ALGUNAS IDEAS EN TORNO A LA POESÍA DE NINA VILA.
Por Oscar Barrientos Bradasic.
En este "país de poetas", horrible lugar común
que confirma lo poco o nada que se les lee y reflexiona, algunos autores
y grupos humanos insisten providencialmente en recordarnos que la
buena poesía sobrevive a pesar de que otros se empeñen
en relegarla a la periferia
de los discursos sociales.
Sin ir más lejos, la poesía femenina, en nuestro país,
es un concepto con una sólida tradición que urge asumir
en su verdadera dimensión. Gabriela Mistral está más
vigente que nunca y también habría que sumar a Winett
de Rokha, Olga Acevedo, Teresa Wilms Montt, Chela Reyes, Stella Díaz
Varin, Delia Domínguez y tantas más que enriquecen ese
complejo sistema llamado "poesía chilena", con nuevas
miradas al momento de problematizar el género desde el cual
construyen su identidad.
Por ello, es loable y alentador el trabajo que ha realizado el sello
"El Guardián de la Memoria" al editar Poesía
toda de Nina Vila. Se trata de una bella edición
facsimilar que reúne la obra poética completa de una
de las voces femeninas más genuinas de la poesía chilena.
La poesía de Nina Vila (1910-1999) irrumpe en 1939 con la publicación
de Cartas a España, uno de los textos más desgarradores
que se han escrito desde Chile en homenaje a la República Española.
Allí su prosa poética crea lazos con el dolor del pueblo
combatiente y sus versos enjuician a Franco por traidor a las condiciones
esenciales de España, por mistificador de una utopía
nacionalista interesada y ahistórica, que incluía entre
sus múltiples falacias, la defensa del cristianismo occidental.
En el prólogo de este enérgico libro, Ángel Cruchaga
Santa María esboza algunas ideas que bien definen la poética
de Nina Vila : "Todo es vacío en esa terrible soledad
en la que se debatió aquella que nombramos con los ojos húmedos
de impotencia y de ira".
Luego en 1961 editó "Coral de otoño"
en Editorial Nascimento, dando continuidad a una poesía evocativa,
de trazos seguros, transfiguradora.
Mucho de los poemas de Nina Vila tienen una estructura clásica
que se amalgama con formas más experimentales, es decir, se
trata de una lírica afincada en el canon pero abierta a la
exploración de nuevas alegorías, por ejemplo, en el
poema "El charlatán" donde bosqueja como en una remota
postal, el oficio de la ficción interesada, pero paradojalmente
necesaria.
"Ahí en la acera
como penitente
como pentecostal
de la mentira
Trepándose a la magia
lentamente
poco a poco
subiendo por las sílabas
Empinado en el muro
de mirones
va elevando hacia el cielo
su estatura".
Pero también su poesía entrega un mundo que acaba de
inaugurarse y que se articula sobre la personificación. Lo
telúrico, el paisaje de las olas reventando contra el roquerío
en la costa horconina es fabulizado, protagonizando una historia personal-
digamos más bien una mitología- donde el objeto contempla,
sufre y percibe el paso inexorable del tiempo.
"Era una loba
junto al mar
la roca echada mansamente
varada al borde de los siglos
duerme su sueño indiferente
Nadie conoce su mirada
ni sus deseos de vagar
nunca se ha visto atormentada
porque no pueda caminar
Pero ella moja en las historias
que escucha siempre por azar
su corazón petrificado
que rompe en olas cantar".
A medida que las páginas avanzan su poesía se va volviendo
más personal, arroja señales de un imaginario que describe
los paisajes interiores. De pronto, casi en un gesto pendular, su
poesía se vuelve política, enarbola épicas, enjuicia
a los traidores.
De hecho pienso que el poema "A corazón abierto"
dedicado a 10 poetas anclados en París, debiera considerarse
en las antologías más importantes de la poesía
chilena. Allí, la carta al hijo se funde con una reflexión
sobre el oficio poético, en tanto compromiso con la palabra
que exige lucidez y emotividad, dos nociones diferentes pero que en
este texto poético adquieren un carácter de simbiosis,
de encuentro conceptual.
"El corazón en los zapatos
en los cordones en el pelo
en la mochila del exiliado
en el color del basural que crece
en el hambre y el niño
en la gaviota que muerde sal y espanto
el corazón de los que están parados
frente a la tierra
porque no tienen lengua ni palabra
ni miel ni hiel
cabalga sus gargantas
son así
son los hombres de la tierra sin héroes
los héroes se inventan
cuando nos crece el miedo de ser hombres
con los bolsillos llenos de recuerdos
cada uno salvando sus fetiches".
Estas palabras, a manera de reflexión sólo intentan
describir- en breves términos- la altura y trayectoria de una
autora que no debe estar ausente en las antologías, que debe
albergarse en nuestras bibliotecas, que debe leerse como una experiencia
poética singular y reveladora.