El vate chileno lanzó su último
libro "Versos robados" y se refirió a su postulación
al Premio Nacional de Literatura.
Con casi 30 años de residencia en Iowa (Estados
Unidos), cada una de las visitas de Óscar Hahn
a Chile genera expectación y entusiasmo en sus lectores. A
eso suma el prestigio internacional
que
ha alcanzado su obra, traducida en su mayoría al inglés
y recientemente al griego.
La semana pasada, el poeta chileno participó en una serie de
homenajes a Pablo Neruda, entre
ellos en el ciclo organizado por el Centro de Estudios Públicos.
Como parte de su apretada agenda,
el miércoles presentó su reciente poemario "Versos
Robados" (Lom): "Este libro ya apareció bajo la
editorial Visor de Madrid. Lom lo que hizo fue publicar una reedición
aumentada, porque la segunda parte de este volumen no aparece en el
original del sello español. Mi traductor al inglés fue
quien me sugirió incorporar una serie de sonetos inéditos
que estaban dando vuelta por ahí. El título del libro
quiere hacer conciencia de que toda la poesía proviene de un
pasado literario. En cierto sentido, todos los versos que se escriben
son robados de una tradición o de una cultura", dice Óscar
Hahn.
Como una muestra de la amplia gama de intereses que mueven a este
creador, en el libro se entrecruza una variedad de estilos como el
verso libre, los clásicos endecasílabos del siglo XVIII
y el lenguaje en prosa.
Luna de dos caras
"Esta publicación se puede dividir en dos
partes, dice Óscar Hahn. En la primera hay poemas que podríamos
denominar más vanguardistas, escritos en versos libres. En
la segunda sección incluyo sonetos clásicos. El libro
representa las dos vertientes que hay en mi poesía. Una que
sería más libre y la otra sometida a un cierto control.
Algunos me han dicho con humor que Óscar Hahn está un
poco sobrado, que lo que ha querido es demosrar que tiene la misma
habilidad para el verso libre que para el verso clásico. No
es eso, son las dos caras de mi obra: el lado oscuro de la luna y
el claro", precisa.
Uno de los temas esenciales que marcan este poemario es
el sentido de finitud. En "Versos robados", lo perecedero
ronda por igual a personajes bíbicos como Adán y Eva,
a escritores como Juan Rulfo, o estrellas de la música popular:
"La muerte está presente como una subconciencia agazapada
en la mente del individuo. No es que una persona racionalmente diga
`soy un ser efímero´, sino que hay como pequeños
vislumbres de algo que podría sucederle".
"El poema que dedico a John Lennon es un buen ejemplo
de ello. Parte con la frase `la vida comienza a los 40´. Ese
verso no es una invención mía. Cuando el músico
cumplió 40 años, le hicieron una famosa entrevista para
la Playboy y en esa oportunidad confesó que estaba empezando
una nueva vida para él.
Eso sí que fue una ironía, porque su muerte
estaba próxima. En una entrevista que me realizaron en España,
pusieron como titular que Óscar hahn podía pasar fácilmente
de Góngora a los Rolling Stones. En este libro se puede decir
lo mismo, en un momento aparece un homenaje a un cuadro del siglo
XV, de Fra Angélico, y en las páginas siguientes puedo
citar a John Lennon", dice el autor.
Candidato al Nacional
La editorial Andrés Bello postuló
a Óscar Hahn al Premio Nacional de Literatura: "Nunca
he esperado nada de la poesía. Simplemente escribo
los poemas y lo que pase posteriormente con ellos ya no es
asunto mío. Con respecto al Premio Nacional es mejor
que el jurado trabaje tranquilo y no tratar de presionarlo.
Tampoco soy una persona que se sienta cómoda atacando
a mis colegas y menos a los que están postulando",
cuenta el escritor.
Frente a su relación con el mundo literario chileno,
Hahn es de opiniones enfáticas y sin medias tintas:
"Nunca formé parte de la llamada farándula
literaria. Tengo una fe total en la obra porque creo que un
escritor tiene que ser juzgado sólo por sus libros.
La farándula no es sólo un fenómeno chileno.
En Estados Unidos
ocurre lo mismo, con la primacía de la frivolidad y
el triunfo de los mediocres. Ya no hay valores, un poco como
el tango 'Cambalache', todo da igual y la cultura ha sido
arrinconada. Ha pasado al centro del escenario
lo efímero y la fama de los 15 minutos".
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