CAROLINA RIVAS Premio Municipal de Literatura 2002
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Está contenta, disfrutando
el momento, pero sin perder la cabeza. Dice que el Premio Municipal de
Literatura en Cuento que ganó con su libro "Dama en el jardín"
(Alfaguara) no lo esperaba, que está sorprendida. Se dice
tremendamente insegura, a pesar de que en sus escritos demuestra total
control y madurez. Una escritora que ha cosechado reconocimientos y
honores y que aun tiene mucho que entregar.
por Luis Martínez S.
¿Quien es Carolina Rivas? cuentanos algo de tu vida.
.....
Yo nací en Santiago, el año 61. Cuando cumplí 9, viajamos a la
Argentina con mi familia. Ahí vivimos cerca de 8 años. Toda mi
enseñanza media la cursé allá, donde descubrí autores que hasta el día
de hoy son de cabecera. Al regresar a Chile estudié diseño y me
titulé, aunque jamás he ejercido de manera profesional. Después de
trabajar en diversas cosas recalé en una productora de cine casi diez
años. Ahí aprendí algo de otros lenguajes, como el cinematográfico,
que en cierta medida se cuela a veces en mis textos.
¿Por qué la literatura? ¿Por qué el cuento?
..... La
literatura, simplemente porque me apasiona. Comencé a leer muy niña y
creo haber disfrutado de todas esas grandes novelas de juventud de la
editorial Molino (esos libros inolvidables de tapas duras y
amarillos). Cuando leí Mujercitas, debo haber tenido unos diez
años, inmediátamente supe que tenía que ser como la Jo March. Era
imposible encontrar otro arquetipo más perfecto a mi personalidad.
Luego, en Buenos Aires, el cuento se fue instalando solito en mi vida.
Recuerdo la primera lectura de Bestiario de Cortázar como un
suceso sin precedentes. Caí redonda de emoción al leerlo, como
también Final del Juego, ese cuento imborrable.
..... Yo solía
escribir cosas para mi en un cuaderno. Aventuras medio locas con
castillos, forajidos y mucho misterio que eran una soberana tontera,
pero de manera curiosa, esos ejercicios iban educando la palabra. Fue
un profesor de castellano el que un día me dijo: "tú, escribe. En las
pruebas yo te voy a calificar la redacción. Lo otro lo vas a aprender
sola". A él le debo muchísimo, pero, sobre todo, la confianza que
depositó en mis precarios ejercicios.
¿Eres disciplinada para
escribir, lo haces todos los días, tienes una rutina?
.....
Ultraindisciplinada. Todo lo contrario a lo que predico en los
talleres. Soy intermitente, vespertina y dispersa. Puedo estar
trabajando en dos o tres textos a la vez y me demoro una eternidad.
Cada vez que retomo un cuento en proceso releo y corrijo desde la
primera línea. Cuando llego a la última frase, es decir donde había
quedado la vez anterior, estoy tan agotada que apenas si añado un par
más. Puedo tardar sus buenos seis meses en terminarlo y quedar,
moderadamente satisfecha, del resultado.Me encanta, eso si, cuando hay
que hacer un cuento temático para una editorial. Eso me significa
aplicar todas las disciplinas y lo hago como una alfil
¿Cómo llegan a tí los temas de tus escritos? ¿Vivencias,
experiencias, observas?
..... Al
principio, cuando empecé a ir a los talleres literarios, trabajaba
mucho mis cosas personales, quizás como una suerte de conjuro. Con el
correr de los años, mis cuentos se han alargado y he ido aprendiendo a
incorporar voces externas y a trabajar un poco más de lejos la trama.
Todo depende de quien y como se cuente la historia, suelo decir en
clases, pero además hay que saber muy bien donde vamos a colocar la
cámara. Es ahí donde siento que el cine me enseñó cosas muy
valiosas.
Hoy por hoy, los cuentos se
me aparecen desde cosas muy simples como una palabra que me gustó y
hacía tiempo que no la usaba, un perfume, un gesto, una imagen en la
calle, una melodía; una sensación cualquiera me puede sugerir una
historia. Si, observo mucho, casi fastidiosamente.
Una vez me dijiste que eras como una tortuga para trabajar,
(diez años para publicar es harto) pero los cuentos de "Dama en el
jardín" son completos, se defienden solos, nada sobra. ¿ Cómo sientes
este libro?
..... La Dama se
fue armando, como dices, sola. Yo quería construir un libro que
tuviera un hilo conductor, sutil pero perceptible a la lectura fina.
El tema de los afectos -no necesariamente los afectos de pareja-
habían ido surgiendo de manera espontánea: los filiales, los afectos
entre amigos y también, porqué no, los amores y desamores. Entonces,
un día me di cuenta que ya tenía una cantidad de cuentos razonable y
comencé a ordenarlos, corregirlos y a testearlos con amigos. Me di
cuenta en ese ejercicio, que además había una apuesta a cierto tipo de
lenguaje y eso me aterró un poco porque había incursionado en
narradores masculinos y no sabía bien qué sensación iban a tener los
lectores...en fin, surgió la posibilidad de publicar y dejé de lado
mis aprensiones para trabajar muy duro con el editor, Gabriel
Sandoval, que tuvo el ojo y la paciencia de reconstruir el libro
conmigo. Siento que el libro salió bien porque conjugó lo que yo
quería para un segundo volumen de cuentos. Además, el libro me ha dado
regalos preciosos como la nominación al Altazor y ahora, el Premio
Municipal.
Siempre has obtenido reconocimientos por tus
trabajos. ¿Qué significan los premios para ti?
..... Los premios
son necesarios, sobre todo en mi caso porque soy tremendamente
insegura, pero fíjate que este premio me ha hecho reflexionar mucho.No
creo que me convierta en una escritora a la que la paren en la
calle para pedirle un autógrafo, ni ahora ni nunca. Me hace pensar en
la responsabilidad de ser cada vez más severa y rigurosa con los
textos que escribo. El Premio me tomó de sorpresa, y es una espumita
que brota por unos días. No hay que perderse de vista y luchar a
diario con esa posible autocomplacencia que te puede
sobrevenir.
¿Puedes contar sobre tus
experiencias de Taller en la Penitencieria?
..... Una vez
alguien me preguntó cuando iba a empezar a incorporar mis experiencias
de la carcel en los textos y casi le pegué. Los talleres carcelarios
son un espacio que yo respeto profundamente, tanto por la posibilidad
de haber ingresado de esa manera a sus vidas como por la confianza y
el cariño que ellos me brindan cada semana a través de sus trabajos.
Incluso, cuando me han pedido textos para tal o cual actividad
externa, yo les pregunto primero si quieren participar, si lo
quieren hacer con sus nombres o con seudónimo. Es quizás una de las
opciones más enriquecedoras que he tomado. En ese espacio de dos
horas, tratamos de hacer literatura y a través de ella,
olvidar un poco esa carencia de libertad. Creo que
nunca he sido tan recompensada y eso me lleva a asistir cada viernes
con la sensación profunda de que la literatura derriba muros.
Los escritores chilenos más reconocidos y multiventas en el
mundo en este momento son mujeres; existen serias posibilidades de que
el Premio Nacional de Literatura lo gane una mujer; Importantes
editoriales se pelean la publicación primera de una novelista chilena
mujer; tú ganas el segundo premio literario más importante de Chile.
¿Que opinión te merece el momento actual de la literatura femenina
chilena?
Un estupendo momento,
sin duda.
..... Recuerdo,
años atrás, cuando apareció "Paula" de Isabel Allende. Yo
trabajaba en un librería y llegamos al límite de tener los libros ya
envueltos y con su cinta. Tal era la demanda. Ahora, yo
creo que es un fenómeno curioso, por no decir tramposo. Muchas,
muchísimas mujeres escriben en este país y no necesariamente son
consideradas a la hora de editar. Creo que esta situación se da
por "defecto", es decir, hay dos mujeres superventas y eso marca un
índice. Me parecería muy interesante que una mujer ganara el Premio
Nacional, pero a la hora de los quiubo, el Premio debe otorgarse a la
pluma y trayectoria incuestionables del (la) ganador (a). Podrá
resultar extraño, pero yo no suscribo mucho eso del género. Para mi la
cosa es la calidad. Ahora, si en este país hubiera una Yourcenar, muy
merecido sería. En todo caso, si creo que se trata de un momento
especial.
Planes futuros, ¿que estas escribiendo?
..... A los
tropezones, un par de cuentos que quiero terminar pero que
me balancean un poco a su antojo.
..... Un proyecto
nuevo que ya se va armando y que tiene que ver con esa etapa de mis
años en Buenos Aires, mezcla de anécdotas de la niñez con ese momento
histórico tan feroz que fue la década de los setenta. Está pensado
para un público más bien joven, aunque uno nunca sabe...
26
de agosto de 2002