Poquita
Fe es Amor
Por
Pablo Paredes
Me dieron ganas de cambiar
el mohicanito postpunk por unos pelos largos, la chaqueta de cuero sintético
por lana con pastos que pinchan, la alerta que me está destrozando los
músculos de la espalda por la ingenuidad que es el gran riesgo, pero la
última posibilidad de quererse aquí y así como nos pusieron
las cosas. A ambos lados del 12 de Octubre, un Encuentro de Poetas,
Poquita Fe le pusimos, la gente lo interpreta y reinterpreta, pero la verdad es
que estábamos en la casa de la Carola con unos piscos que le mandaron sus
papis de Vallenar y de repente nos pusimos a escuchar boleros y apareció
así solito el nombre, como aparecen los besos de la noche Santiaguina de
los lugares en que uno persiste ridículamente en la adolescencia. Ahora
han pasado dos años y estamos más feos que antes, compro cremas
de señoras, sigo escuchando los caset de antes, no puedo cambiar tanto,
sin embargo las urgencias se acrecentan, los lugares se modifican y el sueño
hippie que quisimos empezar a construir vestidos de punk ahora se repite y los
sueños que se repiten anuncian tragedias y para eso es todo esto, anunciar
la tragedia de latinoamericana, abrazaditos anunciarla, como los niños
perdidos, pero no los de Nunca Jamás, sino los de las cajas de leche, porque
todo esto tiene una explicación y nadie está hablando de esa explicación
sino que se gastan en teorías que pasan por encimita como cariños
falsos, como golpees que no duelen lo que deberían.
Poquita Fe es
amor, no somos amigos, pero es amor, no hablamos portugués pero es amor,
no se confunda con mi corte de pelo, cuando quedo solo escucho los mismos discos
que usted escuchó cuando era joven y la palabra patria significaba otra
cosa, la palabra vanguardia me da miedo, en lo único que creo es en la
Urgencia, ahí convulsiona lo que fue y lo que será.