HEBERTO PADILLA EN CHILE
"¿Los recuerdos son cuadros?
¿O uno
quiere que sean como cuadros?
Y si lo fuesen
¿No serían más
bien
lienzos abandonados entre la telaraña?"
por Cecilia García
Huidobro McA.
..... El cuadro que de él guarda mi memoria, lo sitúa en
el aeropuerto de Pudahuel. Acababa de aterrizar un vuelo proveniente
de Miami. Se bajaron familias completas con orejas de Mickey en la
cabeza,
bulliciosos y felices de arrastrar gigantescas bolsas y paquetes. Al
no verlo, llegué a pensar que lo había dejado el avión. Pero supongo
que espontáneamente había guardado distancia de esa manada
carnavalesca, pues finalmente apareció, elegante y caballeroso, como
acostumbraba a ser.
..... Era su primera visita a
Chile y, por desgracia, terminó por ser también la única. Su
curiosidad parecía no tener límites y gustaba preguntar,
contrapreguntar y volver a preguntar sobre todo que por esos días,
primavera de 1993, el país se encontraba en proceso de elecciones
presidenciales. Me di cuenta, además, que solía chequear con otras
personas la información que obtenía de nuestra conversación a la
usanza "cubana", presumo.
..... Era un hombre que quería
desentrañar la historia, pese a que la historia gastó con él una de
sus bromas más pesadas. El archibullado caso Padilla lo volvió un
héroe para los más, un traidor para los menos, pero en cualquier caso
lo obligó a un protagonismo que no se condecía con su propio carácter.
"No me gustan los héroes -le oí decir-. Son una mentira". Sabía que la
realidad no es tan simple y no dejaba de mirarla con ironía y
distancia.
..... Esa tensión que hay entre
el individuo y la historia también marcó su poesía, más cercana de la
tradición inglesa que de la española. "Yo leo un poema y tengo que ver
lo que está pasando, que no me llene de palabras". Por eso fue un gran
lector de Pound, Eliot... Eso no le impidió apreciar al Neruda de
Residencia en la Tierra, por ejemplo. Recuerdo
haberlo oído recitar algunos versos de "Tango del viudo"
imitando su pastoso tono a la perfección: Oh, maligna, ya habrás
hallado la carta, ya habrás llorado de furia... "Por esos versos
-me dijo-, por ese tono coloquial entró Nicanor Parra a la
poesía".
.....
Era en realidad un gran imitador y un
mejor observador. Cualquier relato de las diversas actividades que
realizó en Chile: conferencias en el Centro de Estudios Públicos (CEP)
y en la Universidad Católica, entre las principales, y reunión con
distintos grupos intelectuales, siempre incluía observaciones agudas y
sabrosas producto de su notable percepción.
.....
De sus amigos de los buenos tiempos, se encontró con que Enrique Lihn
se había adelantado en la partida por lo que ya serían irrepetibles
aquellos días de andanzas isleñas. En cambio, Roberto Ampuero lo alojó
unos días en su casa en Valparaíso. Y pudo estar con Jorge Edwards,
quien se preocupó de que pasara una agradable estadía, invitándolo
incluso a la piscina. Claro que los panoramas más frecuentes eran por
la noche a bares y centros nocturnos de tertulia a los que tan sólo al
llegar, contaba Padilla, algunas mujeres "tan maquilladas que parecían
periodistas" lo saludaban efusivamente desde la distancia: ¡Joorge!,
Jorge!
.....
Días después, Heberto Padilla se fue
como vino: amable, desencantado y con su carga de sabiduría en
bancarrota.
..... La historia, que se
encargó de que Heberto Padilla no fuera un lienzo abandonado entre la
telaraña, se ocupó también de arrojarlo a una dolorosa e injusta
soledad en la que vivió y en la que murió la semana pasada en Alabama,
Estados Unidos. Quizás por eso, prefiero recordarlo como el hombre
irónico y buen conversador que era, un enamorado de la vida y de la
literatura. Total, en mi jardín tampoco pastan los héroes.
en Revista de
Libros de El Mercurio
Santiago Chile