El Poblador de la Nada
& la Cosa Ninguna
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EL ANTI-CUENTO,
PRECEDENTE DE SUS ANTIPOEMAS
Quienes atribuyen el tono
narrativo, coloquial y disparatado de los antipoemas a una etapa
relativamente tardía en la carrera literaria de Nicanor Parra, se
sorprenderán al leer su cuento Gato en el camino, escrito cuando
tenía 21 años. En una entrevista concedida a Mario Benedetti en 1969
para Revista Marcha, el autor chileno se declara un prosista frustrado
que derivó rápidamente a la poesía:
Realmente, yo me inicié como
prosista -recordó- . En el año 1935, con Jorge Millas, Carlos Pedraza y
otros compañeros de adolescencia, publicamos una revista (Revista Nueva)
y en los dos primeros números (no llegamos al tercero) vienen algunos
trabajos míos en prosa. El primero se titula Gato en el camino. Es un
cuento; realmente un anticuento.
Según confesaría años más tarde
a Leonidas Morales (Conversaciones con Nicanor Parra, Editorial
Universitaria, 1991), el carácter estrambótico de ese relato le pareció
a Jorge Millas una tomadura de pelo y se opuso tenazmente a su
publicación hasta que el joven pintor Carlos Pedraza - diseñador de la
revista- intercedió por él, convencido de que era un trabajo macanudo.
Pisándole los talones al surrealismo, Gato en el camino tiene el aire
fresco, dinámico y absurdo de los cuentos populares que sobreviven en
los campos de todo el mundo, recopilados en su momento por Vladimir
Propp, Italino Calvino y Yolando Pino Saavedra. El cuento sólo volvió a
publicarse, sin la autorización de Parra, en la antología de Rodrigo
Quijada, Crónicas de Chile (Editorial Jorge Alvarez, Buenos Aires,
1968).
La segunda incursión prosística de Parra la constituye
El ángel, fragmento de una tragedia novelada aparecido en el
número dos de la Revista Nueva (1936). Su autor la recuerda como una
pieza de teatro nudista avant la lettre. Sin embargo, las siguientes
narraciones del escritor abandonarían ese camino, asumiendo un tono
premeditadamente lírico, como lo demuestra su cuento Tomás o el
ayudante del otoño, prosa poética no del todo convencional,
publicada en el número 11 de la revista Aurora de Chile (1939), que
dirigía Pablo Neruda. Ese mismo año el diario La Ley de Chillán le
publicó a Parra el cuento La dama del velo encantado. Otro par de
textos permanecen olvidados en publicaciones de la época. Su autor no
volvió a insistir en la narrativa.
En realidad - le explicó a
Benedetti- , el cuento propiamente tal yo no lo concibo, como tampoco
concibo la novela propiamente tal. Me interesan más bien en su estado de
bocetos, o de bichos más o menos informes; me interesa más un renacuajo
que la rana completa: me interesa más el insecto a medio camino, que el
insecto perfecto. Tal vez debido a eso no he persistido en el trabajo de
la prosa, que es más coherente que el poético.
P. P. G..........
FRAGMENTO DE
GATO EN EL CAMINO
(Narración)
Parte Primera
Este
era un gato. Una vez se extravió. Venía por un camino, cerca de unos
cuantos bosques. Por los alrededores abundaban los prados. En el camino
estaban abandonadas unas cucharitas de té revueltas con trompos. El gato
venía por este camino. Un vecino lo encontró y lo llevó a su casa. Su
hijo se lo pidió, pero él no se lo quiso dar. Envolvió al gato en unos
papeles y fue a entregárselo al dueño.
Tome su gato.
- Muchas
gracias. En seguida voy a venderlo.
- No lo venda.
- Tengo que
venderlo. Discúlpeme. Páseme mi sombrero.
Salió hecho una tromba.
Se llevó el gato al mercado. Lo llevaba envuelto negligentemente en unos
papeles.
- Vendo esto.
Pasó el Intendente, pero no quiso
comprarlo.
- ¿Quién compra un lindo felino?
- Yo quiero comprar
uno para mi hijo que está enfermo del sarampión desde hace tres semanas,
respondió el tabernero. A ver, muéstremelo.
- Aquí está el
gatito.
- No puede ser. Yo no los compro así.
El dueño lo
envolvió en unos papeles y se lo llevó a casa. Por el camino compró
naranjas. Allá le dijo a su mujer: La gente no quiere comprarlo. Ahí lo
tienes. Te lo regalo. Su mujer estaba sacando agua del pozo.
-
Déjalo en la despensa, contestó ella.
Por la tarde vino un niñito a
ver si se interesaba por el gato, pero éste le arañó la cabeza. Cuando
llegó a casa su padre le dio de palos porque era un hijo
testarudo.
Cinco días después el gato se extravió por unos caminos.
En los recodos brillaban unas cucharitas de té revueltas con trompos. De
los montones de piedras embarradas asomaban cogollos de trébol.
El
hombre del lado lo encontró y pensó: se lo llevaré a mi hijo. Pero su
mujer lo increpó: ¿te vas a quedar con el gato? Por eso el hombre se fue
donde su vecino y le dijo:
- Tome su gato.
- Muchas
gracias.
La mujer del dueño estaba haciendo pan.
- Anda
mañana al pueblo a vender este gato.
Mientras procuraba envolverlo,
el gato se echaba hacia atrás. Varias veces se le cayó y, por lo demás,
una vez le dio un pisotón. El gato gritó en forma desmedida. Al último
el dueño no lo quiso recoger. Tenía jaqueca.
- Recoge ese gato, le
dijo su mujer.
Pero él desobedeció. Además era flojo y mal
marido. El fogonero lo pilló y se lo pasó.
- Gracias.
El
gato estuvo a punto de arañar al fogonero. Mas, como era tolerante, se
retuvo.
- Vendo este gato. A intervalos se comía un
pepino.
Pasó el Intendente. Pero se hizo que iba apurado. El
dueño sintió despecho. Más tarde pasó el tabernero. Miró hacia un lado y
sacó el reloj para ver la hora. Después se echó las manos a los
bolsillos y aligeró el paso.
Entonces el dueño dejó el gato sobre una
pequeña mesa y se fue para la casa. Cada dos cuadras se encontraba un
diez.
Un niñito que iba a comprar calugas lo desenvolvió con toda
clase de cuidados para después hacerle cariño. Pero el gato lo arañó. El
herido pensó vengarse. Al rato lo había olvidado.
Después pasó un
perro lanudo lleno de trunes. Olfateó al gato y en seguida se fue. En la
esquina dobló para la plaza.
A los pocos días el gato se extravió por
unos bosques. Empezaban a caer los primeros granizos. Más allá del
puente había un molino. Los torrentes trizaban los
amaneceres.
Parte Segunda
Anda que te anda el gato llegó a
Nicaragua. Como el camino estaba embarrado llevaba las patitas muy
sucias. También las llevaba mojadas. A veces una chicharra se le paraba
en los mostachos. Pero después se iba. Por el camino tuvo que atravesar
varias charcas. Cuando llegó a Francia iba con mucho frío porque había
hecho la caminata en pleno Invierno. De vez en cuando se detenía a
lamerse el pelaje. Perdida en los bosques encontró una posada alumbrada
por media docena de faroles. En el jardín los chiquillos hacían unas
pocas barbaridades. La señora lo vio por la ventana y en un principio no
le hizo caso. Después salió cautelosamente y lo sorprendió pisando sobre
unos guijarros. Miró para todos lados para cerciorarse que nadie la
miraba y se guardó el gato.
Se lo mandaré a mis tías, pensó para sus
adentros. Algunas horas más tarde les escribió un telegrama diciéndoles:
va gato. Saludos.
(...)
NICANOR PARRA Y EL
TEATRO
por Mario
Valdovinos
POR emplear buena parte de su
potencia en desacralizar y triturar el discurso de un tipo de lírica
anclada en el paraíso del tonto solemne y en una retórica tan hermética
como declamatoria, la antipoesía de Nicanor Parra ha terminado muy cerca
de ser una instalación teatral. El sujeto de sus textos está preparado
para monologar en la plaza pública (o púbica), sin que eso signifique
que el auditorio se vaya a desangrar escuchándolo.
El antipoeta
ha asumido de algún modo en su discurso la vehemencia del Cristo de
Elqui (basado en la figura real, aunque aquí la palabra hace agua por
todos lados, de Domingo Zárate Vega, un redentor popular que esparcía su
prédica en la Quinta Normal por los años treinta), el energúmeno que
emite un soliloquio al modo de Hamlet y de Segismundo, pero desprovisto
de dogmatismo, consagrado a la tarea de defender los restos de
identidad, el lenguaje de la tribu o los pedazos de cielo y las
bocanadas de aire limpio que van quedando. Para ello ha experimentado
una transformación genérica que va desde la escritura de poemas de
marcado temple dramático, al estilo de Autorretrato, El Túnel, La
Víbora, La Trampa, Los vicios del mundo moderno, Las Tablas, Soliloquio
del individuo, todos de Poemas y Antipoemas (1937-1954) y,
especialmente, Manifiesto (1963), hasta las distintas formas de
explosión de sus temáticas que desembocan en los Artefactos, Sermones y
Prédicas, Cachureos, Chistes, Ecopoemas, Guatapiques y Artefactos
visuales.
En 1972, en uno de sus Artefactos publicados bajo el
formato de tarjetas postales, Parra señaló: Cuándo van a entender/ estos
son parlamentos dramáticos/ estos no son pronunciamientos
políticos.
Quizás el carácter de tragicomedia de la antipoesía,
poseedora de una virtualidad teatral soterrada, pero energética, ha
suscitado variadas respuestas en los distintos grupos que cultivan las
artes de la representación. El antecedente más remoto es la puesta en
escena por parte del Teatro de la Universidad Católica, en 1970, del
montaje Todas las colorinas tienen pecas, protagonizada por Jaime
Vadell, una propuesta original motivada por la lectura rigurosa de los
textos parrianos publicados hasta ese momento y reunidos en la antología
Obra Gruesa, de 1969. El trabajo de análisis previo al rodaje de la obra
sobre el escenario dio como resultado de la búsqueda la omnipresencia de
la muerte en la expresión de Parra. En 1977, el mismo Vadell dirigió
Hojas de Parra, montada por el Teatro La Feria. La respuesta del orden
vigente por esos años fue incendiar la carpa de Providencia donde se
representaba; mal que mal, al fuego lo que es del fuego. Entre los años
1991 y 1992 aparecieron dos producciones teatrales basadas en la obra
del antipoeta: Parricidio y Comedia Funeraria. Un tiempo después, el
grupo La Mancha propuso Parranda, selección de textos de Nicanor Parra
hecha por una banda de bufones. En forma paralela, Parra iniciaba la
traducción del Rey Lear, disparaba sus artefactos en torno a la tarea
del gran traidor que es siempre un traductor y declaraba en entrevista a
El Mercurio: Traducir el Rey Lear es el proyecto de mi vida. (21/09/91).
Durante los años noventa, además, el actor Raúl Palma encarnó sobre el
escenario la figura del Cristo de Elqui, en un espectáculo
unipersonal.
En la transcripción - así la denomina- de
Shakespeare, Parra propuso una personalísima mezcla de homenaje al bardo
y de transgresión a su lenguaje. De antología resultó el diálogo entre
Kent y Oswald en la escena II del acto II. Al lado de los denuestos:
Lacayo experto en genuflexiones e Hijo y nieto de perra descastada,
Parra incluye: Patas hediondas; Tres tristes trajes al año; Mojón de
peluquería.
Nicanor Parra intervino con singular éxito en el
Festival Mundial del Teatro de las Naciones (Chile, 1993), demostró
presencia escénica y leyó sus artefactos dramáticos en el registro de la
tragicomedia. Ese mismo año, declaró en televisión: Un antipoeta es un
dramaturgo y no un poeta lírico.
En pleno 2001, el antipoeta se
mantiene sobre el tinglado de la farsa, sin ser asaltado por el pánico
escénico: Facha de loco, sabe que es el rey.
EL CUESTIONARIO PARRA
Este ejercicio le fue propuesto al antipoeta siguiendo como
modelo el célebre Cuestionario Proust que alguna vez contestara el
escritor francés, y del cual circulan varias versiones hasta hoy. El
Cuestionario Parra fue creado y respondido por el autor
chileno.
CUESTIONARIO
1. ¿Ha tenido pens sueños o pensamientos
incestuosos? 2. ¿Hay alguna oveja negra en la familia? 3.
¿Perversión en la cámara nupcial? 4. ¿Accedería a intercambiar
pareja? 5. ¿Se sabe algún poema de memoria? 6. ¿Cuál es su
posición en el conflicto mapuche? 7. ¿Qué quiso decir Zenón de
Elea Con su Parradoja de Aquiles & la Tortuga? 8. ¿En qué
se parece Hamlet a Don Quijote? ¿En qué se diferencian? 9.
Autoepitafio 10. Copla favorita 11. Aspira a ser el poeta +
grande de Chile? 12. Sus discípulos +
aprovechados
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RESPUESTAS
1. No muchos 2. Casi todas son
blancas 3. A qué se refiere 4. No tengo pareja 5. El
Padre Nuestro 6. Vuelta a la madre Patria Salvo que los
mapuches se resignen A concedernos visa de inmigrantes O x
lo menos visa de turistas: EXODO o lo que digan los
caciques 7. Por muy rápido que sea el hombre Nunca podrá
alcanzar a la mujer 8. Ambos son enderezadores de
entuertos Don Quijote es un loco de remate En cambio Hamlet
es un loco cuerdo 9. ¡ÁNIMO!: Descansen en paz 10.
Asómate a la vergüenza Cara de poca ventana Y dame un vaso
de sed Que vengo muerto de agua 11. Me bastaría con llegar a
ser El poeta + grande de Isla Negra 12. Mis maestros querrá
decir: Primero el N 1: Shakespeare Segundo Dios autor de la
Biblia Tercero... conversable |
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en El Mercurio 4 de
agosto de 2001