|
.............
Autorretrato
Considerad, muchachos, Este gabán de fraile
mendicante: Soy profesor en un liceo obscuro, He perdido la voz
haciendo clases. (Después de todo o nada Hago cuarenta horas
semanales). ¿Qué les dice mi cara abofeteada? ¡Verdad que
inspira lástima mirarme! Y qué les sugieren estos zapatos de
cura Que envejecieron sin arte ni parte.
En materia de ojos, a tres metros No reconozco ni a mi
propia madre. ¿Qué me sucede? -¡Nada! Me los he arruinado
haciendo claes: La mala luz, el sol, La venenosa luna
miserable. Y todo ¡para qué! Para ganar un pan
imperdonable Duro como la cara del burgués Y con olor y con
sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres Si nos dan una muerte de
animales!
Por el exceso de trabajo, a veces Veo formas extrañas en el
aire, Oigo carreras locas, Risas, conversaciones
criminales. Observad estas manos Y estas mejillas blancas de
cadáver, Estos escasos pelos que me quedan. ¡Estas negras
arrugas infernales! Sin embargo yo fui tal como ustedes, Joven,
lleno de bellos ideales, Soñé fundiendo el cobre Y limando las
caras del diamante: Aquí me tienen hoy Detrás de este mesón
inconfortable Embrutecido por el sonsonete De las quinientas
horas semanales.
.............. .............. ..
Soliloquio
Del Individuo
Yo soy el
Individuo. Primero viví en una roca (Allí grabé algunas
figuras). Luego busqué un lugar más apropiado. Yo soy el
Individuo. Primero tuve que procurarme alimentos, Buscar
peces, pájaros, buscar leña (Ya me preocuparía de los demás
asuntos). Hacer una fogata, Leña, leña, dónde encontrar un
poco de leña, Algo de leña para hacer una fogata, Yo soy el
Individuo. Al mismo tiempo me pregunté, Fui a un abismo
lleno de aire; Me respondió una voz: Yo soy el
Individuo. Después traté de cambiarme a otra roca, Allí
también grabé figuras, Grabé un río, búfalos, Grabé una
serpiente Yo soy el Individuo. Pero no. Me aburrí de las
cosas que hacía, El fuego me molestaba, Quería ver
más, Yo soy el Individuo. Bajé a un valle regado por un
río, Allí encontré lo que necesitaba, Encontré un pueblo
salvaje, Una tribu, Yo soy el Individuo. Vi que allí se
hacían algunas cosas, Figuras grababan en las rocas, Hacían
fuego, ¡también hacían fuego! Yo soy el Individuo. Me
preguntaron que de dónde venía. Contesté que sí, que no tenía
planes determinados, Contesté que no, que de allí en
adelante. Bien. Tomé entonces un trozo de piedra que
encontré en un río Y empecé a trabajar con ella, Empecé a
pulirla, De ella hice una parte de mi propia vida. Pero esto
es demasiado largo. Corté unos árboles para navegar, Buscaba
peces, Buscaba diferentes cosas, (Yo soy el
Individuo). Hasta que me empecé a aburrir nuevamente. Las
tempestades aburren, Los truenos, los relámpagos, Yo soy el
Individuo. Bien. Me puse a pensar un poco, Preguntas
estúpidas se me venían a la cabeza. Falsos
problemas. Entonces empecé a vagar por unos bosques. Llegué
a un árbol y a otro árbol; Llegué a una fuente, A una fosa
en que se veían alguans ratas: Aquí vengo yo, dije
entonces, ¿Habéis visto por aquí una tribu, Un pueblo
salvaje que hace fuego? De este modo me desplacé hacia el
oeste Acompañado por otros seres, O más bien solo. Para
ver hay que creer, me decían, Yo soy el Individuo. Formas
veía en la obscuridad, Nubes tal vez, Tal vez veía nubes,
veía relámpagos, A todo esto habían pasado ya varios
días, Yo me sentía morir; Inventé unas máquinas, Construí
relojes, Armas, vehículos, Yo soy el Individuo. Apenas
tenía tiempo para enterrar a mis muertos, Apenas tenía tiempo
para sembrar, Yo soy el Individuo. Años más tarde concebí
unas cosas, Unas formas, Crucé las fronteras Y permanecí
fijo en una especie de nicho, En una barca que navegó cuarenta
días, Cuarenta noches, Yo soy el Individuo. Luego
vinieron unas sequías, Vinieron unas guerras, Tipos de color
entraron al valle, Pero yo debía seguir adelante, Debía
producir. Produje ciencia, verdades inmutables, Produje
tanagras, Di a luz libros de miles de páginas, Se me inchó
la cara, Construí un fonógrafo, La máquina de
coser, Empezaron a aparecer los primeros automóviles, Yo soy
el Individuo. Alguien segregaba planetas, ¡Arboles
segregaba! Pero yo segregaba herramientas, Muebles, útiles
de escritorio, Yo soy el Individuo. Se construyeron también
ciudades, Rutas Instituciones religiosas pasaron de
moda, Buscaban dicha, buscaban felicidad, Yo soy el
Individuo. Después me dediqué mejor a viajar, A practicar, a
practicar idiomas, Idiomas, Yo soy el Individuo. Miré por
una cerradura, Sí, miré, qué digo, miré, Para salir de la
duda miré, Detrás de unas cortinas, Yo soy el
Individuo. Bien. Mejor es tal vez que vuelva a ese
valle, A esa roca que me sirvió de hogar, Y empiece a grabar
de nuevo, De atrás para adelante grabar El mundo al
revés. Pero no: la vida no tiene sentido.
Epitafio
De estatura
mediana, Con una voz ni delgada ni gruesa, Hijo mayor de
profesor primario Y de una modista de trastienda; Flaco de
nacimiento Aunque devoto de la buena mesa; De mejillas
escuálidas Y de más bien abundantes orejas; Con un rostro
cuadrado En que los ojos se abren apenas Y una nariz de
boxeador mulato Baja a la boca de ídolo azteca -Todo esto
bañado Por una luz entre irónica y pérfida- Ni muy listo
ni tonto de remate Fui lo que fui: una mezcla De vinagre y
de aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!
|
|
|
|