... Hace ya casi ocho años, tuve el agrado de
prologar "Veinte años de poesía". Libro en que Pablo Cassi
reunió tres poemarios suyos escritos entre 1984 y 1989.
... Tras leer ahora este nuevo volumen suyo,
percibo que podría válidamente presentarlo reiterando muchas de las
afirmaciones que entonces formulé.
...
¿Significa ello que el poeta no ha evolucionando, no se ha renovado?
En modo alguno. Mis dos asertos fundamentales, los de que ya en
aquellos tiempos era un poeta joven-maduro y sanfelipeño-universal,
siguen vigentes, y explican que esta cosecha de hoy conserve en mucho
la impronta del mismo sembrador: su amplitud temática con obvias
preferencias dentro de ella-, su modo de organizar sus textos, la
soltura de su lenguaje poético, entre otras manifestaciones muy
marcadas de su identidad lírica.
...
Pero, a la vez, se han enriquecido y complejizado sus experiencias es
cada vez menos joven y más maduro- y ha ido ensayando una mayor
diversidad de modalidades expresivas, en una clara línea de libertad y
flexibilidad creativas dignas de encomio.
... La voz que puebla estas páginas con sus
confesiones es la de alguien que se identifica como "poeta" y
"bohemio" y que a todas luces sufre de "soledad", vocablo el más
recurrente en su decir. La soledad es un conflicto que se lleva
dentro, pero que al mismo tiempo está condicionado por el contexto en
que se vive y por la carencia de plenitud en la relación con los "tú"
con quienes necesitamos compartir.
...
En la primera veintena de estos poemas que hoy se nos ofrecen, el
poeta bohemio busca saciar su soledad recorriendo nuevos ambientes el
fascinante mundo europeo, con París, San Sebastián, Hondarribia,
Lisboa- e intentando en él efímeras vivencias eróticas. Su saldo
evidente, en la inmensa mayoría de los casos, será el de la nostalgia
de fugaces momentos ya inevitablemente irrepetibles, si bien "A veces
me pregunto qué haríamos el uno sin el otro" y "No imagino mis
próximos días sin tu existencia" y, en ese marco, se propone en
contrapartida- el olvido, resignado, empero, a que "el olvido está
también lleno de memoria".
... En medio
de esa tensión de sentimientos encontrados, el viajero retorna a su
hábitat natural: "mi calle", "mi pueblo", a sus lares regionales La
Ligua, Putaendo, San Felipe, Catemu", más ocasionalmente a otros
puntos de Chile San Fabián de Alico, Santiago-, y allí lo invaden
sensaciones de melancolía acentuadas por la disconformidad ante
tiempos nuevos y afanes bastardos-, conciencia de envejecimiento,
percepción de cercanía de la muerte.
...
Esta última es el leitmotiv de la tercera parte,
constituida por un manojo de evocaciones de ilustres difuntos, poetas,
bohemios. Es como la premonición de los siguientes tramos de la propia
bitácora...
De ahí la desazón de la sección final, que nos parece
quintaesenciada en ese verdadero mensaje global del libro condensado
en uno de sus poemas:
"Es difícil imaginar algo distinto a
la incertidumbre,
creer en la existencia de alguna
esperanza,
desafiar a la majestuosa pena de andar con el cuerpo a
duras
penas",
pero que es no menos visible a través del
tono de antipoesía que con su óptica de sórdidas marginalidades y con
su realista lenguaje concreto la traspasa, como proclamación de
desesperanza, hasta rematar en el verso de cierre "Después de todo
nadie sabe hacia donde vamos". Es esa sección final es donde Cassi
alcanza, nos parece, su mayor grado de libertad y flexibilidad
poéticas en medio de su itinerario lírico que siempre las
ofreció.
... Con todo, nunca la amargura
es absoluta. Nuestra precariedad, si somos sensibles, nos agobia,
ciertamente, mas no nos condena inexorablemente al abismo sin salida:
busca una puerta hacia otro abismo que pueda trascenderla y confiarnos
su sentido íntimo profundo.
... Y ese
vislumbre está en el preciso lugar donde debía estar: en la parte
segunda del poemario, la ambientada en nuestra cotidianidad. Allí hay
alguien que, aunque aparentemente extraviado, lleva la dirección
correcta:
"Amanece, el ruido de los tranvías
inventa el
idioma de la mañana.
La vida transcurre más temprano que de
costumbre.
A dos metros de la esquina
Se extravía un
hombre que lleva la dirección correcta.
Dice ser hijo del
Hombre...
No porta credencial alguna,
tarjeta de
crédito
ni registra domicilio conocido.
Esta
noticia no
será titular en ningún diario de mañana".
("El Idioma de
la Mañana").
No importa. Es suficiente mensaje, noticia
interior para el poeta bohemio que, en su soledad, buscó lejanos o
ineficaces lenitivos. Ahora sabe que ahí, a dos metros de la esquina
en su calle, en su pueblo, un hombre lleva y propone- la dirección
correcta.
Ernesto Livacic
Gazzano
Premio Nacional de Educación 1996
Miembro de la
Academia Chilena de la Lengua
y Presidente de la Comisión de
Literatura
Santiago, enero de 2003.
Conflicto
Sentimental
Este día de lluvia París no fue amable
contigo,
podríamos viajar a Sudamérica
a una flor que te espera
con su perfume
y ese vicio de amarnos sea capaz de torcer cualquier
conflicto
y tu nombre se ordene en la almohada de mi
siesta.
Ella sabe qué recuerdo construyó esta historia,
una
palabra en la primera página del diccionario.
El amor se
declara culpable,
las caricias se atreven más allá de las
palabras.
Convivo con su nostalgia que no sabe vivir
sola,
sus ojos me restriegan el alma.
Algún día habrá tiempo
para querernos lo suficiente.
País
Vasco
La estación de San Sebastián se despoja de sus
únicos pasajeros,
rostros que reflejan la tenue luz de un
andén
el latido de un reloj que echa marcha atrás el
minutero.
La noche cae como el vestido que lleva puesto
y
mis manos vuelven a transitar por su cuerpo
con la existencia
indesmentible
que su mirada viene de otro tiempo.
A una
hora cualquiera de este verano
es posible que la lluvia tropiece en
una esquina del cielo
deje en un café de Irún la silueta de un
beso.
La nada silenciosa se adueña del país Vasco,
una
habitación en el tercer piso del hotel Jauregui
instaura el
aniversario de una despedida.
Un aeropuerto que no sabe de
geografía
convive con la nostalgia del último
vuelo.
Todo Momento tiene su
Misterio
(No siempre el aire que respiramos será
suficiente)
Reescribo en mi confuso inventario
un poema que
se quiebra en tus labios.
Tu mirada me seduce de
impaciencia
la guerra la perdí en tu cintura.
Antes de tí
quizás no había nada,
antes de tí la vida fue un ensayo.
No
sé en qué coordenadas hoy te sitúas,
bajo cuales estrellas te
contemplo.
Necesito volver a respirarte
tras ese encuentro
en Hondarribia,
traducir la fragancia de tu alma
y quedarme a la
orilla de tu nombre.
Déjame llevarte hasta la que no
fuiste
y no serás sin mí,
fusionarte en dos tiempos con un
intenso deseo.
Toda historia tiene su
misterio.
Tu
Sonrisa
Cada noche tu mirada es un anhelo
diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo
tejes un traje de deseos.
Estos versos son todo cuanto
tengo
a la hora de
soñar contigo,
mi pequeña historia que se
instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el
recuerdo.
Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito
unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que
prometen
darme la hermosura de una sonrisa.
Atravieso
nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos
quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.
Tú eres
bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus
primeros versos.
Prófugo de
Ti
No
imagino mis próximos días sin tu existencia.
La luna ingresa
por una hendija
es la única señal de la noche.
Aparece la
sombra y las hojas callan un secreto.
Puedo descifrar cada
palabra en tus labios
ese antifaz que esconde tu
tristeza.
La muerte se pasea por una calle padeciendo de
vida,
lejano a mi...
nada fue como dice el insomnio
en su
presagio de rumores.
Prófugo desaparezco en una copa vacía
y
pregunto si aún me esperas
cuando despierte de este
sueño.
Diccionario
Bilingüe
Si fuera sólo encontrarse
y después
seguir el viaje
nada sería como dicen
ni siquiera las viejas
cicatrices
que empujan al centro del olvido.
Todo es uno y
lo mismo
por más que digamos que venimos de la nada,
tú y yo
vamos unidos como diccionario bilingüe.
Algún día volveré a
París
recorreré cada calle de Monparnasse
y el aire perfumará de
poesía tu existencia.
Déjame
Enfurecer tus Deseos
Labios que sin ostentar
sensualidad
susurran mi nombre desde el otro lado de la
ventana.
La observo tras el cristal,
la desnudo con el mismo
deseo
de aquellos amores que surgen espontáneos.
¿En qué
primavera te graduaste de ilusión,
qué árbol te cobija en un bosque
impensado?.
Déjame arrinconarte en un pasillo
de esta
casa,
enfurecer tus deseos con la química de un beso
y
embriagarnos simultáneamente de este instante.
Sé que me
recuerdas en una orilla de tus labios
en la tristeza ocasional que
deshoja una sílaba,
en el difuso aroma de una alameda en la
madrugada.
No será fácil que me olvides
mientras mis
lágrimas horaden la quietud de tus días.
Un Fantasma Más
Puse en su rostro mi
beso,
un botón que se aferra en el último hilo de su
blusa.
Guardo el calor exacto de sus medidas,
construyo los
sueños que otros prometieron
con superfluas
apariencias.
Quizás sea posible encontrar en una calle su
memoria,
su nombre de novia triste
sin anillo que se aferre a su
dedo
la mirada de luto que ingiere con torpe apetencia.
Si
pudiera conocer algunos de sus secretos,
la carta marcada de su
baraja
no sería uno más de sus fantasmas.
En el Lado Opuesto
Me situaré en el
lado opuesto de la melancolía,
la noche se sentará a mi lado
y
vendrán otras noches caminando a pocas horas.
A escasos
centímetros de mis ojos una lágrima muere,
hereda la osamenta de tu
rostro
la temperatura confidencial de todas tus
tristezas.
Tú que no eres promesa de nadie
sé mi amante en
el aliento de un beso,
no pretendas olvidarme
ni confundir mi
rostro
en el precario equilibrio de un sueño.
Silencioso el calendario dejará pasar dolores
indemnes.
Ella Continúa
Olvidándome
Una canción antigua suspira por la
orilla
y sólo por la orilla recorro nuestra historia.
Caí en
la trampa de sus labios.
Hubo enormes razones para
perderme
no obstante se me antoja su boca,
desnudarla cada día
con un poema distinto.
Ella en mi ausencia continúa
olvidándome,
construye su propia historia
y mi vida empieza con
una herida en los labios.
La conocí para perderla,
el olvido
también está lleno de memoria,
el tiempo deja siempre una
huella.
Los mejores instantes no pertenecen a este
mundo.
Te Diré a lo que
Vine
Un paraguas se llueve de tristeza.
Este es
un error más de la lógica racional.
Muero definitivamente en el
luto de mi vecina
en la sonrisa de novio pobre que se eterniza
en mi semblante.
Tú, intuyes la nostalgia fundamental de mis
días
vislumbras la maldita costumbre de cruzar a destiempo por tu
vida.
Esta noche te diré a lo que vine
si esto ayuda a
armonizarte
si acaso por error todavía me esperas,
si crees en
la posibilidad de coincidir alguna vez en algo.
Pero no digas a
nadie
que me has visto transitar por esta calle,
apoyado de
farol en farol
con una canción de Joaquín Sabina
que hice mía
sin más testigos que la aurora.
Mientras sueño con tus
besos
tu cuerpo modifica la temperatura de mi rostro
y no puedo
evitar que mis ojos te desnuden.
Donde hubo un beso
tuyo,
hoy arden mis labios.
La
Hora Propicia
Nada podrá
detenerme.
Esta noche llamaré a las puertas de tu ciudad
y
seré el único habitante de una calle que lleva tu
nombre.
Abriré tu blusa perfumada a Chanel
con la lentitud
del deseo que sabe esperar la hora más propicia
y apagaré ese
incendio que permanentemente te consume.
Gradualmente me impregnaré de tí,
entonces será oportuno que
pierdas al menos el 50 % de la estricta razón.
Bajo el amparo
del silencio
conjugaremos el verbo amar en todos sus
tiempos.
No cabe duda,
ni en sueño la naturaleza pudo haber
creado una mujer tan perfecta.
Propietaria de esta
Calle
(Aquella lluvia de Lisboa aún moja mi
corazón)
Cierra la puerta desde adentro
y por la ventana del
décimo piso
arroja sus recuerdos.
Propietaria de esta
calle
tiene un rumor a silabario de antigua escuela
pública,
empieza por el ojo y termina ciega.
Heredera de la
tarde trae la invención de su mirada,
despeinar la calma que la
habita.
Es cierto que la amo con el mismo enigma de un
secreto
le susurro un cambio de vestido en mitad de la vía
pública
acariciarla de improviso en el horizonte de una
playa
cerca de un lugar que resulte conocido,
un recuerdo que no
pueda emigrar a otro sueño.
La belleza transitoria de la
vida
como la vida misma es pasajera.
Ciudadano Ocasional
Admito hace
tiempo
que una ausencia viene anunciándose a sí misma,
gestos de
mínimo romanticismo
en la unanimidad de las pupilas.
Me
abandono a la emoción de sentirme solo,
ávido de distancias y
nuevas ciudades.
Si pudiera sorprenderme
con la mirada de
otros ojos
declararme neutral o simplemente un ciudadano
ocasional,
no indagaría s u nombre en los libros de Joaquín De
Montezuma
en las flores que no han perdido sus pétalos después del
otoño.
Esa noche estaba resuelto,
no habría para nosotros
esa versión inteligente de los amantes
Prójima Inevitable
Quieto como árbol
en verano
mi memoria desaloja antiguos poemas
para mis prójimas
inevitables.
Voy por el mundo observando las piernas de cada
muchacha,
esas sombras largas que precipitan la imaginación
y el
romanticismo que surge con la nostalgia de los boleros.
Un
profundo anuncio humedece mi rostro,
busco una verdad donde pasar
el invierno.
La noche defiende mis recuerdos de bohemio,
la
luna en la ventana más próxima a mi vecina
y ella reafirma su
juventud
con una mirada en el espejo.
--Palidece ante el
rumor generalizado,
por una historia suya publicada en un oscuro
folletín,
"La Espantosa Virginidad de las Feas y Otras Historias".
Sin más abrigo que sus calcetines de lana
guarda bajo sus
gafas un deseo ferviente,
insistentemente golpea a mi
puerta,
con la química suficiente para este instante.
--
Dice -que será algo breve.
Enagua
de Soltera
Conocí en ella
el último instante que
nunca es el mismo,
el inexpresable gesto de la mirada
los
misteriosos laberintos del desencuentro,
ese gracioso modo que
tiene de olvidar la tozudes del pasado.
Con su caligrafía más
triste ha escrito
lo que sus labios no se atreven a decirme
--
que aún me espera en aquella plaza
para saludar a la
primavera
y echar por la ventana su enagua de
soltera.
Escoge el amargo camino del olvido
se viste con su
mejor traje de misterio
y se va en búsqueda de un destino
diferente.
Un murmullo de antiguo disco de acetato
se
desliza por su cuerpo disidente,
tiene ritmo de bandoneón por falta
de bohemia.
Conozco sus colores, sus aromas, su música
la
conocí en un tiempo anterior a este siglo.
El Lado Oscuro del Segundo Piso
El día
escapa por la cerradura,
entumece el aroma de las
palabras.
Un verso se sumerge en los labios,
la antigua casa
se echa a morir
en el lado oscuro del segundo piso,
espera el
regreso de los gorriones
y la queja en si bemol de las
goteras.
Nunca sus habitaciones han estado tan sombrías,
tan
tardíamente pensativos los umbrales
como si careciera de mejores
tiempos
en el índice de su primera biografía.
La noche
golpea con un bostezo
la antigua estirpe de su sombra,
huele a
lluvia la mampara de otros inviernos.
A la hora del
té
desnuda el alma de viejos anhelos,
consume el escaso kerosene
del farol,
contagia de muerte a su propio cadáver,
muros que no
sobrevivirán al ruido de la autopista
cuando subliminalmente la
ciudad sea sitiada
por el progreso.
Una Mujer Lee Poemas de Bécquer
Vive
desconocida en el silencio de su propio retrato.
Amo a esa
mujer triste
que cada tarde lee poemas de Bécquer,
cierra los
ojos y arde de impaciencia.
Convertido en sombra desde el otro
lado del pensamiento
me entrego a la complicidad de su mirada,
a
sus labios que sobreviven a la orfandad del deseo.
El tiempo se
ha encargado,
de desarmar algún posible romance
asfixiar en su
cuerpo la exacta respuesta
para cada pregunta del
deseo.
Aunque a veces su rostro exterioriza una sonrisa,
la
timides con su alevosa indecisión
congela el más mínimo de sus
rubores.
Los Cotidianos Comentarios
de la Noche
La oscuridad extiende su mano, apaga la
vela
el eco de una sombra cae irremediablemente
siempre existe
una zona de vacío,
esa sonrisa extraña que cruza el prodigioso
ejercicio de mirarnos.
Conversemos en torno a esta caminata de
recuerdos
arrimando tu voz a la mía,
a los cotidianos
comentarios de la noche,
acostumbrándonos a vivir con las
multitudes que habitan nuestros cuerpos,
lejos del viejo armario de
tus prendas íntimas
en la geografía infinita de las
emociones.
De aquí no te vas,
ni los deseos que genera tu
cuerpo.
Envejeceremos conversando con los pájaros,
partiendo
cada error en dos.
A veces me pregunto que haría el uno sin el
otro.
Como sí nos Hubiésemos
Conocido en otra Vida
La encontré una tarde paseando
por los astilleros de Hondarribia
-- una mujer como ella podría
romper el horizonte
tan sólo con detenerse en un espejo.
La
soledad corre por un río paralelo que ha perdido
el deseo de
conciliar el sueño.
Una sonrisa escapa inadvertida de sus
labios,
titubea como la lluvia antes de humedecer el aire,
rompe
el silencio que había puesto en su boca
y apacienta la
incertidumbre de las palabras inmortales.
La invito a compartir
un café en la Galería del Jardín
y me instalo cómodamente en su
vida,
reeplanteándome mi olvidado oficio de poeta.
Sin nada
que ofrecerle, salvo este casual encuentro
hemos hablado como si
fuéramos viejos amigos
como si nos hubiésemos conocido en otras
latitudes.
Nos enamoramos aspirando el perfume de una flor
y
recojo en ese encuentro una historia diferente
que podría ser
perfectamente nuestra.
-- El azar que todo lo une también
desune
suponiendo que estaremos a la misma distancia
en la
profundidad oceánica del Pacífico o el Mediterráneo,
siempre
próximos a un corazón con setenta y siete latidos.
El aire
construye su propio camino entre las estrellas
el vino transporta
en cada copa el rumor de la existencia.
Quizás en este verano
aprendamos que la vida es breve,
como las flores que se abandonan
cada primero de noviembre.
No tiene
distancia la palabra que se olvida
" Nada vuelve
todo es otra cosa
se van las flores y las hierbas
el perfume
apenas llega como una
campana de otra primavera".
(Vicente
Huidobro)
"Ahora quizás en un año de calma
piense,
la
poesía me sirvió para ésto.
No pude ser feliz,
ello me fue
negado -pero escribí-"
(Enrique Lihn)
"Mi poesía no está
suavizada por
alfombras
no tiene la prosodia almidonada
ni
anda con el acento de la última
moda"
(Efraín
Barquero)
La Tristeza
Diagonal
La tarde desciende a mi
alma,
anestesia mi primer gesto de entusiasmo.
Un perro
imprime un ladrido de venganza,
el raudo vuelo de su ira triza el
silencio.
Amanezco a destiempo
con el ritual de la
monotonía
y dejo que la mala suerte se aleje en su dirección
correcta.
El sol urbano se descuelga del horizonte
congela
mi última lágrima
y circunda la diagonal tristeza de mis
horas.
Una sombra perfecta cae del muro
deforma la dirección
exacta del odio,
rompe el hermetismo del lenguaje
oficial.
Nada mejor que el olvido para olvidar el
pasado.
No hay Camino al Fondo de la
Vida
Estoy de regreso sin haberme
marchado,
perdido en el fondo de un recado.
Echo llave a mi
antigua costumbre de lector
y con desgano cuelgo este día
en el
primer itinerario del otoño,
guardo en el lugar más oscuro los
libros de filosofía.
Llevo más de medio siglo en este
diálogo,
sigo la intuición cardinal que les asigna mi
duda.
Me convierto en olvido lentamente
los días me
sentencian
a un antiguo horizonte de rieles,
me sitúan en el
límite del insomnio
en la vanidad de mis primeros versos.
No
hay camino al fondo de la vida
otro lugar que no sea este
instante.
La sociedad ha optado por el dinero
como su máxima
virtud ciudadana.
Sé que no soy un buen modelo del género
humano.
Vieja
Fotografía
Afuera amanece en voz baja
la
distancia duele como golpe de luna.
Por el corredor regresa el
aire,
tatúa en mi rostro la complicidad de la incertidumbre.
Al fondo del comedor una lámpara ilumina
una vieja
fotografía,
absorbe el tacto de mi mano
y la vida vuelve a
contarme su propia historia.
La lluvia vertical regresa a mis
zapatos,
viejos libros me confinan en la distancia.
Esta es
la esquina de la vida
la que no hubiese querido doblar
nunca.
El Sonido Azul de los
Abismos
Un extraño aliento se derrumba en medio de
la respiración,
allí me distingo de un canto,
pisadas que me
recorren de temores
huesos que se rompen en mis
huellas.
Convalezco una ajena enfermedad.
¿Qué difícil
es morirse frente a uno mismo?
vestido de lentísimo tiempo
geográfico,
juntar las ausencias
los infinitos aires de
cuarzo
el sonido azul de los abismos geométricos
ojos anónimos
que emergen del pasado
meses que huelen a tragedias.
Ando y
desando mi húmedo camino
tropiezo con los ayeres y los
entonces
el silencio sin rostro de médulas putrefactas.
Esta
extraña enfermedad
sin semana, sin rumbo y sin un sitio
exacto
agrava la soledad que me ofrece la
indiferencia.
Otra
Historia
Mi casa sigue siendo una calle
miserable
en cualquier esquina de la vida,
un signo de vaguedad
extrema
un vaivén de tardes innumerables.
Veinticinco años
han transcurrido exactamente.
Esa fue
la más grotesca de tus partidas,
dar cuerda a tu reloj
imaginario
para inventarte en otra historia.
¿Qué recuerdo
nos queda del mundo que tuvimos,
sumar al infinito la
eternidad?.
Así
vivo de enero a diciembre esta absurda peregrinación,
la soledad
que no puede reconocer
una lágrima ensimismada en mi propio
recuerdo.
Trazo una línea en medio del aire,
algo de nuestra
existencia sobra en todas partes.
Esta Tarde
Cada mañana gano un
poema,
el pan cotidiano se suma a la espera.
Maltrecho como
un perro herido
hago y deshago siempre el mismo camino
como si
fuera feliz repitiendo este oficio.
En una orilla de esta tarde
y con el mar de Papudo de fondo
decido que nadie humille mis
sueños.
Cerca del muelle un buque de la armada
aparece con
el peor rostro de la guerra.
Son las siete de la tarde y los
marinos
amonestan con su presencia a los tranquilos
alcatraces.
Mi corazón siempre fiel a sus obsesiones,
exige
un espacio para la nostalgia,
amanecer en una calle de La
Ligua.
Un callejón deambula por la oscuridad de la playa,
la
fugacidad del instante que nunca muere.
Un descuido de la
noche,
entre la línea recta y la plomada
la alegría piensa
trágicamente en el sur,
un deseo inexplicable de perderse y
sentirse perdida.
Dudosa
Felicidad
No me mata el destino
ni la
incertidumbre del tercer milenio.
Nadie espera a nadie a la
vuelta de su miedo.
Ocasionalmente muero cada día.
Muero
en los noticieros de la televisión
con los atentados terroristas en
Cisjordania
en el fácil entusiasmo de la felicidad
consumista.
Circunstancialmente muero cada noche
en cada
imagen que vive el descontento.
Hace más de cincuenta años que
mi silencio es insomnio
en mitad de la vida.
La Velocidad del Psicoanálisis
(a Putaendo
y su vieja estirpe de pueblo abandonado)
Extraño la
quietud de mi antiguo pueblo
el sentimiento que huye a la velocidad
del psicoanálisis,
un cementerio colmado de domingos,
y el
sombrío paisaje que en parte de pago deja la ausencia.
Llega la
tarde cuando ya es demasiado tarde
reclama para sí el unánime
juicio de la verdad eterna
y un dogma de vieja data justifica mi
existencia.
A la deriva el viento deletrea el olvido,
un
murmullo busca un pretexto
poco serio para ignorarme.
Por
causa de mi existencia Dios agoniza en todas
partes.
El Idioma de la
Mañana
Por un descuido de Dios
este domingo se
equivoca de siglo y semana.
Quizás no tenga
importancia
puede ser que no la tenga.
Amanece, el ruido de
los tranvías
inventa el idioma de la mañana.
La vida
transcurre más temprano que de costumbre.
A dos metros de la
esquina
se extravía un hombre que lleva la dirección
correcta.
Dice ser el hijo del Hombre...
No porta
credencial alguna,
tarjeta de crédito
ni registra domicilio
conocido.
Esta noticia no será titular en ningún diario de
mañana.
La Mirada de
Impaciencia
Apoyado en la pena
pongo una mirada
de impaciencia
en el calendario.
Temo a veces que sea el
silencio
el que retrocede con el ocèano
esa sensación siempre
misteriosa
que trae en los ojos la triste intemperie.
El
aire pasa y nos lame con un perro
cierra el último pestillo de la
ventana,
la humedad más antigua de la historia
aquella que
sobrevive a los olvidos voluntarios.
No tiene distancia la
palabra que se olvida.
Ignorado y
Solitario
Perpetuo, ignorado y
solitario
esta tarde al igual que otras
regreso a mis cotidianos
paseos de extramuros,
conjugo la amistad con la sencillez de un
abrazo.
En un andén y sin saber qué tren abordar
descubro a
viejos desconocidos en el memorial del olvido,
siempre dispuestos a
una partida de póker.
Aspirantes a no morir de
melancolía
juegan a olvidarse de todo,
ebrios invocan a Dios
como a un antiguo socio
y solemnizan en la imaginación este
encuentro que ya estaba escrito.
Esta es la morada de los
filántropos del otoño,
- dicen los profanos --
aquí
supuestamente conviven los rasgos del sujeto original
que también
fue un poeta.
Los párpados ceden al amanecer
y el diálogo
ilegible desnuda a las utopías.
Alguien se detiene en un
cementerio
a la hora exacta de la muerte,
oculta sus últimas
intenciones en los botones de mi abrigo.
Intercambio de Adjetivos
La noche
acumula vicios,
muere un poco asesinada or la desidia y el
engaño.
No creo que sea este el momento de cruzar una palabra
con la
historia.
Evito las posibles confrontaciones,
el
intercambio de adjetivos entre la verdad y la mentira,
la
inconsecuencia de tantas frases dichas
y la intolerancia de tantas
secuencias.
Imaginemos no tanto para que sea creíble
sino lo
suficiente para que pueda ser cierto.
Este es el momento de
interrumpir con otra historia el silencio
de este siglo
y evitar
cualquier confusión por favorable que sea.
Tenían razón mis
adversarios
fui demasiado consecuente con mi
oficio.
El Hombre
Repetido
Hay una abeja extraña en este
colmenar
Alguien ha denunciado su presencia.
Habrá que
buscar en todos los panales,
en cada jardín de la
ciudad.
Todo indica que se recompensará a quien la
encuentre.
Ahora sólo falta que atrapen al hombre
repetido,
al que llevo en cada uno de mis gestos.
Sin
participación alguna en los himnos inmortales
abdico en el silencio
del pasado sombrío.
Olvido vivir mientras concurro a mis
sueños.
Duele comprobar que las cosas hayan cambiado
últimamente.
Un Traje de
Incertidumbre
Un río de pájaros opaca la tarde con
su vestuario de cementerio
y el viento pierde el equilibrio en la
última bocacalle.
Fue un acto de arrogancia
esa noche de
concierto hace quince años,
concluir su jornada en el Teatro
Municipal de San Felipe
y derrochar la fama sin titubeos en un
Night Club
con una fuga de Bach que no conocíamos.
Desgastó
su vida inútilmente en búsqueda de una pasión sin
precedente,
herido por la muerte se suicida,
se borra
simultáneamente de todos los caminos.
Duele comprobar que la
ciudad haya perdido la memoria,
la paciencia de esperar a otros
muertos,
la muerte que miente más allá de sus gestos
habituales.
La humedad del invierno regresa con la lluvia
y
no hubo tiempo para que él sobreviviera.
Liturgia del Pan
A
veces se reúnen con los mismos gestos
en el diálogo de un cantautor
favorito,
aquel que combate la vida con whisky y
heroína.
Mientras ella se acostumbra a su mirada
se pregunta
qué amamos el uno del otro
en la inconfundible liturgia del pan y
del vino.
El presiente en el silencio innombrable,
una
tristeza fundamental,
después de cada sueño,
la brisa exacta
que inventa su rostro.
Enferma de tiempo y con los días
contados
se observa en la mirada universal del
planeta,
atraviesa el otoño de una alameda de San Felipe
y la
orilla de su voz que no conoce el miedo,
lo invita a beber con los
120 valientes de Santa Rita,
a repartir promesas de amor después de
cada borrachera.
Envejezco
Irremediablemente
He creído demasiado en la
existencia de Dios,
ensimismado en una tristeza que me
habita,
agonizo a horas de su nombre.
Tengo pensamientos
afines con la soledad,
nadie conoce mi nombre
vivo al otro lado
de la parafernalia permanente
cerca del sereno movimiento que
habita en el silencio.
Una lágrima, esconde la escritura de
este verso,
el viento derrota a las hojas del morero,
e
irremediable el paisaje me envejece.
No basta saber que he
perdido mi sombra,
que busco mi lenguaje en otros labios,
un
gesto que detenga esta angustia.
Hoy valgo la mitad de
nada.
Intrascendente
Historia
Cuelga la noche en la imaginación de los
vagabundos
la calle desnuda con un abrazo a los amantes,
anuda
una tristeza en el pañuelo,
el aire arromadiza de invierno el
brillo de una
estrella.
Para esconderse del frío un perro
busca la sombra,
una mariposa sobrevuela su íntimo espacio,
su
intrascendente historia que se viste de silencio.
Sin
olfato,
un ejército de hormigas le roba un trozo de pan,
ése que
el hombre aún no ha contaminado con su boca.
Hay calles que no
tienen nombres,
sólo el silencio inventa las historias
verdaderas.
Con Aldonza por esta
Calle
Don Quijote acaba de pasar con Aldonza por
esta calle,
hacen caso omiso a las señales de tránsito,
a los
límites de la propiedad privada.
Nuevamente atraviesan el aire
más ausente,
el reloj que pudo haberse detenido
prefiere
marcharse con las mariposas proscritas.
Bajo las hojas afables
de la acacia
Miguel de Cervantes bebe en silencio su ocaso de
vino.
La ausencia cierra con postigos las ventanas
el viento
empuja el primer vuelo de los pájaros migratorios.
Al otro lado
de la oscuridad
la impía escarcha del invierno
no alcanza a
corregir el trayecto de la historia.
Dejemos en paz al último
representante de una raza en extinción
a los molinos que se han
extraviados en medio del camino.
Luna de Octubre
El eco cae al bosque
como si los árboles hablaran,
buscan un sitio donde ganarle a la
vida
humedecen el corazón de una estrella
y la luz baja por el
alma de la montaña.
La primavera cuelga en un paisaje de
Catemu
lleva una luna de octubre en la espalda,
escribe su
tristeza a la hora del angelus.
La antigua veleta humedece el
viento
la oscuridad ingresa sigilosa
se viste con el sereno
movimiento de la memoria,
transita con mi existencia en forma
simultánea.
Silenciosa e indómita
la vida es una
profecía.
Oficio
Cotidiano
El
diario me hojea en una mesa "Del Doménico"
un cigarro sostiene mi
boca.
Me ausento de mi oficio cotidiano,
hago caso omiso a
las señales de la inútil retórica,
una antigua voz me
persigue.
Indiferente, el destino se asoma a mis ojos
sin más
parábolas que el sol cuando atardece
ordena correlativamente el
inventario de mis sueños,
las efemérides de famosos
desconocidos.
Excuso mi ausencia con un beso en tu mejilla
y
busco bajo la sombra el tatuaje de los árboles,
al que canta en sus
raíces un himno sagrado.
Una palabra cruza el
vocabulario...
el mutismo tenaz se oculta
y unánime en la
demasía
la dialéctica pierde su gentileza.
El Ocasional Viaje de mi Alma
Llueve
sobre la iglesia de San Fabián de Alico,
la humedad deja su oficio
en un Cristo desnudo.
Alguien anda tras de mí los Domingos de
Ramos
con el simulacro de una conquista espiritual,
descifrar
los inmortales símbolos de la vida,
el ocasional viaje del alma
hacia el espacio más oscuro.
El muro de los lamentos lo
disputan moros y cristianos,
cancelan favores
recibidos,
renegocian en cómodas cuotas
antiguos
arrepentimientos.
No hubo señal de salvación alguna,
ni
milagros a domicilio,
en esa subasta de dudosas
intenciones.
Alcancé a decirte --- que la suerte nos acompañe
---
la misma que nos reúne un año más viejos,
atrapados y
perdidos en los mismos ritos.
El
Inefable Rito de la Sombra
Trémulo el sol agoniza
bajo el rito de la sombra
absorbe los colores del
olvido,
mientras otros caminan inmutables
súbitamente encuentro
a un antiguo enemigo.
Un pájaro escapa al cañón de una
escopeta,
calla como los árboles en tiempo de sequía
la vida se
encierra a vivir en calma.
En la pradera de esta página el
viento levanta
el misterio de su propia virtud,
ensaya el
silencio en cada individuo.
Nunca el hombre estuvo tan triste
por la muerte de este siglo.
Después
de todo nadie sabe hacia donde vamos
" Sé todo en
cada cosa,
nada tuyo exageres o
excluyas"
(Fernando Pessoa)
"Estación terminal todos los
pasajeros descienden del carro
de
la derrota, menos uno.
- La poesía me salva de
morir como
un perro-"
(Manuel Silva Acevedo)
"Era una mentira de
los sueños,
la luz efímera que triza
la
oscuridad"
(Enrique Volpe)
"Ocio increíble del que
somos
capaces,
perdónennos los trabajadores de
este mundo y
del otro,
- pero es tan necesario
escribir
poesía".
(Enrique Lihn)
Bohemio Impenitente
(a
Francisco Madrid, el desconocido más importante y solemne de la
comedia humana).
Cerró la puerta en señal de nostalgia
y su
gesto adquirió un carácter de tragedia.
Se marchó en el
invierno de 1999,
recopiló todos los sueños después del
insomnio
y buscó en una antigua mirada de mujer
-- la huella que
le quemó los ojos --
Su pupila de bohemio sin reloj ni
corbata
olía siempre a desvelos y frustraciones.
Sembraba en
cada esquina un ritual de palabras
como si éste fuera su último
discurso.
Una calle lo vio caer a medianoche,
la angustia
dobló la esquina de su nombre,
expulsó su pasado de dudosa
geografía.
En su alma los fantasmas no encontraron nada,
más
bien echaron suertes sobre su precaria existencia.
A la Sombra de este Muelle
(a Guillermo
Muñoz Saá, quien pernocta en el Pacífico)
Duerme a la sombra de
este muelle
sin tiempo ni edad.
Sueña en el lento viaje de
las gaviotas,
en el roce del agua.
Alguien levanta su modo
de mirar
con la certeza de las acacias,
la tarde se resuelve
fría y salada,
emerge de las rocas
peina de tempestad las
casas vacías.
El perfume salobre revolotea como un pájaro
en
el horizonte de febrero
fluye la espuma que ha perdido la
brújula,
el ropaje gris de los días venideros.
Una ventana
es testigo de una hora interminable
la marea arrastra los últimos
guijarros.
Noche a noche muere un sueño.
Huyen antiguos
rituales por el orificio de una palabra
y forjan recuerdos en una
Logia Masónica.
La sombra de los hermanos hoy está de
duelo.
Una Historia de Dudosa
Alegría
(a Jorge Thellier en un bar de
Matucana)
Llueve
desde el poniente en Santiago,
mi rostro entristece la tarde,
mi
camisa cae bajo la sombra de un transeúnte.
Ebrio y noctámbulo
convoco a Jorge Thellier
para inventarnos historias de dudosa
alegría,
mujeres que sonríen con guiños de complicidad
y juzgan
con rigurosa parsimonia cada uno de nuestros gestos.
Tenemos
cada día más de setenta años
un silencio sin límites nos envejece
constantemente,
no culpamos al destino de la suma total de nuestros
errores,
al hombre de otra historia que nos hemos
convertido.
Viciosamente existimos
escuchando debajo de este
puente
algunas historias de sus primeros habitantes.
A este
vino le han quitado el derecho de brindar
por nuestra
pena.
Nostalgia
Gardeliana
(a Carlos Ruiz Zaldívar cada 24 de
junio)
Prevalece frente a lo único que posee
una tarde que
se extiende perezosa sobre la calle,
el ruido de un tren que atenta
contra los días
y quiebra el orden natural de las
emociones.
Un disco de acetato cumple la función de introducir
la nostalgia Gardeliana,
transa el último camino existente
y
aunque nadie lo conozca
cuelga en una percha su escaso
entusiasmo.
El triste contacto de sus huesos
deja atrás los
absurdos cálculos del destino
mientras el viejo candil de la
cocina
alumbra por última vez el antiguo retrato de su
infancia,
escribe una señal en la estación del
ferrocarril
reafirma la tristeza que se oxida con el
olvido.
Ingresa la noche y pesa en su memoria,
el dolor
gris de los días cotidianos.
La
Pequeña Historia Cotidiana
(A José Francisco Ladrón de
Guevara)
Alguien colecciona en fascículos
la biografía de
sus fracasos,
la posibilidad de que sus sueños se
derrumben.
Existe en la antesala de los hospitales
en la
pintoresca farmacología
que ensaya en su brazo
el olvido de
juntar todo su pasado.
Abandonado en mitad de la
incertidumbre
relega al olvido la superficialidad de los
halagos,
recoge de tarde en tarde la pequeña historia
cotidiana,
la obsesión de adentrarse más allá de las
intuiciones.
Es difícil precisar el diámetro de su
enigma,
la ubicación jerárquica de sus desencuentros,
a menos
que se encuentre el borrador más antiguo de su juventud
o la
primera copia de su manifiesto filosófico-poético.
Una lágrima
se desliza por el tobogán de su mejilla,
errónea e
indescifrable
una tenue luz proyecta una sombra a punto de
perderse.
--Entonces la breve historia cotidiana
escribe la
biografía universal de la memoria --,
el origen de la primera
versión,
la escritura que sólo podrán descifrar los primeros
iniciados.
Democracia Caribeña
(a
Mario y a los miles de cubanos que se impusieron la
autocensura)
Sentado en la plaza de Santiago de Cuba
sacude
el corazón de una pena,
bebe el áspero ron de la desazón
hasta
perderse en su propia autocensura.
-- Nadie entiende la
exacerbada pasión
por su infinita lucha antiyankee.
Cae el
sol de una tarde que creía propia,
la oscuridad se levanta en medio
de la incertidumbre
no hay dolor que doblegue su sueño
caribeño
ni cafetales que prescriban el secreto anhelo de la
democracia.
Inevitablemente La Habana el próximo primero de
mayo
se poblará de los mismos discursos
revolucionarios.
Fidel va definitivamente en dirección
equivocada
repite las mismas consignas bolcheviques,
viste
antiquísimos trajes de gabardina verde,
pretende ser la réplica
exacta del perfecto héroe.
Huérfano y casi sin aliento el mayor
anti-imperialista
divaga por su triste historia
como si nada
hubiese ocurrido
en la última década del siglo XX.
El Secreto Sueño de los
Fudres
Tu cuerpo huele a vendimia en esa camisa de
febrero,
quiebra una sombra con su fantasía.
No sé en qué
momento te traicionaron las palabras
mancharon de sueños el aliento
que heredaste
bebieron el sudor salobre de la
jornada
humedecieron el secreto sueño de los fudres.
No
conociste a tiempo la exacta definición
de la muerte,
la sombra
de tu pelo en la ventana
la cronología de tus dudas,
la sed que
se eternizó en tu copa vacía
Padre,
¡Cuánto tiempo de
adioses para el exilio de este mundo!
Lector Impenitente
(a Carlos Kauffmann en
la eterna amistad de la poesía )
Debió haber permitido que la
farándula proclamara su nombre
en una esquina de
Putaendo.
Quizás se hubiera independizado de sus antiguos
fantasmas,
el tedio que vistió de lluvia la aureola de su
abrigo
la calle que asume una humedad de antigua data.
El
lóbrego lector de novelas de caballería
alternó con el perfume de
las historias románticas,
con el polvo de los anaqueles incrustados
en sus uñas.
Entre viejos álamos amarillos
convocó a
Goethe, Shakespeare y Cervantes,
la tarde y él concluyen a una
misma hora.
Transcurrieron otras penumbras en el callejón de
Los Lobos,
nadie ha pronunciado palabra alguna,
adiós ni buenos
días.
Sólo existe la extraña prueba de su ausencia,
la
secreta convicción que su historia permanece intacta
en cada
esquina de este Pueblo.
La Doble
Sombra del Silencio
(a Cristian Arratia en el gesto
fraterno)
La tierra te abraza para siempre
tras veinte años
de pisar el asfalto,
tres meses, siete días y tres mil quinientos
siete segundos.
La Panamericana Norte en el kilometro 57,
ha
inscrito tu deceso
fractura en el alma
con caída vertical en la
doble sombra del silencio.
En un mes de abril se apagó tu
hoguera de poeta
sin saber si aquellos versos
vislumbraban la
proyección de tu nombre.
Una muchacha ilumina los suburbios de
tu misterio,
ordena cada noche el rompecabezas de tu último
sueño.
A este Vino le han quitado el
derecho de brindar por nuestra pena
" No hay nada
que defina esta hora
nocturna
tranquila como la luz más
suave,
o como la llama que el aire no
sacude"
(Rolando
Cárdenas)
" Oleré a mal vino y suciedad
enturbiando los
limpios medios
días
y me haré el necio a propósito
de
todo"
(Jorge Theillier)
" Andan los días a lo
largo del año,
eres sustancia de lejanía
y no hay remedio,
los días andan en tu búsqueda"
(Vicente
Huidobro)
Calle
Sarmiento
(a mi pueblo que cada noche bebe el
sarmiento)
Una calle como otras que existen en Putaendo
el
erotismo cumple puntualmente su oficio,
trepa por los muslos de las
escasas doncellas
que aún son vírgenes.
Abrumadas por la
siesta del verano
leen novelas de amor,
inventan con gestos de
vago fastidio
sus propias historias de sexo,
mientras otras
aguardan vestir al Patrono del Pueblo
en el día de su
aniversario.
Es posible que un par de locos
haga el amor en
la calle Sarmiento sin que nadie se dé cuenta.
Si este pueblo
no existiera,
existirían las palabras para
inventarlo.
Tráfico de
Influencias
El Colegio de Poetas Asociación Gremial,
ha manifestado públicamente su descontento.
Por quinta vez
consecutiva la novia del señor Ministro de Cultura
ha obtenido el
premio nacional de poesía:
lírica, trágica, satírica, democrática,
económica;
satánica, cómica, erótica, subversiva y
pornográfica.
¡Musas!.
Qué cresta ocurre con el tráfico
de influencias.
La Noche es pura
Ideología
(en un astillero de Cuba, él repara las
últimas utopías)
La Habana con su borde de luto en la
frente
corresponde al exacto formato de su discurso
demagógico:
nada se afirma y nada se niega.
Habrá que
preguntarle de quien son sus ideas,
donde aprendió a acomodar la
saliva después de cada cita.
Reducido a un intrascendente
saludo,
sus esfuerzos irremediablemente pasan de moda.
Esta
mañana se ha levantado
con la hora más oscura del siglo
XXI,
reparar en los astilleros de La Habana sus últimas
utopías.
Opus Nº 25 en Fa Menor de
Pérez Prado
(mi única canción será mi propio
funeral)
¿Qué mal puede haber en que canten mis amigos
un
mambo de Pérez Prado en el día de mi funeral?.
Soy inútil por
excelencia
siempre oscuro y sonámbulo,
fumándome el último
invierno del siglo XX.
Sospechoso y sin memoria me inundo de
misterios,
Gardel canta en Moscú a los últimos seguidores de
Marx
y Fidel enamora a la democracia en un hotel de
Varadero.
Lento como final de película muda
me encuentro con
Paul Eluard,
recogemos en el mismo pétalo de una rosa,
la
antigua memoria de una calle de París.
Me exorciso en un rito
con Baudelaire,
arroja sobre mi rostro el aliento de otras
bocas,
y pone puntos suspensivos al recuerdo.
Bailarina de Topless
( a Karen Bahuer, la
que conocí en la página C-7 del diario El Mercurio de Santiago, Agosto
de 1997).
Acostados tú y yo,
somos alguien más que un par de
sábanas que tienden un misterio.
Llega a mi vieja agenda
con
la costumbre de otro rostro.
Su cuerpo de larga duración,
da
vueltas en la imaginación de quienes la conocen
e inscribe su
nombre en un año bisiesto
sin más suerte que la derogación de su
propio onomástico.
No descarto que el móvil haya sido un error
voluntario.
Ella se ha graduado de intérprete en una
universidad privada,
lee a Shakespeare y a Goethe en sus horas de
ocio.
Próxima, la noche se deja caer
con la timides de un
espejo que ha perdido el reflejo
los primeros temores en su debut
de bailarina de topless.
Quizás regresa al mismo farol
con
la eterna duda de continuar desatando amores prohibidos,
que nadie
sabe si existen a las cinco de la madrugada.
Que no llame a
engaño tanta retórica,
ella debutará en su cama
cinematográfica
con la experiencia de una mujer que tiene más de
cuatro décadas.
Un Spot Fuera de
Cámara
Suscríbase a la página del error
cotidiano,
impídase el acceso de la poesía
a los programas de
la televisión.
Confísquese el pensamiento de quienes no están
de acuerdo
con la publicidad de este eslogan.
No busqué
vivir en esta instancia del siglo XXI,
el cual ha decretado la
supresión del diálogo
el arresto domiciliario de bibliotecarios y
lectores.
Alguien se empecina en borrar la antigua
memoria,
las primeras escenas de nuestro paisaje.
No podré
contarte mañana quien está fabricando mi muerte.
Antiguo Discurso Anarquista
Lo vigila
un ejército de abejas perpendicular a su boca
y en el círculo
exacto de los labios
se encarama el polen de una tardía
primavera.
Existe en la espera sin límites de una
historia,
expele un aroma a Marxismo reciclado
y reescribe una
vez más su antiguo discurso anarquista.
Para él las cosas
existen como el Partido las interpreta,
es una víctima más de su
propio discurso político
la absoluta confusión en medio del
caos.
Las nubes esencialmente democráticas
mojan esta mañana
la Plaza de la Revolución
con la misma intensidad de otros
aguaceros.
Él, nuevamente se inmola en un monólogo de antiguas
contradicciones.
Gardeliando en
un Bar de San Felipe
Concluye por reírse de los
discursos institucionales,
las águilas desplumadas en el salón del
consejo,
leones desdentados que caen de los escudos.
Sacude
la piel del tiempo,
la dobla bajo el brazo y se hecha a
caminar
calle abajo con una botella de brandy.
Lejano todo
...
Hasta la última puerta calla su secreto
en los ofuscados
signos de la fuga.
Desea que lo sepulten en el mausoleo de los
hijos ilustres
resucitar al tercer día sin que nadie lo sepa
y
conocer más bien la dialéctica de los oradores,
de aquellos más
preocupados de escucharse a sí mismos
que alguna breve virtud del
occiso.
Así Gardeliaba en un bar de San Felipe
acuñando
tangos y milongas,
hasta llegar al máximo rigor de la
tristeza
reinventándose a su manera en su doliente
metamorfosis.
Alcoba de
Viuda
Desde que se marchó Silverio Constanzo
ella
celebra su ausencia.
En esta batalla contra el tiempo
no
olvida el último beso de su extinto marido poeta,
lo espera como
algo que está a punto de suceder,
manos que recorren su
cintura.
Con paso de antigua amante
acomoda el aroma de las
sábanas
regresa a la boca de cada uno de sus amados,
al sudor y
a la saliva,
a la sed de los deseos
a la original versión de
cada encuentro.
Después de un tiempo de abstinencia
Dirá que
vale la pena la vida que lleva,
Una forma de amar un tanto
áspera,
La que revive en su alcoba de viuda
Y que no es posible
fragmentar con el recuerdo.
Una
Canción donde Caerse Muerto
(a un anónimo cantor
analfabeto)
Clavel, canta un antiguo repertorio de tangos y
boleros
en el Club Social de los Ferroviarios.
Lejos de la
diversión y de la alquimia cartelera
cae su voz en los rostros
trasnochados
que atraviesan la misma calle.
Ausente de
entusiasmo canta por inercia,
una dosis de olvido en una orilla de
la lluvia
se instala en cada hombre que trae a su alma
el tacto
de una melodía.
Afuera los árboles se embriagan en su propia
copa,
la madrugada gira en un rostro de antigua
fotografía.
Es difícil imaginar algo distinto a la
incertidumbre,
creer en la existencia de alguna esperanza,
desafiar a la majestuosa pena de andar con el cuerpo a duras
penas.
No sólo en los labios él vive esta historia
también
en las manos tristes de un cadáver.
Clavel,
insiste en
reclamar un lugar en la sociedad,
-- al menos tiene una canción
donde caerse muerto --
Concesiones
Escribe cada vez un verso
menos.
Ignora las palabras grandilocuentes,
el triste oropel
con qué han vestido a la poesía.
Escribe lo estrictamente
necesario,
caduca todo tipo de concesiones,
el lenguaje
almibarado de las flores.
Borra de tu registro a los poetas
trasnochados
que cantan a la luna y a los amores
imposibles.
No esperes el último día para
hacerlo.
Existencia
Proletaria
A Fidel no le agrada la actual situación
de Cuba,
ser el adalid de una masa proletaria.
Es decir,
mirar el destino directamente a los ojos.
Él sabe que el tiempo
juega en su contra
que la revolución lo estafó con sus ofertas
demagógicas.
Impaciente espera la posición en la que va a
inmortalizarse,
elegir el ademán preferido
su última consigna
anti - norteamericana.
Hace algunas semanas no duerme,
teme
ahogarse en el océano de sus propias utopías.
Demagogos de Profesión
Se necesita
vagabundos,
enanos que no sepan la estatura de sus
tristezas
invidentes con ciertas dudas sobre la
belleza,
corruptos de pésima memoria
noctámbulos mal
agradecidos
sofistas que pregonan la nueva vida
demagogos de
profesión
y todo tipo de charlatanes para encubrir fraudes del
estado.
Después de todo nadie sabe hacia donde
vamos.