Novela en primera persona.
Novela personal, novela del funcionamiento de una sicología
en particular. Oscar Bustamante, pone en juego a un personaje capaz,
por su "extrañeza" de mostrarnos que la vida no sólo
es cuestión de satisfacciones. También de derrotas.
He leído en estos días
la última novela de Oscar Bustamante, Explicación de
todos mis tropiezos (Sudamericana, 1995) la que me parece la mejor
de las escritas por este autor. Bustamante es un caso especial dentro
de la literatura chilena: habiéndose iniciado tarde, ya tiene
tres novelas publicadas y posee un notorio talento narrativo.
La obra narra parte de la vida de un
personaje de las élites sociales chilenas: origen inglés,
buenos colegios,
familias poderosas, fundos, casas, muebles, idiomas, gustos, opiniones.
Pero, contrariamente a lo que se podría esperar, Carlos Overnead,
el protagonista, no logra insertarse en ese mundo y decae social,
sicológica y físicamente.
En mérito mayor de la novela,
está constituido por su estructura de cinco cartas, que Carlos
envía a su primo Francisco, y aunque el género epistolar
es una forma narrativa peligrosa, en este caso es una excelente manera
de presentarnos la vida y circunstancias del personaje. Bustamante
podría haber recurrido a muchas formas para entregarnos su
historia y lo escueto y directo que resultan las cinco cartas, evitan
toda inútil explicación, vuelven dinámico el
relato, y por sí mismas nos explican los cinco momentos de
su vida. Novela en primera persona. Novela personal,
novela del funcionamiento de una
sicología en particular.
LOCURA DE CUELLO Y CORBATA
En la literatura anterior de Bustamante
el tema de la "locura" se presentaba en personajes exagerados,
descontrolados, violentos o excesivamente melancólicos. Sobre
todo en Recuerdos de un hombre injusto (1994), aparecen personajes
que si no son propiamente dementes, están al medio entre la
normalidad y el desborde.
En el caso de la obra que comentamos,
el personaje bien construido, tiene interesantes matices: un tipo
cuyos principales intereses son "leer, escribir, conversar"
-¿alusión a una antigua nobleza de toga?-, un hombre
que sabe distinguir chaquetas Harris Tweed, zapatos ingleses, etcétera.
El drama comienza al ser permanentemente derrotado por el mundo real,
visto como mediocre: "...es que aquí la ralea de gente
es de bajísimo estrato". En este contexto conseguir un
empleo y mantenerlo, pagar un arriendo, comprar un auto, o aún
saber comportarse de la misma manera, por un par de días, se
transforma en un asunto épico.
El loco en su fracaso contra el mundo
cotidiano se vuelve una conciencia moral conservadora, pero al mismo
tiempo se transforma en el único capaz de "ver" y
revelar la realidad, aún en sus pliegues más ocultos.
El loco todo lo ve, todo lo juzga, todo lo recuerda: "...conmigo
no vale la palabra olvidar. Yo no olvido nada. Nada".
LA LOCURA ES EXPLICABLE
Una de las razones que se señalan
para explicar la locura de Carlos es el conflicto con su padre, tema
muy presente en las obras anteriores de este autor. Pero curiosamente
es el loco, el perdedor, el que al final termina conociendo la vida
"entera", también en sus manifestaciones negras.
Tema también presente en las otras novelas del autor: la vida
no sólo es cuestión de satisfacciones. También
de derrotas. En la descomposición del protagonista es posible
ver algunos lejanos resabios del naturalismo que planteó
que la herencia humana era un elemento inmodificable en la conducta
de los individuos, y la literatura se llenó de hijos borrachos
de padres borrachos.
Sería un error pensar que la locura
no tiene método. Por el contrario, el protagonista tiene una
explicación para las cosas. Y aun su demencia (¿lo es?)
no le impide tener buenas reflexiones sobre el país ("En
esta estrecha faja territorial somos discretos debido a que la Cordillera
de los Andes nos tiende una mano protectora contra la frivolidad..."),
sobre la sociedad actual, o lo que sea.
Bustamante se acerca al personaje con cariño, señalando
su desproporción y desubicación en el medio
social, pero todo con simpatía, casi como si se tratara de
un pariente al que se le perdonan sus rarezas. Pero no vale la pena
hacer un diagnóstico sicológico del personaje pues en
muchas ocasiones delira, y en general, razona, aunque equívocamente.
Otro de los méritos de Bustamante
es incorporar el humor en su novela. De la distancia entre lo que
le ofrece la realidad al personaje y sus propias pretensiones surge
el humor: "...y yo de obrero, tal vez, recogiendo las redes,
no iba a ir. Tan abajo no estoy. De capitán tal vez, pero de
navegación tengo que admitir que no sé nada". El
problema de Overnead es que se enfrenta personalmente al mundo para
rectificarlo. Corregir el mundo es un asunto personal. El determina
que la vida de la burguesía es un
espejismo. El conflicto de vivir se convierte en burla y nos reímos
de la ingenuidad del derrotado, sobre todo en una sociedad muy marcada
por las diferencias sociales plenamente aceptadas: "..hizo alusión
a su
condición social, recalcándole que era una siútica
y que ese alcance de apellidos con un presidente de comienzos de siglo
era una coincidencia..." El autor conoce estos secretos de la
sociedad chilena y los utiliza con gracia.
Las referencias histórico-socíales
en la novela son más bien escasas. Sin embargo, se muestra
un sector de la historia nacional, desde el interior de una familia
y el mundo privado de los ingleses en Chile: las institutrices, el
Country Club, el comercio en Valparaíso.
LA GRAN PREGUNTA FINAL
Oscar Bustamante tenía un buen
tema en las manos y lo desarrolló con inteligencia y talento
narrativo, optando por una narración profunda y entretenida:
componer una novela explicando cómo funciona una sicología
particular. Lo mejor de la novela, en mi opinión, está
en las últimas páginas: la vida trashumante
por miserables pueblos del interior de Venezuela, donde Overnead finalmente
encuentra la vida de verdad, en que las dudas se resuelven en un ring,
pegando o recibiendo. Durmiendo de mala manera, comiendo peor, gozando
del favor de prostitutas. Bien narrado, ágil, con algo de Hemingway:
"Son instantes únicos, primo, en que tú sabes que
la vida está en juego (...) la verdadera vida, la que está
escondida..." En estas páginas Bustamante encuentra su
estilo, conoce a fondo sus personajes, sus debilidades y grandezas,
los quiere, los deja solos.
La gran pregunta final es, ¿por
qué algunos individuos triunfan y otros, hagan lo que hagan,
fracasan: "...y me pregunto, siempre me lo pregunto, ¿qué
tiene mi primo Francisco, que navega con tanta serenidad los mundos
en los cuales yo he naufragado?". Aunque en las últimas
páginas nadie sabe si el primo Francisco, con su estabilidad
emocional y económica, con sus éxitos y su sólida
opinión, es más que el derrotado Carlos Overnead, viviendo
como un vagabundo perdido a orilla de los ríos venezolanos,
donde, sin embargo, alcanza una cierta forma de profunda sabiduría...
Oscar Bustamante.
Explicación de todos mis tropiezos.
Editorial Sudamericana.
Santiago. 1995.
189 páginas.
imagen: Oscar Bustamante.