Comenzaremos este breve documento interpretativo de dos poetas mapuche
contemporáneos diciendo que: Lorenzo Aillapán Cayuqueo
(1940), nació en la comunidad Rukatraro-Lago Budi, Puerto Saavedra,
Contador, también con estudios de Periodismo. A su vez, Roxana
Miranda Rupailaf, (1982), nació en Osorno y cursa la Carrera
de Lenguaje y Comunicación en la Universidad de los Lagos.
Ambos poetas a finales del 2003 publicaron sus libros
de poesía mapuche contemporánea. Ayllapán publicó:
üñumche: hombre pájaro mapuche, editorial
pehuén y Roxana
Miranda Rupailaf dio a luz: Las Tentaciones de Eva, libro con
que ganó la versión príncipe del premio Luis
Oyarzún, en la Región de los Lagos.
Pese a que ambos comparten diferencias generacionales bastante notorias,
como escribir en doble registro: mapudungun/castellano (Ayllapán)
o sólo en Castellano (Miranda Rupailaf). Ambos traen a la luz
libros que discuten la relación entre poesía y erotismo,
pero desde una lógica mapunche.
Partiremos contextualizando, este artículo , con relatos: en
San Juan de la Costa, según algunos versados hablantes del
che dungun, nos manifestaban que existía antiguamente una ceremonia
de iniciación de hombres/mujeres para despertar en su sexualidad.
Para ello, tenía el hombre que cruzar el río y llevar
trasladarla al otro lado, para dar riendas sueltas, al goce sexual.
También, dentro de la tradición escatológica
mapuche, se nos habla del rapto simulado y de aquellos encuentros
amatorios en las inmediaciones del bosque, obviamente entre mapuche.
Claro que, cierta formación de lagunas o cascadas se deben
al mestizaje cultural, cuando un hombre español o huinca se
enamoraba de una mujer mapuche y el amor no puede concretarse por
la prohibición de ambas culturas, surge, por tanto, la desgracia
y lo mortuorio, para así, formarse estos elementos de la naturaleza.
También existe el relato del Trauco, en Chilhué
y en la provincia de Llanquihue, que es un ser de cuerpo de quilineja,
lleva un hacha de piedra y corteja a las mujeres que andan solas por
el bosque, las viola después de soplar en su cuello con una
cervatana. Previamente las va a visitar y defeca en la puerta de su
casa una hez amarilla y hedionda. Si ve a un hombre, los tuerce con
aquel soplido. Obviamente, el relato del Trauco evidencia una relación
interétnica de violencia entre la cultura española y
la mapuche, que nace producto de la violación de la mujer.
Esta, embarazada, recurre a la invención del relato. Lo mismo
ocurre con el Trenehuinca, en San Juan de la Costa. Será
un hombre de cabellos dorados que vive en un laurel y que llama a
las mujeres a través del trueno. Ellas, frente al llamado concurren,
golpean el laurel y aparece este hombre rubio que las violará
y saldrán hijos albinos y se darán cuenta que no deben
abandonar la regla moral y ritual de su familia y/o comunidad. Así
obviamente se explica, el periodo de colonización alemana en
esta parte del sur de Chile en la cordillera de la Costa.
De lo anterior, podemos advertir que existe una estrecha relación
entre el ser humano y los seres imaginarios
que co-habitan con nosotros. Además que la naturaleza es portadora
de ese erotismo, sensualidad y goce amatorio. Esto último es
explicitado, poéticamente, en el libro Üñümche:
Hombre Pájaro de Lorenzo Aillapán a través
de ese lenguaje pajarístico, en que se imita la conducta y
el sonido de las diversas aves del sur de Chile y mediante este tipo
de poesía se evidencia también la conducta del mapuche,
que está representado en el ave y sus manifestaciones de placer.
Dice Aillapán, con gran picardía, después de
contextualizar el hábitat y proferir los sonidos propios decla
Gaviota Gris. Esta misma hablará:
“Que agradable sentir y ver la existencia
de tantos choros
desde que existe la costa olor mareable y bueno se nota
que ansia de comer marisco dice el gran viejo
de igual manera la abuela tiene ansia comer gran hulte
¡que lástima no estar cerca el mar titubean ansiosos
jóvenes!
De este modo la necesidad de comer marisco es de muchos.”(Ayllapán
p.55)
Obviamente el lector, habrá descifrado qué es el hulte.
Aillapán, ha heredado con maestría esa manera de nombrar
el mundo, él dice que un pewma (sueño sagrado) se
le reveló el poder para ser un üñumche, un hombre
pájaro. También, los kuifikeche (antepasados) hablan
nombrando miméticamente el mundo y entendiendo el lenguaje
de los pájaros.
Otra ave, en que se evidencia el erotismo es La Diuca. El poeta
mapunche nos dirá, intercalando su canto:
“este Pájaro lo reconocen como
ave madrugadora
y le dicen “la mañanera” en la cama de una pareja
su erecto canto dice que ameneció
y ella le responde dulce canto pajaril
de la diuca, su canto, si pues- ya amaneció
hay que pararse, estirarse, bajarse con cuidado
hay que trabajar, y ganarse el pan del día”
Dejamos al lector, para que aporte otras evidencias y/o
significados a esta
poesía del canto.
Por otro lado, Roxana Miranda Rupailaf, en su libro Las Tentaciones
de Eva, da cuenta de este erotismo mapuche, más bien, mestizado,
cruzado, impuro, que desacraliza los discursos creíbles. No
olvidemos, que será la Eva contemporánea: la primera
mujer según el cristianismo, la que tienta comer del fruto
prohibido.
La poeta nos dirá al final del primer texto, en la unidad Manzanas
Verdes:
“voy a excitar en el verso
a tu sensual esqueleto”(Miranda p.6)
Eva misma hablará en la segunda unidad poética
denominada Manzanas Rojas:
“Quiero sentir el calor de su boca
y el animal desatado de su lengua”(p.10)
Este erotismo de una mapuche urbana, asume una posición
de género, donde el cuerpo tiene sus signos. Una femineidad
poco explorada por otras poetas mapuche de su generación, utilizando
el lenguaje erótico explícitamente. La poeta se autorepresenta:
“soy una lloica de fuego” (Miranda
p.11)
“confieso que he deseado a mis prójimos
y que tengo pensamientos impuros con un santito” (Miranda
p.18)
Ve y quiere al objeto del deseo:
"tragarme al pececito de tu lengua”
(Miranda p.12)
La poeta enuncia a los referentes, quitándole lo
sagrado no sólo al discurso del cristianismo sino también
al de la naturaleza:
“y el éxtasis del viento”
“ y los árboles se mueren después de
haber saciado los deseos de Eva” (Miranda
p.20)
La poesía de Miranda Rupailaf, se comunica con
otros tipos de textos de mujeres, que han hurgado en la relación
cuerpo-poesía. Otras evidencias las encontramos en el texto
Sexilio de Maha Vial o en Lumpérica de Diamela
Eltit, donde no sólo el cuerpo es el lugar de enunciación
sino también la ciudad, vista como el cuerpo colectivo.
Cerrando este análisis de la poeta Roxana Miranda Rupailaf,
hemos escogido el poema Canastos de los Recuerdos que cierra
el texto nos dice:
“Yaces en el rincón más
empolvado de la memoria,
te pareces a mi madre,
cuando me abrazas vuelvo a sentir
los calzones mojados de mi inocencia.
La vida te trajo en secreto,
Creciste en mí como la enredadera.
Me vestiste en el camino de alegrías y de tristezas.
Paquete de mis memorias.
¿te seguiría también a las tinieblas? (Miranda
Rupailaf p.42)
Por último, los aporte de Aillapán desde
la tradición poética mapuche, vale decir, desde el ül,
canto póético y los de Miranda Rupailaf desde la lectura
atenta de la tradición universal son ineludibles, por el hecho
de pensar la poesía como un tipo de texto que representa no
sólo el goce estético sino también con el goce
carnal de una sociedad mapuche pluralista, diversa, que ve en las
aves el cuerpo de su enunciación y en el mismo cuerpo mapuche,
lo poético con todos los símbolos de un ser que canta
a su propia libertad.
Bilbliografía:
Aillapán Cayuqueo
Lorenzo: Uñümche: Hombre Pájaro, Pehuén
Editores, 2003.
Miranda Rupailaf Roxana: Las Tentaciones de Eva, Mineduc, 2004.