..... Parra no es un santo. Baja del segundo piso de su
casa en Las Cruces envuelto en una parka blanca. El cabello cano se le
revuelve como a un querubín. En su dormitorio queda uno de los mejores
amigos con los que hoy cuenta: Hamlet. "Estaba conversando con él",
asegura.Esparcidos por los rincones
están sus trabajos prácticos. Hay una fotografía del Papa con
prismáticos, bajo la que se lee Christ is coming. El fundador
de la antipoesía se ha convertido en un anacoreta con vista al mar; un
ermitaño que es postulado por tercera vez al Premio Nobel de Literatura
y que ayer debía estar en Inglaterra recibiendo la distinción Honorary
Fellow, que la Universidad de Oxford otorga a sus ex alumnos más
destacados.
..... Pero Parra no sabía si
viajar o no. Le cuesta hacerse a la idea de deambular por el cielo
durante más de quince horas y llegar al aeropuerto de Gatwick sin un
lazarillo. Y como los ingleses, para estas cosas, tienen la austera
política del bed and breakfast, como que le da no sé
qué.
-Si ya tengo 86 años, compadre. A veces, me vienen lagunas y me
pregunto qué estoy haciendo aquí -confiesa, cubriéndose la boca con la
mano, como quien se espanta de algo-. Nietzche decía: los que saben son
los jóvenes; los viejos harían bien en pegarse un tiro.
..... Es cerca del mediodía y Corita -quien le
cocina, le limpia la casa y le contesta el teléfono- se desliza hasta el
living con té y piñones. Una suerte de desayuno para Parra que acaba de
levantarse y que suele almorzar a eso de las cinco de la tarde. "Para
mí, todos los días son domingos", sostiene. Lleva tres años radicado en
Las Cruces y ya la Municipalidad de El Tabo lo nombró hijo ilustre.
"Tabo", dice, y pone cara de horror: "Yo le dije al alcalde que debía
cambiarle el nombre al municipio. ¿Por qué no Municipalidad de Las
Cruces? Tiene todo un sentido, las tres cruces, el monte del Calvario,
ya sabes".
..... La casa es blanca por
dentro y mira al Pacífico. El lugar propicio para la renuncia: a las
mujeres, a la fama, a los bienes materiales. Está en el bosque en pos de
Brahma. "¿Sabes cuál es el premio de Brahma? No volver a existir. Morir
para siempre. ¿El castigo? Volver a la vida en una forma inferior: una
cucaracha, un gusano. La existencia a veces es humillante", señala.
A
Parra la vida lo ha golpeado con fuerza, incluso en sus relaciones
amorosas -entre las que se cuentan tres matrimonios. No hace mucho vivió
con una muchacha hermosa, mucho más joven que él. Un buen día le dijo
que se iba . Y por la ventana le fue haciendo señas, mientras partía del
brazo de otro. "Me han puesto el gorro hasta el mentón", dice, aunque
también a él le ha tocado estar del otro lado.
..... La mujer que inspiró su poema "El hombre
imaginario" era casada. Para él -tal como lo cuenta en el libro de
Leonidas Morales, Conversaciones con Nicanor Parra-, "ella era
la mujer que yo soñaba, y que yo buscaba y que creía haber encontrado".
Aquello ocurrió en 1978. Él tenía 64 años; ella, 32. "Cuando me
pulverizó, entonces ella me dejó, me abandonó". Tiempo después, ella
optó por el suicidio y Parra inmortalizaría ese idilio en uno de sus
poemas más hermosos.
"Y en las noches de luna
imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su
amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo
placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre
imaginario".
PARRA, LA INFANCIA
..... Dentro de los trabajos prácticos que tiene
repartidos por su casa, hay una máquina de coser que parece haber sido
rescatada de un incendio. El cartel reza: "La máquina de la mamá de la
Violeta". Parra se detiene frente a ella y cuenta que con una maquinita
igual a esa, su madre, Clarisa Sandoval, se ganaba el dinero. Él la
asistía con una palmatoria para que pudiera seguir trabajando de noche.
A veces, la aguja caía sobre la uña de su madre y había que traer el
botiquín y curarle el dedo a doña Clarisa.
..... La infancia de Parra se disemina por San
Fabián de Alico -lugar de su nacimiento-. San Carlos, Lautaro, Villa
Alegre, Chillán y Santiago. Tiene gusto a chanfaina, su plato preferido:
un guiso similar a la carbonada, pero que en vez de carne se hace con el
hígado del animal. Había que ingeniárselas porque ni el sueldo de
profesor primario de su padre, Nicanor Parra Parra, ni lo que juntaba su
madre como costurera, alcanzaba. Llegaron a ser nueve hermanos: Hilda,
Violeta, Elba, Eduardo, Caupolicán, Lautaro, Óscar René, Roberto y
Nicanor (el primogénito).
..... De su
padre tiene recuerdos cálidos, como aquellas jornadas en las que se iban
al campo y, entremedio de los espinos, sacaban huevos de diuca que para
él fueron verdaderos manjares. O las veces que le acompañaba a jugar
rayuela y el niño Nicanor llevaba las cuentas y agrandaba el oído para
escuchar los dichos de los amigos de su padre. El regreso a casa no
siempre era dulce, porque a su progenitor se le pasaban las copas y su
madre se las cantaba claritas. Aquellas peleas le resultaban a Parra lo
mismo que "el juicio final, el diluvio universal, algo
tremendo".
..... Antes de emigrar a
Santiago, postula a la Escuela de Carabineros. Su estatura no se enmarca
dentro de los requisitos exigidos y el país se libra de un antipoeta
cursando infracciones de tránsito. A diferencia de la mayoría de sus
hermanos, el mayor de los Parra enfila por el lado del estudio. Parece
un cuento de hadas porque del Internado Barros Arana pasa al Pedagógico
de la Universidad de Chile, donde en 1937 recibe el título de profesor
de Estado; en 1943, estudia mecánica avanzada en la Universidad de Brown
(Estados Unidos); y en 1949, realiza un doctorado en cosmología en la
Universidad de Oxford.
..... La antipoesía
hacía rato que se había incubado en él. "Yo me preguntaba por qué cresta
los poetas hablaban de una forma y escribían de otra. ¿Por qué utilizan
esa jerga que se llama lenguaje poético y que no tiene nada que ver con
el lenguaje de la realidad?", asegura. Hay versos suyos que aluden a
esta cuestión trascendental en la irrupción de la antipoesía:
"Durante medio
siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto solemne.
Hasta
que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa".
NERUDA, MISTRAL, GINSBERG,
SONTAG
..... Muchos han querido ver en esa y otras frases una
odiosidad contra Pablo Neruda. Parra lo niega y manifiesta su cariño
hacia él.
-Él fue uno de los que recibió de mejor forma Poemas y
Antipoemas (1954). Y años más tarde, en un congreso de escritores
en el Pen Club, al Papablo se le ocurre decir que en
Hispanoamérica no había más que tres poetas: Darío, Huidobro y Parra. Yo
me quedé con la boca abierta. No lo podía creer -explica.
..... La Mistral también le había dado su venia en
Chillán, aplaudiendo con fervor una irrupción del joven Nicanor que no
estaba considerada en el programa oficial. "En un descuido de los
figurones, Parra se encaramó hasta el escenario y sin que mediara
intervención alguna -cuenta el escritor Efraín Szmulewicz-, por la
sorpresa, leyó el poema Canto a la escuela, dediacdo a la
Mistral".
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde entonces. Los
beatniks lo acogieron entre los suyos y en más de un recital poético,
Ginsberg tradujo los poemas que Parra declamaba en español. La novelista
Susan Sontag le susurró durante un almuerzo en Nueva York: "Nicanor, tú
siempre has sido mi héroe". Y la esposa de Nixon lo invitó a tomar el té
en 1970, lo que gatilló su expulsión del jurado literario del Concurso
Casa de las Américas de La Habana. ¡Horror de horrores!, porque en Chile
le dieron como caja.
También se le murio la Violeta. Tremenda cosa.
En 1967.
"¿Por qué no te levantas de la
tumba
A cantar
a bailar
a navegar
En tu
guitarra?
Cántame una canción inolvidable
Una canción que no
termine nunca
Una canción no más
una canción
Es lo que
pido".
..... Parra es un torbellino de emociones. Se enamora y
se desenamora. Se casa y se vuelve a casar. Le coquetea al mundo y a las
mujeres. Poco antes asegura haber inventado el pop en Chile, junto a
Alejandro Jodorowsky y Enrique Lihn. El trío da forma al
Quebrantahuesos, suerte de poesía mural que confeccionan en
base a recortes de diario. Parra le roba a la prensa frases del estilo
de "Muchas felicidades" y sobre esto instala un corazón canceroso lleno
de grasa o una foto de la guerra de Vietman.
..... A Parra le dan el Premio Nacional de
Literatura en 1969. Él ya había descargado buena parte de su artillería:
Cancionero sin nombre (1937), Poemas y antipoemas
(1954), La cueca larga (1958), Versos de salón (1962),
Discursos (1962), Manifiesto (1963) y Canciones
rusas (1967). Ese mismo año saca Obra Gruesa y
Poemas.
..... Si bien la primera
postulación oficial de Parra al Nobel se hace en 1995, ya en 1972 la
idea comenzó a rodar en la cabeza de algún chileno. Enrique Lihn lanza
la idea en la presentación de Artefactos (1972). Claro que pone
una condición: "Primero se lo dan a Borges, después a
Parra".
Vaya.
..... Pero ahora va en
serio. El 17 de enero del 2001, Leonidas Morales, integrante del comité
gestor de la idea, se presentará en Estocolmo para inscribir
oficialmente su nombre. Las dos postulaciones anteriores de Parra (1995
y 1997) fueron fallidas. La tercera es la vencida, dicen, aunque Parra
siga diciendo que cree más en el kino que en el Nobel. Claro que bajo
cuerda susurra: "Entre tenerlo y no tenerlo...".
¡HAMLET! ¡HAMLET!
¡HAMLET!
..
Parra fue dueño de un
castillo de tres pisos que estaba recubierto de tejuelas de
alerce. "¿Sabes lo que es eso?", dice. Ese castillo se levantaba
al lado de su actual casa en Las Cruces. "El que entraba ahí se
quería quedar. Uno se sentía un duque y así caminaba por los
corredores", afirma. No le duró mucho, porque una tarde de 1987,
el castillo se quemó. -El cuidador me había sentenciado a
muerte, porque yo lo tuve que correr. Él se había apropiado del
castillo, que estaba medio abandonado. Cuando yo lo compré, él
tuvo que irse. Se fue yendo de a poco, como preparando todo.
Primero su esposa, luego sus hijos, el último en irse fue él.
Todas las señas indicaban que él había provocado el incendio. El
día que se quemó, lo sorprendí mirando las cenizas. Me acerqué y
le dije: "¡Tú lo incendiaste, huevón de mierda!". Él me miró y me
respondió: "Yo lo quería más que usted". |
|
... De todas
formas. Parra hizo de Las Cruces su refugio, su bosque. Se puso su traje
de anacoreta después de ir a México en busca del premio Juan Rulfo
(1991). En ocasiones, lo mete bajo la cama para recibir a su tropa, los
suyos, entre los que ya cuenta seis hijos y varios nietos. Por uno de
ellos, el Tololo, babea sin conmiseración. Cuenta que estando en la
escuela, el profesor quiso llamarle la atención. "¡Cristóbal Ugarte!",
le dijo. Una, dos, tres veces, y el Tololo no respondía. Ante tanta
insistencia, el mocoso de ocho años se dio vuelta y le respondió: "Mi
nombre es Hamlet".
-¡Hamlet, Hamlet, Hamlet! -confiesa Parra,
obligado a develar el secreto de su fortaleza. No es fácil llegar a los
86 años con esa claridad mental y su condición física. Asegura que allí
está todo. No en El rey Lear, que él tradujo al castellano,
sino en Hamlet. Incluso una guía práctica para vivir en los tiempos
modernos, marcados, según él, por "el dominio del care' palo, del
care´raja, el que está en la televisión".
-A los care´raja hay que
saber tratarlos -sostiene-. Hay que hacer como Hamlet hace con Osric.
"Se lo agradezco humildemente, mi señor", le dice Hamlet. Pero
inmediatamente le dice a Horacio: "¿Conoces a este mariposón? No te has
perdido nada". Al care´raja no hay que enfrentarlo, porque no sabemos
cómo puede responder. Hay que hacerle una verónica. Hola y
chao.
Parra hace verónicas a medio mundo. Saluda y se despide, sin
más. Ahora le dio por recoger coplas. "Aguien tiene que rescatar la
cultura popular", justifica y, tras cartón, regala dos coplas pescadas
en San Antonio: "Mi suegra anda por ahí / diciendo que no trabajo / que
le pregunte a su hija / cuando la tengo debajo". Y: "Yo no me caso con
viuda / increíble pero cierto / por no ponerle la mano / donde se la
puso el muerto".
..... Más regalos. A
propósito del Premio Nacional a Raúl Zurita: "Batahola: / Por el Premio
Nacional de Literatura 2000 / Nada de que admirarse / En este país se
ponen en entredicho / Hasta los veredictos de la Corte Suprema /
Golosinas de la democracia".
..... Camina
Parra. Se arregla el cabello. Pone cara de pato malo. Puede hablar con
el académico y con el vendedor de la feria. Dice sentirse a gusto en Las
Cruces. Un minuto después se saca de la manga una reflexión triste: "La
vida es una humillación". Cita a Shakespeare: "El mundo es un
conglomerado de putas y cabrones". Afirma que ya no le coquetea a las
mujeres. Unas cuarentonas lo saludan. "¿Cómo está poeta?". Parra se
acerca, les sonríe y las besa, muy cerca de la comisura de los labios.
Luego les regala un poema. Parra no es un santo.
Galería
de imágenes
Parra
junto a Inga Palmen, su tercera mujer
Con Raúl Gonzalez y Blanquita MacFadsen
Acompañado de Panchita, una de sus hijas, y su nieto
Jaime.
Durante 51 años fue profesor de la Escuela de Ingeniería de
la Universidad de Chile
Con Antonio Skármeta. |
en
Revista del Sabado , de El Mercurio, 30 de septiembre de
2000.