Penalizando la creatividad
el caso de la poeta peruana Melissa Patiño
Por Roxana Crisólogo
Melissa Patiño es parte de una nueva generación de promotores, activistas culturales y artistas peruanos. Generación que dejando atrás los temores, producto de la guerra interna que vivió el país, así como sobreponiéndose a la indiferencia que sobrevino como legado, se viene involucrando activamente en 
proyectos y espacios, convencida de que otro mundo es posible si somos creativos.
Sé de Melissa por su participación como integrante del colectivo Todas las voces en las actividades del Foro de la Cultura Solidaria que cada año tiene lugar en Villa El Salvador (http://www.forodelaculturasolidaria.org/) uno de los barrios urbano marginales más grandes de Lima. Como muchos otros poetas tuve la oportunidad de participar en las lecturas de poesía organizadas por el Círculo del sur, del cual ella también forma parte en su calidad de poeta. Recitales que tienen lugar cada domingo frente a la plaza principal de Villa María del Triunfo, otro barrio pobre del cono sur limeño.
Con sus pocos años, Melissa solo tiene 20, ha formado parte de diversos proyectos de promoción a la lectura y difusión cultural en los sectores más necesitados de Lima. Ahora ella es acusada de realizar actividades terroristas y se encuentra internada en el penal de Santa Mónica por haber participado en un Encuentro Bolivariano en el Ecuador. Encuentro a puertas abiertas al que asistieron promotores culturales de diversos países latinoamericanos entre ellos Brasil, Argentina, Venezuela, Cuba y Colombia. Junto con Melissa fue detenida la dirigente campesina Guadalupe Hilario. Hasta ahora su participación en este evento ha sido lo único que se ha podido demostrar en su contra. El mensaje del gobierno peruano es claro.
Además del consumado abuso de autoridad y el agravio al derecho de libertad de reunión y de pensamiento de Melissa, la actitud del gobierno encierra una advertencia a otros artistas peruanos que actualmente se vienen involucrando en actividades políticas.
La detención de esta joven promotora cultural y poeta, se da a pocos meses de haberse aprobado en el Perú una ley que penaliza las protestas. Con la aprobación de esta ley se ha dado forma al marco legal para acusar de terrorista a cualquier ciudadano que haciendo uso de su legítimo derecho a disentir sale a las calles a protestar. Luego de la detención de Melissa surge una nueva preocupación: ¿será posible que además de penalizarse las protestas sociales se esté penalizando la participación de los ciudadanos en actividades políticas?
¿El plan del presidente peruano Alan García además de atropellar la libertad civil de protestar y manifestarse busca vulnerar los derechos a la libertad de pensamiento y de reunión? los hechos hablan por sí mismos.
En el mes de mayo tendrá lugar en el Perú una cumbre importante de presidentes de Latinoamérica, Europa y el Caribe. Paralelamente organizaciones sociales sobretodo latinoamericanas vienen organizando el encuentro Enlazando alternativas que incluye una Cumbre Social de los Pueblos entre otras actividades alternativas a la cumbre de mandatarios (http://www.enlazandoalternativas.org/). Organizaciones peruanas vienen implementando con muchas dificultades espacios y la organización necesarios para recibir a activistas y pensadores internacionales que se darán cita en Lima. Todas estas, actividades públicas, se realizarán dentro del marco de la ley.
El gobierno aprista de Alan García simplonamente cree que la detención de Melissa, así como la de otros dirigentes sociales, la penalización de las protestas, actuarán como elementos disuasivos en círculos de artistas y activistas que saldrán a las calles a protestar si así se requiere. Alan García está muy equivocado.
