Entrevista 
a Reinhard Huamán Mori a raíz de la publicación del libro 
el Árbol 
(Lima: tRpode, 2007)
Paul 
Guillén 
 
1.- 
En una página de internet se caracteriza a tu libro de esta manera: "poema 
extenso dividido en 11 fragmentos constituye un canto sobre el origen y la creación 
del universo y la formación de la materia. Este retorno a nuestros primeros 
días, a nosotros mismos está regido por la fuerza que da sentido 
y conciencia a todo: el Amor". En ese sentido, ¿cómo has trabajado 
la construcción de este poema-río que se va modulando en diferentes 
sensaciones entre la claridad y la oscuridad?
- El trabajo del libro 
fue arduo, dilatado, extenso y por momentos extenuante, ya que su escritura no 
nació de un solo impulso, sino más bien es un poema fragmentado 
tanto por su disposición  técnica 
y formal, como por el tiempo que me llevó su creación. Al principio 
no tenía idea de lo que estaba sucediendo, en el sentido que pensé 
que iba a ser solo un poema que formaría parte de un libro que en ese momento 
escribía. Con el tiempo, me di cuenta que el Árbol difería 
mucho de los demás poemas de aquel libro, ya sea en cuanto al estilo, a 
la temática, e incluso en su misma versificación. Por otro lado, 
sin llegar a ser un poema luminoso, sí es cierto que hay mucha presencia 
del fulgor y brillo de las cosas, de la palabra misma, pues el nacimiento y el 
origen del mundo, del orden, y de la vida en general, supone el enfrentamiento 
cíclico y mítico del caos y cosmos, cuya consecuencia es la victoria 
de la luz sobre la oscuridad. No sé si el poema se torne oscuro por momentos, 
pero sí se que en muchos de sus fragmentos se evidencia esta lucha y el 
predominio de la primera sobre la segunda.
técnica 
y formal, como por el tiempo que me llevó su creación. Al principio 
no tenía idea de lo que estaba sucediendo, en el sentido que pensé 
que iba a ser solo un poema que formaría parte de un libro que en ese momento 
escribía. Con el tiempo, me di cuenta que el Árbol difería 
mucho de los demás poemas de aquel libro, ya sea en cuanto al estilo, a 
la temática, e incluso en su misma versificación. Por otro lado, 
sin llegar a ser un poema luminoso, sí es cierto que hay mucha presencia 
del fulgor y brillo de las cosas, de la palabra misma, pues el nacimiento y el 
origen del mundo, del orden, y de la vida en general, supone el enfrentamiento 
cíclico y mítico del caos y cosmos, cuya consecuencia es la victoria 
de la luz sobre la oscuridad. No sé si el poema se torne oscuro por momentos, 
pero sí se que en muchos de sus fragmentos se evidencia esta lucha y el 
predominio de la primera sobre la segunda.
2.- 
Un aspecto que me parece interesante recalcar es que tu libro está alejado 
de las poéticas coloquiales o vitalistas y, más bien, propugna una 
poesía mucho más reflexiva y contemplativa. Es notoria la presencia 
tutelar de poetas como Cesare Pavese, Saint-John Perse, Francis Ponge, etc. ¿Esta 
respuesta al coloquialismo más llano es de manera consciente o es sólo 
una coincidencia?
- En ese sentido, el Árbol y en 
general la poesía que he escrito mantienen más bien una tendencia 
hacia el tono clásico, épico o contemplativo (ciertamente, más 
cercana al tipo de contemplación de los hermetistas italianos que a la 
de la poesía oriental). Me gusta más la poesía épica 
que la coloquial, sin por ello menospreciar una en beneficio de la otra. Reconozco 
la valía de la poesía coloquial, pero me inclino más por 
los poemas de largo aliento, épicos, potentes, y también por la 
visión mítica del mundo, más que por una tendencia urbana 
o citadina. Por ello, no creo que se trate de una coincidencia, puesto que mis 
lecturas y mis tendencias van más por la línea reflexiva que por 
la vitalista.
3.- Ahora quisiera preguntarte acerca 
del título: el Árbol, en el sentido, que si nos remitimos 
a Guattari y Deleuze sería un no-rizoma, en tanto, la imagen del árbol 
es una imagen jerárquica, fálica, logocéntrica. En tu libro 
ese árbol primigenio, arquetípico o de la sabiduría es una 
crítica en contra de esas "ciudadelas que se pierden en rescates", 
una crítica en contra de ese logocentrismo. Además, en esa misma 
línea habría un parentesco de oposición con algunos poemas 
de Las ínsulas extrañas de Emilio Adolfo Westphalen, porque 
mientras este quiere alcanzar el absoluto mediante la imagen del árbol, 
tú escribes: "aquí sus líneas nunca crecen / -ni hacia 
arriba" o "la tierra gira / y / muda de corteza / y en el Árbol 
/ apenas el sonido / -sus despojos". En tu libro, lo que el poeta quiere 
es comprender las mutaciones y no la trascendencia.
- No lo sé, 
no lo había visto de esa manera. Más que ver al árbol como 
forma fálica yo lo veía como el símbolo mítico que 
une opuestos, los cuales, al fin y al cabo, son los que generan y propician el 
juego cíclico de la vida y la muerte; la creación y la destrucción. 
Hay más un impulso mítico que mitológico, antes que una crítica 
al logocentrismo es un juego entre el vacío y lo representado, entre lo 
que no hay y lo que ha de venir, la paradoja mítica. Hablo de una creación 
en un sentido metafísico, en donde nada había, ya que paulatinamente 
se fue generando la vida y la existencia de las cosas y los seres. el Árbol, 
más que detenerse en el momento en que nace el hombre, antes de la erección 
de ciudades, incluso antes que las edades de bronce y la agricultura, hace hincapié 
en la génesis del origen, movido siempre por una fuerza poderosa, que es 
el amor.
4.- el Árbol trabaja la 
idea de la materialidad de sus componentes en conjunción con las partes-ramas 
del libro. Quisiera que nos cuentes acerca de las características técnicas 
de este, por ejemplo, la utilización de una placa muy fina de pino para 
la carátula. Aquí percibimos cierta resonancia con el Francis Ponge 
del Cuaderno del bosque de pinos.
- La relación entre 
el poema y el formato físico que presenta es adrede, ya que una vez terminado 
el libro y, por su disposición gráfica y visual, la totalidad de 
los fragmentos conforman un tronco mayor e inmenso. Asimismo, los versos son cortos, 
creo que de no más de 5 o 6 palabras, con lo cual estábamos ante 
la presencia de 11 pequeños tallos alargados. Además, la idea de 
la placa de  pino 
(que en realidad hay ejemplares con maderos de nogal y manzano, además 
del mencionado pino oregón), surgió para darle mayor relieve a la 
figura del árbol como símbolo y arquetípico mítico, 
para que la relación entre naturaleza-sabiduría-origen cobrara mayor 
realce a partir de su contemplación y contacto físico con el madero 
en la portada del poemario.
pino 
(que en realidad hay ejemplares con maderos de nogal y manzano, además 
del mencionado pino oregón), surgió para darle mayor relieve a la 
figura del árbol como símbolo y arquetípico mítico, 
para que la relación entre naturaleza-sabiduría-origen cobrara mayor 
realce a partir de su contemplación y contacto físico con el madero 
en la portada del poemario.
5.- Publicas tu libro 
a inicios del 2007, aunque sabemos que desde hace varios años diriges la 
revista Ginebra Magnolia que ha dedicado sus números a un balance 
entre escritura creativa y crítica. ¿Tú crees pertenecer 
a una generación? O ¿cómo ves las demás poéticas 
de tus contemporáneos?
- No lo sé, creo que si antes 
era difícil hablar de generaciones, ahora es mucho más problemático 
encontrar un hilo que sea capaz de congregar las numerosas propuestas poéticas 
de los nuevos autores. Me parece que la tendencia hacia la dispersión se 
da con mayor fuerza desde el 90, como bien apunta Luis Fernando Chueca. Ahora, 
en estos últimos 7 u 8 años han sido pocos los que han definido 
un estilo propio, siendo consecuentes con su poética. En general, no me 
molestan las agrupaciones por generaciones, en realidad me parece un facilismo, 
pero no tengo nada en contra de ello. Honor a la verdad, hasta ahora nadie ha 
podido encontrar un mejor método taxonómico, así que continuaremos 
con las generaciones del 90, del 2000, 2010 y así sucesivamente, aun cuando 
no haya casi nada para emparentarlos.
6.- Hablando 
de tu revista es muy recordado el experimentalismo del primer número con 
el homenaje al OPLEPO, versión italiana del OULIPO (Taller de literatura 
potencial), es más, en ese primer número firmabas bajo el seudónimo 
de "Mag 1". ¿Ese experimentalismo tiene algún filamento 
en tu libro o quizás en un libro que vengas preparando en estos momentos?
- 
No, no hay mucho experimentalismo estructural ni lingüístico en este 
primer libro. Creo que el quiebre estilístico o la innovación en 
este ámbito son siempre más llamativos que la ruptura temática. 
Son muy pocos los autores que al leerlos te das cuenta de la profundidad de su 
poesía, de su trascendencia basada en su propuesta temática, del 
tratamiento y la conjunción de temas tan universales y humanos como el 
amor, la vida, la tristeza, la muerte, la ciudad, entre otros, que están 
en perfecta materialización rítmica y formal propias de la poesía. 
De esta manera, es destacable la poesía de Saint-John Perse, Yeats o Elytis, 
por citar algunos nombres. Cada uno, con su particular sensibilidad nos conduce 
a un mundo distinto, a espacios que van más allá de la ciudad decadente 
o del cuerpo putrefacto tan típico de la poesía norteamericana posmoderna. 
Creo que el OULIPO, como propuesta formal es muy sólida, porque si bien 
es cierto que lo más saltante son las constricciones de estilo, también 
es importante el aporte temático, como lo hace Queneau, Perec, Calvino 
o los mismos oplepianos.
7.- Conocemos tu labor 
desde la crítica literaria, sabemos de tu interés tanto de autores 
como Goethe, Blanca Varela, Luis Loayza, Clarice Lispector, Óscar Málaga 
o Carlos López Degregori, tienes algún proyecto en ese campo y qué 
opinas de la crítica literaria periodística y de la que se ejerce 
en los blogs.
- No, por el momento no tengo ningún proyecto, 
excepto el que estamos trabajando como próximo número de Ginebra 
Magnolia. En cuanto a la crítica literaria ejercida en periódicos, 
me parece que es variopinta, pues lamentablemente seguimos encontrando rencillas 
personales, dimes y diretes, etc. Pero, creo que hay un sector muy grande de la 
crítica periodística que, en virtud a su lucidez y ética 
profesional, contribuyen a consolidar y darle más valor a nuestro circuito 
literario. Respecto a los blogs y la crítica ejercida allí, 
sinceramente estamos frente a una galaxia, ya que la masificación de la 
comunicación, más que proponer un diálogo alturado y constructivo, 
cobija una olla de grillos en donde cualquiera opina, ataca y construye. Con seguridad, 
sé que son muy pocos los blogs cuya propuesta es sumamente interesante 
y productiva. Estos blogs que son muy bien editados contribuyen y le devuelven 
la seriedad, credibilidad y el interés a los lectores interesados en nuestra 
propia producción literaria.