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Poetas en regiones:

Tres jóvenes voces de Atacama


Por Guillermo Martínez Wilson.

 


La creación poética en Chile es, además de generosa, señera. Marca un claro hito en la lengua española en el último siglo. Somos un país pródigo en estas artes y éstos son nuestros mejores logros internacionales. Y es bueno que los otros nos conozcan más por nuestra poesía que por otras cosas.

Nada representa mejor a nuestro país que la poesía y además en ella se magnifica todo el espectro de lo que es nuestra tierra, incluso los artículos de exportación, el vino, el cobre, las frutas y verduras que nacen abundantes y fragantes, esta todo reflejado en los poemas de nuestros autores.

Todo el paisaje chileno variado y exuberante se exalta en los cantos de nuestros poetas. Además sus pasiones, sus amores y sus miserias. La poesía en Chile se liga a la tradición propia y de otras culturas, somos herederos del Siglo de Oro español, con Góngora, Quevedo y Lope de Vega. Incluso más atrás, a los balbuceos del idioma en el siglo once con Gonzalo de Berceo y las canciones de gesta. El poema del “Mío Cid” nace por esa época; la influencia de la poesía árabe y judía en España, perdura aún, en el canto popular.

Viejas formas están vivas en el canto a lo divino en nuestro pueblo y afloran en el folclor. Y ahora en Chile el renacer de las lenguas originales el Mapudungun o Mapuche, que es un acontecimiento en la tradición del país, una especie de revelación de la existencia entre nosotros de poetas bilingües, que nos presentan una poesía que estaba oculta, reprimida.

A nuestros grandes poetas del siglo pasado, para magnificarlos, caemos en la herejía de clasificarlos utilizando clasificaciones futboleras: Poetas de ligas mayores y poetas de ligas menores y después una infinitud de poetas de tiempo libre y de los más variopintos pelajes. Y es natural, la abundancia de admiradores, que por lo demás son necesarios, más bien indispensables, todo culto debe tener sus acólitos y quizás sea esa la explicación del exceso de publicaciones poéticas, que en Chile supera a otros géneros.

Por aquella admiración que muchos sienten por los verdaderos maestros que nuestra patria ha dado en abundancia, o por la necesidad imperiosa de comunicar sus propios sentimientos y emociones. De admiradores de los grandes vates consagrados se hacen supuestos herederos e imitadores. Dentro de las tareas pendientes con relación a la poesía, en esta tierra nortina, carecemos de verdaderos estudiosos de este arte y sus manifestaciones en la tierra atacameña, todo esto a riesgo que las críticas y abundancia de expertos en teoría literaria a veces matan el goce de leer poesía, que no son muchos actualmente, por lo menos a simple vista.

Existen círculos, de lectores y creadores, y lo más probable que se ignoren entre ellos. Es la impresión que me quedó después de leer una entrevista a un joven, que participó en varios talleres de Santiago, en este diario en octubre del año pasado. Pero en Copiapó también existe poesía durante el año 2003 se editaron al menos tres libros dignos de destacar una habla poética nueva.

Copiapó no se queda atrás en este resurgimiento, esta eclosión que habla nuestro premio Nacional: Raúl Zurita y que anuncia destacar en una antología anunciada, (Lom Ediciones) estas voces nuevas con menos de treinta y cinco años alejadas, ya distantes de Parra y su antipoesía (Un poeta de las ligas mayores) y mucho más lejos aun de Neruda (Premio Nobel), que este año el país celebra cien años de su nacimiento. Lo penoso es siempre el exceso de centralismo literario y la ignorancia en que incurren con nuestros creadores regionales, o es nuestra poca capacidad de destacar a los nuestros.

De más está decir que exceptuando a Huidobro, todos nuestros grandes poetas nacieron en regiones: La Mistral, Neruda, De Rokha, Parra. Y es probable que también incurramos aquí en Copiapó en desconocer las voces nuevas de Vallenar, Huasco, Chañaral u otros lugares de la región.

Es por eso que yo quisiera destacar aquí a los jóvenes poetas copiapinos que han difundido su poesía en la ciudad con ediciones de sus trabajos o en corrillos de amigos

Han declamado sus creaciones publicadas en periódicos: Osvaldo Angel (1973) Oficina Salitrera Pedro de Valdivia. S.J. Villalobos (1975) Potrerillos. Cristian Muñoz (1974) Copiapó.

 

Dialogar con el agua
Una rana brinca al estanque
Animo de sol estival

¿Cómo sentirse vivo sin respirar hondo
en medio de un trigal?
¿Sin subir corriendo por las escaleras
de un edificio que aún no se construye?
¿Sin compartir la felicidad del niño
que persigue mariposas en el jardín?

Mi voz son estas imágenes.
El milagro
Es vuestra intuición:

Flores inclinadas hacia el sol de atardecer.

 


Hogares cubiles
Al alba el vulgo
Destellos verbales cuando nadie

Quizá morir no sea noche eterna,
Ni la vida un relámpago.

Tal vez morir sea el gélido silencio
Que sentimos a veces en invierno,
Cuando la camanchaca
Se enreda entre los cactos
Cual vestido de novia abandonada.

Osvaldo Angel -Pequeño Merlín (2003) Copiapó.

 

Rutinaria

Me levanto
Medio dormido
Bostezando metáforas,
Con un enredo político en la cabellera
-Sin la dictadura del peine
y su división democrática del craneo-
Mucho antes de que el café cargado
Me entregue lo necesario
Para comenzar a vivir
De nuevo.

Osvaldo Angel- BB Tatuado (Inédito) Copiapó.

 

 

Cantinela Musitada.

A Rodrigo Lira,
In memoriam.

A estas alturas de la cópula
los gemidos se confunden con los llantos,
el sudor con la sangre a borbotones,
y el clímax con el último aliento

A estas altura de mi vida
el amor huele a mariscos
y toma forma de billete.
La sonrisa es una alcancía
Y el cuerpo inflable de goma o de piedra.

A estas altura del amor
Creo que enchufar y apretar botones
Me ahorraría tantos problemas
Y tanta energía
Que aconsejo crear un método
Que sea más eficaz que la masturbación
Y menos cruel que un video porno.

A estas altura del poema
El poeta es uno
Entre millones
Intentando llegar primero
A quien sabe dónde.

Osvaldo Angel- “Silencios No Callados”, Copiapó.


 

Exodo

Díganse
Polvo en los bolsillos, o sean pasado
Y sí Futuro y renovación
De lo mismo: Ah, hijos del páramo
-Potrerillos se llamó el mío-
Y no me arde hartarme un día ceniza
de teatro efigie a dos mil ochocientos
metros ni de hospital disperso, heme
semita a algunas ruinas de donde nací.
Testigo presencial la infancia
quién otra es la tierra prometida
atrás dejando aguas del ser y no estar.

S.J.Villalobos-Instrumentas-


Signos de algo

En las sombras veo
un poco de luz
sentado en una vieja
locomotora Davenport
un buen domingo en que
los niños juegan a la pelota y
se toman fotografías.
Caras bonitas frente a la máquina
aquello que me rodea es feliz
soy un puente que la vida ha tomado
para cruzar el mundo.

(Cristian Muñoz, poemas inéditos).

 

Desenlace

Dulces son las gotas de sudor
de tu pecho enfermo
se deslizan suaves
surcando poros y grietas
que la vida ha dejado
en su riesgoso paso.

Tiemblan hoy
las líneas de tu vida
trazando un camino
que converge ineluctablemente
hacia la muerte
para entonces dejar
tus anquilosados huesos
tus descompuestas carnes.

Y digo dulce
porque la muerte
ha llegado como un festín de niños
que disfrutando de los juegos de un cumpleaños
revientan la piñata de la vida
por donde van cayendo
una a una
las derrotas.

(Cristian Muñoz, poemas inéditos)

 

 

Musa

Marilyn pedazo de mujer rota
Diosa de los suburbios azules
Emperatriz de nuestra imaginación
El avión
El avión vuela lejos
allá donde las nubes
son oscuras y grises.

(Cristian Muñoz, poemas inéditos)




Diario Atacama
7/2/2004

 

 

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por Guillermo Martínez Wilson.
Diario Atacama
7 de febrero de 2004.