LA POESÍA DE PAOLO DE LIMA EN SILENCIOSA  ALGARABÍA
          
        La  poesía de Paolo de Lima da un sustancial giro en esta breve pero significativa  colección. No hay referentes  claramente determinados, el poema nace de una  imagen mental o de una música y se enhebra por extraña asociación léxica para  constituir el acabado textual. Podría decirse que el poema se va encontrando a  sí mismo en el proceso de su fragmentada creación. Al principio es sólo un  impulso sobre el papel en blanco y luego una palabra (un sonido) –cada uno de  ellos- se conecta a otro configurando la cadena fónica: imaginaria, compacta,  altamente elaborada en el plano del lenguaje. Por eso no hay un tema  específico, sino una disgregación conceptual: no hay llegada ni regreso. El periclitante conversacionalismo se  asoma a veces, pero incrustado en un expreso devenir neo-barroco. Porque se  trata de un tour de force con las  palabras –esas putillas del rubor helado- como arrancadas sorpresas del tránsito. Pensado, frío –en el mejor  sentido- el estilo de Paolo de Lima da un salto con Silenciosa algarabía demostrando el dominio del oficio de su autor,  cuyas raíces remiten al barroco ancestral: Algo  está viajando / Y no sé exactamente qué sea. Incertidumbre que es nítida  sin embargo en su fijado destino para atrapar  el frágil aliento de la humanidad y devorarlo.
claramente determinados, el poema nace de una  imagen mental o de una música y se enhebra por extraña asociación léxica para  constituir el acabado textual. Podría decirse que el poema se va encontrando a  sí mismo en el proceso de su fragmentada creación. Al principio es sólo un  impulso sobre el papel en blanco y luego una palabra (un sonido) –cada uno de  ellos- se conecta a otro configurando la cadena fónica: imaginaria, compacta,  altamente elaborada en el plano del lenguaje. Por eso no hay un tema  específico, sino una disgregación conceptual: no hay llegada ni regreso. El periclitante conversacionalismo se  asoma a veces, pero incrustado en un expreso devenir neo-barroco. Porque se  trata de un tour de force con las  palabras –esas putillas del rubor helado- como arrancadas sorpresas del tránsito. Pensado, frío –en el mejor  sentido- el estilo de Paolo de Lima da un salto con Silenciosa algarabía demostrando el dominio del oficio de su autor,  cuyas raíces remiten al barroco ancestral: Algo  está viajando / Y no sé exactamente qué sea. Incertidumbre que es nítida  sin embargo en su fijado destino para atrapar  el frágil aliento de la humanidad y devorarlo.
        [Roger Santiváñez  / Hervores de Agosto / el día que se mató  Marilyn, 2009]
          
        
        * * * 
        
        MAREAS EN LA PLAYA DE  PIEDRA
        Donde habitaban mis ojos la luz se ha ocultado
  y mis miradas invierten el horizonte—
  ya no se adivina más el lento caminar de las mareas en  la playa de piedra.
¿El invierno rasguña la corteza del pez? ¿Los  alces
pisotean  la nieve en desbandada? ¿Cuáles son los ríos
que como  lengua astillada rasguñan la cal del silencio? ¿Y  cuál es
el  silencio, cuál esa lengua como una daga
de  improperios en los despojos? Nada siendo útil
se aferra  como polvos de alquitrán en las heridas,
nada  siendo inútil lo supera en sus llagas.
  Y no hay  que interrogar al estruendo que la nieve desmorona
  ni  habitar la forma en cuya función se enreda
  una pequeña niña.
  No es un  trazo esta línea que balbucea 
  como  mancha de ceniza en las heridas del día
  las  heridas del mundo como un parche
  o una  ruina dentada buscando las imprecaciones en los péndulos del estío
  en los  silencios de cristal que la daga hunde
  para  invadir el invierno.
  Pero  ahora que los huesos del cielo ya no son de los rezos
  ahora que  como de un lugar abandonado alejamos nuestras verdades
  para  depositarlas en la superstición del gatillo
  no es un  monstruo el que bucea en la línea del sueño
  por donde  las cosas se deslizan
  en la  vibrante madrugada de la arrojada marea.
  No lo es  en el como, no lo es en la letra, no lo es en la sustancia del tiempo.
  No lo es:  mareas en la playa de piedra. 
         
        Paolo  de Lima. Lima, noviembre 1971. Ha publicado los  poemarios Cansancio (1995)
 
          y Mundo arcano (2002).