Malú Urriola

 
 

 

 

POESIA ES +

por Benjamín Chavez

 

Las poetas chilenas Malú Urriola y Nadia Prado miembros de Surada, que en el segundo semestre de 2002 realizaron el proyecto POESÍA ES + por los cielos de Chile, conversaron sobre esa singular experiencia con el poeta boliviano Benjamín Chávez. Esta entrevista fue difundida en el suplemento literario "Salamandra" de Pulso (La Paz-Bolivia) a principios de 2003.

La entrevista
1.- Poesía y altura ha sido siempre un paralelismo caro en el arte. En ese sentido vuestra experiencia, y antes vuestra propuesta de remontar los aires enrarecidos de una moderna -posmoderna - capital latinoamericana, ¿no se inscribe, aún referencial o tangencialmente, en cierto ideal de tintes digamos históricos o hasta épicos. Pensemos en Hanouan de la India, Mercurio, Dédalo o Ícaro como referentes remotos de hechos que bien podríamos calificar de poéticos, en tanto momentos de creación e invención?
Malú Urriola: No sé exactamente si nuestra propuesta corresponda en algún sentido a tales personajes de la mitología. Como sabemos, Dédalo construyó el laberinto del Minotauro y su hijo, Icaro lo salvó de su propia construcción, construyendo a su vez, unas alas con plumas y miel. Esos más bien son gestos de huida frente a lo construido. Vuelos de escape no muy acertados porque el vuelo se transforma en una huida fallida. Un aventura desventurada. Nuestra propuesta de remontar precisamente, tal y como mencionas, los aires enrarecidos de una moderna-posmoderna ciudad latinoamericana consistió, más que en un gesto de fuga, en intervenir poéticamente la ciudad de Santiago con globos aerostáticos fijos en Plaza Italia, ombligo que divide la ciudad entre el Santiago pobre, asoleado y sin árboles y el Santiago de césped. También leímos en globo aerostático fijo en el Estadio Nacional (ex-centro de represión y tortura durante los inicios de la dictadura militar).
... Más que la idea épica de remontar el vuelo sobre la ciudad de Santiago, quisimos visibilizar la composición poética devastada por las estéticas del mercado de consumo masivo. Puesto que estas antiguas naves de vuelo son usadas por el mercado y la publicidad para promover productos de consumo. En este sentido, no nos motivó simplemente el vuelo por el vuelo, sino la intervención de espacios signados por la historia velada de Chile, para reconfigurar el llamado a la memoria, en un país sin memoria. El único vuelo que realizamos fue sobre la ciudad del Puerto de San Antonio. Un puerto de pescadores duramente golpeado por la cesantía. Allí quisimos volar y recitar al aire con un megáfono, para quien quisiera escuchar y ver esta nave venida del pasado, pues la poesía también es una nave del pasado. El ser humano moderno ya no mira al cielo. El ser humano moderno ya no cree en la poesía.

2.- ¿Existe una relación así sea elíptica con otras experiencias más cercanas; por ejemplo Raúl Zurita y su Anteparaíso?
M.U.: Un gesto poético a menudo tiene antecedentes en otros gestos. En algún sentido es también un homenaje al grupo CADA, donde no sólo existió Raúl Zurita, sino figuras más interesantes y menos visibles que Zurita, como la escritora Diamela Eltit y la artista visual Lotty Rosenfeld. Puntos tan referenciales como la figura del poeta de Altazor que descendió de las alturas en un  paracaídas. Nosotras quisimos elevar también una contrapropuesta a Huidobro, al poeta como pequeño Dios que desciende a la tierra para decir que los puntos cardinales son tres el norte y el sur. Nosotras quisimos reelaborar estos materiales y elevar la poesía más allá de la metáfora. Una metáfora viviente al sur, y sacarla del formato libro, de los espacios cerrados de las lecturas poéticas.

3.- Conscientes de lo efímero y volátil de experiencias como ésta (y quizás los adjetivos  no puedan ser usados más pertinentemente que en este caso) ¿cuál es su posición frente a la poesía, a la palabra escrita, a la oralidad?
Nadia Prado: En realidad experiencias como estas no distan mucho, quizás, de otras acciones que a lo largo de estos años se hayan realizado en Chile o en otros países de Latinoamérica, sin embargo, debo decir, que es efímero sí, volátil quizás, pero hay un registro que queda circulando por algún reducto, unos escenarios que algo nos dicen en el momento que irrumpen o que otros los hacen irrumpir. Un vocablo que transita por lugares y paisajes, como esta palabra que alguien puede leer en Bolivia gracias a tu entrevista. Esa oralidad que no puede ser suprimida, una palabra escrita como leyenda iconográfica que traspasa cordilleras y mares. Efímero, como un verso que nunca se pudo escribir, sin embargo, ese silencio porta un significante que en algún momento reaparecerá. Efímero, sí, los poetas somos eso mismo, pasajeros, pero en lo que perece hay una huella, una memoria que vuelve siempre, involuntariamente. Volátil sí, como algo que se muda, que cambia de sitio e incorpora esos sitios a un habla que transporta a su vez, esa inconstancia, eso etéreo. El poema de Poesía es +, que recorrió el paisaje-cielo, por supuesto que ya no existe, en este mismo momento no existe, como escritura, pero sí como memoria residual de esa escritura, de aquellos sujetos que por un minuto levantaron la vista y leyeron. Como una noticia que más allá de su divulgación se ha convertido en una memoria visual, hablada por la poesía. Volátil, porque pudo volar, ligero por el aire. Pero el habla fue posible, esa oralidad se desplazó. Desplazó una sintaxis poética que había estado encerrada. Esa posibilidad de incertidumbre es un tesoro irremplazable. Lo que allí ocurrió, fue la poesía como acontecimiento, como un espejo en el cielo. No me refiero a un cielo sagrado, sino al espejo-bóveda que por unos segundos adhirió múltiples ojos que miraron esa escritura poética que se desplazaba como un "globo-ojo que el vuelo revela: la clara precariedad, la fuerte desolación del territorio", citando la presentación a nuestro trabajo hecha por la crítica y poeta chilena Eugenia Brito. Efímero sí, no más efímero que un día, pero un día que se ha sido escrito.

4.- ¿No existió en algún momento del proyecto una cuestión, llamémosle intuitiva, semejante a lo expresado por el poeta boliviano Julio Barriga cuando dice: "Respecto a la poesía, la sensación de encontrar en el desierto plumas muy distintas y tener que armar con ellas un ave...que además debe volar"?
N. P.: Por supuesto. Qué hermosas palabras de Julio Barriga. Precisamente, es esa posibilidad de construcción a partir de una fantasía que se dispone en la cabeza como un libro infinito. Bueno, la polifonía, los sonidos, así como se hacen múltiples imágenes audibles, la poesía puede hacer volar lo que no vuela, y porque es un jardín productivo y vamos a la deriva, pero siempre recogiendo palabras, imágenes. Nombra lo que no se puede nombrar sin dejar oír una sintaxis que lleva una abreviatura, porque ella hace posible que no nos desangremos en palabras, un cierto hábito de juntar una que otra letra para poder vivir, porque todas juntas nos volverían locos.  Recuerdo un poema  de una compatriota tuya, Blanca Wiethüchter, que dice: "Habito un jardín de palabras/ que han dejado de nombrarme". Las palabras están allí, aquí, allá, por todos lados, brincando y cayendo, sembrándose. Están siendo enterradas y exhumadas. En fin, es la posibilidad que nos dan las palabras de no morir a ciegas. Sin embargo,  el lenguaje permite construir pero también destruir. Tenemos la oportunidad de encontrarnos esas plumas y podemos tomarlas con las manos una a cada lado, una en cada brazo e intentar emprender vuelo, o podemos pensar que vuelan, decir que vuelan, imaginar que vuelan, hacer que vuelen.

5.- ¿Poesía es + nace como respuesta, como afirmación o como provocación? ¿Cuáles serían sus postulados y, a estas alturas del proyecto, es decir cuando ya se han realizado la mayoría de las intervenciones urbanas, sus resultados? Si cabe hablar de ello en el estricto ámbito de las instalaciones y otras manifestaciones del arte contemporáneo.
N. P.: Ni una cosa ni la otra. Poesía es + es la necesidad de lenguaje.  El lenguaje es como una serpiente que va cambiando de piel, se va desgastando para aparecer modificado cada cierto tiempo, aparece y reaparece en otro modo. Nunca es ajeno a nosotros, pero debemos entender la utilización que le damos, a veces son modos autoritarios y de dominación, otros se utiliza como un arma de destrucción. El lenguaje de la poesía trabaja en su precariedad, sabe de su difícil intromisión en un mundo neoliberal, donde se intenta poner a Latinoamérica nuevamente de rodillas frente al imperio, como se ha hecho con Argentina. Pero el lenguaje de la poesía puede construir, elevar la posibilidad de resistir a ciertos usos demagógicos del lenguaje. Quizá porque está de alguna manera lejos del capital, digo masivamente, porque de alguna manera está en el capital, en el mercado. Sin embargo pensar está intervención poética en el cielo como una respuesta, es problemático, pues la afirmación nace de la certeza, la provocación de la incitación. Hay provocación, pero prefiero decir resistencia, no como incitación irreflexiva, sino como resistencia en el sentido de resguardar un lenguaje poético que se está perdiendo, resistencia como oposición a la hegemonía violenta del dinero. Una  resistencia que se opone a la máquina imperante de la hegemonía económica mundial del Primer Mundo. Sin duda, que no podremos dificultar el avance de la depredación económica sobre nuestros países, pero podemos todavía instalar una palabra, que se intercala en el rezo mediático y devoto del dinero y la guerra. Resistencia porque el lenguaje puede contradecir otros lenguajes. En este caso estamos contrariando el lenguaje de la muerte y el asesinato que se realiza desde el cielo por las grandes potencias. No hay más, podemos tolerarlo u oponernos. Poesía es + se opone, contradice lo que la jerarquía mundial nos quiere imponer, sobre todo a países como los nuestros, donde a cada rato se nos está colonizando y reconquistando. A eso es a lo que tenemos que resistir, al uso del lenguaje, a su utilización, como si este fuera una oferta que debemos consumir sin más. Eso no es así, el lenguaje es capaz de repensar los códigos imperantes y es capaz de innovar, es riesgo  en la medida que se va desplazando en la  cultura y en la historia. La poesía permite construir un ave que pueda volar, como dice Barriga ¿no? Hay diseminación, deformación, proliferación de significantes, una acústica que nos sobrepasa más allá de lo que se nos ordene. Hay una imaginación que interroga, eso es la poesía, entre otras cosas, una constante interrogación, lo demás sería la muerte. Lo que hemos perdido siempre contendrá su pregunta lacerante, el lugar donde lo perdimos. Es, al decir de Sarduy, expansión de signos, vibración fonética constante e isotrópica, rumor de la lengua, Pienso que ese rumor somos todos nosotros. La repetición constante de que estamos aquí, leyendo, por eso escribiendo y por eso imaginando.

6.- ¿Cuáles son las experiencias más significativas que pudieron recoger?
N. P.: Son muchas. Entre otras cosas nos dimos cuenta que hay una metáfora constante que recorre a Chile, esa metáfora es la mentira. Ella ha desplazado el lugar de la realización de la posibilidad de la verdad, porque esa verdad está amarrada al crecimiento económico. Hay una verdad que no podemos dejar de repetir y que tiene relación con la memoria. Por ello levantamos la palabra memoria en el Estadio Nacional, que fue centro de detención, tortura y desaparición durante la dictadura militar. Ese homenaje está pendiente en Chile. Quisimos instalar la dicotomía arte versus publicidad, como mínimo gesto de intervenir el ojo social adiestrado a un cierto lenguaje. Abrir un paisaje que fuera soporte en su complejidad, en tanto recibe eventos innecesarios. Instalar la antítesis abierta hace siglos: arte versus horror. Ello era posible visibilizando el texto poético, una manera de hacerlo brevemente masivo, una ilusión que la gente tendría ante sus ojos. Quisimos también, volver a darle su lugar de belleza y libertad a las acciones poéticas, creando una obra poética en diálogo con  la fotografía y el video. Aproximar el ojo social y darle una posibilidad distinta de aparición al cuerpo poético, como deriva hacia un espacio alterno al soporte escrito en un libro. Por ello al trazar los textos sobre la ciudad de Santiago y el Puerto de San Antonio, que mantiene su cultura a duras penas, la experiencia nos ha llevado a pensar, que existe un sujeto vivo que en algún momento podrá no someterse a los dictámenes establecidos.

7.- ¿Qué lugar ocupa Poesía es + en el conjunto de la obra poética individual de cada una de ustedes, tomando en cuenta que se trata de dos jóvenes escritoras que ya tienen un camino recorrido en la palabra, con libros que evidencian su solvencia a la hora de crear?
M. U.: Poesía es + es el punto de partida o de llegada de poéticas que si bien son distintas coinciden en un grado poético que hemos denominado Desrealismo. El Desrealismo no es un movimiento, sino una manera de pensar la poesía y la vida. Sobre todo repensar la realidad neoliberal que se nos ha impuesto a los países latinoamericanos y que está tan sujeta a normas, controles y vigilancias que parecen haber tomado el lugar de la vida. Existen en Latinoamérica sentimientos que laten desde el fondo de la tierra, que ninguna realidad normada y neoliberal nos puede quitar. Latinoamérica es un lugar del planeta que está vivo, que ha conseguido sueños y que ha pagado caro también esos sueños, pero es un continente lleno de vida, de poesía y belleza, aunque el modelo neoliberal no contemple el placer por la belleza. Y en ese aspecto la cercanía de nuestros trabajos y proyectos poéticos, tienen relación con esos sueños y esa América del Sur.

8.- ¿Por último, tienen planes de continuar por el camino de las intervenciones urbanas?
M. U.: Creo que el camino de los planes no es el que le compete a la poesía. Me parece más atractiva e interesante la poesía que se está escribiendo a sí misma, por sí misma y en sí misma, Pero sí, hemos pensado hacer un par de intervenciones +. Por la misma razón que escribimos poesía en un mundo que no la lee. Por placer.

 

Benjamín Chávez. (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia 1971). Poeta y escritor. Ha publicado 4 libros de poesía. Es editor de revistas y suplementos literarios. Colabora en diversas publicaciones de su país y del extranjero.



 

 
 

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