Rodrigo Flores Sánchez, Estimado cliente (lapzus/
Oráculo, Montevideo, 2005)
Coautores
para la ofensiva
Alejandro Tarrab
Desde la signatura hasta la sustancia del libro, Rodrigo Flores escribe
desde una conciencia intertextual: un texto es el producto de pronunciamientos
y escrituras múltiples(1).
La firma "Rodrigo Flores Sánchez y sus compinches"
hace explícita la heteroglosia, la polifonía que permea
el acto de escritura.
Deja claro, también, que aquél que profiere está
acompañado fatalmente por una serie de cómplices, de
coautores no escogidos, que lo acompañan en el acto delictivo:
balbucir, articular, callar. Con todo, habría que profundizar
en el contenido de Estimado cliente para desentrañar
el grado dialógico del conjunto; habría que preguntarse,
antes que todo, sobre la importancia de que una obra departa con su
legado y con su tiempo; la importancia de que la obra incorpore, en
la medida de lo posible, los trazos de un recorrido intenso de los
signos.
Sabemos que la incorporación de otros discursos se da en cierto
momento como un acto reflejo, en una condición casi inherente.
Esta herencia puede también violentarse, modificarse de forma
deliberada, intentando, por ejemplo, seleccionar las fracciones anteriores
que se incluirán en la obra y desechando o, mejor aún,
ironizando aquellos pasajes -discursos institucionales, instaurados-
con los que se está en desacuerdo. Aquí la toma de conciencia,
la puesta en crisis del uso del lenguaje, del legado discursivo; aquí
la puesta en práctica de una visión aparentemente individual:
hacia dónde quiero que se dirija mi escritura, con qué
acompañantes. La muestra en este rubro es vasta; desde ejemplos
por antonomasia como The Waste Land en donde Eliot incorpora,
entre otros, pasajes de la Divina Comedia, Las Metamorfosis
y Las flores del mal, hasta ejemplos temporal y espacialmente
más cercanos a Latinoamérica como La nueva novela
de Juan Luis Martínez en donde se yuxtaponen escritos de diversos
autores con objetos (anzuelos, bandera) e imágenes.
Otra forma cercana a Estimado cliente es la experiencia de
improvisación conversacional (talk poetry) practicada
por David Antin (Nueva York, 1932): una suerte de catarsis que combina
la narración, el ensayo y la poesía; sarcasmos de corte
filosófico o político y anécdotas, son sólo
algunos de los recursos utilizados por Antin. Las improvisaciones
se realizan en distintos foros, en donde son grabadas para, posteriormente
-pero no en todos los casos- ser transcritas y publicadas. La idea
de Antin es devolverle a la poesía su dimensión oral;
llevarla a un estado más orgánico, más activo.
and
you probably have no very good idea of what im going to
talk about .. and it gave me a certain
freedom from expectation
as it gave to you for ..... it is part
of my generosity and
self indulgence ... simultaneously ....
that what i will take for
myself i will allow to others ..... which
seems only fair
................. ... .. .. .. .. ... .. .. ..
.. now i gave
a title to this piece long before coming here ...
and ... if the
title i gave was not intended to offer you a very precise image
of what i was going to do and if you see me fiddling with
this tape recorder ..... its mainly because
i have no very precise
image of what im going to say ..... though
i have a considerable
notion of the terrain ..... into which
i tend to move and
the only way im going to find out whether it was worth doing
or not ... is when i hear what ive got
....... which has been
my way of entrapping myself .... and the
reason ive chosen to
entrap myself rather than to prepare in advance .....
a precise set
of utterances .... has been that i felt
myself .... ive written
things ..... before this ......
in the natural vacuum that is the
artificial hermetic closet that literature has been in for some
time ..... and the problem ....
for me .... is in the closet
confronting a typewriter and no person .....
so that for me
literature defined as literature.... has
no urgency ... it has no
need of address(2).....
................. ............ ......
Si bien Estimado cliente no responde genealógicamente
a este tipo de prácticas (entre la escritura de Rodrigo Flores
y la de David Antin no hay una relación hipertextual demasiado
marcada, aunque ciertamente la hay)(3),
sí están consideradas en su esencia, en su proyección.
Rodrigo Flores ha leído y traducido(4)
a Antin y toma en cuenta estas experiencias -lectura y traducción-
para la conformación de su obra. Lo que no se puede perder
de vista en este punto es que lo que en Antin es una construcción
de cierta manera "natural" en Flores se da como un constructo
artificial o, si se prefiere, como una estructuración premeditada,
en donde caben, entre otros, la enmienda y la reescritura.(5)
Si regresamos a la categorización establecida por Genette,
encontraremos necesariamente al paratexto; es decir, aquellos aspectos
y elementos que rodean y envuelven al texto y que definen de alguna
manera su intención. Estos elementos pueden ser internos (títulos,
subtítulos, prólogo, etcétera) o externos (reseñas,
comentarios, publicidad, entre otros, generados a raíz de la
obra). En este orden se ubicarían el título y la rúbrica
previamente analizados y los epígrafes que abren Estimado
cliente: Haroldo de Campos, Gilles Deleuze/ Félix Guattari,
Diego Maquieira, Eduardo Milán y el propio Rodrigo Flores o
alguno de sus compinches. Cinco epígrafes que nos entregan
varias posturas asumidas por el autor. En primer término destaca
el valor otorgado a la poesía iberoamericana desde la selección
de los autores: cuatro iberoamericanos de cinco. Del fragmento de
Milán, "Días raros de poesía sin clientes",
pudo haber surgido la idea para el título del libro; quizá
Flores, recuperando el sentido irónico de la comercialización
del arte utilizado por Milán, imaginó este título
como una respuesta casi obstinada: me dirijo hacia dónde dicen
que no hay nada, hacia esa tierra baldía. Pero, ciertamente,
lo que más llama la atención es el epígrafe final,
el epígrafe hecho en casa:
.Qué pasó.
.nada.
.que qué pasó.
.que me dijeron que estos poemas que estos no podían
ser estos no podían ser estos publicados.
.por qué.
.porque apestan.
.apestan. .estoy de acuerdo. .tienen faltas muchas faltas. .Gramaticales.
.te engatuso con mi porquería.
ATTE
EL VATE
Pareciera una continuación del vocativo expresado en el título:
Estimado cliente… Una suerte de carta de advertencia, de imposibilidad.
Para el lector desatento pudiera pasar como una justificación:
"tienen faltas muchas faltas", como aquellos disculpa
las faltas de ortografía o perdona el papel, no tenía
otro a la mano. Flores juega con este recurso, lo utiliza como
anzuelo: "te engatuso con mi porquería" enuncia un
ya estás dentro, la única salida es la lectura.
Uno quiere saber de qué inmundicia se trata, morbosamente queremos
ser testigos. Una vez más la atención se centra en quien
suscribe, el vate, el vidente, el poeta, que como el Tiresias
de Eliot encauzará el viaje hacia una región en donde
ya no queda nada. Un paraje saturado y a la vez vacío, inclinado
en todos sus mensajes hacia el grado cero. Puede pensarse, sí,
en el reutilizamiento, en la reinvención de diversas intensidades
discursivas, no sólo la literaria; está aquí
lo comercial, lo político, lo coloquial, el hecho noticioso.
Estimado cliente está estructurado o, mejor aún,
reconstruido a partir de porciones, de pequeños restos. Los
títulos "pausas oficinistas a pausas oficinistas a",
"residuos", "esto", "algo" y "producción
del calor o colabore en el reciclado" nos dan ya una buena idea
de ello. Los fragmentos son el monólogo interior de este cliente
alienado, quien deambula por diversos pasajes dimensionando, asimilando
o pasando por alto infinidad de señales; buscando una condición
más allá de la propaganda, la advertencia sanitaria
o la reproductivilidad técnica de la obra y del nombre del
"artista". Un cliente enajenado, privado de identidad. Un
cliente que, como formula Ernst von Salomon, no podía imaginar
que al emanciparse de Dios, "un día las cosas se emanciparían
de él mismo".
sí dormir ocho o diez
horas sí dormirlas
sí jetearlas hoy
soy el que escribe
poeta poeta sí
el que escribe
mañana vuelvo a
la oficina vuelvo
a ser sí a ser
otro animal de oficina
hoy soy sí poeta
[…]
rebusco porque ya no encuentro al
ese que fui que ya no sé y rebusco para que lo ubique y porque
ya no sé si estaba ahí respecto a esto por ahí
en donde se escribía algo así como en el borde de
arriba donde se pone el nombre y la fecha y el grado que cursas
pero ahora ya mejor me lo arrancas
La condición anhelada, la formulación de preguntas
esenciales respecto al ser y a las cosas, la búsqueda de respuestas
parecieran estar vedadas desde el inicio: "¿se acerca
un cataclismo que nos ocultan los maestros ascendidos?. .más
y más largo. .tengo el refugio ideal para usted en las escalofriantes
dimensiones vacías". Quizá una de las respuestas
ante este panorama inconsistente sea la mordacidad, la ironía
de un ser golpeado, el olvido de nuestra condición de drama;
el abandono de cualquier posición central, "la duda como
profesión". El ser habla desde la neurosis, desde el trastorno
de su tiempo, se abstrae ante el embate y resuelve preguntas inmediatas,
pero no por ello de menor relevancia: "¿ser sublime es
ser hipocondríaco?. .¿prefiero mi chaparrita de naranja?".
Uno de los aciertos de Estimado cliente es sembrar siempre
la duda, una ambigüedad que apunta hacia diversos ejes y no se
refugia ni siquiera en discursos políticamente correctos. Quizá
sean pocas las certezas -si alguien todavía las busca- cifradas
en este poemario, aunque no faltan frases de aliento absoluto: "estimado
cliente no dejes de luchar por tus sueños".
La conciencia de un lenguaje infiltrado, permeado de condiciones ajenas
a un autor único; la toma de conciencia de nuestros orígenes
diversos en oposición a la singularidad del sujeto-en-trascendencia,
dicen mucho de la forma en que tendrá que apreciarse y reconstruirse
lo ulterior. Una forma posible es asumir que viajamos acompañados.
En las secuencias de "algo" y "esto" se van sumando
y sustrayendo los coautores para formar la resistencia, el acto delictivo
del silencio, del diálogo y del balbuceo.
NOTAS
(1) Cfr.
Michael Riffaterre (Francia, 1924), Semiotics of Poetry, Indiana
University Press (Bloomington), 1978; La Production du texte,
Seuil (Paris), 1979, traducción al inglés de Terese
Lyons, Text Production, Columbia University Press, 1983; "The
interpretant in literary semiotics" en American Journal of
Semiotics, 1984. Riffaterre habla de la falacia referencial
y de la singularidad del texto: "the largest analysable corpus
that we conceive in literature should be the text and not a collection
of texts".
(2) David
Antin, Tuning, New Directions Books, Nueva York, 1984.
(3) Gérard
Genette estableció una categorización de la intertextualidad
-a la que él denomina transtextualidad-. Ahí se incluye
como una forma de la transtextualidad, la hipertextualidad, esto es,
la relación entre un texto B (hipertexto) y un texto
anterior o texto A (hipotexto). Pensemos en la relación
que guardan el Ulises de James Joyce y la Odisea. En
este ensayo sólo se revisarán dos categorías
de las cinco establecidas por Genette: hipertexto y paratexto.
Para revisar la categorización completa véase Gérard
Genette, Palimpsests. Literature in the Second Degree, University
of Nebraska Press, 1997.
(4) Véase
http://nohaypoema.blogspot.com/2004_09_05_nohaypoema_archive.html
(consultado el 27 de marzo de 2006).
(5) Conviene
aquí traer el término différance (Derrida).