Es a partir de 1942 que la figura de Flora Tristan comenzó
a salir del olvido, gracias al historiador Julian L. Puech quien sustentó
su tesis doctoral en la Sorbona con el título : La vida
y la obra de Flora Tristan, tesis que fue publicada en año
siguiente. Sin embargo no hay que dejar de mencionar que, en la misma
universidad, Irene Feyde había sustentado en1913 su tesis cuyo
titulo fue : Flora Tristan,
su vida, su acción social, trabajo que no hemos podido
encontrar. Pero el gran redescubrimiento del pensamiento de Flora
Tristan se sitúa después del movimiento de mayo de 1968,
fecha a partir de la cual sus obras comenzaron verdaderamente a ser
reeditadas. Su pensamiento fue puesto al día por la iniciativa
de Stéphane Michaud, organizador del primer «Coloquio
Internacional Flora Tristan», realizado en Dijon, en 1984, a
la ocasión del 140 aniversario de su muerte; y tambien el reciente
coloquio “De Flora Tristan a Mario Vargas Llosa: dos siglos de
relaciones literarias, Europa Latina- América Latina”,
realizado en el mes de junio del 2003, en la Maison de l’Amerique
Latine, en Paris.
Viajando al Perú en 1833 para reclamar la herencia de su padre,
Flora Tristan no sabía que este viaje se iba a transformar
para ella en un formidable desafío que no terminará
sino el día de su muerte el 14 de noviembre de 1844. Hay que
señalar desde un principio el coraje de esta mujer que no duda
en iniciar una travesía de cinco meses, sabiendo que ella era
la única mujer a bordo. Podemos decir que este viaje será
muy determinate en la orientación de sus ideas y de su vida
que desde ese momento ella dedicará enteramente a la causa
de los excluidos de la sociedad. Es en Peregrinaciones
de una Paria (1838) donde nos relata la historia de
este viaje, y los pensamientos que son caros a ella. Este libro, lejos
de darle felicidad, le hará perder la poca pensión que
su tío don Pio de Tristan, le había dado en lugar de
la herencia, puesto que él la consideraba como hija ilegítima
de su hermano.
Para comprender mejor el pensamiento de Flora Celestine Théreses
Hanriette Tristan de Moscoso, es indispensable de conocer el curso
tormentoso de su vida. Nació el 7 de abril de 1803, del peruano
Mariano Tristan de Moscoso y de la francesa Thérèse
Laisnay. Después de la muerte prematura de su padre, cuando
ella apenas tenía 4 años, vive con su madre en las afueras
de Paris. En 1820, a la edad de 18 años, encuentra un trabajo
como obrera en un taller de tipografía de André Chazal,
con quien se casará el 3 de febrero de 1821. Es a partir de
este matrimonio desgraciado que Flora Tristan comenzará a resentir
sus primeros sufrimiento como mujer, sufrimientos a los cuales ella
no se resignará jamás. Hay que subrayar que ella no
deseo ese matrimonio, y que después, reprochará a su
madre de haberla empujado a compartir la vida de André Chazal,
con el único objetivo de escapar de la pobreza y salvar su
honor. Hay que precisar que el hecho de que el matrimonio de sus padres
no fuera reconocido por la ley francesa, y que ella, era considerada
en consecuencia como hija ilegítima, la había hecho
perder un buen partido, antes de ser pedida en matrimonio por su futuro
esposo. Ese será el primer golpe que le dara la sociedad. Después,
la persecución de su marido cuando ella se separa de él,
el rechazo de su familia peruana de reconocerla como hija legítima
y el no haberle dado la parte de herencia que le corespondía
por derecho, la empujan a revelarse y a constituirse paria, como ella
misma se defina. Entonces ella se pone del lado de los excluidos de
la sociedad.
Partiendo de sus experiencias, Flora Tristan, no tardará en
darse cuenta, de que el acogimiento reservado a los extranjeros, estaba
deteriorado en esa sociedad moderna en plena era de industrialización,
que arrastra al hombre hacia un individualismo que ella no duda en
llamar egoismo. Su análisis de la sociedad no quiere ser el
de una socióloga, sino el de una simple observadora que atestigua
de las consecuencias nefastas de desarrollo a los que ella asiste.
Con el fin de combatir la subida del individualismo, propondrá
varias soluciones, como la unión de los individuos, la unión
de las mujeres o la unión de los obreros, pero también
los intercambio internacionales que permiten de hacer avanzar el progreso
social.
Para las mujeres extranjeras, ella propone la creación de
una Asociación que tendrá por objetivo la de ayudarlas
a integrarse en la sociedad según sus diversas competencias.
De este proyecto, que desgraciadamente que no desembocará en
una realización concreta, quedará al menos los principios
definidos por Flora Tristan, que serán retomados por asociaciones
que más tarde iniciarán las misma idea en favor de los
extranjeros. Para lo obreros, ella deja una gran herencia, su Unión
obrera (1834), obra en la cual denuncia con convicción
y determinación los abusos y las injusticias que soportan las
obreras y los obreros, por quienes ella luchará hasta su muerte
que la interrumpe en su vuelta a Francia. Las mujeres recibirán
también en herencia las ideas de Flora Tristan en favor de
la emancipación y del combate de los prejuicios de la sociedad.
Es así que Flora Tristan quiere absolutamente permitir a las
mujeres de todo ver y de todo saber, único medio para llegar
a ser igual que los hombres.
Flora Tristan está persuadida que la mujer, gracias a sus
cualidades que le son propias, puede jugar un rol importante en el
progreso social en Francia como en el extranjero. Es consciente que
por la educación que se le prodiga a la mujer en la primera
mitad del siglo XIX, no puede hacer competencia con los hombres en
el dominio de la ciencia, pero ella puede en desquite contribuir al
progreso de la sociedad en lo que concierne a las costumbres. Ella
busca por todos lo medios demostrar la utilidad de la mujer en el
desarrollo positivo de la sociedad. Hay que tomar en consideración
que en el siglo XIX, la mujer no solamente era considerada como extraña,
sino también como extranjera cuando ella se casaba, por el
hecho de la coacción exogámica, puesto que ella viene
de otra parte, es decir de otra familia. La mujer aparece como un
ser del lado de la naturaleza, de la “salvajería”, mientras
que la cultura estaba puesta bajo el signo de la masculinidad. La
mujer estaba entonces considerada como un ser inferior, como nos lo
explica la señora Nikitine en su artículo La pretendida
inferioridad de la mujer, publicado en 1888 en la revista Reforma
Económica. Inspirándose de las ideas del Comte Henri
de Saint Simon, Charles Fourier et Prosper Enfantin que Flora Tristan
pondrá todo en obra para hacer salir a la mujer de su condición
de paria y hacerla participar en la vida activa en la evolución
de la sociedad.
Porfirio Mamani Macedo ha nacido en Arequipa (Perú) en 1963.
Doctor en Letras en la Universidad de la Sorbona. Se ha graduado también
de abogado en la Universidad Católica de Santa María,
y ha hecho estudios de Literatura en la Universidad de San Agustín
(Arequipa) y en la Sorbona. Ha publicado poemas y cuentos en varias
revistas en Europa, Estados Unidos, Canada y Latinoamérica.
Ha publicado entre otros libros : « Ecos de la Memoria »(poesía)
Editions Haravi, Lima, Pérou, 1988. « Les Vigies »(cuentos)
Editions L’Harmattan, Paris, 1997. « Voz a orillas de un río/Voix
sur les rives d'un fleuve » (poesía) Editiones Editinter,
2002. « Le jardin el l’oubli », (novela), Ediciones L’Harmattan,
2002. « Más allá del día/Au-delà
du jour » (poemas en prosa), Editiones Editinter, 2000. “Flora
Tristan: La paria et la femme étrangère dans son oeuvre
»,(Ensayo), Ed. L'Harmattan, 2003. Voix au-delà des frontières,(Poesía),
Ed. L’Harmattan, 2003. Un été à voix haute, (Poesía)
Trident neuf, 2004. Actualmente Reside en París.