Farewell
Para que nada nos amarre
Que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu
boca
Ni lo que no dijeron las palabras.
Pablo Neruda.-
Es valorable y ubicuo el acercamiento crítico realizado por
Cristopher Domínguez Michael sobre Nocturno de Chile.
Este estudioso de Bolaño sugiere cuatro temáticas centrales
para la novela, que además los lectores recepcionan con sencillez,
puesto que la transparencia de Roberto Bolaño, es de una humilde
sinceridad a partir de una lúdica maestría entre lo
denotado y lo connotado, donde parece estar implícito un pacto
con el memorioso lector latinoamericano:
............... - el enigma de la vocación
artística.
............... - la maldición
de la crítica literaria.
............... - las rarezas del estado
eclesiástico.
............... - la real o supuesta banalidad
del mal.
La problemática eclesiástica es bastante más
compleja que la desarrollada en la novela, a pesar de que su técnica
fue precisamente escamotear los núcleos narrativos para permitir
el espacio temático ahuecado que será repuesto por conocimientos
previos, por historia, por vivencias, por observación, o por
el simple juego de la fantasía, por la connotación del
lector. No aparece como propósito de la escritura el ahondar
en los misterios de las religiones, y aquí las rarezas de lo
eclesial debiesen ser nombradas como anécdotas, que integran
los diferentes relatos enmarcados que estructuran la novela.
Pero allí no está la raíz de la espina que hiere:
es ese sustantivo convertido en trono "la maldición".
Es evidente la fuerza de pugna que aparece a lo largo del párrafo
de 150 páginas, entre la creación literaria encarnada
en el preocupado y atormentado joven poeta Sebastián y la dureza
del juez crítico pesimista que representa Farewell. Pero este
juego paródico cargado de ironía es el eje que le permite
a Bolaño valorar la historiografía literaria chilena,
con aciertos y bajo la mirada de la autocrítica en la post
post post de las miradas sin deudas y desde el lugar del mundo que
se le ocurra.
Mas, no es tan fácil leer en el texto un absoluto y verdadero
enunciado definitivo que apunte a la crítica literaria como
entidad maléfica predestinada a ser la piedra en la rueda,
que impida el goce estético de unas bellas letras producidas
desde las plumas, estilográficas, lápices, máquinas
Regmiton - Olivetti, o teclados de pantallas, en conclusión
la voz de los creadores no podrá ser apagada.
El cura Ibacache alentaría un buen verso o una buena prosa
con aquel apotegma tan recurrente........ "Para mayor Gloria
de Dios" y a seguir escribiendo. O del "adiós",
del "vale", del "Vaya con Dios", del "Farewell",
que de algún modo y con angustia nos concede Pablo Neruda en
el Crepusculario de 1923. Sobre este libro se han realizado
múltiples comentarios. El propio Neruda ha dicho:
"Mi primer libro Crepusculario, se asemeja mucho a algunos
de mis libros de mayor madurez. [...] Pero, nunca [...] contuvo un
propósito poético deliberado".
Buscamos entrever en Farewell el acongojarse, dolerse ante la palabra
que a veces no logra representar el sentir y la acción humana,
como en el epígrafe que reza en el inicio de la presente reflexión.
"Es verdad que Farewell contiene ya el motivo germinal de
los poemas de amor; que hay insinuado en algunos versos, un presentimiento
de dolor planetario". ( Jaime Concha)
Y entonces el errante hombre de letras, itinerante en el camino de
la escritura se encarna en Roberto Bolaño, y retoma los inicios
de otro gran hombre de Letras, para brindarnos la magia de la creación
estética en múltiples obras, caóticas y pensadas,
poniendo en juego la multifacética producción literaria
de siglos; construyendo personajes a los que amaremos, construyendo
engañosas voces a las que reconoceremos, y hasta aceptando
discursos que otros tiempos nos hicieron
temblar de horror. Concentremos la mirada en Amuleto y en Nocturno
de Chile.
La voz de Auxilio es la voz del delirio. Sus enunciaciones conceptualizadoras
sobre la creación literaria, sobre la teoría literaria
provienen de una génesis errante, sin horizonte, caótica,
que logra instalarse en un baño, un observatorio, durante una
revuelta sangrienta en el mismísimo etéreo campo de
las Letras. Auxilio se instala en el lavabo, no en la biblioteca.
¿ Es válido, es posible, aceptar los enunciados de la
auto-titulada madre de la poesía, como verdaderos, como canónicos?
Se puede vislumbrar una intencionalidad ácida, realizar una
lectura en agonía, en dolor para que el lector entienda que
no podrá leer aquello que no pudo ser escrito por quienes fueron
enmudecidos antes de recibir la toga de escritores. Ya estaban predestinados
al abismo, y por eso de jóvenes hablaron o escribieron letras
de jóvenes. Y como Roberto Bolaño, que en paz descanse,
debe haber sido en vida, un hombre de Letras respetuoso del lector
no les propondría las lecturas panfletarias de las infinitas
corrientes ideológicas y religiones salvíficas que intentaron
ingresar / ingresaron en la mocroestructura virginal latinoamericana.
Para ello se presenta la figura arquetípica de Don Ibacache
que sotana al viento y testa al codo como sostén de conciencia
de un espectro sin identidad aparente, que surgirá de las pacíficas
letras canónicas para desatar la tormenta prometedora de borrascas
intensas en la historiografía literaria.................? (Bolaño
haría una generalización, pues su nacionalidad está
en veremos... como la de muchos.) Su discurso al recibir el premio
Rómulo Gallegos, posee una apariencia anodina, para la ocasión;
en realidad es una charla amena pero cruel cuando comenzamos a aceptarla.
Esa antinomia - complementación, Auxilio - Ibacache permite,
introduce las voces libres que pueden expresarse en desplazamientos
temporales para dar cuenta, no ya de los personajes que intentan representar,
sino de las cambiantes voces que van marcando los hitos historiográficos,
vanguardias, retrocesos, clasicismos, corrientes estéticas
y caprichos editoriales, delirios y cánones.
Por eso la voz de la locura, la de Auxilio, sus profecías,
el entrecruzamiento
de la aventura poética con la destrucción. La literatura
queda desdentada en la boca de Auxilio o colgada de un árbol
en el cuello - lengua de López Azcárate; o de opiniones
sobre el teatro cuando conoce a Elena ante una mala representación
de García Lorca. Y la Madre de todos los poetas se explaya
en la relación vida - poesía - amor - amigos a lo largo
del capítulo 6 (apartado). Y nombres, y golpes a la emoción
y al recuerdo del lector.
Por eso también la voz de Ibacache, que perdido es llamado
por las voces de Neruda y de Farewell, pero es la voz de la inspiración,
de la musa, del mandato celestial que lo lleva a la aceptación
de su propia voz. Y otra vez la lista de autores, de nombres, de críticas,
y la voz que cambia de cuerpo:
Hernán Díaz Arrieta (Alone) - Sebastián Urrutia
Lacroix - H. Ibacache
y la ilusión, la pureza, el canon perfecto, explicando lecturas
y escuchando a Farewell, que habla y habla de Salvador Reyes, de Ernst
Jünger; y discurre la voz de la pintura, de credos estéticos,
del tedio. También Farewell anticipa el Premio Nobel, pero
le niega un poema sobre un cuerpo en un avión destruido en
las nieves eternas.
También el delirio de los espectros, las sombras, la ceguera,
sombras eléctricas y chinescas. La negación a la creación,
el aburrimiento. Pero vendrá, después Navarra y la Obra,
ediciones y a seguir en Chile con las críticas / o intentando
escribir... ¿ Qué poesía? Apolínea - dionisíaca
- demoníaca.
En esa inter-relación de relatos, anécdotas, soliloquios,
monólogos - diálogos se mueven las dos novelas, con
sutiles conectores entre los diferentes episodios, que llevan como
eje de unidad lo literario en diferentes facetas.
"El juego es: el fragmento que pervierte la obra [...] Llegar
al fragmentarismo es llegar al desastre, como territorio de lo que
nunca podrá ser totalizado o visto en conjunto". -
( P. Espinosa)
El estudio de la Señora Patricia Espinosa Roberto Bolaño:
un territorio por armar, es una propuesta iluminadora y básica
para comprender el descalabro literario al que nos lleva este narrador
chileno. La genialidad de Bolaño está en mostrar que
"....la literatura es una experiencia radical". Y por eso
construye una serie de relatos donde la literatura es la novela:
"...no para enmascarar una denuncia, sino para hacer estallar
el poder desde su propia realidad discursiva: lo bello puede convivir
con lo perverso y éste con la moral y la santidad y la salvación
del alma." ( Patricia Espinosa)
Pero no debe considerarse la búsqueda del sacerdote - poeta
- crítico como una animosidad culposa para justificar lo no
denunciado, lo entrevisto, ni tampoco lo sostenido como una supuesta
reafirmación de algún sistema dictatorial o totalitario
establecido.
La fiesta literaria continuará en la casona de María
Canales, mientras su marido se ausenta y un equívoco de puerta
y escalera conduce al relato criminal no explicitado. Al fin comenzamos
a vislumbrar un grupo de estudiosos que también produjeron
textualidades, y aparece la escritura ideológica y en 5 páginas
(108 a 112) títulos y títulos que han señalado
parte del derrotero de la historia mundial; y aquí una evidencia
más del crítico - escritor en deslizarse a denotar -
mostrar - herir la banalidad perentoria humana.
Lo despectivo en Bolaño va más allá del tremendismo
de negar la producción literaria ideologizada o no en disimiles
ámbitos, sino que existe un pasar revista de tiempos diferentes.
En Amuleto, el polvillo que cubre los libros en casa de Pedro
Garfias, es el polvo convertido en polvareda que Auxilio presiente
que se instala definitivamente sobre la civilización libresca;
pero también en Nocturno de Chile el polvo cubrió
la novela de Salvador Reyes, mientras el pintor guatemalteco ya sufría
mirando por la ventana la enfermedad que Auxilio pronosticaba a la
literatura: la melancolía.
Después de su relación confusa con María Canales,
Sebastián visita al viejo Farewell: "A veces hablaba de
Pablo y uno tenía la impresión de que Neruda estaba
vivo". Y recrudece la melancolía, la nostalgia sobre lo
literario, pero también aparece la comprensión hacia
el anciano (aunque reuniese todos los defectos).
"¿Dónde está la literatura?, me preguntaba
a mí mismo. ¿Tiene razón el joven envejecido?
Escribí o intenté escribir un poema. En uno de los versos
aparecía un niño de ojos azules mirando a través
de los cristales de una ventana."
En esta aceptación de lo humano, se hace literatura; en la
mano tomada por María Canales mirando las estrellas, en la
nostalgia de la vivencia placentera unida al horror:
"Así se hace literatura"
En la imposibilidad de dar respuesta ante cada enigma, ante cada
alegría, dolor ante cada "¿Tiene solución?"
La literatura ha sido el camino para dar sentido al misterio, aún
en el silencio que las palabras enmudecidas expresan. Y aquí
podríamos coincidir con la conclusión del trabajo de
Cristopher Domínguez Michael:
"En su brevedad, Nocturno de Chile presenta, cosa siempre
rara, a un personaje difícil de olvidar, ese cura Ibacache,
que concentra atributos sólo visibles en la más alta
elaboración artística, desde la personalidad del lenguaje
hasta el horror de la historia, el pasmo de la vocación crítica
y la novela como casa donde impera no la imitación servil de
la vida, sino la experiencia de la literatura."
Donde si se diferencia el sustantivo "maldición"
con la expresión "el pasmo de la vocación crítica".
Y ante esta aseveración uno debe preguntarse como Neruda ante
su desconocimiento de un tal Sordello: ¿Qué Sordello?
....... ¿ De qué pasmo? La polisemia del vocablo "pasmo"
nos conducirá al enfriamiento de la vocación crítica
que ya pugnaba en Ibacache, pero que estaba totalmente fosilizada
en Farewell, / o es la admiración frente a aquellos que a veces
suelen ser hermeneutas más fecundos que los mismísimos
creadores.
Nocturno de Chile ha desafiado a la crítica y la crítica
no ha sido precisamente maldita, ha cumplido con su rol, lo ha tomado
en cuenta, le ha dedicado su tiempo y se lo seguirá dedicando.
Tiempo y espacio. La provocación dio sus frutos. La intencionalidad
fundacional de una estética narrativa genera interrogantes,
que por más que nos creamos post-modernos induce a una voraz
premura de prejuicios y luego permite la pacífica decantación
de una lectura en placer crítico.
Mientras las sombras acompañan el reencontrarse de Sebastián
Urrutia Lacroix, en un río de aguas rápidas, tal vez
turbulentas, del mismo modo en se reencontró, en la quietud
del Donizetti anclado en medio de las estrellas, leyendo - recitando
- gozando la creación poética de Asunción Silva
sin la interrupción de la crítica:
[…] ¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras
de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de
lágrimas! …
Conclusión: Roberto Bolaño estructura su producción
a partir de referencialides literarias (historiografía y crítica)
que le permiten armar un corpus de relatos donde la ilación
narrativa esta engarzada, tejida de tal modo, que la urdimbre del
telar representa una estética literaria en sí misma.
Salvador Elizalde
elizaldesalvador@hotmail.com