Diego Muñoz
 
 



El amor ausente o todo el amor en los ojos


Diego Muñoz Valenzuela intenta en su novela, la primera, una respuesta a lo que todos en Chile aún nos preguntamos: ¿Qué nos pasó?


por Roberto Rivera Vicencio

..... Diego nació el ´56, es decir, con un pie en dos mundos: el Chile provinciano de carretelas y el vertiginoso mundo de la televisión, los computadores, la imagen instantánea y el fin definitivo de las verdades absolutas. Su generación, si la hubiera, corrió la misma suerte, buscó el mismo "amor", el mismo "París ´68", creyó que escuchaba a "Los Beatles" cuando superponía un tango; creyó en la posibilidad -como si fuera la realidad misma- del sexo como en la liberación más definitiva. Hoy, consciente del espejismo, nos sorprende con "Todo el Amor en sus Ojos", una novela que indaga hombre adentro y afuera en una extraña mezcla de nostalgia, autocompasión, verdad dura, desencanto, y siempre, siempre, el "amor en los ojos".
..... -No creo que haya incomprensión, sino desconocimiento. La literatura chilena, toda novela que no toque el tiempo que nos tocó vivir y hace caso omiso, diría que no me interesa, porque como literatura también se diluye -dice Diego, tranquilo, pesando cada una de sus palabras-. Hay un grupo que ha trabajado sobre esto, que no se ha dado a conocer, que permanece aislado.

-¿No será que Chile no quiere asumir a esa gente y a ese periódo?
-De repente me lo pregunto. Pareciera que la tendencia es esa, olvidar, pero no creo que sea muy sano. La literatura da la opción de meditar más profundamente, humanamente. Nosotros tenemos que dar cuenta de ese periódo, que supera con mucho lo político.

-En tu novela hay una estructura de mosaico, superpuesta; los capítulos que refieren la historia del estudiante del colegio, tiempo atrás, y en los cuales no existe meditación alguna, no hay límite, todo se dispara en una celebración carnavalesca, una nihilista bajada de telones. ¿Qué relación existe entre esta estructura de mosaico, de raccontos, y una aparente falta de identidad en Chile?
-Estamos lejos de proponer identidades. La realidad misma se vuelve fragmentaria. Creo que hace falta reflexionar mucho sobre ésto. Hay que ahondar más. Hay que urgar en ese terreno, hay que formar una información; hay ópticas muy distintas; por eso, hay muchas cosas que la novela no toma en serio; sin embargo, la información está aportada. El que hace 25 años tiene una mirada y un actuar que nada, absolutamente nada, tiene que ver con lo que viene. Tal vez eso. Sí, eso es lo importante.

-Bueno la novela parte cuando el narrador-personaje se cambia el nombre: elige llamarse Ulises, no sabe si por Joyce o por Homero... Hay una cuestión política, pero, además, ¿no habría un desconocerse en los nuevos tiempos?
-Claro. Comienza el viaje, no sé si al día, al presente más presente, o a la epopeya; ambas cosas se entrecruzan. El lector descifrará; el personaje necesita un nuevo nombre, Joyce u Homero; él necesita un nuevo nombre: en ello le va también la vida.

-¿Y la desmesura en el lenguaje, hasta casi el intento de sostenerse en sí mismo, sin referentes?
-Por ahí llegamos al realismo, no al viejo realismo como escuela, sino al realismo como tendencia. La literatura siempre evoluciona al realismo, es decir, pese a todo lo que cambie, siempre es más realista, aunque la tendencia ahora tenga otro nombre; aunque se llame minimalismo, su evolución ha sido realista. El lenguaje es otro recurso más, no el único; es una forma de expresar, un juego; digamos, es cierto.

-Incluso llegar al comics.
-Nosotros nacimos con el comics, no excatamente, pero sí en la historieta.

-La pregunta, entonces, es: ¿Por qué la novela hacia sus tres cuartas partes comienza a perder el juego lúdico del lenguaje, la estructura de mosaico, y se sume poco a poco el personaje en la soledad más total y ya no hay juego, sólo soledad y lluvia, el personaje se encuentra con su desencuentro?
-Claro, en el final se va para adentro, quizás de una manera más romántica. Es el contraste. La manera de operar es ésa. Creo que cuando hablábamos de la identidad, algo tiene que ver con esto; son las dos cosas: la mirada es una y otra a la vez. Es una forma de sobrevivir, es una resultante, una fractura que hay que desentrañar, y es como lo voy desentrañando.

-Pero el personaje ha perdido todo: la mujer de sus sueños, sus estudios, sus padres, sus compañeros; la muerte, por así decir, le hace un guiño desde lo oscuro del cuarto... donde está sepultado.
-Sí, el personaje ha perdido todo, pero no ha perdido los sueños, la posibilidad. Este es un anuncio, es el momento último y lo va a superar. La mujer de sus sueños era sólo un sueño de él; él no veía a nadie, es el fin del viaje también, Joyce u Homero, su vida está destruida, pero fíjate: ya ve la nueva mujer, la morena aparece y a esta sí que va a conocerla, estará en él y en ella.

-¿Sí?
-Seguro, pero ésa es otra novela.

-¿Y la fractura, los personajes tronchados?
-La historia de los hechos es muy fuerte; lo horroroso, esa conciencia, es como nacer de nuevo, por tercera vez, ahora con el nombre correcto y el amor en los ojos.

-¿Cuál amor?
-El amor a la vida.

..... Diego Muñoz, uno de los escritores más importantes de su generación, hoy vicepresidente de la Sociedad de Escritores, logra, con esta novela, ubicarse entre las lecturas ineludibles.
.....
"Todo el Amor en sus Ojos" es una novela divertida y dolorosa, pero más que nada, una novela necesaria, una novela que nos estaba haciendo falta.
(249 páginas, Mosquito editores.)

 

en Las Ultimas Noticias
27 de mayo de 1991



 

 
 

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letras.s5.com , proyecto patrimonio, DIEGO MUÑOZ: El amor ausente o todo el amor en los ojos. Entrevista, por Roberto Rivera Vicencio, en Las Ultimas Noticias, 27 de mayo de 1991.

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