..... Si los poetas activos desde la década del cuarenta, como
el nicaraguense José Coronel Urtecho o los chilenos Humberto
Díaz-Casanueva y Gonzalo Rojas, muestran, en grados diversos, su
asociación con el surrealismo y, en general, con la vanguardia, la
obra de Nicanor Parra es el más radical cambio de dirección que se
produjo en nuestra poesía hacia mediados de siglo; más
precisamente: es una disidencia, una réplica burlona a las
propuestas vanguardistas. Lo que él llamó "antipoesía" le daría un
vuelco total a nuestro lenguaje poético e impondría la disonancia
como norma. El impacto que produjo, sumado al que había
incorporado Ernesto Cardenal, cambió el perfil de nuestro lenguaje
lírico y abrió las compuertas para que los más jóvenes ensayasen
sus variantes de poesía coloquial, narrativa, prosaica y
"hablada". Esa es la trascendente inovación que el urado del
Premio Reina Sofía ha reconocido medio siglo después.
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..... Un par de cuestiones
previas son necesarias para entender bien el contexto en el que se
produce este decisivo cambio y valorar su significado. La primera
tiene que ver con el contexto de la poesía chilena. En los años en
los que Parra surge, la presencia dominante es, sin duda, la de
Neruda, cuya poderosa voz, como un nuevo Rey Midas, convertía todo
en poesía. Neruda era una luz deslumbradora ante la cual todo lo
demás palidecía; así, un arduo dilema se les planteaba a los de la
nueva generción: ¿Cómo escribir poesía después de Neruda? ¿Cómo no
imitarlo, cómo sonar distinto? El lenguaje nerudiano era
reconocible en toda América, pero en Chile podía además ser visto
casi como un obstáculo en el camino de la nueva poesía.
.....Parra resolvió el
dilema con un gesto simple e irrevocable: en su célebre poema
"Manifiesto" (publicado como un cartel en 1963) declara: "Los
poetas bjaron del Olimpo" y luego agrega: "A diferencia de
nuestros mayores / -Y esto lo digo con el mayor respeto- /
Nosotros sostenemos / Que el poeta no es un alquimista. / El poeta
es un hombre como todos / Un albañil que construye su muro: / Un
constructor de puertas y ventanas. [...] / Nosotros repudiamos /
La poesía de gafas oscuras / La poesía de capa y espada / La
poesía de sombrero alón..." No pueden pasarse por alto dos
alusiones que parecen tener destinatarios precisos: lo de
"alquimista" apunta a Huidobro y lo de "sombrero alón" a Neruda,
quien de joven solía usarlo. (En una vieja fotografía reproducida
en sus "Obras completas" eso puede comprobarse).
..... La otra cuestión nos
obliga a hacer referencia a ciertos acontecimientos y fenómenos
que estaban ocurriendo en el contexto literario internacional. Por
todas partes, de Estados Unidos a Europa, se respiraba un aire de
negación y contradicción del establishment. Esa tendencia al
nihilismo conduciría más tarde a la actitud de revuelta general, a
los movimientos de "contracultura" que trataban de cerrar la
brecha entre las formas "cultas" y "populares" del arte o de
subvertir las reglas convencionales de la creación estética. Hay
una singular conexión entre la antipoesía de Parra y los intentos
en que se empeñaron los miembros de la generación beat
norteamericana, con Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti y
Gregory Corso a la cabeza.
..... Por la misma época,
dos propuestas estéticas que venían de Francia, el "antiteatro" de
Ionesco, Beckett y Adamov y la "antinovela" ( o nouveau roman) de
Robbe-Grillet, Nathalie Sarraute y Claude Simon representaron un
rechazo total -análogo al que los beatniks tenían por las
convenciones poéticas de su lengua- de las reglas en las que se
fundaban la comunicación teatral y la verosimilitud narrativa. En
otras palabras, la antipoesía es parte de un cambio general que
afecta a diversas formas literarias a mediados de siglo, lo que
explica la fuerza de su aparición y el grado de su difusión e
influencia: era un profundo síntoma de la época.
Parra en Oxford, 1945
..... Los años de Parra en
el extranjero son decisivos en su formación. Su especialización en
mecánica celeste le dio una perspectiva muy aguda de las bases
racionales y tecnológicas del mundo contemporáneo, que su
antipoesía le permitiría desmontar y ridiculizar. En Inglaterra y
Estados Unidos frecuenta la poesía anglosajona de ayer y de hay
-John Donne, Blake Whitman, Eliot, Pound, Dylan Thomas, etc.- los
relatos de Kafka, el pensamiento existencialista y otras nuevas
doctrinas filosóficas. Descubre así el valor de otra tradición
poética -la inglesa- ajena a la grandilocuencia y la
artificiosidad retórica que aquejaban a la nuestra, a la vez más
natural y más expresiva de la situación concreta del hombre -y de
la suya- en un mundo moderno alienado e incomunicado. Agreguemos
al menos un poderoso influjo hispanoamericano: Macedonio Fernández
y su ingenio paradójico. Esas lecturas le abrirían el camino hacia
la antipoesía. A esa síntesis de estímulos y formas paralelas,
Parra agregó un elemento: el humor popular e irreverente, la
chispa vitriólica y anárquica que le da a su fórmula un sabor
inconfundible.
PADRE NUESTRO (de "OBRA GRUESA",
1969) |
Padre nuestro
que estás en el cielo Lleno de toda clase de
problemas Con el ceño fruncido Como si fueras un
hombre vulgar y corriente No pienses más en
nosotros.
Comprendemos
que sufres Porque no puedes arreglar las
cosas Sabemos que el Demonio no te deja
tranquilo Desconstruyendo lo que tú
construyes.
El se ríe de
tí Pero nosotros lloramos contigo: No te preocupes
de sus risas diabólicas
Padre nuestro
que estás donde estás Rodeado de ángeles
desleales Sinceramente: no sufras más por
nosotros Tienes que darte cuenta De que los dioses
no son infalibles Y que nosotros perdonamos
todo.
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en El Dominical, de El
Comercio de Lima, 17 de junio de
2001