EL
MISTERIO SERRANO
por
Hernán Castellano Girón*
Publicado en una versión
anterior, en Anaquel Austral. cl (septiembre 2005).
Hace un tiempo en diversos medios han aparecido artículos
o noticias que asocian al escritor Miguel Serrano con el recrudecimiento
de grupúsculos nazistas que han provocado y protagonizado fechorías,
golpizas e incluso asesinatos.
Por ningún modo deseamos entrar en polémica en estas
páginas con lo que se ha escrito sobre dichos episodios y su
supuesta relación con Serrano -creemos que dicha relación
se desmiente por sí sola- pero sí queremos ofrecer nuestra
visión sobre la obra de este inmenso escritor por muchos admirado
y por otros vilipendiado, situación que no es rara en "estas
repúblicas del irrespeto y la traición literarias"
(palabras de Neruda en la contraportada de Diez, de Juan Emar).
Quisiéramos referirnos, para empezar, a una de las poquísimas
apariciones personales de Serrano en los medios públicos, por
lo menos en época reciente, esto es la entrevista de
Cristián Warnken en el programa Un Poco de Infinito,
(de TVN Internacional y que al parecer en Chile fue transmitida en
La Belleza de Pensar, pero se trata de un solo programa). Creemos
que ésta es una gran entrevista, y sólo cabe felicitar
a Warnken por haber logrado llevarla a cabo. Como no concernía
sobre las veleidades conyugales y sexuales de Quenita Larraín
o de alguna otra insignificante figura de la farándula -lo
que al parecer es considerado por los directivos de los varios canales
que transmiten en Chile como el más importante tema de discusión
pública- el mero hecho de la puesta en onda de esa entrevista
puede ser considerado un acontecimiento mediático.
Los aspectos cubiertos en ella tienen relación con algunos
de los temas más trascendentales de la existencia humana y
que han sido los favoritos de Serrano en su vasta y singular obra
literaria: la Atlántida, el amor mágico, el tantrismo,
los trovadores, los cátaros, la reina de Saba como encarnación
del eterno femenino, entre muchos otros temas que se pueden resumir
en la a menudo desesperada búsqueda por parte del autor, de
una verdad absoluta que explique nuestra vida dentro de un contexto
evolutivo cósmico expresado en el símbolo y el mito.
Además recurren en la entrevista las proyecciones personales
de la singular y entrañable relación que unió
a Serrano con dos grandes figuras del pensamiento moderno, esto es
Carl Gustav Jung y Hermann Hesse.
No podemos aquí, ni es nuestra intención, desarrollar
o siquiera nombrar los innumerables temas cruzados que se suceden
en dicha entrevista, que posiblemente sobrevivirá como un documento
importante para los estudiosos del futuro, que suponemos todavía
existirán. En cambio, quisiera apuntar brevemente a los libros
mayores que Serrano ha legado a la cultura humana y también
a la historia literaria chilena, un terreno de lucha y divergencia
más encarnizado que la primera (la universal) y muy poco o
nada proclive a reconocer disidentes.
La obra de Serrano se inicia con la Antología del verdadero
cuento en Chile (1938), libro que junto a la Antología
de la poesía chilena nueva de Volodia Teitelboim y Eduardo
Anguita, aparecida tres años antes, configuran lo que habría
de integrar y señalar como la poesía y la narrativa
chilena más esenciales en cuanto a la ruptura de los estereotipos
literarios, los que la crítica tradicional continuó
apoyando por décadas, y a veces hasta ahora mismo.
Si es difícil resumir la entrevista de Warnken, todavía
más difícil es reseñar la densa, vasta y profunda
obra de Miguel Serrano, uno de cuyos grandes temas es la búsqueda
de la identidad chilena, como un corpus etnocultural, recorriendo
en un camino interior que parte del paisaje chileno, lo lleva a la
antártida como continente de mitos perdidos y termina en la
India, para volver otra vez a la universalidad de lo chileno.
En este sentido, el primer libro de la trilogía llamada de
la "búsqueda exterior" hecha por los caminos del
planeta, Ni por mar ni por tierra, es un libro fundamental
para ese propósito de definición -por medio de la imagen
y el mito, pero sobre todo mediante un lenguaje visionario- de lo
que significa esta "fértil provincia, señalada
en la región Antártica famosa". Hace ya muchos
años, Jorge Teillier nos comentaba su respeto y admiración
por Serrano y concretamente definía a Ni por mar… como
"un libro torturado" que explora los más profundos
recovecos del alma chilena, y que inicia la gran búsqueda de
Serrano que se continuaría con Quién llama en los
hielos y el diario/crónica La serpiente del paraíso.
En este extraordinario libro/documento finaliza su búsqueda
para recomenzarla en una dimensión todavía más
honda, en la llamada trilogía de la búsqueda interior,
compuesta por sus últimos libros mayores, antes que se produjera
una especie de "cesura", una polarización por muchos
aspectos incongruente y hasta contradictoria con respecto de toda
la vasta obra mencionada, y que se podría definir como la etapa
en que Serrano se centra en el comentario, el panegírico y
la exploración -que de todos modos hay que reconocer es muy
personal y articulada- de la ideología nazista, incluyendo
su traducción y comentario de Mein Kempf de Adolfo Hitler.
Nos referiremos a esto más adelante.
No se puede dejar de mencionar en la obra de Miguel Serrano, Las
visitas de la reina de Saba, un libro de una belleza singular
tanto en el fondo como en la forma, enriquecido con las espléndidas
ilustraciones de Julio Escámez, y que tiene relación
-dicho en palabras muy simples y sin profundizar en ello- con el tema
del amor eterno, el amor ideal versus el amor cotidiano.
El círculo hermético es otro libro muy importante
para entender todo el ciclo anterior, donde se detalla el diálogo
filosófico e ideológico que el autor mantuvo con Hesse
y Jung, enriquecido con una visión global de los temas trascendentes
cubiertos en su trilogía de la búsqueda exterior. Consolida
aquí Serrano su búsqueda y revisa sus propios mitos
en la perspectiva de su vida y su experiencia.
Sólo el resumir brevemente la obra de Serrano, como así
el comentar sus últimos y polémicos libros donde el
autor explora la faceta que lo lleva a dialogar con un "nazismo"
que más tiene que ver con una mitología sincrética
que con la política propiamente tal -ámbitos que Serrano
en sus años más recientes parece confundir- daría
lugar a un muy largo ensayo, tal vez un libro, pero definitivamente
esta tarea debe ser emprendida bajo el signo de un profundo respeto
y no del escarnio superficial e intrascendente.
Quisiera señalar, como un intento de síntesis de estas
notas, que Miguel Serrano -lejos de ser un simple imitador de Nietzche
o Hesse- es sin duda y sobre todo -como lo fueron Humberto Díaz
Casanueva y Rosamel del Valle, sobre todo este último, un outsider
despreciado por los apoltronados de la crítica y hasta hoy
muy poco comprendido- un anómalo representante para Chile de
una línea que nos lleva directamente al mito órfico,
Ovidio, los gnósticos, Dante Alighieri y su concepción
del amor divino/humano del dolce stil novo, hasta una proyección
en la modernidad, buscando una forma literaria que se confunde con
la propia búsqueda existencial, la encarna plenamente y paga
su precio por ello con su vida misma. El joven poeta de Curicó,
Ernesto Ahumada, lector en profundidad de la obra de Serrano, lo dice
con pocas y claras palabras: "la de Serrano es una obra heredera
del romanticismo, de Nietzche, Jung, Hesse, pero no es copia ni imitación
sino que es parte de ese cordón por afinidad existencial, por
valores y códigos estéticos".
Es tan extraña e incongruente la búsqueda prometeica
de verdades trascendentes, presente en toda la obra mayor de Serrano,
con el panegírico nazista y sus reportadas apariciones como
el tributo anual a Rudolph Hess o el elogio a Hitler, el antisemitismo
visceral o la negativa del así llamado Holocausto -sólo
uno entre tantos holocaustos y ni siquiera el mayor, pero sí
real y no ficcional como lo afirman algunos ideólogos del nazismo
y al parecer Serrano lo acoge en uno de sus opúsculos de esa
temática- que parecieran concurrir en una sola persona, dos
seres humanos diferentes.
Como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, o como el "Lado B" del personaje
de Versus, el reciente e interesante "culebrón"
de TVN , en Miguel Serrano parecen convivir el ángel y el demonio,
ambos en función mistagógica tanto individual como colectiva.
La edad provecta alcanzada por el maestro, en vez de acercarlo a la
luz, pareciera haberlo dividido en dos mitades de luz y sombra.
Es muy triste, por ejemplo, ver al maestro Serrano rodeado de parafernalia
nazi en una escenografía de pesadilla, con la foto del odioso
cabo Adolfo al fondo. Serrano afirma que "ser nazi" es "tratar
de hacer trabajar el lado derecho del cerebro […] para tratar de tener
contacto con los que antiguamente llamarían los dioses, llamémoslo
los arquetipos" (artículo de El Mostrador, recogido en
Proyecto Patrimonio). Esta personalísima interpretación
de Serrano no puede estar más equivocada y probarlo no requiere
mayor análisis. Basta una lectura justa de los hechos de la
historia, reciente y no tan reciente. Estamos ciertos que la veneración
de Serrano por los jerarcas del nazismo no es más que una lamentable
tergiversación de esa vía gnóstica y órfica,
la del conocimiento esotérico y alquímico profundo,que
siempre llevaron a un perfeccionamiento humano, y no a la degradación
del crimen y el odio racial.
Todo ello produce dolor, mucho dolor, porque acabamos apenas de leer
dos de sus obras mayores Ni por mar ni por tierra y La Serpiente
del Paraíso y su lectura nos conmovió como nunca,
por haber llegado también nosotros al Umbral donde su alma
iluminó una senda oscura y muy difícilmente transitable.
Al fin, éste es su legado perdurable, el que nos devela la
parte más esencial del misterio Serrano, devolviéndolo
a la vez a un misterio mayor: el de nuestra existencia en la pluralidad
de los mundos.
No obstante aquello, igualmente podemos afirmar que Miguel Serrano
es uno de los grandes maestros vivientes de la literatura chilena
junto a Nicanor Parra, Gonzalo Rojas y Volodia Teitelboim. En un arranque
de contumacia, se podría especular si Serrano debiera ser el
próximo Premio Nacional de Literatura 2006.
Por merecimiento literario, debía ser sin duda alguna el primero
de la lista, pero los escrúpulos de la political correctness
(hay que decirlo en inglés para que suene bien) que sabe ser
tan "correcta" como hipócrita o sibilina, seguramente
le negarían apriorísticamente su postulación
al galardón.
Es que nosotros premiaríamos su Lado A, y su lado B, que convive
con el primero, nietzchianamente y blakeanamente en su ánima
siempre venerable, nos dificulta a veces reconocerlo, como si lo viéramos
en un espejo trucado de un Palacio de la Risa abandonado en la infancia
y recobrado en la edad presente, mucho menos venturosa.
* Hernán Castellano Girón
(Coquimbo, 1937) es escritor y profesor emérito de Literatura
Hispanoamericana en la Universidad de California, EE.UU.