.......... Carolina Rivas no es una recién llegada a la escena literaria
chilena. Para amarte mejor, su primera publicación dedicada al
género breve, apareció hace 10 años. En ella ya se percibía el oficio
seguro, el lenguaje depurado -sin que la elaboración se note por el
lector- y un bello estilo personal, ora directo, ora elíptico,
adaptable a las cambiantes facetas de frágiles y sensibles, aunque,
contradictoriamente, acentuados personajes.
......... Dama en el jardín es el segundo volumen de cuentos de la
autora, mucho más amplio, más definitivo que el anterior y, en
cualquier sentido, un salto de proporciones en cuanto a la calidad.
Fue un acierto haber incluido algunas historias de la colección
mencionada al comienzo, sobre todo, la corta y punzante de aquel
título que refleja la incierta lejanía de una mujer hacia un hombre,
nacida de su propia evolución cultural y amor por la lectura.
......... Escritos en primera o tercera persona, dirigidos a un
interlocutor ausente (tú o usted), utilizando distintas técnicas, los
cuentos permanecen, de modo sabio, en los límites de la narración
clásica. Y si hay algo que une a todos los actores del presente libro
es, sin excepción, la vulnerabilidad de cada protagonista. Sean
masculinos o femeninos, remotos o cercanos, con nombre propio o
innominados, se trata siempre de seres difíciles de clasificar,
imposibles de definir, atemorizados, que huyen y llegan adonde no
esperaban, perdidos en sus afectos y sus odios, sin encontrar un sitio
preciso en el que estar. Este rasgo sobresale en las piezas escritas
en primera persona -con las cuales Rivas parece sentirse más cómoda- y
también en aquellas de poca extensión, tales como Puertas
adentro, Acto de presencia, La maga y el espejo, y
Morir de mañana.
.......... Dama en el jardín pertenece al grupo de narraciones con
mayor desarrollo y es una de las mejores del volumen. Ambigua,
extraña, algo difuminada, hace honor al cuadro de Monet en el cual se
inspira, siendo, a la vez, una estampa perturbadora sobre los
difíciles límites de la identidad humana y el proceso de la creación,
en la anécdota del vínculo entre una escritora y su secretaria.
Cuestión de práctica, es perfecta en cuanto no sobra ni falta nada.
Una mujer, abandonada por su marido, nos va revelando una cotidianidad
tediosa y repleta de sucesos menores, con la madre como carácter
principal y la hermana mayor, al parecer, triunfadora y con hijos, en
el telón de fondo. La clave se nos entrega poco antes del sorpresivo
desenlace: "Mamá nos enseñó que no había que decir nada que no fuera
apropiado. Es por eso que pienso que el miedo es algo que les sucede a
los otros".
......... En cambio, Un cielo tirante y azul nos transporta a ciertos
círculos del exilio político, esta vez en Madrid, con un narrador
acomodándose, de manera paulatina, al nuevo ambiente, hasta que
sobreviene la tragedia. Sin embargo, la crónica acontece en el momento
actual y el héroe es un escritor famoso, interpelado por el hablante.
Y esta vez sabemos, desde la partida, a qué atenernos: "Las muletillas
con las que hacía creer a la gente que su escepticismo era genuino,
cuando la verdad no era otra que tenía cierta habilidad para
sostenerse acrobáticamente en el vacío de las palabras".
......... Dama en el jardín contiene 20
acabados y, a veces, notables cuentos, por lo que tal vez sea
arbitrario comentar sólo algunos, sin detenerse en otros. El conjunto,
en todo caso, nos presenta a Carolina Rivas dotada de una innegable
madurez narrativa, al servicio de su siempre personal estilo.