La poesía joven chilena hace ruido por todas partes,
no sólo por los recitales que abundan sino también por
las polémicas que surgen de vez en cuando. Hace un par de semanas
el estandarte de la poesía porteña, Juan Cameron,
en un artículo deshilvanado publicado en El Mercurio acuso
a los jóvenes poetas de tener un
"aparataje publicitario bastante favorable". Ni los poetas
aludidos ni el director de la agencia de publicidad han acusado el
golpe. Por otro lado, Raúl Zurita dio el chispazo a
la polémica cuando anunció que estaba preparando una
antología de poesía joven (¡una más!) y
se atrevió a publicar y publicitar parte del prólogo
en el suplemento Artes y Letras. El artículo tuvo algunas respuestas
en el primer número de la revista Quintarueda. Allí
Tomás Harris habló de la "falta de rigurosidad
teórica" y de la "sorprendente ignorancia" de
nuestro Premio Nacional. Lo propio hizo Patricia Espinosa: "Zurita
está en campaña para rearmar su fama y no ha encontrado
mejor método que el mercado de los poetas jóvenes necesitados
de un padre nuestro".
Mientras tanto, esos poetas jóvenes -los buenos y los malos,
los huérfanos y los reconocidos- siguen escribiendo y buscando
lugares donde exhibir sus creaciones. Y esta vez vienen importados.
Una de las más prestigiosas revistas internacionales dedicadas
íntegramente a la poesía se acaba de acomodar en las
librerías chilenas. Se trata de Rattapallax, que en
su número 11 incluye una selección de poetas jóvenes
en versión bilingüe (¡una vitrina más!, exclamaría
envidioso Cameron).
Fundada en 1999, Rattapallax es dirigida desde Nueva York por Ram
Devineni y en ella han aparecido textos firmados por poetas como Billy
Collins, Marilyn Hacker, Abba Kiarostami y Breiten Breitenbach. Era
una revista dedicada exclusivamente a la poesía en lengua inglesa,
hasta que decidieron mirar hacia el sur y buscar buenas traducciones.
En la actualidad, su staff de editores exhibe al chileno Rodrigo
Rojas (también poeta, traductor y profesor de literatura
en la Universidad Diego Portales), quien es el culpable del nexo entre
la revista y la presencia en este número de los vates locales.
Y es que Rattapallax está en plan de globalizarse sumando progresivamente
lo mejor de la poesía emergente de cada país e intentando
una circulación transnacional. De ahí que este número
tenga salida simultánea en Nueva York, Santiago (en coedición
con LOM) y Sao Paulo (coeditada con Brazil 34). Pronto harán
el desembarco en México.
En algo más de cien páginas, este número de
Rattapallax funciona como un buen compendio de poesía en inglés,
español y portugués. La revista pretende así
convertirse en un importante referente para el género y en
un espacio de diálogo entre poetas de distintas latitudes,
por lo que vale la pena ponerle atención.
Los poetas chilenos incluidos en la muestra de poesía joven
son todos nombres conocidos: Gustavo Barrera, Carlos Baier, Javier
Bello, Lila Díaz, Alejandra del Río, Rodrigo Rojas,
Leonardo Sanhueza, Rafael Rubio y Damsi Figueroa. Hay que decir
que uno echa de menos a Germán Carrasco, Kurt Folch, Alejandro
Zambra o Andrés Anwandter. Como se trata de una
muestra bastante aleatoria, que no incluye explicaciones que justifiquen
la selección, no hay mucho que discutir.
Pero la presencia chilena no acaba en la muestra de las nueve plumas
jóvenes. Entre brasileños y norteamericanos, aparece
Martín Bakero, poeta chileno y creador multifacético
radicado en París. Además, y como era de esperar, Neruda
tiene también en Rattapallax su homenaje. Se trata de una selección
de textos poéticos hecha por Marjorie Agosin y firmados por
los poetas norteamericanos Martín Espada, Edward Hirsch y Edwin
Torres, y por la chilena Cecilia Vicuña, entre otros.
La revista, que incluye un CD para escuchar a los poetas leyendo
sus textos, tiene programado su lanzamiento en Santiago para el día
viernes 9 de julio. En la ocasión visitarán el país
Martín Espada y Yussef Komunyakaa, quienes leerán sus
poemas junto a los poetas locales. Muy a pesar de Cameron, por supuesto.