Muchos se extrañan de que el conocido cantautor sea también
novelista y, además, poeta, autor de una obra que merece un
mayor reconocimiento en su propio país.
Patricio Manns lee en San Francisco de Limache. Una noche de julio
presenta, en un restaurante cercano a la vieja estación, los
textos del Memorial de Bonampak. Conocido en Chile como compositor
y cantante, su condición de escritor pareciera no establecerse
en la memoria local, a diferencia de otros lugares -Buenos Aires,
por ejemplo- donde sus presentaciones como novelista copan auditorios
y referencias de prensa. En la oportunidad, en forma solidaria, apoya
el lanzamiento de una editorial de jóvenes escritores locales.
Su Memorial, editado en España el año 2003,
es una obra de largo aliento. Se inspira en el levantamiento zapatista
en Chiapas, ocurrido a comienzos de 1994, en los días en que
el autor y su esposa, Alejandra Lastra, se encuentran de visita en
México. En Yucatán, muy cerca de los acontecimientos,
comienza a trazar estas líneas, el 10 de abril de 1994, para
concluirlas en Trez-Bella, Francia, el 2 de junio del mismo año.
Esta extensa pieza lírica y épica a la vez, rinde homenaje
a la etnia maya a través del relato de un imaginario José
Tum de Bonampak, que ha vivido todas sus vidas con la tarea de narrar
-de narrarles- la historia de su pueblo:
Alejandra, Patricio, si pasan
por Morelos, miren a los ojos
del hombre
de la mujer
del niño de Morelos; verán aquellos ojos llenos
de humo,
húmeda niebla, vapor de tanto peso
como pesa la historia de su gente."
Su oficio de escritor es de larga data. Nacido en la antigua provincia
de Bío-Bío, en 1937, ha publicado De noche sobre
el rastro (1967, Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de
Chile y de la Universidad de Chile), Los terremotos chilenos
y Las grandes masacres (ambos cuadernillos de la colección
"Nosotros los chilenos", Editorial Quimantú,
1972), Buenas noches los pastores (1973, Premio Municipal de
Literatura en Santiago), Actas de Marusia (1974), Actas
del alto Bío-Bío (1985), Actas de Muerteputa
(1988), De repente los lugares desaparecen (1991), El corazón
a contraluz ( Cavalier Seúl, Francia, Phébeus y
Emecé, 1996), Memorial de la noche (Sudamericana, 1998),
Chile, una dictadura militar permanente (1811-1999) (Sudamericana,
1999), El desorden en un cuerno de niebla (Emecé, 1999)
y La revolución de la Escuadra (Ediciones B, 2001).
Ese mismo año obtiene el Premio del Consejo Nacional del Libro
y la Lectura en la categoría de inéditos, obra publicada
por Ramdom House-Mondadori y Editorial Sudamericana bajo el título
de La tumba del zambullidor. Como dramaturgo, su obra La
lámpara en la tierra representó a Francia en el
Festival de Teatro de Berlín del año 2000.
En 1973, después del golpe de Estado, se exilia en Francia.
Además de otros reconocimientos obtiene, en 1988, la beca Guggenheim.
Es decir, tanto en crónica y narrativa, como en teatro, Manns
posee una larga y contundente trayectoria literaria, la que es preciso
reconocer. A ella se agrega este primer y buen logrado poemario, Memorial
de Bonampak.
Según Robert Pring-Mill, de la Universidad de Oxford -que
prologa este libro con un extenso y bien documentado estudio-, la
vinculación entre mito e historia, muy propia en la obra de
Manns, continúa una tradición donde su ubica el Canto
General, de Pablo Neruda, y el Homenaje a los indios americanos,
de Ernesto Cardenal.
José Tum de Bonampak -"machete constructivo, sabiduría
de la piedra, pequeño espadachín curtido en la maleza"-
corresponde a la del vocero o Chalam, equivalente al Werken en mapudungun.
Tiene a cargo dar cuenta, en tanto relator que traspasa la historia,
desde el origen del pueblo maya hasta nuestros días. Sus hitos
más significantes -invasión española, gesta zapatista
y alzamiento chiapaneco en San Cristóbal de las Casas- delimitan
su discurso.
El determinismo o destino inmanente resulta una condena "porque
a ella no le pondrán atajo/ y luego nos cambiarán los
dioses,/ de alimentos, de bebidas, de atuendos,/ de sombreros, tum".
El eco repite la sentencia a través de los siglos. El sonido
del tambor ritual se troca en un lamento ("antes sólo
pensábamos pirámides/ hoy meramente imaginamos chozas")
frente al cual los actuales habitantes de la Selva Lacandona se rebelan.
Lírico en la derrota, épico en el triunfo, Manns se
expresa en logrados pasajes y trazos de alta poesía -que al
extraerse del texto se convierten en piezas autónomas y singulares-
como aquel de "vencerá Obregón, pero perdiendo
un brazo. Allí nos dice:
Al punto tiró al aire una moneda
de oro, y entre la roja
pirámide de muertos, apareció su brazo
saltó también al aire,
atrapó la moneda y
se la echó a Obregón en su propio bolsillo,
saludándolo al modo militar,
con los rígidos dedos apoyados
en las sienes de la cabeza ausente".
La historia mutilada representa una nueva forma de esta metáfora
(literalmente "lo que está sobre el discurso") contenida
en el eterno renacer de José Tum, ahora en Bonampak, lugar
de las piedras pintadas o parlantes donde se asienta el tiempo y permanece.
Patricio Manns posee un ritmo privilegiado, a niveles formal y semántico,
que le permite, entre variados recursos, acceder al uso exacto de
la preposición o la forma verbal en beneficio de la eufonía,
el sentido del verso y una mayor profundidad al significado propuesto.
Su trabajo, puede formularse, responde a los requerimientos conceptuales
y estructurales (y también históricos) de cualquier
lector exigente e informado. Y eso es prueba suficiente del oficio.