El viejo Neruda – aunque algunos digan lo contrario- no debe estar
contento, con la muchedumbre que se agolpa frente a su casa, a los
pies de su tumba. Y un coro de poetastros recita consignas 
versificadas.
Otros desgranan notas como si fuera un lamento los viajes hasta Isla
Negra.
La Neruditis recorrió – con motivo del centenario- cada rincón
de esta loca geografía, y el mito se hizo potente. Adiós
de un plumazo a las sombras del vate. Solo resaltaron las luces. La
corte celestial. Los aduladores que buscan espacios donde comercializar
sus poemas, aplaude. Otros reciben insignias oficiales, y al día
siguiente abjuran del Gobierno que se las otorgo. Y él venceremos
levanta su puño nostálgico en la tarde de Isla Negra.
Pero hay otra verdad para los Isleños de aquellos años.
El gordiflón poeta no fue muy sociable. Dominado por una clasista
rubia chascona, que alejo del lado del vate a aquellos que olían
a pobreza, a pedigüeños partidarios. La pareja mantuvo
a distancia a los vecinos. Entre ellos el pequeño niño
pobre a quien Neruda quería y se preocupaba de él. Matilde
no lo soportaba.
En la lista de insoportables de la ex cantante y musa de bellos poemas
que el vate le escribió, figuran conocidas figuras partidarias.
Uno de sus amigos favoritos – y quien le surtía de novelistas
de amor intrascendente- Fue Luis Alberto Mansilla. Él reconoce
que cumplió el papel de ve corre y dile de Urrutia.
La grandeza de Matilde Urrutia, se manifestó después
de la muerte del poeta. Allí despliega una dignidad que es
valorada por todos. Toma conciencia que por su voz hablan los pobres
marginados, humillados, torturados por la dictadura de Pinochet.
Asume en el exterior una vocería de primera dama del poeta
Premio Nóbel.
Pero antes –en su vida con Pablo- esa misma Matilde cierra las puertas
de las casas de Neruda, a quien no tuviera mas titulo que su nombre.
En la casa de Isla Negra no era de la misma forma recibido un apellido
que oliera a billete, prestigio, contactos sociales que el simple
militante que se queja de su suerte.
Es cierto; Neruda fue disciplinado militante del Partido Comunista
–asistía a las reuniones del Comité Central- y asumía
las campañas de finanzas del partido.
Su olfato para el dinero lo llevaba donde el poder (en cualquiera
de sus expresiones) lo protegiera y le diera dividendos.
Luis Alberto Mansilla, ex comunista, periodista y secretario de varios
ex jerarcas PC en el exilio cuenta que Matilde lo enviaba a él
a entregar una remesa de dinero a familiares pobres que vivían
al final de Recoleta, pero con la obligación de éstos
no hacerse presente en la casa del vate.
Alicia, el último amor de Neruda –sobrina de Matilde- según
el antes mencionado Mansilla, era vulgarmente empleada en la casa
de Isla Negra. En la actualidad Alicia vive en el norte del país,
Enrique Lafourcade me expreso en la Feria del Libro de Puerto Montt,
su interés en tener acceso a esta mujer que guarda valiosos
testimonios de Matilde y Neruda. Además de cartas que dan cuenta
de la relación que vivió con Pablo.
Neruda sin duda fue un vividor. Hombre de sensibilidad social, con
lucidez para darse cuenta que el Partido Comunista ganaba que él
militara en las filas de un partido donde estaba la flor y nata de
la intelectualidad no solo en Chile sino en el mundo. Pero también
él obtenía dividendos transformado en bandera de la
causa de los oprimidos.
Pablo Neruda fue protegido y promovido por los regímenes de
Izquierda. Recibiendo el aplauso de quienes posaban de progresistas.
Y ante los atropellos cometidos en contra de Intelectuales disidentes
por Gobiernos que lo alababan guardó silencio.
Intelectuales de aquella época luchaban por ser admitidos
en PC, algunos –como Benjamín Subercaseux- no fueron aceptados
por ser homosexual. El ex Secretario General de la tienda de la hoz
y el martillo Luis Corvalán fue responsable que el autor de
“Chile o una Loca Geografía” y primer Premio Nacional de Literatura
no dejara su nombre inscrito entre los connotados comunistas.
Otra realidad.
La actual muestra la pobreza de intelectuales en las filas PC. Se
pueden contar con los dedos de la mano a quienes teniendo prestigio
y calidad militan activamente en el Partido.
Hoy se levantan organizaciones casi de fachadas. Sin calidad. Faltos
de prestigio. No tienen rigurosidad en el trabajo creativo. Importa
mas agitar masas (que no existen) para un objetivo solamente político.
No existe una seria política cultural. Ni las estructuras
de organización para asumir la conducción de la Fundación
que lleva el nombre del vate.
Por ello, apoyo la gestión de la Fundación Neruda (no
los actos de Juan Agustín Figueroa, ni la prepotencia de su
hermana Aída que cree que Fundación es una extensión
del fundo que poseen y que los Mapuches reclaman como propiedad) Pero
si, el trabajo de su secretario ejecutivo, de Raúl Bulnes,
Elisa Figueroa en Valparaíso, de la gestión que se realiza
en la Casa Museo de Isla Negra.
La experiencia, lo visto me confirmó que aún los movimientos
o partidos de izquierda no están preparados para asumir con
criterio empresarial una Fundación que sea rentable y logre
el objetivo de difundir a quien representa.
Neruda tiene -como todos los años- visitas en Isla Negra.
Sugiero menos slogan y más trabajo con reales e interesantes
propuestas artísticas. Lo malo aunque camine a nuestro lado,
como compañero de ruta no le hace bien a la causa de liberación
del pueblo.
Tampoco es bueno sacralizar a nuestras figuras. Neruda esta en su
obra. Lo demás es la expresión de un ser humano. Teniendo
en cuenta que muchas veces la genialidad no va a la par con vida y
sus más altos valores.
Por ahora que siga la parafernalia -que a algunos- deja buenos dividendos.
