinito
coloca
todas sus cartas sobre las mesa
Es claro
el blindaje de las sombras encubre
algún designio
Ludovicos
arroja sus fuerzas como bofetadas imperiosas
cualquier
comportamiento diferente no es más un ataúd
Mi papel en
el mundo es reinventar la realidad
entiendo que tal acto atenta contra la muerte
y
es una pretensión querer actuar sobre la historia
Si no se ha observado
bien
un personaje de este tipo es altamente contradictorio
Transformar
transformar
subirse a los vehículos del lenguaje
y principiar la
innovación profunda de los visto
Ludovicos vistiendo de riguroso luto
clausura
los sepelios de la tristeza
¿Qué otra cosa podría
hacer?
Desprecio las guillotinas de la amargura
Mientras se persista
el
camino más hermoso lo abrirá la voluntad
Todo descubrimiento
puede ser colocado en el caballete
y simular un paisaje pintado por las manos
de un ángel
Ludovicos felicita la devastación producida por
las hecatombes
Después de cualquier desastre sobreviene la reconstrucción
La exageración como una flecha lanzada por la inteligencia
en
los ojos sonríe la lucidez de un pensamiento
refundar las ciudades
visitadas
y ser los turistas del paraíso de la imaginación
Ludovicos
prócer
de una patria inventada en el cielo
No puede vivirse descifrando las encrucijadas
del amor
si una calle no tiene salida hay que crear otra nueva
La escritura
invisible se leerá en la nueva invención del mundo
todo cambiará
de lugar y compondrá un orden diferente
la acción singular será
incomprensible
Yo hablo de transformarlo todo
crear irregularidades
por doquier
Renuncio a la rigidez de la época
yo soy más intelectual
que nadie
lo que pienso cambia el orden de lo que habito
prueba irrefutable
de su viveza y poder
Miradme atacar a mansalva
incongruencias, locuras,
explosiones de risa
mi participación es bien definida
Ludovicos
amparado
por la oscuridad de la noche
entra en la casa habitada por un loco
y le
profesa un amor irrenunciable a la cordura
Esta medida pretende de antemano
fomentar los delirios
Dudo de los que se aferran a un solo camino
antes
de probar la multiplicidad de todo
A Ludovicos nada puede importarle
él
vive más allá de la consideración ajena
lo prueba precipitándose
a las plazas
en las horas más concurridas
y a gritos le recita a
sordas ancianas:
No sólo esperé que pasaran los años
también
me mantuve alejado de la orgía
Ahora estamos libres de los engaños
de la juventud
Ludovicos agita su capa de vapor perfumado
con una
soga hecha de rayos de una puesta de sol
ahorca la duda que atemoriza o el
genio que vacila
con agujas de agua construye un cristal
Hasta en juegos
hablo en serio
Su capa alcanza para envolver el sol
ante tal ocurrencia
advierte:
¡Cuidado! Podría ser en extremo peligroso
la
falta de luz atrae a los vampiros
Ludovicos ofrece un remolino de ruiseñores
en
el cielo explota un ovillo de palomas
no puede impedirse que entre tantos habitantes
aéreos
se presente desnudo al festival de la mañana
Al
sonar las campanas de la eternidad
Ludovicos detiene a sacerdotes y cardenales
y
exclama con aire resuelto:
Mi pecado consiste en robarles la aureola
a los santos
para usarlos como anillos de pureza
la iglesia de la
fe está desvestida
Ludovicos artífice del bautismo
inventor
y prócer de una patria celeste
nada se oculta a la santidad de lo recién
nacido
Bautizo con propiedad inigualable
Mis prédicas son cachorros
del alma
Bautizar es la tarea de los vates más profundos
utilizando
la belleza de la palabra nombrar lo innombrable
los nombres deberían
ser versos dictados en estado de trances
Ludovicos infiere la revolución
sin cautela
Los misterios con las llaves precisas
se abren idénticos
a botones de flores
Para exaltar la locura se necesitan fuerzas desmedidas
Ludovicos
inventa su propia realidad habitable
una patria aérea y única
donde
todas las cosas pierden su identidad
Dios significa lo mismo que semilla o
nostalgia
y poesía cataratas de visones o llaves sagradas
En un
acto fundacional Ludovicos
bautiza el nuevo espacio mundial
con un dardo
de odas irrepetibles.
Ludovicos
Iniciado en la astronáutica de
lo invisible
¡Qué de misterios y actitudes sobrenaturales!
Conocer
el dictado de la naturaleza
y abandonar las muletas de la ceguera
correr
y despierto
Súbitamente
Ludovicos siente la comezón de
lo inexplicable
quiere abandonarse a plena conciencia
ahondar en el trance
y fortalecer la plena vigilia
esto puede considerarse una visión superior
aquel
punto escondido a la ciencia vulgar
y superar las crisis de toda lógica
y filosofía
Yo sostengo una posición de clarividencia
y
me adhiero al pensamiento místico
estoy construido de una fe ocular
que
responde a todos mis átomos
Es posible beber del conocimiento de las
bibliotecas invisibles
de remotos hilos, de poemas como puertas
de la tierra
y toda su solemnidad
Persuadido por ciertas actitudes estremecedoras
Ludovicos
decide
enfrentar su propia potencia desencadenada
Su entusiasmo es arbitrario
infiere
que en un libro están todos los libros
como atónitos testigos
reunidos frente a un suceso particular
Inimitable
con voluntad de deshielo
precipitado
entrega su lucidez a las más profundas exploraciones
Ve
en algunos párrafos la revelación de una perla exótica
y
supone que un hombre puede ser todos los hombres
El delgado hilo del
conocimiento me ha convertido
soy adicto a las búsquedas y sus laberintos
resonantes
lo recorro a lo largo y ancho
voy en zigzag, mantengo la dirección
firmemente
llegado a un punto me detengo, doy retroceso a mi avanzada
camino
con las manos, me arrastro o intento
En todas partes tropiezo con lenguajes
diferentes
Obsesionado por penetrar en los abismos de la conciencia
adquiere
todos los asomos de la locura
como el poeta del Libro Invisible
Ludovicos
abre y cierra las puertas
busca en la vida reinos de amor, oleadas de serenidad
Los
métodos que sólo alimentan el cerebro
son oscuras cavernas sin
salida
Ahora
presente e inamovible
en el espectáculo de un
solo punto luminoso y convergente
Ludovicos encuentra en la ecuación
del azar
la traduce
coloca su ojo en el ojo del universo
y ambos se besan
en la comprensión irreversible del misterio
Ludovicos en posición
de meditación perfecta
abre su ojo luminoso y por él pasa el
universo todo
una sola vibración, un solo sonido
aparece entonces
la continua marejada secreta
Veo una órbita
de ave marítima
y profunda
llueven monedas de azúcar transparente y fluvial aún
el
tiempo se derrite en manecillas de pétalos
primavera, amor, todos los
rastros
suceden aquí entre follajes de hojas abiertas
sobre el desierto
y las oquedades de las piedras
trenzas de uva milenaria sujetas al pedestal
del mundo
carga el atlas borracho
veo al hijo irrespetuoso del crepúsculo
trazando
los perfiles de una ciencia secreta
Una imagen son todas las imágenes
puedo
estar aquí y allá
y en ninguna parte reconocer mi rostro
vivo
en la piedra azotada por el tiempo
en la corteza del árbol milenario
ya soy más hombre
átomos, evolución, luz, campos de energía
me
dirijo al animal errante
a las aves y sus nidos ocultos
soy yo y en mí
las cosas adquieren sentido
Oh, genio del mundo, belleza
cada cosa se enlaza
al amor del universo y vuela
y así se es aéreo y soñador
dueño
de la altura incontrolable de lo único
¡Disolver la materia!
Ludovicos
intuye el acuerdo de todo ser creado
sus visiones son un punto llameante:
Veo
huevos de miel
espejos de ojos derretidos en un fulgor espléndido
coral
de amapolas
tiburones ciegos arrastrándose en el arenal de las playas
En
la letra incólume vibra la palabra
frecuencia de lo absoluto, una sola
manifestación, pureza
La visión se fragmenta
entonces veo
la vedija otoñal de la ballena atlántica
y acuden a mi estupor
tristezas negras
un hormigueante brindis de abeja reina
El vasto
recorrido del hombre queda liberado en este punto ilímite
Ludovicos
piensa en cantos de magia primitiva
en ocultos centros de poder, en monjes
y alquimistas
La paradoja no es más que un fenómeno del
lenguaje
Y vuelve una y otra vez a esos océanos de paz
expande
su ser
transformando la conciencia en una aureola universal
Por un momento
Edmundo entero se integra
a aquel centro pleno
Vibración, luminoso
estallido
igual a nobles gemas
estandarte de un sabio, calibre de un corazón
Allí
Ludovicos dirige su voluntario peregrinaje
ráfaga de ópalos
chirridos
horrorosos de bocas apretándose
cuánta proximidad
qué
tensión mantiene el misterio
súbita impresión
¡Oh!
la fe
abrazo tejido al baile de criaturas inéditas
al mundo todo
Llegado
al punto de la primera incandescencia
Ludovicos
alcanza con rigor la comprensión
del espíritu humano
el arrebato, esfuerzo desmedido
la esperanza
y el dolor en su vaivén
En este punto intuido por algunos profetas del
verbo
revive el hombre su expresión acabada y eterna
toda su arquitectura
se liberta en oleadas de serenidad
allí permanece despojado de su capa
fabularia
de su máscara de bufón triste
En titánica
desnudez se devuelve penetrante y circular
sumido a ratos en los dictados de
la mecánica de la luz
La soledad no es más que el principio
Superado
el estrecho margen del mundo de las apariencias
Ludovicos vislumbra el pequeñísimo
estallido del ser
su realidad es tan cierta que parece única
Impreciso,
idéntico al recuerdo que roza el júbilo
vemos a Ludovicos
sentado
sobre los pilares de una ciencia secreta
contemporáneo del futuro inmediato
Ludovicos
forastero
del mundo
colmado de nostalgias te lamo ángel transitorio
Sí,
es esta ciencia de respiración y voluntad
lo que te llevará lejos
de aquí
y ya no te será necesario volver a nacer
porque si
la luz solamente te ha rozado
ya has muerto y vuelto a nacer
conciencia
del mundo
tú lo reproduces en oración
reverberan cuerdas
infinitas
notas pulsadas que arrastran la conversación de la vida
Dios
no se parece al alfabeto de su obra
poeta primero de un libro anónimo
el
universo
habitáculo sombrío y grandioso del espíritu humano
Nunca
la puerta que conduce hacia lo desconocido
se abre con estrépito
sus
peldaños son estados del alma
¡Hacéis bien en guardar distancia!
Pero,
a veces
Ludovicos es abandonado a su propia suerte
y los dictados de la
materia lo encarcelan
Siente un vaciarse que no se detiene
sin luz o sombras
sin nada
¡Vacío! ¡vacío!
navegaciones inciertas
abandonado
a los rieles de un tren moribundo
¡Ah! estas furias vienen feroces
pesadillas,
ideas horribles, figuraciones
se abren paso dispuestas a oficiar de guillotinas
hostiles
Sólo la grandeza puede concebir un vacío de igual
intensidad
Llegado a un punto
se quiere ser espantoso, execrable,
siempre desfigurado
y con muecas espantosas alejarse dando saltos
convidando
a una representación fantasmal a la propia existencia
Ludovicos cruza
los brazos, detiene molinos
Gran conocedor de la vibración
profesa
un amor salvavidas y se espanta
Ludovicos no soporta más el asedio de
la realidad
¡Qué vida esta de pájaros asustados y
bestias embrutecidas!
Agolpados en tenebrosas estructuras
si impulso o aliento
abrazados
a un sistema de sistemas de cepos o látigos
Ludovicos
fundador
de la astronáutica de lo invisible
al ir más allá alcanza
un sueño perfecto
atrapa su condición humana en el crisol de
la experiencia
el pensamiento restituye su clara lucidez
pero a veces el
rayo es sangrante y cruel
y torna a Ludovicos en manojos de nostalgia
después
de este golpe de luz
dice:
¡Sé quién soy! ¡Sé
quien puedo ser!
Duerme Ludovicos
monje guerrero de los peregrinos del
porvenir
necesitas de la pureza como Dios de los hombres
Somos muy
poco para ser buenos o malos
Subid por sobre la conciencia general y lo sabréis
Somos
demasiado humanos para contemplar tales categorías
Herido de
gravedad por el lenguaje de la luz
ve en el zumbido de las abejas su anterior
velocidad
planetario y en qué días se suceden estos milagros
así
de errabundo
funda el ejército del gozo permanente
Ya no se viste
de la armadura de creer ser Ludovicos
y persistir en tratos con las sombras
Yo
no amo a los fantasmas que antes me acompañaron
El verdadero pecado
no va contra el hombre
el mal desea a Dios entre sus generales
esto es imperceptible
y
debiera considerarse en travesías como éstas
Imaginad que de
pronto un escorpión estallase en carcajadas
aquello sería malo
mucho
más que el asesinato y la conspiración
A este punto concluyen
corrientes eléctricas
desbocadas
sonidos de peces dorados, voces
de sirenas y estupor
huevos luminosos entrelazados por fibras invisibles
el
hombre en su composición molecular
todos apoyados en la ciencia exploratoria
del aliento
puesto que a cada uno le corresponde un principio refulgente
pero,
pocos persisten
y se entregan a la potencia de esa sangre subterránea
No
todos viven para el polen y el aplauso
Ludovicos
maravillado flotaba
después de su expedición
a esa hora era intermitente como el
grillo
maduro, sin determinaciones apresuradas
Hay vientos mortíferos
que acometen con su capa de silbidos
y faroles de santos en la oscuridad insondable
Ludovicos
ya estaba al tanto de todas las realidades
su cuerpo era un campo de exploración
le
venía Dios como amores incontenibles
y a todas esas ansiedades él
respondía
ya sin palabras ya en silencio
componía en sollozos
de éxtasis
y sonreía con los párpados abrazados a la
estación matinal
Ludovicos
llama perenne y abrasadora
ya había
cruzado su desolación de peregrino
potencia sobre potencia
envidiable
medida
Si yo fuera el canalla que se arrastra
no me dejes
Si yo
me abrazara al placer embriagándome
no me olvides
Si el oro me encandilara
y ya no quisiera pensar en ti
no
me castigues
Si por ti vago y me pierdo en el mundo
es porque
hacia ti voy
Si por ti no amo y me reservo
es porque ya soy tuyo
y jamás
podré olvidar cómo tus manos me moldaban
en aquel tiempo de silencio
y
entre sueños deseaba ampararme en tu regazo
Si sufro es porque
no te hablo y me escuchas
porque no te busco y me encuentras
porque no te
llamo y me esperas
porque cuando maldigo tú me sigues amando.