El bote...
Se mueve mi quilla azulada
en aguas tan espumantes
vientos que son tan cambiantes
corriente tan inesperada,
se vuelve mi frágil madera
una araucaria solemne
para resistir los bríos
de este mar tan insolente...
Levante:
Del sur de los abismos
la luz de espejismos cristalinos
se alza pálida la luna
Se busca en las estampas
remolinos nuevos
se cree en girasoles
se piensa conmociones
y la duda
esa extraña compañía
de ruborosa silueta
se encaja en la conciencia
indecisa de las quimeras
Dicen que la pobreza
es un eje que se ajusta
realidad que se observa y se sentencia
con miles de preceptos
pero No, no es la pobreza un concepto
para aquellos que la viven
es un pan, un río ausente
un ruido molesto y ajeno
puñado de hoyos en el rincón
frió del el estomago
de la dignidad insultada
constante espera
Tu y a veces
A veces, la puerta de la memoria
abre vertientes ocultas en ríos secretos
de íntimas y remotas cascadas,
De pronto, se liberan y se alzan mariposeramente
como multitud de polillas en
dirección suicida de la vela.
Entonces, el hálito de tu abrazo
queda para siempre adherido al aliento
de mi alma vagabunda
Nevada:
Cayó hoy, la mañana
con un extraño fulgor...
La lluvia se puso en flor
y en copo se ha convertido
un corto pero preciso
instante en que allá en el cielo
la luna se deshojó...
y el frío me castigó
por esa extraña alegría
sonó un rugir de campanas
y el silencio me ensordeció...
Menos aire se agolpa
en el pulmón
de tu ausencia
Menos agua tiene
hoy el estanque
y eso
que no ha parado de llover...
Menos latidos
perturban a mi lápiz
ha disminuido
el tamaño de tu imagen
eres tu, menos tú.
me retraigo en mi
la cuneta se yergue
llena de libros pirateados
revoltosa se endereza
ante mis ojos cansados
fatigados ya de andar
mis pasos se detienen
en la avenida desierta
hambrientos los bolsillos
si la pena no alcanza
habrá que estirarla
humos flacos revolotean
en la ciudad incendiada
de luces y sombras amordazadas
la rubrica del tiempo
se nota en cada esquina
si la esperanza no alcanza
abrá que estirarla
Que tu me amas
es un sortilegio (me gusta esa palabra)
que no acierto
a sostener
que tu me amas
me suena
a muralla china
al Everesth en día de luna
al mar puesto de cielo
¿ puede amar
un pez a la luna?
¿cómo podría amar
un rinoceronte
a la abeja?
o la abeja,
¿al oso polar sin lanceta?
¿puede amarse lo desconocido?
y aún
¿ se ama lo conocido?
Si estamos juntos a los 100
habiendo cruzado
el gran fondo submarino
y me vuelves a decir
que me amas,
ten cuidado,
porque entonces, tal vez
te lo crea…
Se abre lentamente el portón
sellado…
ajado por largos años de
oscuro silencio, de amordazada espera
Se abre tan torpe y tardíamente
que crujen sus bisagras con un
ensordecedor Sonido, desafinado y estridente
desentonado, descompuesto y maloliente
A destiempo…a deshora, a deshonra
Más tardío que la misma muerte...
Se ocultan tras su armadura
los sables asesinos, las silentes sotanas,
las sucias corbatas importadas, las negras transacciones,
las cadenas presentes…
manos cobardes sin rostro
se agazapan bajo la enredadera negra
de la conciencia ciega disfrazada de amnesia…
... inocentes rostros, sin manos,
sin voz, sin futuro
Con la mirada infinita
esperan entre las rocas
de las perdidas cuevas,
esperan entre los rieles…
en el vuelo deshonrado de la nieve…
en las olas interminables
de un mar violado y perturbado,
en las teñidas esquinas, en las rojas aceras,
presos en los muros roídos
que violentó el hombre, la bestia
Esperan en la vereda…
a que termine de descerrajarse
y abrirse…
y caiga por fin el cuervo
con su sequito de carroñeras
en las redes del desenlace…
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de Margarita Rojas Parra
