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Nicanor Parra cumple 90 años
La antipolítica de Parra


Por Gabriel Pardo
El Mercurio, Domingo 5 de Septiembre de 2004

Pasó de las parrandas literarias a adherir a la revolución cubana. Visitó a la esposa de Richard Nixon en los setenta y al mismo tiempo proclamó la lucha antiimperialista. Apoyó el golpe militar y luego denunció las violaciones a los Derechos Humanos con sus "artefactos". Fue un artista por el "No" y hoy suma su voto a la candidatura presidencial del senador Fernando Flores.

"Don Nicanor, ¿conversemos un minuto de política?". Parra, sentado en un sillón de la Universidad Diego Portales, tras el lanzamiento de "Lear Rey & Mendigo", no alcanza a escuchar la pregunta cuando ya está levantado y corriendo a saltitos para refugiarse en otro sofá, sin emitir palabra. El antipoeta no tiene deseos de hablar, pero su historia habla por si sóla de los conflictos que su poesía y sus acciones le han traído en la arena política.

Escribir por ejemplo, "la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas", no le hacía mucha gracia en la década del setenta a los comprometidos con causas revolucionarias ni a derechistas acérrimos. Pero eso no es todo.


Parra verde olivo

Desde que dejó su natal Chillán en 1932 y partió a Santiago para cursar sus Humanidades en el Internado Nacional Barros Arana —tras un frustrado intento de ingresar a la Escuela de Carabineros— el joven Parra, circunspecto y ordenado, se caracterizó más por su dedicación al estudio que por su interés en la contigencia política.

"Recuerdo que a los 18 ó 20 años Nicanor era de izquierda, pero nunca le interesó participar de las concentraciones ni marchas como a nosotros", dice Eduardo Parra, su hermano músico que desde la década de los treinta recuerda haber asistido, junto a Violeta y Roberto, a las marchas que el Partido Comunista realizaba en Chillán y Santiago.

La meteórica carrera de Parra en el mundo académico lo mantuvo ocupado. En los 50, se limitaba a compartir tertulias literarias en el Parque Forestal. Eran sus tiempos de "anarcoide".

Sólo a partir de los 60, revolución cubana mediante, comenzó a adherir a los ideales del "Che" Guevara y Fidel Castro, pero lejos de militancias partidistas, recuerda su amigo, el poeta Floridor Pérez. Serían años de gran actividad en los que viaja dando recitales por La Habana, Moscú, Leningrado y también por Estados Unidos. Obtiene reconocimiento de los escritores de la generación beat en Norteamérica y es visto como un intelectual de izquierda.

Pero la revolución poética que protagonizaba pronto le trajo conflictos con quienes lo creían un aliado en las lides ideológicas.


Un té con la esposa de Nixon

A comienzos del año 70, poco después de haber alcanzado la gloría con el Premio Nacional de Literatura, visitó Estados Unidos. Y en el marco del Encuentro Internacional de Escritores convocado por la Biblioteca del Congreso, en Washington, participó de una reunión social junto a otros literatos. Se trataba nada menos que de una cita en la Casa Blanca con la esposa del presidente Richard Nixon, Patricia. Eran los tiempos de la invasión norteamericana en Camboya.

Parra intuía que sería un tema peliagudo. Días antes de asistir les comentó de la invitación a sus amigos Luis Oyarzún y Enrique Lafourcade en un bar de Nueva York. Cuenta este último que les pidió consejos. Les preguntó qué debía hacer. Ambos le dijeron que le convenía no asistir, pero, según recuerda el autor de "Palomita Blanca", el antipoeta decía con humor que no iba a tener otra oportunidad de reunirse con la esposa de un presidente de los Estados Unidos.

Finalmente concurrió a la cita, que para él tenía un carácter "cultural". El resto del mundo no pensó lo mismo.

A su regreso al país las críticas arreciaron. Miembros de La Sociedad de Escritores de Chile, liderada por Luis Merino Reyes, se trenzaron en una áspera polémica con él. Lo llamaron "ególatra", "gusano" y "bellaco".

Pero habría un golpe más fuerte. Cuba reaccionó rápidamente y el 13 de mayo "La Casa de las Américas" de La Habana lo inhabilitó para actuar como jurado en el respetado Concurso Literario Internacional que auspiciaba el régimen de Castro. Parra apeló a la decisión enviando un cablegrama que señalaba que su reunión en la Casa Blanca "había sido el 15 de abril, período en que hubo la promesa del retiro de las tropas yanquis de la invasión inaceptable a Camboya".

En su desesperación, el vate concluyó: "Apelo a la justicia revolucionaria. Solicito la rehabilitación urgente. Viva la lucha antiimperialista de los pueblos oprimidos, viva la revolución cubana. Viva la Unidad Popular". La respuesta de Cuba fue otro cablegrama: "Ya que usted apela a la justicia revolucionaria, como revolucionarios condenamos su confianza en el imperialismo".

Finalmente, optó por responder antipoéticamente al rechazo: "Si Fidel fuera justo, debería creer en mí tal como yo creo en él. La Historia me absolverá".

Su escritos también eran objeto de sospecha. Los "artefactos" que empezó a publicar en revistas como "Arúspice" no agradaban nada a los sectores más duros de la izquierda. Que escribiera "Cuba sí; Yanquis también" era visto como un insulto. Él explicaba que esos eran "parlamentos dramáticos" y "no pronunciamientos políticos".


El parricidio

Nicanor Parra y Pablo Neruda habían sido buenos amigos. El autor Nobel fue una especie de padre literario para el vate chillanejo: se encargó de prologar su libro capital, "Poemas & Antipoemas" el año 54. Incluso llegó a decir en un congreso internacional que habían tres poetas en Hispanoamérica: Darío, Huidobro y Parra.

Pero las diferencias políticas y la gran lucha de egos generó roces entre ambos.

"Según Jorge Teillier, en los 70 Neruda afirmaba que el antipoeta sostenía una campaña internacional anti-Neruda, por lo que haría caer todo su poder sobre el señor Parra", rememora el poeta Francisco Véjar, quien oyó de boca del fallecido Teillier el comentario.

Los mismos conflictos conoció el narrador y ensayista Claudio Giaconi. En los tiempos en que Neruda era precandidato a la presidencia llegó a la Hostería Santa Elena de Isla Negra junto a su mujer, Matilde Urrutia, y Volodia Teitelboim. Parra, quien en ese momento departía con Giaconi, no se levantó a saludarlos. Aparentemente, ya sabía de los dichos nerudianos.

Los desaires no terminarían. Tras su muerte, Nicanor concurrió a la casa del Nobel para dar el pésame a Matilde. Pero a tanto había llegado su enemistad que ella no lo hizo pasar siquiera y le reprochó hasta que fuera sin corbata, cuenta el escritor Luis Sánchez Latorre.


Nicanor en el "inxilio"

Tras el golpe militar de 1973, vivió sus más grandes contradicciones.

La Universidad de Chile fue intervenida por los militares, sus académicos fueron exonerados y muchos partieron al exilio. Él, en cambio, aceptó sin problemas un cargo directivo en la Facultad de Filosofía y Humanidades.

Sánchez Latorre por esos días dejó una nota en el automóvil escarabajo del antipoeta cuando lo vio en las afueras del ex Pedagógico. "Mira dónde te encuentro", decía, medio en broma y medio en serio. Él nunca le respondió.

Desde fuera de Chile, incluso a los amigos del vate, el nombramiento les causó gran desconcierto.

Federico Schopf, quien había sido exonerado y exiliado a Alemania, preparaba una antología del autor: "Al enterarnos de la noticia incluimos en el prólogo del libro que él permanecía en Chile y al parecer había aceptado un cargo. No era una denuncia ni nada parecido, pero a Nicanor no le gustó que lo hiciéramos", dice.

Mientras, el resto de la familia Parra, que había participado activamente de la UP, se refugiaba y salía de la vida pública. Eduardo, su hermano, cuenta que perdieron contacto con Nicanor.

En ese período, la relación con dos de los hijos de su hermana Violeta —Ángel e Isabel—, el primero detenido y la segunda exiliada, se habría resentido.

En todo caso, pronto renunció a su cargo académico —asegura el poeta Jaime Quezada— y se sumió en un gran ostracismo en sus casas de La Reina y Las Cruces. Esa soledad era morigerada por las visitas de escritores más jóvenes que no dejaron de admirarlo pese a sus diferencias políticas.

En 1977, se montó la obra teatral "Hojas de Parra" con textos de su autoría en la carpa La Feria de Providencia. En parte del espectáculo se proclamaba candidato presidencial a "Mister Nadie". Una noche, desconocidos lanzaron antorchas con bencina sobre la lona.

Manuel Silva Acevedo relata que el estado de alerta en que vivía lo llevó a esconder estratégicamente las pertenencias más preciadas de su fallecida hermana Violeta por si su casa en La Reina era registrada. "Nicanor había sido anti-UP y anti-Allende, pero me impresionaba la visión que desplegaba a partir de su poesía, que era mucho más profunda que las opiniones sesgadas que se tenían en esos tiempos", dice Raúl Zurita. Años después, el verano del 96, Parra reconocería en una reunión de amigos que estuvo de acuerdo con la intervención militar. Pero no con las "atrocidades" que se cometieron después.

Eso explica que su actividad creativa se convirtiera en una mordaz crítica a las violaciones a los Derechos Humanos. Versos como "Ayer/de tumbo en tumbo/hoy/de tumba en tumba" forman parte de su antología de Poesía Política, publicada en 1983.

Sin embargo, los ataques de la izquierda no cesaron. Volodia Teitelboim lo acusaba de apoyar a Pinochet y obtenía una respuesta al más puro estilo parriano. En "Yo partidario de la dictadura?" le espetó "lo siento mucho camarada Volodia/no soy yo/ son ustedes los que se quedaron atrás/ socialistas y capitalistas del mundo unios/ antes de que sea demasiado tarde". Hoy el aludido opina que ese ya es un capítulo cerrado.

Así y todo, el eterno candidato al Nobel ha dicho en reiteradas oportunidades que recibió ofertas para comandar ministerios y embajadas de parte de Pinochet.


"Florecer con Flores"

Pero la tormenta ya pasó. A fines de los 80 se sumó al Frente Amplio de Intelectuales por el "No" y su cercanía con la Concertación no causó gran revuelo.

Tampoco recibe las críticas arteras de antaño y sólo sabe de reconocimientos nacionales e internacionales.

Incluso, parece haberse convertido en una especie de símbolo de la reconciliación nacional. Con tranquilidad, apoya públicamente al Presidente Lagos y recibe en su casa de Las Cruces al ex ministro del régimen militar y rector de la Universidad Diego Portales, Francisco Javier Cuadra.

Para él, no hay nada "más práctico que un país neoliberal administrado por socialistas". O al revés: "Un país socialista administrado por momios".

Este año sorprendió a todo el mundo sumándose a la candidatura presidencial del senador Fernando Flores (PPD). Y no se ahorró loas: "Con él nos vamos a las nubes. Está jugando a perdedor, lo sé. Pero, Flores es nuestra última esperanza... a florecer con Flores es la consigna."

El candidato podrá perder, pero sin duda, el nonagenario ya tiene sus votos asegurados. Hoy la consigna parece ser: "Parrianos y antiparrianos unidos jamás serán vencidos".

 

 

VERSOS POLÍTICOS


Sobre el régimen militar:

"PERDÓN Sí
Paredón no...".

"De aparecer apareció
pero en una lista de
......................... desaparecidos".


Sobre la libertad de expresión:

"A ver a ver tú
que eres tan diablito ven para acá
—¿Hay o no hay libertad de expresión en este país?
—Hay
ay
ááááy".


Sobre posiciones políticas:

"HASTA CUANDO
SIGUEN FREGANDO
LA CACHIMBA
yo no soy derechista ni izquierdista
yo simplemente rompo con todo".

"SI EL PAPA NO ROMPE CON U.S.A.

si el Kremlim no rompe con USA
si Luxemburgo no rompe con USA
por qué demonios voy a romper yo

alguien podría tener la amabilidad de decirme
por qué demonios voy a romper yooo...!!!"

(De "Poesía Política", 1983)


Sobre Fernando Flores:

"Orden del día, votar por Fernando Flores.
Preferible perder con un filósofo que ganar con un
gato del montón".

(Inédito)

 
 

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La antipolítica de Parra.
Por Gabriel Pardo.
Fuente: El Mercurio
Domingo 5 de septiembre de 2004.