Ramón Díaz 
Eterovic
Muchos gatos para un solo crimen
Santiago, LOM Ediciones, 
 2005, 54 p.
Por Felipe Fuentes Mucherl 
[Emitido al aire en 
Programa BELLO BARRIO, Radio Ciudadanía, 105.3, Julio 27 
de 2005,
Universidad Bolivariana]
Ramón Díaz Eterovic (Punta Arenas, 1956), nos 
            proporciona, en un formato cómodo y mediano característicos 
            de la colección Libros del Ciudadano, su último trabajo 
             titulado 
            Muchos gatos para un solo crimen, una serie de tres cuentos 
            y un contundente comentario sobre el género narrativo policial 
            y su creación particular, todos ellos protagonizados por quien 
            ha acompañado a la mayoría de sus textos, el personaje 
            Heredia, quien con su estilo detectivesco-literario prosigue habitando 
            su común residencia y visitando los mismos tugurios, material 
            continuo y trascendente de sus andanzas.
titulado 
            Muchos gatos para un solo crimen, una serie de tres cuentos 
            y un contundente comentario sobre el género narrativo policial 
            y su creación particular, todos ellos protagonizados por quien 
            ha acompañado a la mayoría de sus textos, el personaje 
            Heredia, quien con su estilo detectivesco-literario prosigue habitando 
            su común residencia y visitando los mismos tugurios, material 
            continuo y trascendente de sus andanzas.
          La investigación de infidelidades, homicidios e intrigas, 
            son la síntesis de las cavilaciones de este detective mapochino 
            a quien Díaz nos presenta en medio de una narrativa pausada, 
            combinada con cine y literatura, matices que dan una ambientación 
            que condiciona la identidad de este personaje que, quizás por 
            su permanencia en el tiempo a través de la literatura, no sólo 
            sea una imagen recurrente y citable dentro de la narrativa policial, 
            sino también un plausible alter ego de nuestro autor, 
            recurso patente en muchos escritores que constatan, de esta forma, 
            la realización a costa de la transformación en relato. 
          
          Díaz, en la última parte de su libro, manifiesta las 
taras literarias que posee su ficción, mostrando no solo cómo 
se ha constituido el famoso personaje, sino que, además, el 
modo cómo se han incluido otros, tal como el gato Simenon, 
compañía y esporádico interlocutor de los dichos 
de Heredia. Asimismo, entre todos esos párrafos son advertibles 
las influencias del escritor, quien no esconde a sus autores aficionados, 
menos aún los mundos que le han dado para habitar. 
Felipe Fuentes Mucherl
Estudiante de Arqueología en la Universidad Bolivariana
            Conductor del Programa Radial Bello Barrio