Gonzalo
Millán Llegó Desde Santiago Hasta La Provincia De Arauco
GONZALO
ROJAS SE REFIERE: MI CORAZÓN ESTÁ EN LEBU
Por
Rodolfo Hlousek Astudillo
En momentos difíciles para la provincia Arauco.
Luego de un nuevo atentado del Estado sobre la vida de un obrero de
la forestal Arauco, es bueno recordar…
Desde Chillán, lugar de residencia para el
poeta Gonzalo Rojas, hoy él se refiere a la figura de Gonzalo
Millán, autor de un texto colosal, “La Ciudad” y “Relación Personal”,
su primer libro, publicado hace 40 años. Escrito que debe haber llegado
a las manos del poeta lebulense, tal vez mecanografiado.
Este año recién se cumplen 10 años desde la
aparición de la publicación que reúne lo más destacado de su obra,
“Trece Lunas” (Fondo de Cultura Económica de México, 1997).
Activo el vate desde la calle El Roble (hogar
azuloso, iluminado), puesto que él no es admirador del tono grisáceo
de Chile, departió de manera sensible sobre el poeta más dolido por
él, Gonzalo Millán.
- Gonzalo Millán es
referido como un miembro activo del colectivo Arúspice, de la ciudad
de Concepción. Sin embargo, es difícil saber que significa Arúspice
don Gonzalo, ¿usted lo puede definir?
- Arúspice fue un colectivo movilizador de la ciudad de Concepción,
dentro de la década del 60’. Estuvo integrado por Jaime Quezada, Floridor
Pérez, que llegaba desde la ciudad de Los Ángeles, y Gonzalo Millán.
Arúspice –usted lo debe saber- fueron unos romanos de la línea sagrada
(sacerdotal) que predecían el futuro remoto e inmediato, abriendo
las vísceras de animales. Esto responde a lo que intentan los poetas,
recuperar el concepto de vate; prever o predecir. De ahí el vaticinio
y esas cosas que vería un adelantado.
- ¿Cómo recuerda su
perfil, su personalidad?
- Gonzalo Millán Arrate es y sigue siendo una criatura excepcional
en el país. Vivaz, pensante, creativo. En Arúspice es el más hondo,
no el mejor, porque sería referirse de modo impreciso.
Lo conocí muy temprano, habrá tenido unos 20 años cuando, luego de
ingresar al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, en Santiago,
alguien le sopló que yo era el jefe del Departamento de Español, en
la Universidad de Concepción.
- ¿Y sus hábitos
más habituales, cuáles eran?
- Fue siempre muy riguroso y fumador… bebedor luego, con luz propia.
Al leer su primer libro “Relación Personal”,
un texto que me llegó desde sus manos, impreso, yo le contesté que
era el libro que necesita Chile hoy: fresco, remozado.
Gonzalo Millán era un poeta no críptico, sin cerrazón. Con su resplandor
propio se sitúa como poeta. Nunca anduvo detrás de la gloria. Él era
muy quitadito de bulla, contenido. Lo leía todo, clásicos españoles,
no recuerdo si era Garcilaso o Quevedo su autor predilecto.
También tenía conocimiento del inglés y del francés. Lector que trabajaba
con los ojos, y también desde la oreja. Como digo es un poeta valiente
y arriesgado. Un poeta que debe ser considerado por su rigor, él apostó
por la poesía; un poeta irremediable, profuso, pero también un ser
humano como cualquiera, con las claves difíciles de cada día.-