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Navegar
por la fantasía
Por
Hernán Poblete Varas
Revista
de Libros de El Mercurio, Domingo 29 de abril de 2007
Entre
tanto librote con aspiraciones de "bestseller" o inspiraciones de erotismo
a la moda, encontrarse de pronto con este Remoto navío con forma de
ciudad, 'descubierto' por Óscar Barrientos Bradasic, es más
que un alivio: es salir de este mundo para vagar por un universo 
creado
por los sueños, lejos de la realidad, próximos a la leyenda... ¿o
al sueño de los otros?
Puerto Peregrino se llama esta ciudad navegante,
que suele anclar por las noches junto al Estrecho de las Sirenas Tristes y también
cruzarse en sus navegaciones con ese legendario "Deuteronom", el barco
enloquecido que tripulan piratas no menos legendarios.
Pero Puerto Peregrino
es algo más que una ciudad vagabunda: en ella hay comercio, bares, pintorescas
habitaciones y personajes que ejercen los más variados oficios, como este
Jeremías Duarte que tiene la alta función de "descorchador
de botellas del océano". Para los efectos de la narración (diríamos
parodiando a un crítico antiguo) el más importante es el poeta (¡cómo
no!) Aníbal Saratoga, tan grande amigo como informante del narrador. A
él se le atribuyen muchas historias, relacionadas con Puerto Peregrino
y sus habitantes.
Gracias a él nos encontraremos con Milan Kundera
y con Georges Meliés y con ellos descubriremos el horrible plagio que afectó
a Fluvi, padre del cine de Puerto Peregrino. Pero la justicia siempre - o casi
siempre- triunfa, aun entre las brumas de la ciudad navegante.
Hay que agradecerle
a Óscar Barrientos este vendaval de sueños que alivian nuestro burdo
realismo. Como para pensar, con José Miguel Varas, que de muy al sur de
nuestro mundo asoma el "imaginismo" del gran Salvador Reyes.
REMOTO
NAVÍO CON FORMA DE CIUDAD
Óscar Barrientos Bradasic
Cuarto
Propio, Santiago, 2006, 117 páginas.
