Nicanor
Parra publica “Discursos de sobremesa”
“El
discurso ideal es el que no dice nada”
Por
Leonardo Sanhueza
Las Ultimas Noticias. Viernes 23
de junio de 2006
Tras
veinte años de sacarle el cuerpo a la publicación de un nuevo libro
de poemas, el escritor entrega un “elefantástico” volumen con el que hace
añicos su silencio.
Desde
la aparición de “Hojas de Parra”, hace ya más de veinte años,
Nicanor Parra había permanecido en un silencio que pasaba raspando lo sepulcral,
al menos en lo que a publicación de poemas se refiere. Enfrascado en sus
traducciones de “El rey Lear” y “Hamlet”, y en una que otra exposición
de sus artefactos visuales, el poeta de Las Cruces parecía estar postulando
a recuperar su virginidad editorial y se limitaba a incluir uno que otro texto
inédito en revistas y antologías.
Veinte
años de mutismo no es poco y Parra ha decidido, como se suele decir en
estos casos, romper el silencio. Bajo el sello de Ediciones Universidad Diego
Portales -y mientras se cocinan en España sus obras completas, que saldrán
del horno en octubre-, ahora aparece “Discursos de sobremesa”, una contundente
y -como diría él- “elefantástica” colección de poemas
fechados entre 1991 y 1997, dividida en cinco tandas o discursos que el autor
compuso para determinadas ceremonias en las que él era el orador principal.
El
“discurso de sobremesa”, vieja costumbre de club radical, es básicamente
una cháchara, un cantinfleo lleno de frases hechas con que se arregla el
mundo hablando mucho sin decir nada. Parra se apropia de esa forma y la adopta
casi como un género literario, un subgénero antipoético que
tiene como antecedente “Sermones y prédicas del Cristo de Elqui”.
El
primer discurso, titulado “Mai mai peñi”, fue escrito para la recepción
del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en noviembre
de 1991, en Guadalajara. La ocasión le da pie a Parra para hablar, por
supuesto, de Juan Rulfo (“Comparados con Rulfo/ Nuestros escritores parecen volantines
de plomo”), de los premios literarios (“Los premios son para los espíritus
libres/ Y para los amigos del jurado// Chanfle/ No contaban con mi astucia”) y
de los discursos (“El discurso ideal/ Es el que no dice nada/ Aunque parezca que
lo dice todo”), lo que no quita que hable también de la poesía,
de la cultura posterior a Auschwitz, del consumismo, de la liberación de
la mujer, de los derechos humanos, del cristianismo y hasta de los bostezos y
ronquidos que salen del auditorio: “Veo que se me están quedando dormidos/
Ésa es la idea”.
En otras
partes del libro, Parra aprovecha la concesión del doctorado honoris causa
por la Universidad de Concepción para abominar de los grados académicos
o la del Premio Luis Oyarzún en Valdivia para explayarse acerca su amigo
Luis Oyarzún, aunque también medita acerca del extraño papel
que le toca hacer en esa ocasión: “Hay un método infalible/ Para
hacer trabajar gratis a un viejo/ Por arruinado o achacoso que esté:/ Otorgándole
un premio literario/ Premio Luis Oyarzún por ejemplo/ Que de premio no
tiene + que el nombre”.
Uno de
los discursos más notables del conjunto es sin duda “Also sprach Altazor”,
escrito en 1993 y leído en Cartagena durante la celebración del
centenario del nacimiento de Vicente Huidobro. Allí, Parra da una pormenorizada
cuenta de la personalidad verdaderamente excepcional de Huidobro, subrayando sus
excentricidades, su egolatría y sus torpezas, a la vez que sacándose
el sombrero ante todas las cualidades que lo han convertido en uno de los autores
fundamentales de la poesía chilena. Dice por ahí: “Cómo se
explica/ Sr Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile/ Que no le den el
Premio Nacional/ So pretexto de que está muerto!/ Ojalá los amigos
sepultureros/ estuvieran tan vivos como él”.
Párrafos
marcados
El
que murió más joven fue Huidobro A los 55 Lihn a los 58 La
Mistral a los 68 Neruda a los 69 Moraleja: Los inmortales no llegan a
los 70 Analfabestias .............. .. ......
bárbaros Extraterrestres!: Demolieron la casa de Huidobro Qué
me propongo hacer con tanta plata? Lo primero de todo la salud En segundo
lugar Reconstruir la Torre de Marfil Que se vino abajo con el terremoto Ponerme
al día con impuestos internos Y una silla de rueda x si las moscas
| Demasiadas
estrellas Al Creador se le pasó la mano Con la mitad hubiera
habido de sobra Te pareces a Dios Le decía Luis Oyarzún Al
locutor indeseable: Estás en todas partes & nadie te puede ver Arte
poética 1% de inspiración 2 de transpiración &
el resto... ........... .......... suerte Total
cero Todo se redujo a nada Y de la nada va quedando poco Oremus
|