Trabajando
con mi padre
POR
COLOMBINA PARRA
Revista
El Sábado de El Mercurio, 22 de julio de 2006
Me
interesa mucho trabajar con él porque siento que el modo en que enfoco
la arquitectura y la música tiene que ver con la manera en que él
arma sus frases. Frases que nacen de la necesidad y no del cálculo. Veo
la música más como necesidad y no como un arte revelador. Mientras
más cercana a la necesidad, creo es más potente.
La verdad
es que me cuesta mucho mirarlo como papá cuando me enfrento a su obra.
Deja de ser mi padre, automáticamente me conecto con su obra tal como lo
haqo con Sonic Youth, con Zaha Hadid, con Joseph Boyle o Toyo Ito.
Cada
vez que me enfrento a un nuevo proyecto es como si me tirara un salto al vacío.
Eladio Dieste decía: "Cómo hacer para que este salto al vacío
tenga más de vuelo que de caída" y creo que en cierta forma
la respuesta está un poco en el método de los antipoemas y de los
trabajos prácticos. Tiene que ver con lo que mi padre llama el método
de las variables ocultas, que se hace cuando todo ya está inventado. "Encomendarse
a las variables ocultas". De ahí puede salir algo. Es fácil
explicarlo a través de la música. Si yo busco una melodía,
esa melodía pasa por un proceso mental equis, que seguramente ya ha sido
digerido.
Ahora, si a través de unas notas cualquiera de la guitarra,
combinadas al azar, superpongo una melodía, se produce una variable que
yo no manejo. De esa variable aparece algo insólito que es muchísimo
más interesante que lo que yo podría hacer.
O sea, es más
potente lo que se hace solo.
El único momento en que yo entro en
acción es en el momento de decidir que de eso que está apareciendo
yo registro. O sea, yo paso a ser un simple espectador que registra ciertos momentos.
Es así como trabajo con la música y creo que es lo que más
me une a la obra de mi padre.
En el caso de los trabajos visuales, se trata
de dos elementos que explotan a través de sus relaciones. Cada trabajo
así es una especie de ecuación detonante, un bigbang en vías
de quedar congelado. Me interesa su manera de trabajar con frases hechas, con
basura, con objetos muertos que descansan en un significado. Él les devuelve
la vida a través de la palabra y los transforma en objetos de valor. El
objeto ya no tiene un significado sino varios, o ninguno. Me interesa la polémica
que logra con nada. Bolaño dijo "Parra escribe como si al día
siguiente fuera a ser electrocutado". Y eso es Parra.